Dos hermanas gemelas, Clara y Fernanda, forman pareja de vóley-playa. Las dos son especialmente sensibles a los fenómenos paranormales y muestran una gran conexión entre ellas. Clara empieza a contactar con lo que parece ser el espíritu de un niño y sufre un grave accidente de moto debido a esas visiones. Como Clara queda en estado catatónico, Fernanda acepta la sugerencia de su médico, que propone someterla a una terapia de hipnosis para hacer despertar su conciencia.

No se puede considerar original ninguno de los ingredientes de esta breve película de terror brasileña, pero la mezcla me ha resultado entretenida: fantasma vengativo, posesiones, el otro lado del espejo, hermanas gemelas interconectadas, hipnosis con efectos indeseables…

Lo mejor: el doble papel de Cleo Pires, por otro lado, muy bien resuelto técnicamente, Andressa Cabral en el papel de Ingrid, y el oscuro secreto del pasado.

Lo peor: el escaso talento en la dirección para crear secuencias de suspense.

Jack, un antiguo director de orquesta, vaga por las montañas esperando tener el valor para suicidarse. Un día descubre una niña buscando comida en su mochila. La niña no habla, pero se comunica con el lenguaje de sordos. Parece estar huyendo de algo y Jack no puede dejarla desamparada.

Empezaré por lo bueno: la niña es expresiva y natural, el bosque y la alta montaña están bien fotografiados y la película no engaña, sabes desde el principio lo que vas a ver. Además, a todos nos gustan las redenciones caídas del cielo.

Lo negativo: Trauma mil veces visto, ausencia total de sorpresas, malos de pacotilla, incoherencias del guion y desenlace “de acción” francamente malo. En fin, un entretenimiento menor si no hay nada mejor que hacer.

En 1938 Hitchcock dirigía “Alarma en el expreso”, en mi opinión la película más brillante de su etapa inglesa. En ella, una anciana desaparecía en un tren y la protagonista se desesperaba al comprobar que ninguno de los pasajeros parecía recordarla.

El esquema es similar aquí. La joven Victoria Barton llega a París en compañía de su hermano Johnny, en vísperas de la inauguración de la Exposición Universal de 1889. A la mañana siguiente, Vicky no encuentra a su hermano en el hotel donde se alojaron. No solo ha desaparecido él, también la habitación en la que pasó la noche. Los responsables del hotel aseguran que llegó sola y la joven no consigue convencer a la policía de lo contrario.

Curiosamente sería Hitchcock quien adaptaría de nuevo esta historia parisina en su serie de televisión “Hitchcock presenta”, con el protagonismo de su propia hija.

En todo caso, es mejor no saber nada de leyendas urbanas o de hechos reales en los que se basa y sumergirse en un agradable misterio. La película juega muy bien al despiste y es fácil caer en algunas de sus pistas falsas.
Está muy bien realizada y aprovecha de maravilla un metraje de solo 86 minutos.

Cuenta también con buenos personajes. Además de una encantadora Jean Simmons, que transmite primero ilusión y después angustia, tenemos al buenazo de David Tomlinson, conocido sobre todo por “Mary Poppins” y “La bruja novata”, que, aunque fatigado por el viaje, no puede negarse a los ruegos de su hermana pequeña, cuando quiere visitar de noche la ciudad. Hay también un apuesto caballero, interpretado por Dirk Bogarde, los siniestros dueños del hotel (¿qué demonios están ocultando?), una joven espoleada por su madre a seducir a un galán y una sirvienta que se convertirá en estrella de uno de los números de la Exposición, el vuelo en globo.

La verdadera historia de Cleopatra supera en interés, suspense y carga melodramática a cualquier película que se haya hecho sobre ella.

Este documental, a lo largo de hora y media, repasa la arrolladora personalidad de esta mujer, que causó una verdadera conmoción en el mundo antiguo.

Son muchos los detalles mayoritariamente desconocidos de su vida que son descritos en el documental, apoyándose en unas cuidadas escenificaciones. En ellas, los actores elegidos resultan apropiados y en especial su protagonista, la joven actriz Ellie Goffe, que evoca de manera magnífica la belleza legendaria de la última reina de Egipto.

Desde niña, presenciamos el clima de violencia que se vivía en la dinastía ptolemaica, la rivalidad con su hermano, la necesidad de aliarse con la potencia más poderosa de entonces para mantener el poder, su capacidad para seducir a los hombres más poderosos del momento haciendo uso de su belleza e inteligencia, y su papel como madre abnegada que buscaba el mejor legado para su hijo.

Pero también la narración nos muestra su lado oscuro, sus mentiras, sus traiciones y sus asesinatos.

Completísimo documental para comprender la importancia de la reina, la amante, la madre, la diosa y la asesina.

Cinco personajes famosos sirven de hilo conductor para analizar la ciudad de Nueva York en los años 80. Algunos de ellos nos parecen hoy realmente pintorescos, como la despótica “reina de los hoteles de lujo” Leona Helmsley, o un jefe mafioso poco discreto como John Gotti. Ver a un joven Donald Trump en sus inicios como fanfarrón también merece la pena.

Hay mucho que comentar sobre el enriquecimiento fácil y sin escrúpulos, el poder de los medios de comunicación, la fama construida sobre mentiras y las variables sociológicas que influyen en la popularidad o en la caída en desgracia de una celebridad.

La realización del documental es mejorable. En primer lugar, hay demasiada reiteración en lo que se cuenta y por ello el metraje podría haberse acortado. En segundo lugar, el montaje en ocasiones es desafortunado, por su estilo entrecortado, lleno de frases efectistas y gratuitas, como “Era una malvada”.

Tampoco convence la inclusión, al mismo nivel que los otros, de la figura de Rudolph Giuliani, un fiscal que se jugó la vida combatiendo a todas las familias mafiosas de la ciudad.