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Críticas de FEnrique
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Críticas 49
Críticas ordenadas por utilidad
10
13 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La obra, con libreto de Tim Rice, fue presentada como doble L.P. y su éxito inmediato, propició su conversión en pieza teatral, cosechando un clamoroso éxito en los escenarios de Broadway y Londres, donde se estuvo representando durante varios años, dando lugar a numerosas giras y llegando a alcanzar más de 3.000 representaciones".

Maximillian

Creo que es maravillosa la música de un jovencito y genial Lloyd-Weber, mejor aún el libreto de Tim Rice, sencillamente sublime, hurgando en el futuro de las raíces de los clásicos que se aferran en las hechuras de un manierismo concertado más cercano al gusto de los sacerdotes que rehuyen , así es como se supera, a veces, la ortodoxia, así vemos a Cristo en "El Pasmo de Sicilia", bello, a pesar de todo, en su tormento.

Hay cuatro obras maestras perdurables del pop-rock; El cielo en mi mente, Getsemaní, El Sueño de Pilatos y La Oración del Huerto.

¿Existió Cristo? No lo sé y si fue así seguro que no era Dios, este no tiene siquiera que ser antropoformo o tener sexo, ni ser blanco. Pero es el hombre más importante de la cultura Occidental y tenía luz y convencimiento para creerlo. Pero su última pregunta en la cruz nos deja a las claras que se dio cuenta de que era un hombre solo.

Pilate's Dream

Soñe que me encontraba
con un galileo,
un hombre asombroso.

Tenía esa mirada que
rara vez encuentras,
era un tipo turbador y perseguido,
le pedí en la cruz de los ladrones
que había forjado,
que contara qué había pasado
¿Cómo empezó todo?

Volví a preguntarle, no dijo palabra.
y como la estancia estaba llena
de iracundos ciegos,
volví a preguntarle,
no dijo palabra.
como si no hubiera escuchado
ni comprendido.

Hombres salvajes y enojados
Parecían odiar a este hombre.
por ser El Profeta,
cayeron sobre él y desaparecieron
Cayeron sobre él, y se esfumaron
de nuevo. Gritando Barrabás.

Entonces vi millones de hombres
llorando por el galileo,
y luego escuché mi nombre
dejando en mi corazón la culpa.

Autores de la canción: Tim Rice / Andrew Lloyd Webber.
Versión española - Francisco Enrique León)
FEnrique
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10
10 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Esta débil película, hecha sin prácticamente ningún interés por sus estereotipados aldeanos y sus nazis histéricos, no tiene ningún valor dramático o propagandístico (…) Puntuación: ★★ (sobre 5)"

Cuando en diciembre de 1940 llegué a Portugal en mi camino hacia los Estados Unidos, Lisboa se me representó como una especie de paraíso claro y triste. Se hablaba mucho entonces de una invasión inminente, y Portugal se aferraba a la ilusión de su dicha. Lisboa, que había levantado la exposición más brillante que hubiera habido en el mundo , sonreía con una sonrisa algo pálida, como aquella de las madres que han dejado de tener noticias del hijo que fue a la guerra, y tienen que guardarla para alentar su confianza: “Mi hijo sigue vivo puesto que sonrío...” Mirad, decía también Lisboa, lo alegre, tranquila e iluminada que estoy...” Todo el continente oprimía a Portugal como una montaña agreste cargada de tribus de presa; Lisboa en fiesta desafiaba a Europa: “¡Cómo van a tomarme como objetivo cuando muestro tan poco interés en esconderme! ¡Cuándo soy tan vulnerable!”...
(Antoine de Saint-Exupéry - Carta a un rehén Traducción: Francisco Enrique León)

No sé si hubieras sido feliz conmigo, de lo que estoy seguro es de que yo habría sido feliz con tu luz.

Don Charles Laughton, un actor inmenso, destroza esta joya tiernamente, llega más allá del fondo de lo buscado, logra un papel después de obsequiarnos con su maestría única e irrepetible y nos deja pensando que ese difícil papel no podía ser para otro; el guionista lo había creado, sin saberlo, para su rostro extraño, para sus histriónicos gestos, para su acento que penetra en el aire y lo llena todo de valiente tristeza, cuando un cobarde se enamora y no se permite no dar la talla ante los ojos de la chica..

En este alegado poético y melancólico contra el colaboracionismo, más que contra el nazismo, cubre con su aciago resplandor esta joya extraña y eterna; Jean tuvo un padre que pintaba y llenó de blanco y negro la gloria de su hijo. Maureen O'hara actúa como si estuviéramos soñando con ella y pudiéramos tocar su sonrisa triste, su actitud firme contra la desesperanza, y positiva ante la debacle; su hermano es un ejemplo romántico y veraz de la Resistencia humana contra la pérfida tiranía de los supremacistas.
FEnrique
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10
26 de mayo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El rodaje de "Vidas rebeldes" acabaría siendo una tortura para los tres protagonistas, el guionista y el director, aunque es posible que este último, John Huston, disfrutara en el sufrimiento con aquella explosión auténtica de vida que encajaba con su aliento existencial; malgastó en el casino incluso lo que no era suyo[1] mientras fumaba y bebía compulsivamente. No importaba que esa vida se estuviera apagando en los ojos de los protagonistas, porque ese ocaso traspasaba los límites de la ficción para convertirse en un testimonio desolador de la belleza entre el desierto caluroso pero oscuro y el espíritu irrefrenable de la decadencia humana. Probablemente el genial director no volvería a encontrar esa senda en el vientre de la melancolía hasta que llegaron los muertos de “Dublineses” cuando ya se estaba muriendo mientras pagaba el tributo a una ruta plagada de excesos que había provocado que muchas veces no pudiera exhibir su inmenso talento. Para él la vida estaba demasiado por encima de la gloria.

El guion de "Vidas rebeldes", película que, desde mi punto de vista, llegará a ser mítica algún día por sus valores cinematográficos intrínsecos no solo por ser una leyenda, iba siendo modificado en la medida que Arthur Miller se convencía de que Marilyn no iba a cambiar nunca aunque fuera distinta, no llegaría a ser como él quiso alguna vez que fuera antes de su pregonado romance con el actor y cantante francés Yves Montand, él no sería una excepción que cercenara su naturaleza enamoradiza y con tendencia a la infidelidad. Marilyn era aquella muchacha de belleza explosiva que había deslumbrado en una parada de autobús, ligera de cascos, sin familia y, lo más peligroso, sentimental. Sus personajes no tenían ataduras emocionales cuando no quedaba amor, a veces incluso cuando no era así, ni sociales, ya que nunca habían tenido una reputación que proteger o un hogar que mantener en pie. Pero acababan vendiéndose por un gesto de comprensión o una caricia con la mirada.

De aquel duelo involuntario de perdedores se deduce, nunca se confirmó, que Marilyn cayó prendida por el atractivo otoñal y la sonrisa entre cínica y tierna de Clark Gable, y ahí se resuelve el extraño y profundo magnetismo que desprenden las escenas que comparten. Es posible, de ser cierto, que ahí radicara la causa principal de la ruptura[2]; la paciencia de Miller tenía unos límites. Pero también se afirma que el matrimonio ya había naufragado; los devaneos y las tendencias depresivas de Marilyn no mejoraban con esta relación que fue celebrada por la prensa, haciéndole poca justicia a Marilyn, como la unión del cerebro y el cuerpo, a esto habría que añadir un aborto que la llevó a un pasaje del agua sin retorno. Se rumorea que el hijo que esperaba no era de Arthur Miller sino de Yves Montand. Pero ni siquiera es seguro que hubiera estado embarazada. Esto es otra historia que la prensa menos rigurosa no ayuda a esclarecer; llega a hablar de que la actriz tuvo en su vida cuatro abortos, todos ellos involuntarios. Tiempo después supe que Henri Miller tendría un hijo, Daniel, al que abandonó porque tenía síndrome de Down. Daniel lo acabó perdonando, puede que yo no haya podido hacerlo.

Miller desnudó el alma de su mujer y, aparentemente, acabó siendo indiscreto y cruel, tenía motivos sobrados para ambas cosas ya que había sufrido un castigo duro, excesivo incluso para un hombre abierto y liberal como él que pertrechado en su inteligencia sabía beber sin embriagarse los sorbos amargos del drama de la vida. A pesar de todo le acabó sirviendo en el aire el papel que ella siempre había buscado como a una Salomé inconstante, errática y sin ninguna concesión a la prudencia, eso sí cargada de buenas intenciones. Siempre se ha dicho que el pecado más grande de Marilyn era su incapacidad para mentir.

El resultado de “Vidas rebeldes” no acabó de satisfacer a la crítica aunque la considere un documento mítico y único por desvelarnos en primera plana el destino que esperaba a los protagonistas; Clark Gable parecía presagiar su cercano final, con la mirada introspectiva, la respiración profunda y el cansancio en su rostro. Marilyn estaba desquiciada por sus amores perdidos, por el alcohol y el Nembutal, y, para empeorarlo todo, cayó enferma. Montgomery Clift seguía hundido en su tormento y enredado en las drogas que lo arrojaban en el regazo de sus ansias autodestructivas, ya que no podía superar el terrible accidente que lo desfiguró y lo entregó al dolor, a lo que se añadía su sempiterno drama por no asumir su más que probable homosexualidad (hace poco he leído que la vivió plenamente, que no le preocupaba demasiado).3. La película tampoco contó con la mirada condescendiente del público que no supo apreciar en un primer momento que nunca la tristeza había desprendido, desde el gris, tanto resplandor, nunca había la belleza profanado con tanta sensualidad y telúrica morbidez los templos ruinosos y sombríos de la desesperanza. No fue, sin duda, el último western como dijo Arthur Miller, pero sí la última película para dos mitos y el crepúsculo prematuro y tortuoso para otro.


[1] Huston había recibido dinero adelantado para gastos de la película por parte de la productora y la cantidad que había gastado era superior a sus emolumentos.
[2] Hoy día se tiende a pensar que lo que Marilyn sintió por Clark Gable era algo parecido al complejo de Electra pero, extrañamente, sin implicaciones sexuales en su caso; el mítico actor sería el padre aventurero, soñador y cariñoso que siempre quiso tener. Por otra parte es más que probable que Arthur Miller ya hubiera arrojado la toalla antes de que empezara el rodaje, era demasiado duro afrontar el último idilio, que llegó a ser público, de la actriz con Yves Montand, además conoció a Inge Morath, una fotógrafa que, junto a otros muchos, hacía la cobertura de la película y, ante la evidencia del distanciamiento con Marilyn, intimó con ella. Se casarían poco tiempo después.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
FEnrique
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7
12 de junio de 2023
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirk Bogarde y su dolor eterno y el cuerpo castigado de quien habría de ser el objeto disperso de mi fantasía en mi adolescencia que flirteaba con una pedantería insoportable entre Kafka, muchas masturbaciones en silencio brindando por Charlotte Rampling, Pérez Galdós y el hereje del católico Morris West. Lo demás es pura petulancia y decadencia inane, a pesar de la gravedad infinita del asunto que intenta desentrañar.

Sobrevalorada es poco, pero hay un gigante que se juega la vida en cada golpe, en cada contemplación del cuerpo mutilado de su gustosa, masoquista y enamorada esclava. Es necesario que la veamos por ello, al menos 7 veces. Sus pezones decadentes valen un imperio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
FEnrique
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10
10 de junio de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un tiempo de amor que ya he vivido
y otro de soledad, olvido, nada,
(Albérico Mansilla)

El comienzo de Blade Runner merece ser considerado el mejor de la historia del cine, parece el sueño y pesadilla del desasosiego diseñado por Moebius.

Si solo tuviera por decreto de Sánchez y sus esbirros progresistas y su fobia compulsiva hacia el hombre de la calle una película de culto no podría ser otra que Rachel, una replicante casi humana que puede llegar a sentir y enamorarse. Harrison Ford es tan humano que parece incapaz de rechazar un polvo fácil, tan desencantado que parece estar caminando por una novela más negra que el sueño eterno, vamos a reconocer que la ilación no es una de las virtudes de esta película fascinante.

El rey de los desengañados no tiene nada que perder, como los anti-héroes de Scorsese, más bien de Robert de Niro (No podemos obviar que el más profundo y amargo de ellos sea el cazador de Cimino) , no sueña, eso se lo reserva a su fiel y sentimental muñeca, apenas piensa. Tiene, como Robert Jordan, que dinamitar un puente y es lo único que le importa, aunque sepa, a ciencia cierta, que no sirve para nada. Su tiempo del amor se ha diluido.. .
FEnrique
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