Críticas de Todavía
1 de enero de 2009
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por captar la esencia de la esquizofrénica mentalidad judeocristiana respecto a lo femenino y su posible resultado en una mente sensible, sea de un lado o del otro.
Las campanas van y vienen de un lado a otro de la eterna canción. Es el rebotar del badajo en un frontón existencial inútil y masturbatorio que, a su vez, sabe a milagro y a gloria cuando alguien lo mira desde ese punto de vista.
Él se aflige, pero consiente desde su parálisis. Al fin y al cabo es buena persona y la ama a su manera también. Si le diéramos un matiz menos poético, como en una bofetada del realismo presente que es consecuencia actual de este tema, a él podría darle por prenderle fuego a ella (esa es la realidad que supera a la ficción del artista, que al fin y al cabo, pretende hacer algo estético).
Ella sufre, pena y se desgarra, pero como no entiende cree que es así, no sabe si arde en deseos o desea arder, en el infierno de su pasión o en el cielo de su pecado. ¿Qué es lo que hace el pecado punible: su origen que para ella es el amor (lo que alimenta su deseo) o su finalidad que es la procreación?
Difícil cuestión.
Brillante manera de desarrollarla.
Sutil y simbólica forma de enfrentar y enfocar algo tan íntimo.
Una elaborada, sofisticada y enriquecedora forma de entender un universo que parece cegar a las mujeres y atorar a los hombres en preguntas absurdas y respuestas insatisfactorias.
Una obra de arte
Las campanas van y vienen de un lado a otro de la eterna canción. Es el rebotar del badajo en un frontón existencial inútil y masturbatorio que, a su vez, sabe a milagro y a gloria cuando alguien lo mira desde ese punto de vista.
Él se aflige, pero consiente desde su parálisis. Al fin y al cabo es buena persona y la ama a su manera también. Si le diéramos un matiz menos poético, como en una bofetada del realismo presente que es consecuencia actual de este tema, a él podría darle por prenderle fuego a ella (esa es la realidad que supera a la ficción del artista, que al fin y al cabo, pretende hacer algo estético).
Ella sufre, pena y se desgarra, pero como no entiende cree que es así, no sabe si arde en deseos o desea arder, en el infierno de su pasión o en el cielo de su pecado. ¿Qué es lo que hace el pecado punible: su origen que para ella es el amor (lo que alimenta su deseo) o su finalidad que es la procreación?
Difícil cuestión.
Brillante manera de desarrollarla.
Sutil y simbólica forma de enfrentar y enfocar algo tan íntimo.
Una elaborada, sofisticada y enriquecedora forma de entender un universo que parece cegar a las mujeres y atorar a los hombres en preguntas absurdas y respuestas insatisfactorias.
Una obra de arte
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