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Críticas de David Mudarra
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
8
21 de mayo de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que este filme alemán me produjo mas escalofríos que un ejercito de hombres lobo sentados sobre los fantasmas de unos niños decapitados. Estamos ante una peli de 1981, adaptación del libro de una joven que se prostituye, trafica y consume drogas. Un menú difícil de digerir.
Se narra la historia de Christiane, una preadolescente de tan solo trece años que se ve sumergida en una espiral de drogas, depravación y dolor. La joven descubre el consumo de heroína al mismo tiempo que conoce el amor, los celos y el deseo sexual, todo ello contado al ritmo de David Bowle, el cual, acepto participar en el filme, interpretándose a sí mismo debido a la personal implicación de la protagonista con el músico. Su primer consumo fue después de asistir a un concierto del artista.
Estamos seguramente ante el filme más auténtico y descarnado sobre el mundo de las drogas, por lo menos en comparación con todas las películas que he visto que han sido miles. Un autentico descenso a los infiernos alejado de las concesiones estéticas de películas como “Trainsportting” o “Réquiem por un sueño”. Olvídense de las drogas cool, de los drogatas con carisma arropados en grandes discursos. Aquí solo vais a ver zombies andantes, con la cara picada, los ojos rojos y la mirada perdida. Gente jodida de verdad, y lo que es peor, todos son chavales. Los actores tienen la autentica edad de los personajes por lo que el realismo de la película resulta aterrador.
El espectador es incapaz de permanecer impasible según avanza el metraje. Todos los elementos, desde la puesta de escena, hasta el vestuario, juegan la baza de la verisimilitud y el filme no ahorra en planos sobre inyecciones, picos y jeringuillas llenas de sangre. De verdad que pone muy mal cuerpo.
La actriz protagonista, Natja Brunckhorst, pone los pelos de punta en su progresivo deterioro físico y emocional. Su conversión en adicta es totalmente creíble, y tiene doble mérito teniendo en cuenta la juventud de la actriz. El resto del plantel, cumple con su papel, sin grandes histrionismos, en busca de esa sensación de realidad.
Si se me permite una concesión al humor diría que lo más terrorífico de todo son los bigotes prepúberes de algunos protagonistas. Pero lo cierto es que estamos ante un perfecto ejemplo del cine sobre drogas.
David Mudarra
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7
21 de mayo de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tuviera que hacer una lista con todos aquellos directores que desteto puedo asegurar que Oliver Stone no solo estaría en ella sino que además ocuparía un lugar privilegiado. De todos modos reconozco que guardo un buen recuerdo de su Wall Street de 1987, quizás porque no la he vuelto a ver (para que estropearlo...). ahora Stone se pone por primera vez, para él, el delantal de las secuelas usando en este caso como subtítulo una de las coletillas que más sonaron en aquella primera entrega “El dinero nunca duerme”.
Rescates financieros, energías alternativas, caída de la bolsa, burbuja inmobiliaria... todos estos términos tan actuales y más son los que maneja el realizador maneja en esta historia.
El cambio sustancial de este filme reside que se centra en cuestiones de drama moral y lazos familiares, mientras que la anterior parte esta más preocupada por una cuestión más primitiva como el poder, el honor o la lealtad. Oliver Stone vuelve a retratar los Estados Unidos desde el asiento de los poderosos. Guiños, homenajes, discursos... Todo para darse cuenta de que lo único que aún sigue en pié de la primera entrega de Wall Street es lo bien que le sientan a Michael Douglas este tipo de papeles.
La peli comienza con un Gordon Gekko, el tiburón de las finanzas, caído en desgracia abandonando la prisión después de haber cumplido su condena y comprobando consternado como nadie ha ido a recibirlo al otro lado de las rejas. Ni siquiera su propia hija, que esta a punto de casarse con un prometedor broker financiero, que no quiere ni oír hablar de su padre. Su novio, Jake More, sufre el suicidio de su mentor debido a las grandes presiones por la inminente quiebra de su consorcio por culpa de un rumor por eso quiere vengarse de los especuladores. Por ello no dudará en ponerse en contacto con su suegro, al cual, el tiempo trascurrido en prisión no le ha quitado un ápice de carisma y encanto, y poco a poco irá aleccionando al joven en el arte de sobrevivir en la selva de Wall Street. El chico entrará en el mundo de las finanzas arrollando, logrando rápidamente hacerse un nombre en el sector y captando la atención de las altas esferas.
Michael Douglas vuelve a la piel del personaje que le valió el Oscar al mejor actor hace más de veinte años y demuestra que el rol del tiburón financiero Gordon Gekko le sienta como un guante a pesar del cáncer de garganta. Le acompañan también las jóvenes estrellas Shia LaBeouef (protagonista de la saga “Transformers” de Michael Bay y además hijo de Indiana Jones en la última aventura del famoso arqueólogo) este es un chaval con talento que en este filme podemos decir que es mini Gekko. Carey Mulligan (la gran revelación de “An educatión). Mulligan, es una debilidad como siempre con las emociones a flor de piel y es imposible no conmoverse con ella. En papeles secundarios encontramos a veteranos como Susan Sarandon, Frank Langella y Eli Wallach, que le dan aún más lustre a un elenco completado por Josh Brolin (un gran actor que afortunadamente lo están aprovechando muy bien) y sendos cameos del propio Stone y Charlie Sheen (protagonista de la primera parte), estos como autohomenajes del filme.
A veces, durante las operaciones económicas, y sobre todo si uno es profano en estos temas, puede ser algo confuso saber que es exactamente lo que se esta haciendo pero en general, la peli se entiende perfectamente y a pesar de ser un tema complejo, el resultado es no una peli redonda pero si un entretenido thriller y de rabiosa actualidad en una selva de cemento en la que cada jugador puede sacarse un as de la manga.
El aspecto visual perpetrado por Stone es muy potente, especialmente el retrato de los rascacielos de New York. Tiene un final interesante conceptualmente aunque la forma de plasmarlo resulta algo torpe y forzada. Y salvo una ligera caída del ritmo hacia mitad de la peli y algunas escenas con poca intensidad dramática, se mantiene el interés durante prácticamente todo el metraje. Además posee una buena banda sonora de Craig Armstrong con canciones de David Byrne.
David Mudarra
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5
16 de mayo de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una comedia americana fresca y distinta, de espíritu más infantil que adolescente (pese a estar siempre hablando de sexo), propia del peculiar cine de Kevin Smith. Pero cuidado para verla hay que tomar ciertas precauciones. No las que intentaron tomar los productores debido a la rispidez que genera en la mentalidad americana o en algunos torpes retrógrados el término porno en el título. No, la única precaución es que no debe verse doblada al castellano. Ni siquiera conviene verla subtitulada. Simplemente hay que dejarse llevar por el idioma original porque sino el 80% de los momentos cómicos terminan en la alcantarilla. Desde luego esto es una gran e importante barrera para la mayoría de espectadores. Por ello recomiendo que busquen otras vías para ver este filme (siempre se encuentran, sobre todo hoy en día). Y es que en tiempos de gags esforzados o pretenciosamente gigantes, el mayor fuerte cómico de esta peli es el que siempre caracterizó el cine de Smith, un guión carente sofisticaciones y plagado de chistes vinculados estrechamente con la palabra. De ahí que una de las secuencias más cómicas de la película sea una en la que imaginan los títulos de las distintas secuelas de la Star Wars porno que están produciendo.
Y eso es solo uno de los momentos en el que el texto en su idioma original nos regala carcajadas por doquier. Conviene aclarar que esta tal vez sea la peli americana donde más veces se dice la palabra “fuck”. Si el “porno” de su título generó muchos problemas en su lanzamiento en los Estados Unidos, imaginaros lo que puede haber despertado un uso constante de la palabra más censurada de la industria audiovisual americana asi como de todo el vocabulario sexual en inglés reproducido desproporcionadamente y generando en su abusivo empleo la mayor comicidad de esta peli.
El porno del título será algo importante para la historia de supervivencia económica de la dupla Zack y Miri pero realmente, en la peli, no significa nada. Solo es una excusa argumental, disparador de los chistes sexuales y poco más. La industria del porno, o el porno en concreto, no aparece nunca. El sexo es otra cosa, reúne la mayor dosis de humor de la peli (por ello es el tema central del filme), pero antes que eso, es lo que termina definiendo la relación de los dos amigos, los cuales, terminan enamorándose a partir de la escena que comparten para su película. En realidad no es tanto el sexo lo que define su relación sino el acto de hacer el amor. Y este echo es confirmado por el resto del equipo de la película, lo que provoca el desconcierto en ambos. Quiere esto decir que convirtieron su alocada experiencia fílmica en su primer acercamiento amoroso después de años de conocerse.
De ahí que, más allá de la comicidad que recorre toda la película, la verdadera frescura, primaria, infantil (por juguetona) y verdaderamente desatada proviene del amor que Zack Y Miri se profesan sin ni siquiera saberlo. Siempre están ahí Smith, Rogen y Banks, cada uno en lo suyo. Smith con la majestuosa liviandad con la que toca temas para muchos “complicados” como es el sexo y su afición por los comics (y Star Wars). Y la dupla Rogen-Banks, con su simpatía y encanto, principalmente Rogen con su maravillosa encarnación de la inmadurez y patetismo. Este trío podría haber actuado por separado, cada uno en lo suyo, como dos caminos cómicos que no llegan a tocarse. Pero es que juntos funcionan a la perfección
David Mudarra
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1
15 de mayo de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Toobe Hooper (“La matanza de Texas”) no llegó a un acuerdo para la realización de este filme y fue sustituido por Cardone (“Vampiros en el desierto”, “Muerte en 8 mm 2”). El reparto esta compuesto por Chloe Moretz (“The Eye”) y Lori Heuring (“Verano de seducción”).
Con un título así uno espera ver precisamente muchos zombies pero lo cierto es que hasta la hora de metraje no aparecen y cuando por fin se deciden a hacerlo vemos a cuatro niños con un maquillaje que parece echo a tiza. Con un ritmo lento, donde salvo por la parte final, parece un telefilme dramático. Prácticamente la labor de los interpretes es lo mejor en este desastre.
El poco presupuesto se deja notar. Al lamentable maquillaje sumamos una fotografía de parvulario. La música no acierta en ningún momento en una horrible dirección del señor Cardone.
No puedo salvar nada de este bodrio.
David Mudarra
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3
21 de mayo de 2013
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos colegas errantes, competidores de carreras, ganan un mini bólido en una competición, con tan mala suerte, que sin tiempo para disfrutarlo desaparece calcinado a manos de unos mafiosos que intentaban intimidar a unos feriantes para hacerse con su negocio. Lo que los mafiosos ignoran es que nuestros dos protagonistas (los insuperables Bud Spencer y Terence Hill) son auténticos eruditos en el sesudo arte de dispensar mamporros y que piensan batirse el cobre con todo el hampa con el fin de recuperar su preciado bólido. Eso sí, rojo porque “sí no, nos enfadamos”.
Argumento simplón y desarrollo lineal, simpático y a veces inocentón para esta película que es todo un recital de tortas, mamporros, yoyas, tundas, collejas, sopapos y soplamocos al más puro estilo “todos los públicos” en el que una victima mortal se antoja inverosímil ni existen las lesiones de médula ni los poli traumatismos encefálicos.
Es un filme de 1974 dirigido por Marcello Fondato cuyo título, tan clásico como estúpido en la traducción, es un icono de un tipo de cine ya extinto, “las comedias de ostias”, con música delirante y simpática, con un protagonista guapo con otro feo pero bonachón, chica guapa, causa justa y malos malosos. Si bien esta peli esta catalogada como infantil por lo que creo que ya no tengo 10 años sino 20 más asi que mejor donde fui no volver... recuerdo que cuando tenia diez años estábamos de obra en casa y habíamos alquilado el piso de arriba pues siempre estaba vacío y mis padres me dejaron un domingo encerrado en la habitación viendo la tele mientras bajaban a nuestra casa a echar un vistazo como estaban yendo las obras pero subieron corriendo alertados por mis carcajadas al visionar esta película.
David Mudarra
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