Lo que hace “buena” a la saga son básicamente las ocurrencias de jóvenes inexpertos con las mujeres y el sexo. Personajes como el primer Stifler aderezaban las películas con graciosas obscenidades y convirtieron a la primera parte en un clásico, la segunda fue aún mejor, la cursi tercera parte y la innecesaria cuarta parte más o menos respetaban los esquemas pero tenían un notable bajón de nivel. La quinta y sobretodo esta ya no son American Pie, son directa pornografía pseudo cómica y escatológica. Todo se resume a tetas, cerveza, tetas, un gordo teniendo relaciones, tetas, fiestas semi orgiásticas, tetas, zoofilia, tetas, concursos sexuales, tetas, eyaculaciones, tetas, sexo por aquí y por allá, tetas y tetas por si no quedo claro.

Es raro ver un campus universitario donde nadie estudia, donde en todo momento hay una fiesta en la que da igual que usen o no ropa por que todos terminan teniendo sexo con todos no sin antes ingerir una alarmante cantidad de alcohol, donde todos los hombres son unos pervertidos y las mujeres supermodelos. ¿Por qué Eugene Levy sigue vendiendo su dignidad a esta saga decrépita y que de una vez por todas debería morir? Lo ideal sería que aquí acabase todo pero como es seguro que la productora se va a forrar con las ganancias del DVD ya deben estar preparando las secuelas que hagan falta, no importa si los actores reniegan de la saga ya que siempre hay treintañeros con caras de idiota para hacerlos pasar como familiares de Stifler y super-modelos para desnudarse cuando no se le ocurra nada gracioso al guionista. No es por puritano pero antes que nada yo quería ver una comedia, el nombre American Pie es sinónimo de comedia guarra pero comedia al final, ¿desnudos? Por mi muy bien si aportan a los gags como en las primeras películas, lástima que en esta ocasión no.

PS: Actores no hay, guión tampoco, algo mínimamente cómico menos.

Despues de su particular descenso a los infiernos, Guy Ritchie vuelve a sus orígenes a lo grande con ésta “Rocknrolla”. Tampoco la vamos a comparar tan directamente con sus dos primeras y magistrales producciones, puesto que en parte todo huele a repetimiento, pero se agradece que el señor haya recuperado ese sentido del ritmo, esas geniales ocurrencias, y en general esa forma de contar sus historias que tan grande lo han hecho con “Lock & Stock” y “Snatch”.

Los personajes están bien trabajados, al menos Tom Wilkinson hace un papel memorable lo que no podría decir de un muy regular Gerard Butler que cumple en lo justo pero no destaca especialmente. La ambientación es muy buena, la historia con continuas e ingeniosas ocurrencias que la hacen bastante entretenida aunque a nivel narrativo se pierde un poco por la mitad, la banda sonora impecable y en general deja un muy buen sabor de boca tras su visionado. Para el señor Ritchie ya iba siendo hora.

Al menos en esos años el señor tocaba fondo. Al prolífico y original Guy Ritchie se le va la olla para mal y perpetra esta insufrible fumada repleta de filosofadas baratas que no vienen a cuento y que terminan de hacer una auténtica paja mental pretenciosa y absurda.

Hay bastantes películas que deliberadamente marean al espectador, todos lo saben, películas cuyo revisionado es necesario para alcanzar a comprender totalmente su trama; pero una cosa es tener un argumento complejo y hacer una buena película o cuanto menos interesante y entretenida, y otra muy distinta partir con una absoluta chorrada incoherente y tratar de hacer un film serio metiendo cuanto efectismo se necesite en el guión y en la propia dirección de la película. Ritchie siempre se ha caracterizado por su estilo en el montaje y en la narración, pero en ésta película pierde el norte totalmente.

Pésima película de un realizador que no pudo empezar mejor su prometedora carrera, pero que fue perdiendo fuelle de forma alarmante con los años.

Joya con todas las letras, el segundo peliculón de Guy Ritchie lo termina de confirmar como un brillante realizador, muy prolífico y con un estilo notable. La narración de la historia no puede ser más exacta y amena, la construcción de personajes totalmente descomunal a lo que ayudan unas excelentes interpretaciones. Y el humor… puntazo tras puntazo en un entretenido y muy divertido guión saturado de comedia negra y situaciones desternillantes para el recuerdo.

Grandísima historia, narración ágil y un genial montaje. Imperdible.

Regulera segunda película de éste popular manga y anime. Un tanto aburrida puesto que, como siempre en las películas que salen de los animes, nos introducen de mala manera personajes y tramas a los que nunca se han hecho referencia en la historia principal y que después no vuelven a tener la más absoluta importancia, una excusa para convertir lo que serían unos 3 pésimos episodios de relleno en un largometraje que apenas arranca en su tramo final con la inevitable y apoteósica batalla de rigor.

Floja, aún más que la anterior película, a la altura de los totalmente prescindibles capítulos de relleno.