Los dos sicarios mejicanos dan vergüenza ajena. Cada capítulo parecía como los episodio antiguos de Batman. Cuando alguien parecía que iba a morir algo surrealista pasaba y se libraba.
La mejor (peor) fue cuando los dos sicarios van a matar al poli en el parking. Lo tiene uno de ellos en el suelo a punta de pistola, pero decide ir al coche a por un hacha, dejando al poli con su pistola y una bala en el suelo. Le da el tiempo justo para meter la bala en la recámara y matarlo cuando le va a pegar el hachazo. Ahí es cuando ya se pasaron en tomarnos el puto pelo.
En fin. Perdí tiempo con ella peor lo único bueno es que nos dejó una fantástica precuela, con Better call Saul.