Larga, larguísima película donde prácticamente actúan 2 personajes.
Actuaciones correctas.
Pero con baches lógicos imperdonables, desde el "error" que comete la protagonista y por el cuál es descubierta, hasta un final casi estúpido.
Mal sabor de boca.
A menos que seas fanático del director o quieras verla para poder decir "yo también la ví", es mejor dormirse una siestita, porque apenas llega a interesante por ciertos cambios de rumbo que tiene la trama.

Bueno, eso.
La peli comienza bien con Laary Charles argumentando contra representantes de todas las religiones.
Desnudando la falta de lógica por la que se manejan y de hecho existen, etc.
Nada que un ateo de pura cepa no tenga claro desde hace años.
Que las religiones son inventos del hombre, etcétera...
Ahora, cerca del final se ve como muestra la hilacha cuando entrevista a un religioso por primera vez sin atacarlo, y no solo eso, sino usándolo para atacar a otra religión.
Un acto fallido del cineasta/humorista.
Casualidad es un judío diciendo que los musulmanes nunca habían llegado al templo.
Ahí se queman todos los papeles.
Y después uno mira las imágenes con mas atención.
Y ve la seguidilla final de adjetivos contrarios a las religiones mientras pasan instantáneas o cortitas secuencias de cada una de ellas, mostrándolas en su peor cara y de 20 imágenes solo aparece una del judaísmo y solamente unos bien ortodoxos rezando.
Vamos!! que no soy antisemita ni antisionista ni nada de eso.
Cada uno a lo suyo, pero propaganda escondida en pretendido documental.
Eso no lo acepto.
Un insulto a la inteligencia de cualquiera que quiera ver un buen documental sobre religiones.
Saludos..