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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3,333
Críticas ordenadas por utilidad
10
20 de marzo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Patricia es “el patito feo” de la familia Harrington. Siendo la mayor de dos hermanas, es la rechazada por mamá, la burlada por Grace su linda hermanita, y la ignorada por cada hombre que conoce porque, hasta ahora, ninguno se ha dado cuenta que ella tiene su personalidad y que es, además, bastante especial. El único que alienta la autoestima de Pat es papá, quien la ama incondicionalmente, la encuentra realmente linda, y está dispuesto a apoyarla cuando siente que se ha puesto en su contra el resto de la familia. Esto alienta a la muchacha, quien, entre tanto, se derrite por Tony Anderson el pretendiente que ahora tiene su hermana Grace, aunque él ni siquiera la determina.

Con este paisaje, bastante común en nuestra desdeñosa sociedad, comienza una de las mejores comedias que se hayan realizado en el Hollywood de los años 1920 ¡plena Edad de oro! sin hacer parte de los grandes comediantes de la época (Lloyd, Keaton, Chaplin…) y con una chica como protagonista, Marion Davies, que parecía solo encumbrada por el poder del imperio periodístico de William Randolph Hearst, pero que, en realidad, tenía mucho, pero mucho talento.

En, “LA QUE PAGA EL PATO”, la Davies es una comediante perfecta: Con un gran histrionismo, polifacética, gran imitadora, ágil y de recursivos movimientos, y con un encanto que te hace quererla y valorarla como se merece.

Extrañamente, obtuvo más éxito su segunda película junto al director King Vidor (“Show people”), pero yo creo que ésta es más redonda, mejor actuada por todos sus protagonistas… y con un guión (escrito por Agnes Christine Johnston basada en la obra de Barry Connors) absolutamente redondo, donde se recrea con eficacia una problemática social que afecta a muchísimas personas, especialmente mujeres, y con unas situaciones tan divertidas que hacen que las carcajadas estén aseguradas.

Acompañan a Marion Davies, nada menos que la peso pesado Marie Dressler (quien dos años después ganaría el Oscar por “Min and Bill”), haciendo de la madre excluyente que lo quiere todo para su pequeña. Dell Henderson (asociado por muchos años como actor y director de la compañía Sennett), es aquí el dulce padre que necesita encontrar el día en que se amarre los pantalones, porque la carreta la vienen arrastrando, a su pleno capricho, su mujer y su consentida Grace. Y Lawrence Gray, resulta inolvidable como el seductor y travieso camarero, logrando en la escena del restaurante uno de los momentos más jocosos de la película.

“LA QUE PAGA EL PATO” ratifica lo bien que King Vidor conseguía acomodarse a los diferentes géneros cinematográficos, logrando de tanto en tanto, obras con aroma a eternidad como esta magnífica comedia. Y Marion Davies, una mujer inteligente y emprendedora, se merece con esta actuación el calificativo de excelente comediante.

¡Ah! Y si deseas saber cómo enamorar al hombre que te tiene fascinada, Tony y Pat compartirán generosamente sus lecciones.
Luis Guillermo Cardona
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9
14 de febrero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No seas mentiroso. No debes ofender ni lastimar a nadie. No debes pelear sino hacer siempre lo correcto y entonces tendrás una vida satisfactoria (…) Los muertos vivirán de nuevo. Estarán otra vez aquí en el otoño o en la primavera (…) Baila cada seis semanas. Has una fiesta con baile donde haya comida para todos y luego báñense en el río. Eso es todo”.

Estas son palabras extractadas de, La Promesa de la Danza de los Espíritus, que el líder, Wovoka, legó a los indios Cheyennes a finales del siglo XIX.

También conocido como Jack Wilson, Wovoka (1858-1932), fue un chamán y líder religioso paiute, quien tras una visión que tuvo en 1880, fundó el milenarista movimiento, Ghostdance (La danza de los espíritus), hacia el cual se convirtieron el jefe cheyenne, Sitting Bull, y el líder sioux, Kicking Bear. Ellos creían que, practicando La danza de los espíritus reencontrarían a los búfalos, revivirían a los muertos, y se liberarían del tormento que les causaban los hombres blancos… y todo esto sucedía, pero, de una manera que, quizás, no sea fácil entender.

De todo esto, surgió probablemente la escena de baile que, observado por “Calcetines”, realiza en solitario el teniente John J. Dunbar; y de paso, la brillante idea de hacer que él fuera llamado, “El que baila con los lobos”, por los indios Sioux (curiosamente, la palabra baile se deriva del latín, baiulus, que significa, teniente). De una especial manera, el hecho de que tan solo un hombre blanco tome conciencia del gran valor que, como cultura y como seres humanos tienen los nativos, va a irradiar al mundo e irá dejando huella en uno y en otro corazón.

En tal sentido, el papel que han desempeñado, Michael Blake, con su especial novela y su brillante guion; Jim Wilson, como co-productor; y Kevin Costner, como co-productor, director y protagonista de esta admirable y honesta película, me merece los mayores aplausos, porque es de esta manera como, paso a paso, va entrando luz en los ojos y en el corazón de la humanidad... y nos vamos dando cuenta de que, lo que nos han contado como historia, en su mayor parte no ha sido más que una vulgar, manipuladora y reiterativa mentira.

Recomiendo ver la completa y excelente versión de 224 minutos, editada con el criterio de Kostner, porque ahora todo está puesto en el punto justo como debía estar; y ahora sí creo que la película se merecía no solo cinco Premios Oscar sino seis o siete, porque, Graham Greene como Kicking Bear y Rodney A. Grant como Wind in his air, estuvieron impecables.

Para terminar, quiero decir que encuentro muy encomiable y ejemplarizante, un magnífico gesto de humildad y de empatía, el hecho de que haya sido, Dunbar, quien se haya predispuesto a aprender el dialecto de los indios, sin pretender que ellos aprendieran el inglés. Esto es algo que están en mora de tomar en cuenta los presidentes estadounidenses que siempre han esperado ser entendidos, pero nunca se disponen a entender a los demás.

Título para Latinoamérica: <<DANZA CON LOBOS>>
Luis Guillermo Cardona
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8
11 de febrero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cuándo entenderá la humanidad que, no se trata de luchar los unos contra los otros, sino de que construyamos los unos junto a los otros? ¿Cuándo comprenderemos, por fin, que el otro existe para que yo pueda prodigarme con él... y no para que busque qué puedo arrebatarle? ¿Cuándo veremos la luz que nos despierte y nos permita entender, que adquiriré mi paz cuando comience a darla a otros; que me sentiré feliz cuando haga felices a los demás; y que recibiré amor, cuando el que yo mismo poseo comience a fluir sin restricciones hacia todos mis hermanos?

<<ESPARTACO>>, es la historia de un hombre que ha perdido la libertad, y de pronto, comienza a sentir que es su derecho recuperarla. Cuando a su vida llega el amor; cuando descubre el compromiso que, el más inesperado de sus compañeros, demuestra ante él mismo; y cuando siente que la crueldad de algunos hombres no conoce límites, resurge en él el deber inalienable de luchar por sus derechos y en defensa de los excluidos. La toma de conciencia pone, entonces, al alcance de su nuevo objetivo, los hombres y los recursos que le permitirán enfrentar al poderoso enemigo... y se inicia así una cruenta lucha donde presenciaremos, de un lado, el compromiso, la hermandad, el reencuentro con lo hermoso que nos ofrece la vida e incluso el amor inmenso que, aún en condiciones muy difíciles, puede darse entre dos ávidos corazones. En el otro bando, surgirán las trapacerías, las conspiraciones, el abuso… ¡y la fuerza de la barbarie dispuesta a aniquilar toda esperanza de libertad!

El director, Stanley Kubrick, nos asegura un filme pletórico de lucidez ideológica, basado en la comprometida novela de, Howard Fast, que ha sido traducida a casi cincuenta idiomas. El guion de, Dalton Trumbo, preserva los profundos caracteres de una merecida lucha de clases, y contra todos los esfuerzos que se hicieron para suavizarla con el ánimo de no atraer la censura, la historia se preserva coherente y digna del mayor encomio.

Particularmente, siento que podría sobrar algo de metraje, pero, muy buena parte de la narración conserva una altura y una significación dignas de la mayor alabanza. El grupo de actores es de una eficacia plena, sobresaliendo, Laurence Olivier, Jean Simmons, Charles Laughton y Peter Ustinov, por la potencia de sus personajes; y aún en su brevedad, el rol de Tony Curtis como Antonino, posee una influencia fuerte y sensible que complementa, muy sabiamente, el ejercicio de libertad y de autoencuentro por el que luchan aquellos desarraigados, encabezados por el gladiador, Espartaco. Reconocimiento inevitable para la espléndida partitura de, Alex North, y para la eficaz y a veces pictórica fotografía de, Russell L. Metty.

Aunque podría verse como la historia de una derrota, Espartaco, es un personaje que se recordará por siempre; un hombre de honor que supo vivir para defender sus derechos hasta el sacrificio de su propia vida... y ésta es, para algunos seres grandes, la verdadera realización humana.
Luis Guillermo Cardona
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10
29 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las principales razones por las que hay tantas, pero tantísimas malas actuaciones en el cine, en el teatro ¡y ni hablemos de la televisión!, es porque ciertos – ¡muchísimos! - actores se prestan para cualquier cosa. Únicamente les interesa el dinero, la fama, el sumar otro filme más a su historial y a su demo-reel, y no les importa si el guion es malo o si el papel que les han asignado es nimio… o incluso si les repugna.

Es entonces, cuando las palabras que le dice, Michael Dorsey a Sandy Lester, su novia y actriz teatral, tienen un gran peso: “No interpretes nunca un papel que tú no sientas”, sobre todo si aspiras a ser un actor profesional, y especialmente, si entiendes -y sientes- que el arte de la actuación merece el mayor de los respetos.

Si así asumes tu profesión, quizás no hagas muchas películas, obras de teatro o dramatizados, pero de seguro serás recordado y pasarás a la historia si lo que llegaste a hacer es memorable. ¡Cuántos actores aparecieron en 30, 50 o más películas, y ya hacen parte del gigantesco promontorio del olvido! Pero hay quienes hicieron tres, cinco, o a lo sumo diez películas, y siempre se les recuerda por uno u otro motivo: James Dean, Grace Kelly, Jacques Tati… son un buen ejemplo de esto.

<<TOOTSIE>>, es la historia de aquel Michael Dorsey, a quien su agente ya no es capaz de conseguirle contratos porque, cual Bette Davis (asociable con el carácter de Dorothy Michaels), los directores siempre lo acusan de problemático y difícil, y claro, para Dorsey la actuación es Arte y no es capaz de hacer nada que su razón le señale que es una estupidez. Pero Michael va a ingeniárselas para conseguir trabajo… aunque para lograrlo va a tener que convertirse en mujer y aparecer en una telenovela.

Es entonces que tiene lugar una de las más divertidas… locas… brillantes… y exquisitas comedias que nos haya dado el cine norteamericano. Por donde se le mire: guion, diálogos, puesta en escena, banda sonora, fotografía, edición… y por supuesto, interpretaciones, <<TOOTSIE>> se merece la máxima nota, porque es la clase de película que te deja 100% satisfecho. Por supuesto, habrá quienes no piensen lo mismo, pero a éstos les recomiendo que vuelvan a verla unos añitos después… y es muy probable que cambien de opinión.

Dustin Hoffman logra, sin duda, una de las mejores actuaciones de su vida; Jessica Lange, Teri Garr y Charles Durning, están absolutamente en su punto, y hasta luce muy bien el director, Sydney Pollack, haciendo de George, el empresario que va a llevarse alguna buena sorpresa.

Y valga recordar una certera frase de la directora de, "Hospital General":
“Es necesario hacer valer nuestros derechos, pero sin despojar a los demás de los suyos”.
Luis Guillermo Cardona
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8
10 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Leyó tantas novelas sobre cenicientas que encuentran a sus príncipes; sobre mujeres que nadaron en la abundancia; y sobre bondades existenciales y lugares maravillosos a los que, con solo tener belleza, consigues acceder, que, Emma Roualt, terminó por creer que todo ésto también era posible para ella, pues, “¿qué hay de malo en intentar que lo que te rodee sea bello?”

A sus 20 años y con su belleza intacta, Emma es pretendida por el médico del pueblo donde habita… y casarse con él será un primer paso para el logro de sus ambiciones. Pero, Charles Bovary, es un hombre conforme que no aspira más que a servir a la gente de su comunidad, aún consciente de las muchas limitaciones que ofrece como médico, y ésto deja insatisfecha a Emma, cuyos sueños siguen intactos, y sigue bien dispuesta a aprovechar la primera oportunidad que se le presente en la vida.

Historia de una mujer, cuya vida al ser proyectada en novela, significó censuras y persecuciones para su autor, Gustave Flaubert; y es el mismo escritor (representado por James Mason) quien, en el filme <<MADAME BOVARY>>, vuelve a ponerla a nuestro alcance para que, con conocimiento de causa, juzguemos si se trata de una mujer mala o es una víctima de su entorno social.

Para, Gustav Flaubert (1821-1880), su primera novela -publicada por entregas en la Revue de Paris, en 1856, y en formato de novela al año siguiente-, le sirvió como ocasión para dejar bien recreada la subestimación y el maltrato a la mujer en una sociedad de aristócratas falsos e incompetentes, y una burguesía frívola y oportunista, sin más compromiso que el que pretende alcanzar en beneficio de sí misma. Se enmarcaba entonces en el realismo literario y se mostraba decididamente progresista en un entorno conservadurista y machista por donde se mirase.

Pero, Flaubert tampoco es demasiado benévolo con su personaje, y muestra a, Madame Bovary, incapaz de asumir su rol de madre; ambiciosa hasta el punto de poner al borde de la ruina a su marido; y decidida a tener los amantes que puedan colocarla en el sitial que tanto ha anhelado.

El director, Vincente Minnelli, se ajusta a esta imagen en su versión cinematográfica, logrando un personaje por el que se consigue sentir más consideración que verdadera simpatía. Un eficiente uso de espejos reflejará la visión que cada vez tiene de sí misma Emma Bovary, representada con plena eficacia por la actriz, Jennifer Jones… y ese primer baile, emparejada con Rodolphe Boulanger (Louis Jourdan), es un afortunado juego de cámaras que deja ver la poderosa sensación de embriagamiento emocional por el que pasa la esperanzada mujer.

Al final, con este acertado reflejo femenino, quizás comprendamos que, algunas aspiraciones que a veces nos obsesionan, no son más que vanas y necias ilusiones. Por eso, en ciertos momentos me gusta orar de esta manera: “Señor, estoy deseando fervientemente tal o cual cosa, pero si Tú consideras que no es bueno para mí, concédeme aquello que realmente necesite”.

Título para Latinoamérica: LA SEDUCTORA
Luis Guillermo Cardona
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