Su guión ha sido imitado, parodiado y homenajeado.
Esta comedia nos hace pensar en aspectos como: ¿Por qué necesitamos el amor?
Allen nos responde:
Un hombre va a un psicólogo y le dice:
-Mi hermano está loco.
-¿Cómo está tan seguro?
-Porque se cree una gallina.
-Y, ¿por qué no lo lleva a un manicomio?
-Porque necesito sus huevos.

Permitiéndose dirigirse al espectador mirando a la cámara y parodiar a Blancanieves y los siete enanitos, nos regala, con su inconfundible y exquisito humor, una maravillosa comedia.

Eso es lo que hacemos cuando vemos esta frenética película: correr con Lola.
La música nos sumerge en la atmósfera delirante de la película.
Sin un presupuesto desorbirtado, "Corre, Lola, corre" da una lección de ritmo cinematográfico y te mantiene atento hasta el último segundo del largometraje.
Buena.

No es la más apasionante película de Miyazaki, pero se nota que es de él. La imaginación presente en cada dibujo recrea un mundo como sólo Hayao Miyazaki es capaz de hacer.
Tierna historia y realista presencia de la contaminación en el fondo marino.
Entretiene y enseña.

Divertida.

En su primera película, Dustin Hoffman ya deslumbraba. Una película que logra sumergirte en la historia, gracias, en parte, a la fabulosa banda sonora del dúo Simon and Garfunkel.
Escenas que quedan grabadas en nuestra mente por su fuerza que, posteriormente, veremos fallidamente proyectadas en otros filmes posteriores.

Memorable.

Con un magnífico reparto, se nos presenta una peli que, a simple vista, podemos confundir con "otra más de robos". Esta no es "otra más", esta es "La película de robos".
La banda sonora es perfecta. La acción no se detiene un segundo y no nos permite pestañear.

Vibrante.