Drama existencial con perfil de documental realista, íntimo, austero y certero.
Historia fidedigna con personajes perfectamente integrados en una trama coral y global. Un retrato tan veraz como los actores no profesionales que la protagonizan.
Una historia tan natural que acaba implicando te aunque el campo y sus cosechas te pille tan lejano como la empatía a Quinet. Auténtica y emotiva.

Aquí hay patrón. Aquí hay actor. Con una buena banda sonora, toda la película gira en torno a la superlativa interpretación de Bardem. Lo mejor del film.
Una obra con mala baba. Una tragicomedia irónica y sarcástica, inteligentemente divertida. Ácida y amarga en su superficie, triste y veraz en su fondo. Notable equilibrio.

Un film lleno de ternura, y pródiga sinceridad. Nada más y nada menos. Pura emoción veraniega. De las más bellas operas primas que te puedas encontrar. Y más en estos tiempos revueltos de la era Trump.
Un film que brilla por su luminoso aprendizaje vital. Una historia simple, lenta, muy realista y lógica con una última escena que marca un epilogo precioso e imperdible.
En sumario, Verano 1993, es un sublime plan para pasar cualquier día de cualquier estío, no solo para el del 93.

Thriller lisérgico de ritmo muy muy lento y pausado. Pesada como una melancólica balada metalera. Una película que te puede apasionar o provocar rechazo. No caben medias tintas.
Personalmente me uno al grupos de los rechazados. Es una cinta idolatrada y superada, sin rastro de la obra maestra que vendían y que yo esperaba, todo lo contrario

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El Olivo es una película cotidiana y amable, cosmopolita y humilde. Una historia que te llega dentro. Hayas tenido o no abuelo, todos tenemos corazón, por eso es difícil escapar a su turbación.

Con una trama creíble y escueta, gana enteros cuando habla sobre esos trozos invisibles y necesarios que todos tenemos dentro, los sentimientos; y pierde fuelle cuando se centra sobre ese innecesario discurso político medio ambiental que está de más.

Un film que es un hermoso cuento familiar, relato de nuestras vidas. Una cinta dulce y conmovedora. Una historia tragicómica con apariencia de obra menor pero que en realidad es puro cine sin artificios innecesarios, donde los silencios, los olores y hasta los colores ganan protagonismo. Destacando por encima de todo y todos, un Javier Gutiérrez que hace una interpretación inmensa. Sin desmerecer al resto de trío protagonista que sobresale con una interpretación por encima de cualquier mensaje.

En definitiva, una sencilla película, de intensa reflexión y de genial mensaje. Con secuencias que se disfrutan y se gozan como pequeñas agujetas en el alma. El Olivo, un trabajo de nobles raíces.