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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3,333
Críticas ordenadas por utilidad
9
2 de febrero de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Harvey Chayne, tiene ahora 10 años y los muchos millones que posee su padre están a su completa disposición. Por eso, soborna, presiona para conseguir lo que quiere, y siente que, en el mundo, todos los seres humanos están para complacerlo. No tiene mamá, y su padre, absorbido por sus muchos negocios, no tiene tiempo alguno para él.

Pero, como la vida es sabia y generosa, considera de pronto que, el extraviado niño, necesita una buena lección. Entonces, conocerá a Manuel, un pescador portugués que viaja en un barco pesquero en compañía de un encantador grupo de hombres, los cuales conocen muy bien el trabajo en equipo; la dignidad como principio de convivencia; el compartir lo que se tiene generosamente; y el disfrutar a plenitud lo que la vida les brinda.

Basada en la clásica obra que, en 1896 publicara, Rudyard Kipling, ese grandioso escritor indio, Premio Nobel de Literatura, a quien el cine le debe: “El Libro de la Selva”, “Kim de la India” y “El Hombre que quiso ser Rey”, entre otras; y con un guion de, John Lee Mahin y Marc Connelly, ésta es una película que se merece la humanidad entera, porque contiene un grato encuentro entre dos mundos; una trascendental experiencia para los soberbios; y una lección de ternura y dignidad para los fríos de corazón.

El director, Victor Fleming, se ha apoyado en un gran equipo de actores protagónicos: Spencer Tracy, uno de los grandes de siempre, revestido aquí de una personalidad tan virtuosa y halagadora que logró convencer, de manera auténtica, al niño al que tiene que aleccionar. Freddie Bartholomew, descollando como un prometedor actor juvenil y convenciendo a todo el mundo aunque el personaje de la novela es un adolescente. Ésta fue siempre su película favorita. Lionel Barrymore, todo un señor del cine clásico con la altura que siempre lo caracterizó; y un joven, John Carradine, el “rival” de Manuel que, quizás, también perciba su grandeza de corazón.

Como libro y como película, <<CAPITANES INTRÉPIDOS>>, resulta esencial en la formación de los chicos… y también de uno que otro adulto que sigue pasando por la vida esperando que ésta se lo dé todo sin tener que hacer el menor esfuerzo.

Esta es la suerte de cine que permanecerá para siempre, porque habla del amor y está colmado de sabiduría.
Luis Guillermo Cardona
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7
10 de enero de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Que bueno que directores de renombre se le estén apuntando, últimamente, al llamado cine infantil donde hay maravillas por descubrir! El australiano, George Miller, consiguió una afortunadísima, “Happy Feet”, y es ahora, Robert Zemeckis, quien se la juega acertadamente con este agradable cuento que logra su cometido en la versión cinematográfica.

<< THE POLAR EXPRESS>>, se ocupa muy gratamente del tema de los escépticos, y su propósito es mostrar a los niños que es cierto lo que sabemos que no es cierto, aunque también nosotros algún día lo creímos…. y mucho deseamos que, en realidad, fuera cierto.

Por esta razón, el sentir de los niños es bien distinto del de nosotros, los adultos, frente a esta película. Ellos se reafirman en lo que les hemos enseñado a creer para mantener viva su fantasía mientras abandonan la niñez... y nosotros nos ilusionamos de nuevo, deseando que aquella bella mentira sea deliciosamente cierta. ¡Que se hagan realidad todas las bellas mentiras!

La película es inicialmente una historia fantasmagórica con un mítico tren, un asistente misterioso y aparentemente malo; un polizonte que se desvanece entre las nubes de vapor y que surge a capricho siempre que se hace necesario; y unos niños, cuya indiferencia ante la navidad los hace lucir fríos aunque, en el fondo, están llenos de ternura y solidaridad.

Para el grupo de incrédulos menores, el viaje hacia el polo norte en aquel singular expreso, se convierte en ocasión para demostrar su valía y la capacidad de ser amigo. Cuatro chicos se destacan: el uno por su afán de mostrarse como un sabelotodo; otro por su extrema negación; una niña por su liderazgo y su facilidad para darse; y el cuarto pequeño por su fuerte iniciativa y porque está dispuesto a arriesgar su vida cuando siente que alguien le necesita.

A la historia le falta un poco más de alegría, porque resulta demasiado sombría (quizás muy adulta) durante todo el tiempo. Personalmente, no pude evitar que se me viniera a la memoria aquella efectiva, pero brutal historia que, Robert Aldrich, dirigiera, en 1973, con el sugerente título, “The Emperor of the North Pole”, en la que también alude a un viaje en tren... sólo que éste lleva más hacia la muerte que a cualquier otra parte.

Con todo, nos divertimos, fantaseamos... y seguimos encantados con la alta tecnología y con las bellas historias que se viene logrando en la animación cinematográfica.

Antes el lema era el que impuso el apóstol Tomás: “Ver para creer”. Ahora el lema proviene del cielo: “¡Créelo y lo verás!”.

Título para Latinoamérica: <<EL EXPRESO POLAR>>
Luis Guillermo Cardona
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10
10 de enero de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las mayores vergüenzas en la historia de la humanidad, fue la Guerra contra el Vietnam. La motivación fue infame: mantener la colonización y apoderarse de las riquezas naturales del territorio. La excusa pública, ridícula como siempre: "evitar la expansión del comunismo". Las consecuencias: 20 años de conflicto. 45 mil soldados estadounidenses muertos en combate. Miles de lisiados y heridos. Cien mil franceses (entre soldados y colonos) eliminados en los enfrentamientos... y cientos de miles de vietnamitas (soldados y civiles) asesinados, torturados, ultrajados y despojados de todas sus pertenencias sin piedad alguna. Esta infamia la sostuvieron cuatro gobiernos americanos: Truman, Eisenhower, Kennedy y Johnson.

Consciente de este atroz enfrentamiento bélico (cualquier parecido con Irak, es porque la historia se repite y se repite dada la enorme ignorancia y la desmesurada ambición de la clase política), el calificado director, Stanley Kubrick, se propuso llevar a efecto la que sería una de las mejores y francas realizaciones cinematográficas que hayan salido de los Estados Unidos de Norteamérica: <<FULL METAL JACKET>> (La Chaqueta Metálica).

Contada en dos partes: la primera sobre un entrenamiento de soldados en la isla Parrish (1967), donde, el sargento Hartman, es el encargado de convertir a los hombres en máquinas asesinas sin identidad ni sentimientos... y enseguida, asistiremos a uno de los enfrentamientos más brutales y efectivos en su tratamiento cinematográfico, entre los soldados americanos y un francotirador vietnamita dispuesto a exterminarlos.

El tratamiento del filme logra su cometido a todo nivel: puesta en escena, fotografía, banda sonora, actuación... y Kubrick, nos traspasa la epidermis para hacernos sentir la deshumanización y la brutalidad de toda guerra.

El guion, basado en la novela, “The Short-Timers” (1979) de Gustav Hasford, un marine que vivió los hechos que se narran en la película; y escrito por él mismo, junto a Kubrick y Michael Herr, es todo un tratado de la manera como a hombres normales se les convierte en asesinos sin escrúpulos y, con su acostumbrada maestría, Stanley Kubrick construye una obra cinematográfica impactante, dolorosamente cierta y revestida con el sello de la perennidad.

“Evitemos un conflicto armado por todos los medios que estén en nuestro poder, pues solamente lo que se resuelve en paz vale la pena. Sólo males se derivan de la guerra”. El Mahabhárata

Título para Latinoamérica: NACIDO PARA MATAR
Luis Guillermo Cardona
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10
15 de junio de 2017
14 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de ser creada por Zeus, Diana, Princesa de Themyscira –Diana Prince para los humanos- fue 'creada' por el psicólogo estadounidense, William Moulton Marston (1893-1947), para DC Comics. Como profesional de las ciencias humanas, Marston centró sus estudios en buscar una unidad de medida de la Energía Mental que pudiera facilitar el entendimiento del comportamiento humano y la manera como el control o no de las emociones, incide y afecta las decisiones, y en consecuencia, las acciones.

Las cuatro fuerzas de la naturaleza, Marston las asoció, respectivamente, a cuatro ejes comportamentales: Fuego> Dominio (Riesgo, confrontación). Aire> Influencia (Sociabilidad, extroversión). Agua> Sumisión (Calma, paciencia). Tierra> Conformidad (Reglas, normas), y sus amplios estudios son, hoy día, herramientas probadas y de alto uso en muy variadas instituciones, al igual que entre los profesionales de la psicología.

Wonder Woman (Mujer Maravilla) apareció por primera vez en la revista de historietas All Star Comics # 8 (1941), y desde sus principios, fue lanzada como una heroína que tiene como objetivos: La paz mundial, la justicia social, el amor como motivo supremo y la equidad de género. Para luchar contra ella, fue creada una destructora serie de súpervillanos (Ares, Cheetah, Circe…), pero, al haber “nacido” durante la II Guerra Mundial, no podía faltar su frentera lucha contra las fuerzas nazi-fascistas, ante las que resultará demoledora.

La serie de televisión que, entre 1975 y 1979, representara Lynda Carter es, entre las apariciones de la Mujer Maravilla, la más exitosa hasta ese momento… y ahora, con la versión cinematográfica que, ¡magistralmente acaba de dirigir una mujer! -Patty Jenkins la misma que nos diera la impactante “Monster” con Charlize Theron-, ya no hay duda de que, junto a Batman y Superman, Wonder Woman conforma la tríada más poderosa de DC Comics… y yo creo que los supera. ¿Razones?

El personaje y la historia –ambientada esta vez en la I Guerra Mundial-, están dotados de una filosofía que motiva significativas reflexiones. Lo humano se contrasta (y combina) con lo divino, en un estilo totalmente accesible, y con un gran sentido del humor, se nos van dando puntadas que demuestran que una cosa no anda tan lejos de la otra. Los diálogos, con consciente sencillez, motivan valiosos propósitos y resuenan en nuestros oídos (“Eres más fuerte de lo que imaginas. Tienes más poder del que crees”, “Siempre fuiste mi más grande amor, hoy eres mi pena más grande”, “Si ves que pasa algo malo en el mundo, puedes procurar no hacer nada o intentar hacer algo bueno”…). A Diana, conseguimos verla como una poderosa heroína -con efectos especiales de última generación-, pero también vemos a una muchacha sensible, confundida y amante de la humanidad, que intenta mostrar a la mujer que, su rol en el mundo, ya no puede ser pasivo y, en ningún caso, atentando contra la paz del mundo. Algunas escenas de acción nos emocionan -casi- hasta el llanto, ¡y esto ya es bien especial!

Y lo mejor de todo es que, la directora Patty Jenkins, se toma todo el tiempo necesario para bordar seres con una vida sensible antes que héroes, y su filme trasciende de plano el simple entretenimiento, para convertirse en una obra de arte con muy altos valores en todos los niveles. Mención especial para la imponente banda sonora de Rupert Gregson-Williams, la cual sería muy digna de un premio Oscar.

Considero que, “WONDER WOMAN”, ha llegado para revolucionar el cine de superhéroes, y Gal Gadot, se posiciona como la nueva heroína del cine actual… a la que vamos a ver, ojalá, durante un buen rato. ¡Bienvenida!

Título para Latinoamérica: MUJER MARAVILLA
Luis Guillermo Cardona
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3
9 de junio de 2012
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas obras literarias han sido llevadas tantas veces al cine como, “Carmen” de Prosper Mérimée, inmortalizada luego con la maravillosa ópera de Georges Bizet. La primera versión se hizo, en 1909, con Victoria Lepanto en el rol de la rebelde gitana, y después, Marguerite Namara, Marion Leonard, Imperio Argentina, Geraldine Farrar, Edna Purviance, Theda Bara, Pola Negri, Raquel Meller, Dolores del Río, Viviane Romance, Niní Marshall, Rita Hayworth, Sara Montiel, Uta Levka, Mayra Alejandra, Julia Migenes-Johnson, Laura del Sol y otras tantas, han representado el rol de esta mujer que dejó para la posteridad su lucha por la independencia femenina. Con, Carmen, se enaltece a la mujer de carácter; toma forma la hembra dueña de sí misma; y el hombre da cuenta del sendero de tragedia que suele trazar, toda vez que se obstina en sentirse propietario de una fémina que, contra todo, ha elegido la libertad.

Ahora, el turno de adaptar este breve, pero significativo cuento -publicado en 1847- es para el realizador francés, Jean-Luc Godard… y tengo que decir que, el resultado es poco interesante. No es de extrañar que, Isabel Adjani, quien había asumido el rol de Carmen, inicialmente, hubiese abandonado tras escasos días de rodaje.

En primer lugar, y en un acto de absoluta locura (o rebeldía si se quiere), “l’enfant terrible” de Francia ha decidido tirar por la borda todos los progresos alcanzados por el arte cinematográfico, y con la añoranza a flor de piel de su querido, Roberto Rossellini, pero, con muy escasa lucidez narrativa, se ha aplicado mal al cuento de que, “basta un hombre, una mujer y una cama, para hacer una película”.

Una sola cosa parece cierta, <<NOMBRE: CARMEN>>, la hizo –y repito viejas palabras suyas- “con la mentalidad de un chico de 12 años, tratando de llegar a las imágenes como se me ocurrían”. Esto explica que todavía ose jugar al sonido directo dejando que entren en escena toda suerte de ruidos externos; que la iluminación sea natural o limitada a una o dos lámparas de mesa como suele ocurrir en las habitaciones comunes; y que muchas escenas luzcan totalmente improvisadas... y sin significado alguno.

Algunos directores creen que la imagen cinematográfica es, sobre todo, espacio; otros, como Godard, creen que la imagen es tiempo; pero, la verdad es que la imagen es espacio-tiempo y, sin una cuidada confluencia de ambas cosas, cualquier imagen se decanta a medias… o se hunde en la vacuidad.

La, Carmen, de Godard, hecha con música de Beethoven –estaba en su derecho-, pero, tocada en insertos de un ensayo entre tres muchachos sin trascender este hecho, es prolija en detalles superfluos; es fría como la nieve; desapasionada totalmente, aún con sus numerosos desnudos; está llena de repeticiones; los cambios a la historia de Mérimée nada añaden y mucho quitan... y la dinámica general hay que buscarla con lupa, y aun así, es imposible encontrarla.

Si, Maruschka Detmers, no consigue hacerse valer por algo más que su bello cuerpo, su carrera fílmica nunca ascenderá como se merece.

Título para Latinoamérica: << CARMEN, PASIÓN Y MUERTE>>
Luis Guillermo Cardona
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