Haz click aquí para copiar la URL
España España · Miranda de Ebro
Críticas de la28
<< 1 2 3 4 5 >>
Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
7
21 de julio de 2007
25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el filme Deliciosa Martha, tenemos la oportunidad de comprobar lo equívoco del cliché de “lo alemán”. No obstante, su directora y guionista, Sandra Nettelbeck, se sirve, precisamente, de una mujer paradigmática de este modelo germánico, para ofrecernos una película cálida; utiliza un personaje frío para hablarnos de sentimientos.
Esta película pertenece, además , por el escenario donde se desarrolla el relato, al tipo de “cine gastronómico”. Martha, la protagonista -interpretada por Martina Gedeck-, es jefa de cocina de un lujoso restaurante. Su agrio carácter contrasta con el fruto de su trabajo: unos platos sensuales , que alegran el ánimo además de los estómagos... Y de esto sí que entendemos en España.
El mundo de Martha es reducido, gris, sin humor. su vida está regida absolutamente por el trabajo. Es perfeccionista, inflexible. Pero dos personas entran en su vida, por diferente motivos, y alteran esta vida metódica y aséptica.
Aunque los títulos de crédito vienen acompañados de unos platos suntuosos y tentadores, la directora Sandra Nettelbeck comienza la historia dibujando de manera admirable y elegante, con encuadres fríos, geométricos y húmedos, el adusto universo de Martha. Con una gramática perfecta nos cuenta el acontecimiento que trastornará su vida de autómata. El otro hecho que añadirá malestar a esta mujer, pero al espectador le gratifica, le oxigena y le calienta el corazón, viene encarnado en el estereotipo opuesto: el ardiente espíritu mediterráneo. Es el actor Sergio Castellito, quien irrumpe en escena , como una bocanada de optimismo, representando al mito del buen vivir latino. En los países donde el invierno dura más de seis meses, así es como nos perciben a los italianos, españoles, griegos y portugueses. Esta idea ya estaba también reflejada en Italiano para principiantes de nacionalidad danesa o en la película canadiense Leólo, donde el italiano, lo latino, es la metáfora del escaso y deseado sol, símbolo, éste a su vez, de la expresividad afectiva.El personaje italiano de esta historia es el vértice del triángulo que completa la pequeña actriz Maxime Foerste, que constituye el otro elemento perturbador de la exquisita cocinera.
Deliciosa Martha es una película de aprendizaje interior, de evoluciones personales descritas con el ritmo necesario para hacerlas creíbles e inciten a la reflexión del espectador. Este perfecto engranaje de desencuentros, de búsquedas de afectos, de convivencias difíciles, se resiente con un final que fisura un poco todo el desarrollo precedente. En cualquier caso, el público sale reconfortado como lo demuestra que esta cinta consiguiera el Premio del Público en la Mostra de Cine de Valencia, en el Festival de Locarno y el premio a la Mejor Película en el último Festival de Cine Alemán de Madrid. Así que...¡bon appétit!
la28
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
21 de julio de 2007
22 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tocando el viento (Brassed off) es una película que pertenece al género de crítica social “postatcheriana”, últimamente muy consolidado en el cine británico. A este nuevo género -que incluye tanto comedias como dramas- pertenecen Rif-raf (1991), Lloviendo piedras (1993), ambas de Ken Loach, o la proverbial Full monty (1997) de Peter Cattaneo. No obstante, Mark Herman, director de Tocando el viento duda a la hora de ubicar su película: “Una de las cosas más difíciles es encuadrarla dentro de un género. No es una comedia, aunque tiene elementos cómicos. No es un drama aunque haya situaciones tristes y, espero, conmovedoras. Y, a pesar de la importancia que en ella tiene la música, no es de ningún modo un musical.”
Un pueblo sufre la amenaza de cierre de la mina de carbón de cuya explotación subsiste. Alrededor de las consecuencias de este hecho se entretejen las diferentes historias de algunos de sus habitantes, que comparten la pertenencia, crucial en el relato, a la emblemática banda musical de la mina.
En esta narración coral destacan la riqueza de matices de los comportamientos y personalidades de los protagonistas, así como el planteamiento de situaciones donde no les es nada fácil decidir “si blanco o si negro”.El espectador será comprensivo con el punto de vista de cada personaje, porque Mark Herman consigue que nos sintamos dentro de la piel de estos individuos. Según el crítico García Oliveri “es una obra que no sólo emociona, divierte, entretiene, deleita con su música y hace pensar. Además hace bellamente diana en un problema de fondo: esa autoestima que todo ser humano necesita y que tantos gobiernos se empeñan en negarle.”
Mark Herman, director y guionista de este filme, consigue de los actores y actrices un trabajo redondo, perfecto. Aunque nadie desafina en este hermoso concierto de interpretaciones, es sobresaliente el trabajo de Peter Postlewaite (el director de la banda), sobrio y contundente, imprimiendo una credibilidad absoluta a su personaje, que transita un camino por el que nadie quiere andar pero que, al final, conduce a donde todos quieren.
Otro elemento que aporta calidez y belleza a esta historia es la fotografía, a cargo de Andy Collins. El pueblo, las instalaciones mineras que podrían sugerir un entorno sucio y agresivo, están tratados con luces suaves y planos agradecidos; el resplandor dorado de los instrumentos de viento parece atenuar las tragedias de sus propietarios.
Tampoco puede olvidarse la importancia de la música que, de manera notable, se convierte en vehículo narrativo; mientras la escuchamos se suceden acontecimientos que no necesitan palabras. Pero la palabra también es importante en esta obra; oiremos frases que nos acompañarán después de acabar la proyección: “si la ayuda sirve de algo eres un héroe, pero si no sirve eres un entrometido”, o diálogos que expresan lo que parecen no decir....
Gloria- ¿Quieres subir a tomar café?
Andy- No tomo café
Gloria- Y yo no tengo café.
la28
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
21 de julio de 2007
26 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
El americano impasible es una película producida en el año 2001. Michael Caine, uno de sus protagonistas, contaba que el primer pase privado tuvo lugar el 10 de septiembre. Al día siguiente, con la tragedia ocurrida en las Torres Gemelas, tuvo claro que esa cinta tardaría mucho tiempo en estrenarse, aunque él mismo dijera que se trataba de una película sobre un triángulo amoroso con un “ligero” tono político.En EEUU se estrenó muy discretamente a finales de 2002.
Si esta brillante adaptación de la homónima novela de Graham Greene hubiera visto la luz unos años antes, seguramente habría recibido mejor y más justo aprecio. Aunque tal vez ahora sea más necesario y oportuno verla. Tiene vocación de filme clásico. Unas maravillosas fotografía y dirección artística sumergen en una atmósfera húmeda y neblinosa el Vietnam de los años 50, en pleno conflicto anticolonialista. Mientras los vietnamitas sufren una cruel guerra, dos hombres occidentales se enamoran de una hermosa mujer de ese hermoso país. Do Hai Yen es la actriz vietnamita que da vida a este ser silencioso, aparentemente necesitado de protección, metáfora de la situación de su propia patria en la que otros países se disputan su dominación.
Así que, como en las películas de antes, el fondo político es el escenario de una historia amorosa. Sólo que en este “americano impasible”.el director, Phillip Noyce, y sus guionistas se comprometen bastante más. Por eso, desgraciadamente, fue acertada la intuición de Michael Caine y también, por otra parte, es oportuno este estreno tardío, pues nos resultará familiar el personaje que interpreta EEUU: el país que intenta salvar a otro para otorgarle la libertad... Aquí, interponiéndose entre las dos facciones en lucha, los colonialistas franceses y los independentistas comunistas.
En el otro plano, Fowler (Michael Caine) y Pyle (Brendan Fraser) encarnan dos actitudes opuestas frente al compromiso social. Fowler opta por el cinismo -en realidad como una venda que tapara heridas dolorosas- y una aparente falta de ideales, frente a la activa implicación política de Pyle. Ninguno de los dos es un héroe, tienen comportamientos abominables. Pero si el espectador tuviera que tomar partido por alguno, tendría que preguntarse antes si es un terrorista o un luchador por la libertad.
Y al acabar la proyección surgirán más preguntas. ¿Qué legitima una guerra?, ¿cuándo se debe o no actuar?
la28
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
21 de julio de 2007
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Sólo soy un niño del barrio” sostiene un Harvey Pekar infantil, disfrazado de sí mismo, durante la jornada de Halloween. Así, desde la primera escena se nos deja claro de qué va este filme: de la reivindicación de lo cotidiano como fuente de creatividad e instrumento de exploración de la existencia.
Nuestro héroe no tiene poderes sobrenaturales ni necesita marcar paquete enfundado en una malla de lycra. American Splendor tampoco es la enésima adaptación cinematográfica de un cómic; aporta novedades, tanto en su fondo como en su envoltorio visual. Permite más de un nivel de lectura. Se puede disfrutar de una comedia con buenos diálogos y personajes excéntricos, sin más, pero como quien no quiere la cosa, nos muestra curiosos puntos de vista sobre el matrimonio, la familia, la fama o la enfermedad.
American Splendor es un cómic autobiográfico publicado por primera vez en 1976, en el que Harvey Pekar describe su anodina vida, con ilustraciones de Robert Crumb, Drew Friedman o Jim Wooddring. Esta versión cinematográfica consigue mantener, con inusual frescura, el contacto con sus origenes además de añadir ingredientes de documental a la materia prima del relato. Por eso podemos ver un Harvey Pekar verdadero y otro de ficción. Paul Giamatti interpreta magistralmente a un individuo malencarado, tacaño, depresivo, perdedor, coleccionista compulsivo de vinilos de jazz. El Pekar real nos cuenta -voz en off- “el cómic de su vida” y también tiene apariciones salpicadas a lo largo de esta película, cuyos planos se insertan en viñetas, por lo que, a veces, Pekar se transforma en carne de dibujo.
Sorprende que se pueda empatizar con un personaje tan feo y tan miserable. Tal posibilidad tal vez se deba a su lucidez y ausencia de hipocresía, motivo de sufrimiento existencial más que de goce para el protagonista. Eso explica que nuestro hombre ironice: “me gustaría cambiar algo de madurez por felicidad”. Cuando decide hacer público el transcurrir de su realidad insustancial, la escritura del cómic se convierte en un escape, una especie de terapia, de desahogo de su abatimiento crónico. Este “exhibicionismo” le hace conocer el éxito y su consecuencia ambivalente, la fama. Veremos que el ascenso del poder friki a las televisiones ya tuvo su apogeo en USA durante los años 80. Pekar fue su estrella y su víctima.
Por otro lado, es importante destacar la labor de producción de Ted Hope, que hizo posible este filme tan original. Fue el inspirador del proyecto, implicado en la gestación del guión, en la búsqueda concienzuda, y hallazgo, de unos directores -experimentados documentalistas- como Shari Springer Berman y Robert Pulcini. Estos cineastas, acostumbrados a trabajar sobre personajes extravagantes rodeados de ambientes plomizos, asumieron eficazmente la transformación del cómic en guión cinematográfico, consiguiendo una atípica crónica de héroes feos y reales.
la28
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Asaltar los cielos
Documental
España1996
7.2
765
Documental, Voz: Charo López
8
21 de julio de 2007
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ultimamente se habla mucho de recuperar la memoria histórica de los años de la Guerra Civil Española y de su posguerra; recuperar la memoria y el recuerdo de los vencidos, fusilados y exiliados, que para algunos se han silenciado en favor de una transición a la democracia que habría cerrado en falso heridas muy profundas.
En Asaltar los cielos, Javier Rioyo y José Luis López Linares abordan esta etapa convulsa a través de la investigación de la figura de Ramón Mercader, el hombre que asesinó a León Trostki.
El relato de esta estremecedora biografía está salpicado de retazos históricos de España, a partir de los años 30, de la Unión Soviética, del movimiento comunista europeo... Además, se entrecruzan personajes emblemáticos y testigos vivos de acontecimientos que ya están registrados en los libros de Historia, pero que, hoy todavía, nos conmueven o nos indignan.
Este emocionante documental, producido en 1996, reabrió a este género las puertas de la gran pantalla. También sus protagonistas se abren al espectador para descubrirle con una lucidez, a veces dolorosa, una época en la que se luchó por conseguir la conquista del Paraíso, el “Asalto a los Cielos”, que con la perspectiva de los años podría parecer un sacrificio en vano...
Según este trabajo de investigación, se llega a la conclusión de que Ramón Mercader fue también una víctima; en su caso, de la Unión Soviética, de Stalin y, sobre todo, de su madre, Caridad Del Río. Esta mujer, de procedencia burguesa pero disconforme con su condición social, con el matrimonio que le impusieron a la edad de 16 años, canalizó su descontento y su rebeldía involucrándose en las filas comunistas y en el aparato de espionaje soviético, y “adiestrando” a su hijo Ramón para asesinar a León Trostki.
Resulta espeluznante de qué manera se programó a Mercader, con qué premeditación, calculada por años, para lograr infiltrarle entre las personas más cercana al líder comunista caído en desgracia. Mientras tanto, España estaba en guerra, y miles de niños, hijos de republicanos, se embarcaban rumbo a Rusia para ser protegidos de la lucha fratricida, en la creencia de que su estancia en ese país no duraría más de tres meses. Son los Niños de Rusia. que expresan su desarraigo, sus sentimientos contradictorios hacia el país que les acogió, pero que a la vez les manipuló, y hacia España, el país donde nacieron pero que ya no sienten suyo...
Es Asaltar los cielos un documental con mucha información; tanta, que después de un visionado el espectador querrá volver a verlo para escuchar de nuevo ciertos testimonios, ciertas expresiones que empujan a muchas reflexiones...
Porque cuando se sabe que el hombre que mató a Trostki estuvo convencido de que Sant Feliu de Guixols era el Paraíso y de que los suyos le reconocerían como un héroe, tal vez el espectador se vaya a casa pensando que los paraísos son una gran estafa.
la28
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 5 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow