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Críticas de Cinemagavia
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Críticas ordenadas por utilidad
8
11 de octubre de 2017
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Canción de Nueva York, la nueva película de Marc Webb (500 Días Juntos, Un Don Excepcional), nos acerca los escarceos amorosos de la clase acomodada del Upper East Side acompañada de una banda sonora de lujo con temas de Simon & Garfunkel, Lou Reed, Charles Mingus, Bill Evans y Bob Dylan, entre otros. Estreno 13 de octubre.

Canción de Nueva York podría quedarse precisamente en eso, en el enésimo homenaje a la ciudad más cinematográfica del mundo (con permiso de París), pero va un punto más allá. El Nueva York que nos muestra Marc Webb es una ciudad que se echa de menos a sí misma. Que evoca la era en la que fue la capital de la contracultura. Eso se nota en su banda sonora repleta de canciones de los 70 que van de Lou Reed a Bob Dylan pasando por Simon & Garfunkel.

La ciudad que fue está evocada desde unos pijos del Upper Est que se dedican a la industria cultural y que viven plácidos hasta que un lío sentimental inesperado rompe su mundo. El editor Ethan Webb (Pierse Brosnan) y su esposa (Cinthia Nixon) tienen una visión cínica del Nueva York actual y su punto de vista está en la película.

Sin embargo, el hilo conductor es el de su hijo Thomas (Callum Turner) que evoca el Nueva York que no conoció. Es un joven que tras acabar sus estudios no sabe qué camino tomar y acaba viviendo en un apartamento lejos de la casa paterna. El Nueva York de Thomas es la añoranza de lo que no se ha vivido ni conocido, pero se intuye mejor que un presente mortecino. No se siente identificado en su generación y se rodea de adultos que en el fondo están tan perdidos como él.

El armazón de Canción de Nueva York es el de un drama sentimental. No juega sucio Marc Webb. Sus cartas son claras y no utiliza las escenas más sentimentales con intención de provocar. Los sentimientos, son en el filme, la excusa para mostrarnos a unos personajes más complejos de los que el cine con pretensiones románticas suele tener. La historia no nos ahorra sorpresas bien estructuras sin caer en recursos manidos en este tipo de relatos. Premio para el giro final.

Hay muchas referencias cinéfilas sucintas en la película. El Graduado o El Rey pescador flotan en el ambiente de la historia. También la inevitable Manhantan de Woody Allen. Incluso el joven Callum Turner tiene un punto woodyallenesco. En el supuesto de que el cronista oficial de Nueva York hubiera estado bueno alguna vez y hubiese tenido más dosis de ternura que de ironía, claro.

Los actores están todos atinados en sus personajes. Jeff Bridges, como el escritor W.F. Gerald que tendrá una sorprendente importancia en la recta final de la película, se lleva el filme de calle. Callum Turner lleva el peso de la mayor parte del metraje y sale del lance bien parado. De todos, tal vez, el menos afortunado sea Pierce Brosnan que hace el papel que mejor conoce. El de señor maduro que está de muy buen ver y lo sabe. A penas hay matices con otros de sus personajes similares. A pesar de todo, tiene una última escena muy bien resuelta.

“Quería hacer una carta de amor a Nueva York, un retrato de la ciudad que había amado, mientras la visitaba en los setenta y ochenta; bañada en arte, música y literatura” ha dicho Webb sobre su película. Con todo lo que tiene de homenaje a la ciudad, en el fondo lo es a las relaciones humanas tratadas sin histrionismos y desde una distancia narrativa que no impide un acercamiento cálido a unos personajes bien estructurados.

Es una buena película para aquellos a los que no le gustan las historias sentimentales y para los que sienten saudade de lo que no se conoce, pero se añora.

Escrito por David González

https://cinemagavia.es/pelicula-critica-cancion-de-nueva-york/
Cinemagavia
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7
3 de mayo de 2022
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Fiel a la serie

El carácter seco y directo de Mary, la desconfianza de Robert Crawley, la pureza radiante de Anna o la ironía cortante de la condesa viuda de Grantham, continúan acompañando a estos personajes con personalidades tan definidas a través de los años. Aunque la historia haya sido trasladada a la gran pantalla por segunda vez, la esencia de sus personajes no se ha perdido en ningún momento. Tener a Julian Fellowes al mando del guion, ha sido en gran parte la razón de mantener esa fidelidad.

La producción, edición y dirección de Downton Abbey: Una nueva era se mantienen fieles a la serie, sin apenas notar ese cambio de formato. Hay un sentimiento nostálgico al volver a Downton Abbey. Los paisajes, las estancias e incluso la música tan reconocible de la serie te trasladan de inmediato a ese lugar.

Hay que advertir que las películas, al ser una continuación de la serie de televisión, están repletas de spoilers. Si vas a ver Downton Abbey: Una nueva era cuando todavía no has terminado la serie, será un adelanto chocante de eventos. Sin duda, se disfruta mucho más cuando conoces la historia a la perfección y los matices de cada trama.

*Conflictos de carácter “ligero”

Es predecible que los conflictos de Downton Abbey: Una nueva era sean ligeros, sin dramas excesivos ni complicaciones que generen un gran revuelo. Para esos conflictos ya estaba la serie, la cual se encargó de ello de forma excelente. Ahora, esta secuela liviana deja disfrutar de las historias de los distintos personajes sin angustiarse demasiado.

Pero ojo, eso no quiere decir que el drama no esté presente en la película. Sin hacer spoilers y como dato significativo, debo decir que acabé derramando alguna lágrima durante el largometraje, algo que no esperaba cuando entré en la sala del cine. Downton Abbey se caracteriza por su manejo del drama y la comedia reservada, que van muy a la par. En esta secuela se podría decir que abundan los momentos cómicos y los momentos dulces.

Puede que ese carácter ligero no haya sido suficiente para algunos espectadores. Los conflictos no llegan a ser de la misma importancia que los de la pequeña pantalla y el cambio constante de tramas puede descontrolar un poco la historia. Si has visto la serie de pasada, no tendrá ese mismo efecto en ti al ver Downton Abbey: Una nueva era. Ese apego a los personajes es lo que hace que esta secuela y en consecuencia la primera película, tengan éxito entre los seguidores.

*¿Es este el final de Downton?

Downton Abbey es una serie de seis temporadas ya completa y con desenlace satisfactorio. Pero me atrevo a decir que los fans – yo incluida – estarían dispuestos a seguir a la familia Crawley durante muchos años más. Es por eso por lo que las películas no son más que “caramelos”, con el único propósito de regalar a los seguidores de la serie unos momentos más con estos personajes tan emblemáticos.

Downton Abbey: Una nueva era parece ser la culminación de todas las tramas e, inevitablemente, el mundo que conocíamos al inicio de la serie se desvanece por momentos. Las vidas de los miembros de la familia Crawley y la de sus sirvientes están encaminadas de tal forma que dejan prever un futuro estable, libre de esos demonios que los acompañaron durante tanto tiempo.

¿Da cabida para una tercera película? Eso es difícil de decir. Por un lado, la cantidad de personajes e historias dan juego a distintos conflictos, pero, por otro lado, hay un límite en cuánto se pueden explorar sus vidas. Puede que una tercera película sobrepasase ese límite y acabara cansando al público, incluso a los más fieles, ya que el solo hecho de entorpecer con las vidas de los personajes de nuevo, después de todo por lo que han pasado, resultaría un tanto forzoso.

*Conclusión

Dos años sin ir al cine. Dos años de salas cerradas y miedo al contagio. El estreno de Downton Abbey: Una nueva era, ha sido también mi primera entrada a las salas del cine desde la pandemia. Y puedo decir que la experiencia, especialmente con esta película, ha sido muy bonita. Risas, sonrisas y lágrimas han acompañado a esta secuela que con tanto cariño nos ha llevado de nuevo a la casa campestre de los Crawley. Una película liviana pero emocional, digna de continuar la popular serie.

Escrito por Gemma Rubio Massó
Cinemagavia
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Toy Story 4
Estados Unidos2019
7.0
28,226
Animación, Voz: Tom Hanks, Tim Allen, Annie Potts, Tony Hale ...
9
21 de junio de 2019
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Woody y su conflicto

Por un lado sabemos desde siempre que los juguetes de Toy Story no son cosas carentes de personalidad, emociones y que muchas neurosis de la vida moderna se ven reflejados en cada uno de ellos. Singularmente en los protagonistas: Woody y Buzz, cuya improbable relación ha florecido y ahondado a lo largo de los tiempos. Woody quien siempre ha sido la figura de autoridad, “básicamente el símbolo del padre” nos alcanza en esta trama como ese padre que ha visto crecer a sus hijos, ha compartido su vida con ellos y a su debido momento, los dejó salir a hacer sus vidas sin embargo sigue ligado a ellos.

El espíritu paternal de Woody y su “cumplimiento del deber” es una de sus características clave (después de todo es un buen vaquero a la antigua) el problema es que, como sucede con más o menos frecuencia en la vida de los padres cuyos hijos emprenden sus propias vidas, el sentimiento de extrañamiento prevalece cada vez más. A Woody eso le comienza a rondar más de la cuenta en su cabeza de plástico. Ahora que ya no es el protagonista y las reglas han cambiado, cuál es el motivo de su existencia? Ciertamente no es un juguete perdido (una de sus peores pesadillas desde siempre) sino que es, a lo mejor peor, un juguete desplazado.

Escuchando tu voz interior

Así las cosas, Forky (qué básicamente es un tenedor con manos de limpiapipas y pies de palo de paleta) no tiene conciencia de lo que es, (la creación y juguete de Bonnie) y se niega a dejar lo que piensa que es (basura). Esto hace que Woody entre en acción, y al mismo tiempo que lo alecciona sobre la importancia de ser un juguete, comience a profundizar en sus propios problemas.

La revaloración y la lucha para lograr superarse y encontrar la voz interior, están plenamente representadas en este par.

El detonante de la acción es un breve viaje de vacaciones en el que evidentemente Bonnie va a llevar a sus juguetes y en el que toda su atención estará sobre Forky.

La pandilla deberá afrontar las consecuentes aventuras de la necedad de Forky y del arrojo tradicional de Woody que está decidido a cuidar de que nada le pase. Suceda lo que suceda… y sucede mucho.

Viendo hacia afuera

La trama plantea de manera perfecta todos los miedos que puedan surgir cuando se pierde la popularidad y se siente que el deber sigue llamado, pero al mismo tiempo es un llamado a pensar afuera de la caja a no dormirse en los laureles y ver las opciones que surgen a cada paso y que tal vez no se toman por no querer salir de la zona de confort o provocan demasiada ansiedad. Ese es el mejor mensaje de esta película. Opciones encontrar propósitos nuevos para enfocar viejos conocimientos una verdadera vuelta de tuerca existencial.

Nuevos Crush

Al mismo tiempo como en cada película de la saga se nos presentan personajes nuevos y con los cuales podemos tener un crush instantáneo. Entre ellos Ducky y Bunny (Keegan Michael-Key y Jordan Peele) un par de peluches de feria que prácticamente son inseparables y que ponen la nota de salida cómica a muchas situaciones. También Duke Caboom (Keanu Reeves) un motocicilista Canadiense en el mejor estilo de Evel Knievel ,la adorable minitoy Giggle McDimples (Ally Maki), y desde luego, la muñeca antigua con alma creepy: Gabby Gabby, (Christina Hendricks) la matrona de una tienda de juguetes vintage, con un terrible secreto.

Ningún juguete fue herido durante la filmación
Dentro de la aventura obvio están las “secuencias de alta acción y gran riesgo” (ningún juguete fue lastimado durante la filmación de esas escenas) que cada vez son un reto para resolver pasando por el desafío de no ser visto en acción por los humanos. Pero de nuevo la pandilla se las arregla para lograr su cometido y de paso re encontrar a la nueva representante de la liberación femenina de porcelana… Bo Peep y sus fieles ovejitas.

Alguien dijo empoderada?

Bo ha vivido una vida que tal vez hubiera deseado vivir Lara Croft, Katniss Everdeen, Capitana America y hasta Jazmin de Agrabah… ha hecho su propio destino. Es una especie de Sarah Connor (sin Terminator) libre, con sus propias heridas de guerra y decidida a seguir sus aventuras sin que nadie le ponga ataduras ha recorrido un largo camino desde su pedestal hasta el dragster race y …sigue tan campante…

Guion redondo
Toda esta alucinate aventura escrita por Stephanie Folsom en conjunto con Andrew Stanton («Buscando a Nemo«) pone en la mesa una gran aventura de acción y comedia donde el destino es el enemigo más que existir un villano concreto, y a la par de la resolución de los problemas y la aventura, caminan los valores y también las ansiedades de los protagonistas. El guion es redondo no tiene desperdicio y no fija su atención en un solo motivo ni personaje, eso le da un dinamismo extra.

Una historia que se supera a sí misma

Josh Cooley dirige esta “supuesta” última parte de la serie con la misma y libre intensidad que imprimió en intensa mente y conduce la materia prima de la trama dándole a cada personaje su tiempo y reiniciando viejas historias entre sus protagonistas (Woody y Bo) que van a desencadenar todos los giros de trama en una historia que se supera a sí misma.

Conclusiones

Es cierto que han pasado 24 años desde que encontramos a Woody por primera vez y que hemos pasado este tiempo creciendo; los primeros fans ahora están por los 30’s. tal vez muchos de ellos tienen hijos de la edad de Andy en la primera película Toy Story es una historia ligada a lo que significa ser niño y la parte vital de los juguetes que acompañan esa etapa y como cualquier juguete se quedarán en nuestra memoria por siempre. También es cierto que al pensar en ellos sonreímos y añoramos su compañía y las incontables horas de risa, juego y aventura que pasamos con ellos y eso está bien.

Escrito por Fabián Quezada león
Cinemagavia
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4
21 de noviembre de 2018
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Punuación: 3,5

La nueva prospectiva del cortometraje

La cinta debutante de los hermanos Baker es el resultado de su interesante cortometraje Bag Man. Tras su paso por varios festivales en el 2014, llamó la atención de varias productoras que finalmente les dio la oportunidad de realizar su primer largometraje. Nadie pone en tela de juicio de que el cortometraje es una buena prueba de fuego, ejercicios para demostrar el potencial. Lo que sí se puede poner en duda es en realizar tu primera película a partir de un corto. Una tendencia que se lleva poniendo de moda en los últimos años. Es decir, el cortometraje está perdiendo su valor estético per se para convertirse en una escena de un proyecto de película. Historias que por otra parte no dan más de sí, se convierten en simples high concept que se pierden en la nada.

Antes de que nos puedan llover palos, es cierto que hay bastantes películas buenas basados en cortos. Por citar algunos ejemplos: Napoleon Dynamite, Distrito 9 o Whiplash. Es más una tendencia que se produce últimamente en películas de género. Grandes cortos con conceptos espeluznantes como Mamá o Lights Out dieron cintas muy pobres. Tal vez sea por guiones poco trabajados que no suelen estar a la altura de ese gran concepto. El caso de Kin pertenece a este último grupo. ¿De verdad que un concepto de un chaval que se encuentra un arma futurista da para un largometraje? Por el resultado visto, nos atrevemos a decir que no.

Desde la referencia a lo vacío

Daniel Casey es el guionista encargado de dar más entidad a la película de los Baker. Pese a que tenga poca experiencia, Casey tiene varios proyectos interesantes en un futuro cercano como Fast & Furious 9 y Kill Or Be Killed. En el caso de Kin tenemos un guión que se esfuerza por llenar la película de elementos dramáticos: niño adoptado, madre fallecida, hermano recién salido de la cárcel, problemas escolares… Al final la película está tan recargada que es imposible creértela y entrar en su juego. Por lo tanto en vez de ser una película emocionante, queda una película hueca, sin personalidad, en definitiva, sin alma. Las relaciones entre los personajes son frías y distantes, funcionan como collage, como elementos puestos al azar.

Respecto a la trama en sí, la película pasa de ser una película “amblin” a una road movie. Como road movie la película se cae también. Y eso que contamos con una buena actuación de James Franco que interpreta a una suerte de capo criminal sin escrúpulos y la presencia de dos misteriosos motoristas que persiguen a los hermanos. De hecho esta relación de los hermanos es otro gran tema de la película. En boca del propio personaje de Jimmy (Daniel Casey) “Por fin podemos tener una relación de hermanos”. Y esta relación fraternal es uno de los aciertos de la película ya que pasan de ser casi desconocidos a buenos hermanos.

POST-apocalismos

En último lugar vamos a comentar varios elementos audiovisuales de la película. En Kin tenemos dos partes completamente diferenciadas: la primera parte está compuesta por un aura postapocalíptica ya que transcurre en Detroit, una ciudad casi fantasmal que ya ha sido aprovechada en películas como It Follows o Lost River. La segunda parte, la road movie, esta llena de paisajes desolados, gasolineras en medio de la nada, etc. Todo esto reforzado por la banda sonora compuesta por la banda de post rock, Mogwai. Nos encanta la banda escocesa y apenas está aprovechada en la película. Así pues no es de locos pensar que durante toda la película flota un sentimiento de la soledad, la tristeza… Una buena intención que no termina de funcionar porque en ningún momento se atisba la cohesión entre los elementos.

Conclusión

Pese a una prometedora premisa y un póster alucinante, Kin no consigue desarrollar el potencial que se le presuponía. Queda demostrado que no hace falta acumular de elementos una película para dotarla de personalidad. En el caso de la película de los Baker tenemos una película impersonal, que no transmite emociones, que queda deslavazada en un sinfín de elementos sin personalidad. Lo mejor que se puede decir de ella es que es un corto alargado.

Escrito por David Domínguez
https://cinemagavia.es/kin-pelicula-critica/
Cinemagavia
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9
5 de septiembre de 2018
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué pruebas puede soportar el cariño y el tiempo compartido? Qué puede derrumbar las relaciones más funcionales (aunque no sean poseedoras de una exultante felicidad) Las respuestas son amplias, pero nacen en el poder de secretos que ya son imposibles de llevar cargando y Joan lo sabe bien.

Close encarna a una mujer dedicada, extraordinaria, amante absoluta al grado de subyugar todo su ser a la figura de su hombre; pero ese arrobamiento se comienza a desquebrajar cuando el sube y sube extasiado de si mismo en los pináculos de la fama; sobre todo porque esa fama es una fama tan frágil y efímera como una burbuja de jabón.

Glen Close quien ha estado seis veces tan cerca del Oscar, realiza una absolutamente impecable y definitiva encarnación de Joan, como para desear verla estar nominada como mejor actriz. Su contención y dominio de su rostro la hacen exquisita, etérea, pero con una fuerza capaz de derrumbar murallas si es necesario y lo mejor es que lo hace con la elegancia y la inteligencia completa que la envuelve. Close no simplemente es el corazón de la trama, sino que es el intelecto manejado con una gracia omnipresente. Es el fuego y el agua contenida cuyo oleaje emocional bulle bajo la aparentemente perfecta y resignada superficie.

El guión de La Buena Esposa está esplendorosamente escrito por Jane Anderson, basado en la novela “La Esposa” de Meg Wolitzer. Cada palabra es sopesada y dicha en el lugar y momento adecuado, siempre agudas, siempre bellas, poderosas, con la fuerza definitiva que le imprimen las actuaciones de Close y Pryce. Simplemente disfrutar de esa clase magistral de actuación por parte de ambos ya es en sí un deleite.

El Director Bjorn Runge guía el trabajo de esta sensacional pareja con una sólida familiaridad. Son una pareja que se conoce demasiado, que se ha vivido demasiado, que se ha compartido demasiado. Y que se ha tolerado demasiado.

Esperan una noticia ansiosos, pero eso no impide los devenires de la relación: el ansia, la felicidad y hasta el deseo desmadrugado. La noticia del triunfo sin embargo, nos queda claro, trae consigo otras cosas que nos dejan pensando y deseando ver que nos las descubran.

La trama de La Buena Esposa nos seduce, nos encadena, porque abre lecturas en varios planos; expone desde la raíz la intimidad de la pareja, los silencios, los anhelos y las cosas que por obvias se callan. Joan y Joe son dos entidades que se han amalgamado pero que en el fondo saben perfectamente que solos no podrían haber llegado hasta ese momento.

Y por medio de flash backs nos dejan penetrar al cómo fue que toda su historia comenzó, cuando Joe era profesor de la universidad y Joan solo una estudiante brillante. Y como una cosa va llevando a la otra, la base de su relación, pero también de su separación, comienzan a dibujarse en el panorama.

Cuando en su juventud Joe (Lloyd) y Joan (Actuada por la verdadera hija de Close: Annie Starke) se conocen, las chispas no solo estallan físicamente, las mentes y su capacidad literaria entran en el mismo crisol. El mismo donde se fraguará el elemento más sólido de su relación: su complicidad laboral.

Obviamente, como sucede muchas veces, en cuanto el nombre de Joe llena la escena del Nobel; un periodista Nathaniel Bone (Slater) quien está demasiado interesado en escribir la biografía de Joe, al grado de que los sigue a Suecia esperando sacar material jugoso para su labor, no va a dudar en usar los trucos que sean necesarios para desentrañar algo que a él le huele demasiado “raro” la carrera de Joe comenzó a cambiar radicalmente desde que se unió con Joan. Nathaniel va a seguir los cabos sueltos (y los no sueltos), apostando por una historia que sabe jugosa. La entrevista de Joan y Nathaniel es toda una historia en si misma.

Close y Pryce se deslizan como en un ballet cuando están juntos en pantalla, ante el ojo de la cámara existe tal intimidad y extremos emocionales que casi se es un observador fantasma que invade su matrimonio.

Joan como en muchas familias es la figura materna que prodiga sabiduría ante lo que puede presentarse, con esa presencia que controla dulce y tranquilamente desde los egos extremos hasta los hijos inseguros, pareciera doblegada, dócil, pero sin embargo internamente posee una profunda fuerza y determinación que nadie podría pasarla por alto.

La Buena Esposa encierra en su mundo de cotidianeidad todo un arsenal de sentimientos, de secretos compartidos y del agridulce sabor de la fuerza del cariño que se ve llevado a extremos en los que el desenlace puede ser una salida, pero no es en lo absoluto la que se deseaba. El destino siempre tiene la última carta y puede dar un giro inesperado a los deseos de buscar una salida como muchas veces sucede con las parejas que en su propia y extraña forma se aman… a pesar de todo.

Escrito por Fabian Quezada Leon
https://cinemagavia.es/la-buena-esposa-pelicula-critica/
Cinemagavia
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