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Críticas de GonzaloyGracias
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Críticas 208
Críticas ordenadas por utilidad
7
12 de septiembre de 2017
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La guerra del planeta de los simios de Matt Reeves, con guion de él mismo y Mark Bomback, es la tercera película de una trilogía contemporánea que reinterpreta el asunto y los caracteres del film, sin duda memorable, que dirigió Franklin Schaffner en los años setenta (S. XX), sobre una novela de Pierre Boulle. La nueva entrega nos cuenta un episodio de la guerra entre “simios humanizados” y “humanos simiescos”, en un escenario de guerra de exterminio y lucha extrema por la supervivencia, donde la nieve, el frío y los bosques tienen un papel protagonista.
Estamos ante una gran película bélica, que no de mera acción que, cumpliendo con los requisitos de comercialidad y espectacularidad, nos cuenta una historia con trasfondo de reflexión política. Esto sin caer en la impostura, pues el film, que deja al espectador sin aliento, tiene un tono bastante sombrío, dado por la historia, por la soberbia puesta en escena, la excelente fotografía y la música algo premiosa, a veces, pero excitante, de Michael Giachino.
La película es, ante todo, una gran narración de épica clásica -de las que ya se hacen pocas- y a la vez un prodigio técnico, pues mediante la animación digital consigue que Andy Serkis, Steve Zahn y resto de actores puedan expresar sus emociones a través de sus “máscaras digitales”. Film con referente obvios, que han sido señalados por los críticos y los espectadores, como el personaje de Harrelson, equiparado, con reservas, al coronel Kurt (Marlon Brando) de Apocalyse Now de Coppola; incluida la broma tan comentada de ese grafiti que se ve en la película que dice: Ape-ocalypse Now (ape=mono). En mi caso ese personaje, en alguna escena, me recuerda al jefe del campo de concentración de la Lista de Schindler de Spielberg.
“Me hice humano porque no podía hacer otra cosa”, dice Peter el Rojo en Informe para una academia de Franz Kafka. A los simios de esta “saga” les sucede lo mismo.
Gran película, por tanto. Y para todo tipo de espectadores.
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7
27 de octubre de 2016
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Hay una particularidad del cine iraní -el que consigue superar la censura- y es que los actores que vemos en pantalla se comportan como si los espectadores, acompañados por los censores, estuviéramos en la sala, o en la cafetería, o en el coche, donde se está desarrollando la secuencia. Quiero decir, que si hay un actriz en la escena y está en la intimidad de su casa, nunca se quitará el pañuelo de la cabeza. O si está en esa intimidad con su actor-marido, nunca veremos un arrebato de cariño. Los espectadores, junto a los censores, es como si estuviéramos en esa escena, viéndolos -y los censores censurando- y aquellos, por tanto, comportándose de acuerdo al código social de una teocracia.

Esas limitaciones que atentan al librepensamiento, a la libertad de expresión, se "subliman" -que diría Freud- en una gran intensidad. Ocurre en esta película.

Un asunto cotidiano como la negativa de un padre -de un ingeniero patriarca- a que una hija ya casadera viaje sola hasta Teherán, en avión, para una cena-fiesta de despedida de una compañera, se convierte en un asunto de extrema emotividad.

Las conversaciones ilusionadas de la chicas -de la burguesía del país- sobre su futuro, con su planes de estudio o de boda, o sus no-planes debido a las presiones familiares... La tensión en la casa cuando llega el patriarca, un tipo áspero pero que no es malo, acostumbrado a ser el gran sultán de su familia... Todo esto tiene una enorme intensidad. La intensidad de las ilusiones que se pueden frustrar, la intensidad del "miedo" a expresar por parte de una hija cuáles son su ilusiones... Los personajes, la sociedad iraní, están en su jaula de usos y tabúes, pero entre los barrotes se escapan las frustraciones que produce vivir presos en su propio país.

El otro "recurso" que puede explicar la intensidad que tiene esta película, es que buena parte de lo que quiere contarnos está de forma "implícita": no son casuales las imágenes en las que nos muestras a una niña vestida de niña en contraste con una adolescente vestida con los ropajes tradicionales obligatorios. O el recuerdo de lo cariñoso que era un padre -el sultán- con sus dos hijas cuando estas era niñas y no como ahora que se ha convertido en un padre autoritario y distante.

Porque una de las "victimas" de esta situación asfixiante es el propio hombre, el propio padre en esta ocasión, que debe seguir unos códigos sociales con los que su conciencia o su sensibilidad pueden estar reñidos.

El viaje clandestino de la hija tendrá un contratiempo que desatará la "madre de todas las disputas". Pero a la vez enfrentará a ese padre con todas sus contradicciones y con todo su dolor escondido en el reencuentro con su hija, y con una hermana a la que "repudió" en su juventud por casarse sin su consentimiento.

Cine intenso por los conflictos sociales y psicológicos acumulados. Cine de interiores, de casas y habitaciones, de mentes clausuradas que están a punto de estallar. Cine implícito, donde buena parte de los contenidos están presentes, pero no lo están de forma explícita debido a la censura.

La película tiene un no-final. Es obvio: la tensión continúa.
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6
13 de septiembre de 2016
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Crazy to act dirigida por Earle Rodney y producida por Mack Sennett, sigue siendo vista sobre todo por la presencia de Oliver Hardy en uno de los papeles protagonistas.

Pero esta comedia muda tiene otros elementos de especial interés: El principal es que es una de las primeras veces en que el cine es protagonista como tal. Uno de los primeros casos de cine en el cine.

Para conseguir en matrimonio s una bella que quiere ser una celebridad cinematográfica, el personaje de Oliver Hardy -que tiene dinero y kilos de sobra-, tiene que prometer a su pretendida que la convertirá en una estrella de cine. Para esa tarea encarga a un director aficionado la dirección de un melodrama en la que el protagonista masculino... es el verdadero enamorado -oculto- de la bella.

El rodaje es un desastre a causa de la ineptitud de director y a la vigilancia a la que le somete su ayudante de dirección en la escenas de amor, que no es otra que la esposa puritana del primero. La secuencia de la explosión de una casa que luego no se ve en el montaje es un derroche de ingenio.

El mediometraje es una parodia del género melodramático y, a la vez, un repaso humorístico de los precarios medios técnicos del cine mudo en la producciones de poco presupuesto: falsos aviones y lanchas motoras, falsos decorados móviles en forma de tiovivos...

Una película de un fino humor que explota las tipologías de los distintos personajes y las locuras que desataba el "estrellazgo" entre las jóvenes de la época... y entre los rijosos que pretendían "comprarlas".

Más que interesante.
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7
23 de mayo de 2016
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El cine de Iván Sáinz-Pardo -desarrollado,por ahora, en el formato del cortometraje, pero no por eso menos "grande" que si fueran largometrajes-, busca la complicidad del espectador a través de la emoción. Este thriller produce inquietud a través de la ruptura del orden lógico de los acontecimientos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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Amerikan Passport
Documental
Estados Unidos1999
--
Documental
5
11 de abril de 2016
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Paget Reed cogió su cámara en 1997 y se lanzó al mundo, con pocos dólares en el bolsillo, a descubrir las ocho maravillas del mundo. Visitó algunas, pero lo principal es que fue testigo, accidental, de algunos de los grandes acontecimientos políticos y sociales de ese año.

La cámara y el cineasta no pretenden hacer un documental, sino rodar un testimonio cinematográfico de un viaje: una especie de diario fílmico, sin más pretensiones. Por tanto no hay un guion, ni una documentación previa, ni un montaje que dé sentido a lo rodado, ni siquiera una intencionalidad artística o política.

Reed rueda lo que se encuentra, pregunta al primero que ve, saca alguna conclusión de párvulo y algunas de las cosas que están ocurriendo las contrasta con las opiniones de su abuelo. Su abuelo, excombatiente, anticomunista, tiene una ideología capitalista, nacionalista y muy "americana". Lo que ocurre en el mundo parece darle la razón a veces..., pero otras no. La plaza de Tiananmen, la caída del muro de Berlín, la victoria de Violeta Chamorro en Nicaragua... La pervivencia del régimen chino -segunda potencia mundial-, el "reinado" de Puttin en Rusia, la vuelta de Daniel Ortega en Nicaragua, cuestionan una visión simplista, de novato, de individuo que coge la cámara y nos cuenta "su" verdad.
Y es que el mundo y los aconteciminientos que ocurren en el mundo son más complejos y se rebelan contra la simplicidad ideológica.

Interesa de este boceto de documental lo que tiene de frescura -a pesar del tiempo pasado. Por ejemplo cómo Paget Reed regresa de un viaje turístico a los alrededores de Pekin y se encuentra con la matanza de Tianamanen. inolvidables las imágenes que rueda de bicicletas aplastadas por los carros de combate, el cadáver quemado de un soldado o los testimonios de los que todavía se atreven a hablar. Las imágenes salieron clandestinamente de China, y pudieron hacerlo porque Reed no era un periodista controlado por el régimen.
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