¿Sobreactúa toda la gente de los barrios desfavorecidos norteamericanos? ¿Todos gesticulan y amenazan desaforadamente como los de esta película? ¿Es así o lo hacen precisamente porque ven películas como esta? ¿No será que Spike Lee abusa del estereotipo? Porque el guión de la novela en la que se basa este largometraje está pensado para el lucimiento del camello bueno pero atenazado por sus duras circunstancias, del hermano trabajador y sacrificado, del narco paternalista y canalla, del policía bienintencionado, del policía corrupto, de las madres que sufren por sus hijos... En fin, de toda una colección de personajes que conformarían el imaginario del típico barrio negro marginal neoyorquino.

Con un estilo que roza el documental, muchas veces "Clockers" también recuerda a esas producciones españolas para la televisión que narran la historia de un padre coraje buscando justicia, o de un atracador de bancos, o de cualquier tema truculento de esa naturaleza. De haberse realizado "Clockers" para la televisión española, el papel de policía bienintencionado de Harvey Keytel lo interpretaría José Coronado e intentaría sacar de la droga a un joven chabolista con el aspecto de Oscar Jaenada. ¿Suena demasiado típico? Pues con "Clockers" pasa lo mismo.

La banda sonora (compuesta por grandes intérpretes de la música negra tan variopintos como Seal o Des Ree entre otros) aunque de alta calidad, acompaña tan desacertadamente los distintos momentos de tensión de la cinta que en más de una ocasión te preguntas si no se ha mezclado el audio de la película con el de otro programa de televisión o con la música del vecino. De esta manera, vemos como al chico protagonista le proporcionan una brutal paliza oyendo de fondo una suave y tranquilísima música soul tan a destiempo de esas escenas violentas que el espectador más pintado queda descolocado.

¿Qué es entonces lo mejor de "Clockers"? Pues sin lugar a dudas su colorida fotografía, los llamativos primeros planos, los originales movimientos de cámara, en fin, lo visual. Los títulos de crédito iniciales con imágenes de chicos de color acribillados a balazos ya advierten de que la película tomará el derrotero fácil de intentar impresionar al espectador con la imagen y el drama directo. Pero "Clockers" se deja ver, aunque en muchos tramos la historia se estanque y no avance; como poco, entretiene.

Estamos ante una historia sencillona pero divertida. Hay que tener en cuenta que no hay grandes interpretaciones, que los caracteres de los personajes no pasan de meros tópicos desdibujados (el chulito, el bufón, el simpático, el despistado...), el guión es plano y predecible y... sin embargo es indudable que la película entretiene.

A destacar la ambientación de los años 60 con una cuidada fotografía de colores vivos: las series sesenteras de televisión en blanco y negro, la tienda de electrodomésticos tal y como sería en aquellos años... y también la omnipresente ñoñez de la época con un bombardeo de caras tan guapas que llegan a empalagar. La hermosa Liv Tyler no hace aquí su mejor papel pero está tan espléndida como en cualquier otro de sus trabajos.

El personaje más interesante es el músico negro idolatrado por el batería del grupo, que tiene los pies más en la tierra, da los mejores consejos sin dejar de ser simpático, tiene las mejores frases de la película y... lamentablemente apenas le dan cancha.

Recomendaría esta película a todo el que quiera viajar a los años 60, a los que les interesen las historias sobre promesas musicales, y a los que suelan soñar con convertirse en estrellas.

Con esta producción alemana queda demostrado una vez más que con pocos medios se puede realizar una película entretenida y pedagógica al mismo tiempo. Sin embargo, hay algún punto que juega en contra de la cinta:

1. Personalmente me resultan un tanto inverosímiles las participaciones de los chavales en clase, con unas participaciones demasiado breves. O bien el casting ha estado desacertado escogiendo a estudiantes tan mayores capaces en la vida real de razonar mucho mejor las respuestas a las preguntas del profesor.

2. Por otro lado, los personajes son demasiado lineales, el maestro inteligente y de buenas intenciones, el alumno desarraigado, el chulito macarrilla, la alumna perspicaz (que parece Lisa Simpson)... En fin, tratando de reflejar tantas vidas paralelas, la identidad de cada personaje queda diluida y el espectador no puede apreciar el auténtico cambio interior que el alumno experimenta con el experimento.

3. Me resulta paradójico que para demostrar en la propia carne del alumnado cómo funciona un régimen autocrático, el maestro siempre utilice un sistema democrático, es decir recurriendo constantemente a la consulta de sus alumnos hasta el punto de realizar unas votaciones abiertas.

Esta película tan célebre tiene grandes cualidades pero también grandes defectos. No cabe duda de que es una película entretenida, pero también muy maniquea.

Lo más destacable es que tiene una cuidada fotografía, y resulta una historia entretenida.

Sin embargo la película explota descaradamente los sentimientos de los espectadores. Cualquier ama de casa que esté harta de una vida monótona, o cualquier señora madura con complejo de gorda pueden ver la película y regocijarse al ver superar sus complejos a la señora con la que se identifican. Naturalmente me alegro por ellas en ese sentido, pero no puedo dejar pasar que esta es una jugada suciamente comercial por parte de los productores de la película.

Además la historia es maniquea hasta la naúsea. Los personajes femeninos son todos como adorables ángeles del cielo (a excepción de las chicas jóvenes que se ríen de las pobres obesas) y los hombres son malvados, groseros o pasotas en el mejor de los casos (a no ser que sean negros, discapacitados o niños). Por supuesto toda la gente de color es gente humilde y de gran corazón, y todos los jóvenes de la actualidad son malvados, groseros y mezquinos. Antes la juventud sí que tenía educación!... pero ahora los jóvenes tan pronto te quitan el sitio para aparcar como que te empujan y te insultan sin más.

-Tiene un tufillo proamericano bastante más que evidente. Dos mujeres emprenden de la nada un negocio que les sale redondo, dan trabajo a gente más desfavorecida y pueden hacer caridad invitando a los necesitados. Vamos amigos! Esto es América y cualquiera puede conseguir el sueño americano fácilmente!

En definitiva: no se puede intentar hacer un drama que refleje de forma verosímil la Alabama de dos determinadas épocas con unos personajes tan planos, pero seguramente "Tomates verdes fritos" te gustará si te gustó "Pretty woman".

Qué lástima que un comienzo tan prometedor como el atraco del banco se quede en falsas promesas. Parece mentira que sea del mismo director y a modo de segunda parte que la muy notable "Batman begins". ¿Pero qué puñetas ha visto tanta gente en este bodrio aparte de la magistral interpretación del personaje de Joker por parte de Heath Ledger? La película gana fuerza en tanto que aparece el villano, que acojona de verdad y a la postre cae estrepitosamente el ritmo cuando salen los buenos con sus honradas y aburridas intenciones. Por cierto la actriz que interpreta a Rachel lastra la película, Katie Holmes tenía mucha más garra en el mismo personaje. Tampoco convence en absoluto el rubito Aaron Eckhart.
Con este largometraje hacen igual que en las penúltimas entregas de Star wars: se embarcan en desarrollar contenidos jurídicos mortalmente aburridos. Llegué a quedarme dormido, (sí dormido) en el cine con tanto rollo. Mis cinco puntos exclusivamente para la interpretación de Heath Ledger.