Este film subraya la importancia de la importancia, valga la redundancia, que tienen los matices en nuestro día a día. La misma historia repetida, pero con el matiz de la sinceridad como única novedad, cambia radicalmente las vivencias de los protagonistas. Solo mediante el juego de la comparación que nos propone Hong Sang-soo se puede comprender la citada importancia, que nos hará reflexionar -siempre que queramos-, en si debemos y sobre todo, en cómo debemos decir la verdad.

Es cierto que puede funcionar como metáfora del estado emocional y sentimental de Europa pero, si esto es realmente así debemos plantearnos la siguiente cuestión... ¿Qué va antes Europa o el hombre? Quiero decir, Europa es una construcción del ser humano, un lugar con siglos de historia, sí, pero resultado del comportamiento humano. Por lo tanto, podríamos afirmar que esta gran película es un retrato del ser humano, de su parte más oscura. Una estacada que no tiene nada de ficción y que por ello aterra.

Película acorde a sus pretensiones, un enorme ejercicio cinematográfico que demuestra las dotes interpretativas de Laia Costa, que está de sobresaliente. Como leo en algunos críticos, el guión flojea, es cierto, pero en nuestras propias vidas también flojea en muchas ocasiones y no por ello nos deja de gustar vivir, quiero decir, que es real, como la vida y sus defectos van a acorde también a la propia vida. Lo que más se puede poner en duda es su capacidad de emocionar, pero quizás, Schipper tampoco quería que profundizásemos en nada más que en lo que vemos.

Pese a comenzar con cierta improvisación medida y buscar un realismo en forma, ruido y composición, la película se va tornando hacia la verdadera realidad casi sin pretenderlo a través de situaciones cotidianas que van perfilando un detonante o catarsis que hacen comparable, salvando las distancias, esta película con el mejor Cassavetes, el de "Faces" o "A woman under the influence", pues consciente o subconscientemente, las protagonistas se acercan al mismo tipo de drama sin renunciar a una imagen íntimamente relacionada con la estética y la belleza.

Yo no quisiera juzgar nada: si Anna Karina es buena actriz, si el argumento es bueno, si Godard me emociona, creo que quizás las respuestas serían tres no-es, bueno, lo de Godard todavía lo estoy pensando porque eso depende de mi día. Al principio me parece todo estúpido pero luego por una razón desconocida y francesa te apiadas de los personajes y nace el afecto, la comprensión... e incluso le ves dotes a Anna Karina, cuando corren por el Louvre (me quedo en la anécdota) eres uno de ellos y en el final quisieras ser ese hombre que recibe la única sonrisa que Anna Karina tiene disponible, qué guapa, qué buena actriz.