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España España · Alcalá De Guadaíra - SEVILLA
Críticas de HEIFER
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Críticas 162
Críticas ordenadas por utilidad
7
6 de noviembre de 2007
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que nadie se ponga a ver esta película un día de esos en los que se está cansado después de una larga semana de trabajo, se ha dormido poco, o simplemente se tiene morriña. Que nadie se ponga a ver Spider si no tiene ese día el suficiente espíritu de involucrarse 100% con un desarrollo lento y en ocasiones desconcertante. Por favor, que nadie vea esta cinta si no tiene ganas de darle un pequeño margen a lo que va a ver.

Y es que, esta película de David Cronenberg nos sitúa directamente en la mente de un perturbado mental; nos cuenta la historia de Spider, un hombre que ha salido recientemente del manicomio y que pasa a residir en una especie de centro de acogida para los pacientes que han mejorado y pueden progresar en su rehabilitación. Spider es un hombre evidentemente frágil y marcado por un trauma, habla muy poco con los demás y siempre está como encogido, murmurando cosas para sí mismo. Ahora pasa las horas en una sucia habitación de ese centro de mala muerte, y con su pequeño diario, empieza a recordar los hechos que irremediablemente marcaron su vida. Los recuerdos vuelven, y Spider apunta todo en su pequeña libreta; él cree saber el por qué está ahora donde está, el cree tener muy claro que pasó lo que pasó. Pero la densa tela de araña que teje una mente dañada, a veces hace de la realidad un espejismo, o del espejismo una realidad; y eso siempre puede terminar por ser una trampa.

De esta premisa parte la trama, y mientras se desarrolla con una evidente lentitud, iremos descubriendo junto a Spider su desgraciado pasado, y seremos testigos de su nuevo destino.

Como he mencionado antes, la película puede resultar a veces confusa, ya que igual que las ideas de un perturbado mental juegan en contra de su noción de la realidad, también jugarán en contra de la nuestra. Pero he ahí la virtud y el peso argumental de una genial película que si le das una oportunidad te sorprenderá.

De una ambientación fría y oscura, y con una fotografía muy cuidada; esta obra de Cronenberg nos brinda a todos una hora y media de intriga, en la que un guión dispuesto a proponernos un interesante juego de despiste hará las delicias de todo aquel que ande con las suficientes ganas de jugar. También hay que hacer una mención especial a la actuación de Ralph Fiennes, pues de veras que parece un desequilibrado realmente...

En definitiva; que este es el Cronenberg que más me gusta; el que te hace pensar, el que te despista, el que te noquea con tramas oscuras y desconcertantes... un siete que casi roza el ocho de nota para la cinta que nos trajo en el 2002.

Disfrútenla.
HEIFER
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6
21 de septiembre de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2003 Richard Linklater, autor de cintas tan dispares como "Antes del amanecer", "Waking Life", o "Slacker", aterrizó en las salas de cine con una propuesta en tono de comedia dirigida a los jóvenes, adolescentes, y amantes de la música en general.

Los que ya hayan tenido un acercamiento previo al director, sabrán que este siempre arriesga en sus obras al intentar darles un tono diferente e imprimirles un sello de distinción. Por ejemplo en sus dos acercamientos a la comedia romántica, la ya citada "Antes del amanecer" y su secuela "Antes del atardecer", abordó el tan manido género, renovándolo y transgrediendo (con más o menos aceptación) al basar toda la cinta en un continuo y prácticamente ininterrumpido diálogo entre los dos protagonistas mientras paseaban por Viena y París. Así también sus escarceos con la animación fueron vanguardistas, bien por las técnicas utilizadas, o por la densidad de los temas que se trataban. Pues bien, en "Escuela de rock", Linklater arriesga también, aunque bastante menos, al acercarse al género. Por ejemplo veremos que no es de esas cintas juveniles que usa un tono excesivamente blando ni trata a sus espectadores como imbéciles sin criterio, no. En esta película el discurso hacia el que la ve es honesto y sincero, es más, hasta recuerdo algún chiste puntual que los más jóvenes no cazarán. Y eso ya es un punto a su favor.

La historia nos cuenta es la de Dewey Finn, un apasionado del rock que tiene dos grandes problemas; está acosado por las deudas y acaban de echarlo del grupo donde tocaba la guitarra justo antes del concierto de sus sueños. Para solucionar ambas cosas decide aprovechar la ocasión que se le presenta y hacerse pasar por su compañero de piso, que es profesor, y cubrir una vacante en el mejor colegio de la ciudad. Así mata dos pájaros de un tiro, gana pasta y monta un grupo. Porque Dewey es una de esas personas que vive por y para el rock, y sin música no podría vivir, así que ese concierto no se lo va a perder, ni de coña; él va a tocar aunque tenga que adoctrinar a sus alumnos y convertirlos en unos auténticos rockeros, para así formar una banda.

Esa es la trama de "Escuela de rock", una cinta que lleva al límite a un desatado Jack Black, sacando todas sus virtudes y haciéndole parecer un loco, cosa que le viene a su personaje que ni pintado ya que Dewey Finn es una de esas personas que lleva ritmo en la sangre. La cinta tiene sus tópicos propios del género y sus fallitos de guión sí, pero solamente ver a Jack haciendo el indio, saltando y cantando merece la pena. Se ve que el que más disfrutó rodándola fue él, se ve que le encanta el rock (toca en Tenacious D), y todo eso lo transmite, elevando la película hasta cotas que ni yo mismo imaginaba cuando se pulsó el play. El resultado es una hora y media de cine y rock que te deja una sensación de buen rollo tan grata como inesperada. Eso sí; imprescindible verla en V.O. y que no te caiga gordo Jack Black.

6´5 de nota. Disfrútenla.
HEIFER
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8
20 de septiembre de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
... a veces nos deslumbra con un maravilloso azul casi turquesa y baña la fina arena blanca, otras se cubre de algas y se muestra inquietantemente verdoso, hay veces en las que siquiera puedes ver tus propias piernas sumergidas bajo la superficie, y hay veces en las que se tiñe de un rojo trágico. Es entonces cuando tus vacaciones se pueden ir a tomar porculo en un santiamén, cuando tu reducto de paz puede tornar en un infierno húmedo de color bermellón.

Os voy a situar por un momento en Isla Amity, un pequeño pueblo costero de Nueva Inglaterra donde ocurre algo tan curioso como poco excepcional; ya imaginan, es una villa de esas que en invierno se asemeja casi a un tranquilo desierto comparado con la cantidad de turistas que alberga en los meses más calurosos del verano. Sus habitantes son conscientes de ello y viven de sacar el dinero honradamente a los que allí llegan de vacaciones, haciendo caja para todo el invierno durante el periodo estival. Como ya he dicho, nada del otro mundo, el típico pueblo donde veranea cualquiera de nosotros en busca de un poco de relax y tranquilidad. Lo que no saben la mayoría de los que esta vez han llegado a Isla Amity, es que un escualo de proporciones colosales está dispuesto a joderles la quincena.

De esta premisa parte la cinta que lanzó a la fama a uno de los directores más aclamados en la historia del cine, Steven Spielberg. El que ya hiciera gala de saber caminar sobre la difusa línea que separa lo comercial del contenido más arriesgado, nos ofrece en "Tiburón" el primer destello de lo que serían características distintivas más adelante a lo largo de su carrera; un pulso narrativo eficaz, un dominio de la tensión y la técnica apabullante, y todo un ejercicio de cine fresco y directo. Añadan a la buena dirección unas buenas interpretaciones, una banda sonora que le encaja como un guante, y una segunda mitad que a medida que se acerca a su final se vuelve más apasionante, y tendrán una cinta más que recomendable para todo amante del cine; comercial o no.

No se crean que tiburón es un título que no va más allá del mito o del icono del Blockbuster como se dice por ahí, pues lejos de prejuicios resulta todo un buen Thriller gráficamente salpicado de tintes escarlatas que combina sus mejores armas con los tics típicos del Slasher más puro y duro; eso sí, aquí la diferencia es que el asesino no usa un cuchillo de cocina ni un garfio para hacer sus fechorías, a este le basta con simplemente con masticarte.

Así que ya saben, acérquense a esta película libres de ideas preconcebidas y lo agradecerán, os doy esa garantía.

No me extiendo más. Un 8 de nota.

Disfrútenla.

PD: Y mira debajo de la colchoneta.
HEIFER
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8
20 de septiembre de 2009
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece una exageración y quizás lo sea, pero diría que en "Malditos Bastardos" se huelen las intenciones de Tarantino desde los títulos de crédito iniciales. Es como si con esta película estuviese dispuesto a convencernos definitivamente de que esta vez sí va a retomar la buena senda y no va a darnos siquiera una opción para dudar de él mientras la pantalla esté iluminada.

Se apagan las luces del cine y mientras aparecen los rótulos con los nombres más visibles de un extensísimo y acertado reparto, suena una maravillosa música que crea el ambiente perfecto en la sala para comenzar con el 1er capítulo de los cinco que conforman esta genial y gamberra historia de ficción situada en plena 2ª Guerra Mundial. Como reza el cartel promocional: "Érase una vez en la Francia ocupada por los nazis...". Es en el prólogo donde irremediablemente nos metemos en el bolsillo del director, igualmente es cuando aparece uno de los mejores personajes que ha dibujado Tarantino para todas sus películas, el sardónico coronel nazi Hans Landa, interpretado por un enorme Christoph Waltz; y quizás sea la escena donde se nos ofrecen varios de los mejores minutos de la carrera del polémico cineasta. El prólogo sabe a western, a cine clásico, te mete de lleno en la historia. Pero lo mejor de todo es que para dejarnos con los pelos de punta el director se vale prácticamente de un diálogo. Eso sí, el diálogo es genial, y está apoyado en una realización tan perfecta como sobria y en unas interpretaciones enormes, todo ello hará que el espectador se sumerja en una tensión asfixiante que desencadenará en la tragedia que sirve de motor a esta historia de nazis, y venganza.

Luego la trama sigue su curso y aparecen Los Bastardos, la tropa de feroces soldados que tiene la misión de quitar del mapa francés a tantos nazis como puedan. A estos les ponen cara Brad Pitt, un actor infravalorado al que le pesa demasiado la pose chulesca de muchos de sus personajes; y actores tan dispares como Samm Levine o Eli Roth, que encarna a un personaje tan brutal como carismático.

Pues bien, una vez hecha la presentación de los personajes, todo estará a punto para que disfrutemos con la afortunada vuelta al cine del hombre que nos defraudó con Death Proof. De cómo se desarrolla todo a partir de entonces no hablaré, pues no pienso reventarle la película al que no la haya visto. Eso sí, aunque hablemos de una buena cinta, hay que decir que también adolece de los tics habituales que tanto dividen a su público, es decir, afán de resultar cool, un narcisismo y valentía del que se sabe (o cree) grande, y licencias para tratar su historia como le salga de las pelotas, tanto técnicamente como en la narración.

En definitiva; a pesar de aspectos que no me convencen de la cinta (una BSO que chirría en ocasiones, algún bajón puntual en el ritmo narrativo, y un giro de guión que no termino de explicarme *Spoiler), he de decir que esta vez me lo he pasado de cojones. Así que notable. Disfrútenla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
HEIFER
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7
29 de agosto de 2007
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La segunda obra de Sam Mendes, autor de la inolvidable American Beauty, destaca indudablemente por una impresionante estética que está cuidada al detalle. Aquí cada plano parece inmensamente estudiado, la fotografía nos deleita continuamente con imágenes elegantes y sobrias; y mediante el uso de una gama de colores de tonos fríos se empapa la atmósfera de un registro sombrío y decadente que nos mete de lleno en esta historia de gángsters de la época de la Gran Depresión...

Michael Sullivan lleva trabajando para el señor Rooney (un jefe mafioso) bastante tiempo como matón a sueldo; lleva una vida peligrosa para él pero buena para su familia, ya que gracias a los servicios que presta a la organización mafiosa se ven beneficiados de una estabilidad económica inusual en la difícil época por la que está pasando el ciudadano medio estadounidense. Pero pronto la traición y la venganza le convertirán tanto a él, como a su mujer e hijos en blanco de las pistolas.

Ese prefacio sirve para una historia, que se desarrolla siempre con elegancia y fluye con cierta parsimonia, y que sin duda engancha por sus peculiaridades dentro del género. Peculiaridades que por supuesto no voy a revelar, pero que tienen que ver con las situaciones que se nos van planteando.

Buenos diálogos y escenas, buenas interpretaciones, buen guión, buena música, y visualmente genial. Llena de tragedia, melancolía y oscuridad. Una buena película para disfrutar con un buen vaso de bourbon en alguna tarde también gris.

Háganlo y saquen vuestras propias conclusiones. Esto solo es una recomendación; como siempre....


PD: Atentos al buen desenlace de la trama, y a un personaje secundario interpretado por Jude Law tan original como magnético.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
HEIFER
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