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Críticas de Quique Martín
Críticas 504
Críticas ordenadas por utilidad
8
20 de noviembre de 2021
146 de 194 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Última noche en el Soho" es una peli, cuanto menos, peculiar.
Creo que ir a ver está propuesta de Edgar Wright esperando un "thriller psicológico con tintes de terror" al uso (que es un poco cómo se ha vendido en los medios) es una equivocación. Porque no tiene nada de usual lo que vemos en la cinta.

Para empezar, la película apuesta y mucho por todo lo visual. Llegando a poner, incluso, mucho más peso aquí que en el guion.
Aviso de esto porque creo que es importante saber que nos podemos encontrar al sentarnos en nuestra butaca y, de esta forma, evitar engaños.

La cinta es un ejercicio estilístico prácticamente desde el minuto uno. Jugando con la iluminación (Especialmente con las luces de colores, de neón, y sus diversas tonalidades) y con un juego completamente constante de espejos, reflejos e imágenes encadenadas que tienen más la intención de ser hipnóticas que de contar un hecho tangible y concreto (algo que, evidentemente, también hace).
Además, si algo consigue muy bien la cinta es jugar con la perspectiva, exprimiéndola al máximo, para que al espectador le resulte difícil discernir qué es real de lo que estamos viendo y qué no lo es.
En este apartado, sinceramente creo que es una peli sublime. Me he pasado toda la cinta apabullado por las imágenes, las canciones y las actuaciones de sus dos protagonistas. Que brillan más que las luces que envuelven todo este castillo construido por Wright.

Y es en las actrices dónde me gustaría detenerme un poco más.
Sinceramente, ambas están descomunales. Demostrando que la nueva ornada de jóvenes actrices viene cargadísima de saber hacer y de talento.
En mi opinión, en esta ocasión Thomasin McKenzie gana la partida por poco a su compañera y, si en Hollywood no están a por uvas, debería caerle una nominación por el trabajazo, en mayúsculas, que se marca la chica aquí. Con una combinación de registros que me hace pensar que esta actriz puede hacer lo que le venga en gana en su carrera, si le dejan y le dan la oportunidad.

Por último, en cuanto al guion... Creo que es un poco tramposo. Y el punto más flaco de todo el producto. Es efectivo, sin duda. Y consigue mantenerte en tensión desde el primer plano, con ese reflejo en el espejo, hasta el final. Pero tengo la sensación de que podría haber cogido un camino mucho más interesante y lo han abandonado, cometiendo un error, buscando otro tipo de cosas que, a mí particularmente, me encajaban peor en esta historia.

En definitiva: Considero que estamos ante una peli notable. Con una mezcla de géneros muy interesante y con una narración visual que hacía tiempo que no me encontraba en una peli. Y que, a pesar de los problemas que pueda tener en su escritura, sabe manejar todos los elementos que tiene a su alcance para crear un producto en el que vernos inmersos durante toda su duración. Muy recomendable.
Quique Martín
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9
1 de junio de 2023
141 de 185 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado ya cinco largos años desde que la primera entrega de esta saga -Spider-Man: Un nuevo universo- reventase de arriba abajo la concepción popular de lo que se podía hacer mezclando el cine de animación con el de superhéroes.
La corriente popular era mirar a la animación cómo un género menor -también influida por las películas directamente estrenadas sin pasar por cines de DC, algunas de ellas muy buenas, pero otras muy cuestionables, - y llegó Sony para enseñarnos a todos que, cuando se le pone cariño, medios y creatividad al asunto, el potencial es infinito. El resto ya lo conocemos, Oscar a mejor película de animación y una repercusión mundial que no ha hecho más que ganarle adeptos a este Miles Morales animado y que, casi con total seguridad, llevará a que esta secuela -que llega a nuestros cines el 2 de Junio- vaya a reventar todos los números en taquilla de su antecesora.

Ahora bien, una vez asumimos la brillantez y la sorpresa que supuso la primera entrega, uno podía preguntarse qué iban a hacer en esta secuela para sorprendernos y enamorarnos. Han cambiado los directores, ha pasado cierto tiempo, y el cine de superhéroes empieza a mostrar cierto desgaste por exceso de repetición en algunos de sus productos. Pues bien, lo que han decido hacer en Sony es cuadruplicar la apuesta.
“Spiderman: Cruzando el multiverso” es más grande, más ambiciosa, más arriesgada y más valiente que la anterior. Y hay que aplaudírselo. Podrían haber cumplido expediente buscando el dinero y no arriesgar. Pero han decidido expandir a lo grande el universo de este joven Miles y toda su trupe hasta límites insospechados.
Gwen Stacy ha dado muchísimos pasos adelante no solo en peso dramático, sino en desarrollo de personaje. Es más real, más autentica y, sobre todo, más cercana con el espectador. La relación tan compleja que tiene con Miles -y los problemas que van a surgir en esta entrega- ganan relevancia gracias a que entendemos a ambos en la situación en que les va a colocar el guion y eso consigue que como espectadores estemos más cerca de los dos y conectemos ante este juego de espejos que propone la historia.

Por otra parte, y ya volviendo con el protagonista del asunto, la película ya no necesita presentarte al personaje y va directamente al grano centrándose en esas temáticas que van absolutamente ligadas al hombre araña y que no son otras que la responsabilidad y el sacrificio. Y es que, aunque la trama multiversal gana muchísimo peso y el ver a tantísimos Spider-Man en pantalla hará las delicias de los fans y nos otorgará momentos épicos y muy divertidos, aquí lo que realmente importa es la historia que hay detrás de todo ello. Y lo que hay detrás de todo ello es algo puramente Spider-Man: Ese chaval divertido y alegre que tiene que enfrentarse contra la dureza del mundo cuando este no duda en golpearle una y otra, y otra vez. La cinta crece desde la dramática a pesar de tener toques cómicos como los tenía su predecesora. Y este hecho, construir desde el drama, creo que es el punto extra que hace que muchísima gente vaya a enamorarse de su secuela.

Por otra parte, no me puedo ir sin mencionar la absoluta brillantez que han alcanzado en lo que a animación se refiere. Ya no es solo que jueguen con multitud de técnicas animadas y les encajen todas a la perfección. Es que han llegado a tal punto de control que hasta los decorados “hablan”. El uso de los colores, las formas y las sombras hacen que simplemente viendo el fondo por donde transitan los personajes entendamos como se sienten. Y esto, amigos, creo que es una muestra más de hasta qué punto tienen controlado cada parámetro y cada aspecto que se muestra en la pantalla.

El único “pero” que puedo colocarle a esta película es que aún queda todo un año para que podamos ver la siguiente y continuar con esta historia que, creo, nos va a seguir emocionando y haciéndonos levantar de la butaca. Cuando quiere ser épica lo consigue y cuando quiere que nosotros sintamos junto con Miles ese peso de la responsabilidad y el sacrificio, también. Vais a reír, vais a emocionaros y, especialmente, vais a disfrutar. Recomendadísima.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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10
21 de abril de 2022
221 de 361 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quien haya visto alguno de los dos trabajos anteriores de Eggers (La bruja y El faro) ya sabrá, más o menos, que es lo que se puede encontrar en esta película. Si no habéis visto ninguno (además de recomendaros que les echéis un vistazo) os diré que no esperéis una película de venganza con vikingos con el tono y las formas que tenían "Braveheart" o "Gladiator". La cosa no va por ahí, con batallas constantes y épica a raudales, en ningún caso. Prefiero avisar de esto porque tal y como se ha publicitado la cinta parece algo que no es y es fácil llevarse un chasco si uno espera encontrar aquí un Maximo Decimo Meridio vikingo y vibrar con cada escena.

El hombre del norte es una película mucho más simbólica, pausada (tiene arranques y frenazos de ritmo muy marcados y, en ocasiones, anticlimáticos que pueden resultar frustrantes), y reflexiva. Cuyo metraje se va moviendo en todo momento en un tono muy crudo y donde no hay buenos. Además, por si esto no fuese suficiente, juega en muchas ocasiones con escenas oníricas y/o fantásticas (estilo el faro del propio Eggers o el caballero verde de Lowery, cinta con la que tiene mucho en común en forma y fondo también)
Eggers va desgranando con firmeza y maestría esa brutalidad de los guerreros vikingos en el siglo X en sus conquistas mediante las batallas y lo hace sin escatimar en sangre, vísceras y escenas violentas. Violencia que encarna de forma clara y concisa (y brutal) el propio Alexander Skarsgård con su personaje (ayudado de unos planos secuencia muy bien hilados que siguen demostrando el talento que hay tras la cámara).

Por otra parte, aunque sin ser una adaptación punto por punto, es obvio que coge muchas cosas de un par de obras de Shakespeare (de forma muy libre, eso sí) y eso le "obliga" a ser consecuente tanto en el tono como en los diálogos con el dramaturgo inglés. Es decir, hay cierta "poesía" en las formas y en el fondo de esta historia.

En cualquier caso, creo que la película es más que una historia de violencia. Y creo que es más que eso, principalmente, por el uso que da Eggers a los dos personajes femeninos (Qué bien están Nicole Kidman y Anya Taylor-Joy, por Dios) que son gran parte del alma de este guion tan medido. El desarrollo de la historia de ambos personajes creo que es clave (junto con toda la mitología vikinga asociada) para entender y meterse en esta brillante película.

Como he dicho antes, a mí me parece otra obra maestra más del bueno de Eggers, pero es completamente lícito que si no os gusta el cine de este estilo no conectéis. SI no os gustaron sus anteriores pelis o no os gustó nada el caballero verde, es posible que esta cinta tampoco os guste, y no pasa nada. En cualquier caso, creo que hay que celebrar que una película con un presupuesto tan grande (noventa millones de dólares) tenga a un realizador detrás tan valiente para no perder ni un ápice de su voz autoral en concesiones para abarcar más público. Es un riesgo importante, sí, pero yo lo celebro.
Quique Martín
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9
21 de diciembre de 2022
100 de 120 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre he pensado que para hablar de algo tan humano y cercano como la relación entre un padre y una hija, especialmente para hablar de ello bien, es necesario que quien escriba el guion se “desnude” y abra en canal ante el espectador durante el proceso de escritura. Cómo si para impregnar de verdad y realismo al relato el escritor tuviera que poner un poco de sí mismo en cada momento de la historia e impregnar con esa esencia las páginas en blanco.
Sinceramente tengo la sensación, aunque no he podido confirmarlo del todo buscando entrevistas de la autora en las que hablase sobre su experiencia vital, de que esto es precisamente lo que hace la guionista y directora Charlotte Wells durante los algo más de noventa minutos que dura su opera prima “Aftersun”. La forma de narrar, de elegir los planos, y de decidir a qué darle más o menos importancia me deja entrever que hay mucho de ella porque, una vez vista la película -que llega a nuestra cartelera el dieciséis de diciembre- me he quedado con la sensación clara y evidente de que hay mucho de realidad, de nostalgia y de ternura en cada uno de los momentos que componen esta preciosa película. Como si ella estuviese revisitando su infancia también desde detrás de la cámara.

Aftersun es una de esas cintas que más que verse en la pantalla se sienten dentro de nuestro pecho. Que parecen no ir de nada -al final no deja de ser una película que cuenta las vacaciones de un padre con su hija pequeña en un complejo turístico- pero que realmente van de absolutamente todo - ¿No es la vida algo que lo abarca absolutamente todo? -.
Además, la cinta cuenta con una envoltura en forma de halo de misterio -siempre y cuando no hayáis leído la sinopsis previamente al visionado, si lo habéis hecho os han contado demasiadas cosas- que va acompañando a la narración mientras vemos a los personajes interactuar entre ellos con toda la naturalidad del mundo.
Por otra parte, hay una clara sensación de “tiempo detenido” durante todo el metraje y que adereza el viaje de los personajes mientras nosotros vemos crecer y desarrollarse la relación paterno filial poco a poco. Esa sensación va acompañada de un ritmo pausado, casi de “Slow cinema” que puede no gustar y conectar con todo el mundo. Es una película que está en los pequeños gestos y en los detalles y no tanto en grandilocuentes diálogos rápidos y escenas donde se manejen elevados ritmos narrativos. La cinta, como la vida, tiene su particular ritmo y si queremos entrar en esta preciosa y melancólica historia, deberemos aceptar sus reglas.

Huelga decir, eso sí, que es una película de personajes. Y, por lo tanto, creo que es importante señalar lo bien defendidos y construidos que están los dos protagonistas. Por un lado, tenemos a Paul Mescal (Normal people, la hija oscura) que defiende con uñas y dientes su personaje. Y todas las particularidades que lo envuelven. Creo que es un papel muy difícil el que tiene que realizar y lo lleva a buen término. En el otro lado del duelo interpretativo tenemos a la jovencísima Francesca Corio, que debuta en esta película, y ante la que solo puedo levantarme y aplaudir. Francesca no solo se come a Mescal -y eso solo ya tendría mérito- sino que se come toda la película. Su papel es impresionante y el manejo que demuestra de los recursos dramáticos es francamente llamativo para una actriz tan joven. Haríamos bien todos en seguirle la pista en sus próximos trabajos. En cualquier caso, lo más importante de los personajes no es únicamente como rinden por separado, sino la buena química que demuestran juntos en pantalla. Los diálogos, las miradas, la forma en que interactúan y los pequeños gestos fruto de una larga relación los clavan y son ellos, además de la dirección de Wells, los que consiguen conectar con el espectador.

Al final del día, estamos ante una película muy pequeña, cercana y que exhuma realidad por todos los poros. Si eres una persona a la que gusta el cine de este estilo, indie, de ritmo pausado, reflexivo e introspectivo creo que esta puede ser una grandísima propuesta. Además, estamos ante un espectacular debut de una directora a la que yo no dudaré en seguirle la pista en sus próximos proyectos. Recomendadisima.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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9
29 de septiembre de 2023
95 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hirokazu Koreeda es uno de esos directores que siempre suelen traer películas interesantes. Cintas que, bajo una premisa más o menos compleja, suelen crecer conforme avanzan creando reflexiones sociales sobre temas tan diversos como la soledad, la familia, el sexo o la violencia. La multipremiada y ganadora de la palma de oro “un asunto de familia” -Filmin, HBOMax- es el mejor ejemplo de lo que cito anteriormente, pero luego otras cintas dentro de su filmografía como “Air doll”, “nuestra hermana pequeña” o “el tercer asesinato” -Todas disponibles en Filmin- demuestran y confirman que estamos ante un director con una sensibilidad muy especial para tratar temas espinosos y complejos y que siempre lo hace con mucho saber hacer, tacto y maestría tras las cámaras.

El 30 de septiembre llegó a nuestras salas la nueva película del maestro nipón, “Monstro”, y con ella otra nueva demostración de lo que es capaz de hacer Koreeda cuando se lo propone. En “Monstruo” Koreeda decide meterse en el territorio “Rashomon” -Filmin- y nos cuenta una historia sobre unos sucesos que se producen en un colegio y que, aunque a simple vista parecen muy claros, se van a ir embarrando poco a poco conforme avance el metraje y la información de la que disponemos como espectadores vaya aumentando.
La película, como podéis suponer si habéis visto Rashomon, está narrada desde distintos puntos de vista, pero centrándose prácticamente en los mismos hechos concretos. Y, obviamente, se va armando un puzle conforme avanzamos en la trama que nos quieren explicar.
Esto, en otras manos, podría haber acabado siendo un tiro en el pie -no todo el mundo se puede acercar con éxito al maestro Kurosawa-, que cayese en las redundancias propias de contar una misma situación con pequeñas variaciones según la perspectiva que tengamos, pero que Koreeda esquiva esa bala gracias a su enorme talento tras la cámara.
Lo que el director japonés realiza aquí es un ejercicio complejo pero muy efectivo y que se basa en evitar “la pereza” de conformarse con muchas de las escenas rodadas para sustituir eso al volver a rodar esas escenas que ya hemos visto, pero cambiando por completo la perspectiva y la forma donde coloca la cámara. Algo que, por ejemplo, no hacia Ridley Scott en “el último duelo” prácticamente nunca y que era el principal problema de su película. Aquí simplemente con la forma en que rueda las escenas “repetidas” ganan un nuevo enfoque y, con él, nosotros ganamos una nueva forma de mirar y entender lo que hay en pantalla.

Obviamente, no solo de una brillante dirección vive la película y tiene su otro principal valedor en el guion de Yuji Sakamoto -premiado en Cannes este mismo año- y que es el alma de la cinta. Sin entrar en muchos detalles, ya que creo que es importante que este viaje se realice con la menor información previa posible, la historia se construye desde lo pequeño hacía lo grande. Desde esos pequeños detalles que desconectados pueden parecer apuntar en una dirección pero que cuando los vamos colocando poco a poco encima de la mesa podemos ver el dibujo que realmente muestran y, con ello, enfrentarnos a una historia dura y profunda que no da puntada sin hilo ante los temas que decide tocar.

Al final, la cinta de Koreeda pretende ser un largometraje que ponga al espectador contra la espada y la pared. Y que nos habla sobre lo que creemos saber y lo que realmente sabemos. Además, gracias a contar con una brillante dirección y con un guion excelso se convierte en una de esas cintas brillantes que me hacen, al menos a mí, amar este arte con toda mi alma. Quizá no es una cinta para cualquier espectador. Por los caminos que decide transitar y por cómo afronta algunas de las temáticas. Pero, lo que tengo claro, es que, si decidís asumir el reto y transitar esos caminos, vais a asistir ante una de esas películas que merecen todos y cada uno de los elogios que se le puedan hacer. Muy recomendable.

Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Quique Martín
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