Es curioso lo que me ha pasado con ella, pensé que la había visto, incluso algunas escenas me sonaban; pues no.

Liam Neeson, se encontraba en plena forma a sus 68 años, edad con la que rodó esta correcta, a la vez que combativa película. Entretenida, con una trama bien llevada, escasos giros, y los que nos muestra, totalmente necesarios.

El resto de actores, son escasamente conocidos, aunque Mark Williams con una acertada dirección, nos entrega
una película con un buen ritmo, gestionando estupendas escenas de acción, aunque dotadas de pocas sorpresas.

He visto los primeros episodios y me gusta, pese a que su protagonista, según mi criterio, no tiene el carisma que se necesitaría para interpretarla ¿o quizá si?

La serie arriesga, no se detiene al mostrar esa lateralidad en el comportamiento adolescente. Juega con el ritmo, combinando escenas de alta calidad visual y narrativa, con otras, donde el objeto principal de la trama se transforma en adyacente.

Siempre me han gustado las voces en off, pues ofrecen un plus informativo, a la vez que aportan otra visión interpretativa de los acontecimientos. No soy mucho de series. Esta, merece la pena. La frase que da título a mi comentario está sacada de uno de sus diálogos.

Una larga historia... muy larga, si debemos valorarla por lo que al final nos cuenta. La reiteración es lo que la define; se mueve por terrenos ambiguos, en principio pudiera pensarse que interesantes al mantener al espectador en la incertidumbre. Aunque esa incertidumbre llega a provocar cierto tedio, por lo poco resolutivo en la sucesión de los episodios.

No merece la pena excepto que te regocijes en su planteamiento, nada novedoso, por otro lado... siendo ejecutado con solvencia y escaso interés al ofrecerse en formato serie de ocho capítulos, alargados y extensos.

Unos niños intercambiados ¿Y? Continuo sin entender nada.... Como puede calificarse globalmente con un 7.
De verdad no lo entiendo, y continuaré sin entenderlo.
No pretendo llevar la contraria a nadie, me encantaría ser como todos; manejarme bien con el absurdo, y que el cine exótico supusiera por si solo, un gran aliciente.
El tema a tratar es tan banal, no por que el acontecimiento lo sea, sino por su ausencia de maestría al narrarlo. Carece de profundidad, de introspección, es un producto blando, plano y flojo.
No soy cineasta, ni lo pretendo. Pero tampoco estúpido. Y esta película lamentablemente... LO ES.

UN 2

Otra experiencia frustrante de personajes con almas amargadas y caras sufrientes. ¡¡Cuanto tiempo perdido!! empleado en productos de bajo coste emocional...

El muestrario que ofrece a través de pequeñas secuencias, intenta que sea definitorio, quedándose en un recorrido, lúgubre, triste y desmotivado. Se alaba la interpretación de Margaret Qualley, no encontré nada destacable en su colección de penas ofertadas.

Emociones baratas, evitando la singularidad que define a las buenas producciones, diferenciándolas de las series que la masa consume al lado de sus fideos chinos, como final de otra jornada VACÍA.