Tomadura de pelo con ínfulas de grandeza y pretensiones sociológicas, este nuevo bodrio perpetrado por Alfonso Cuarón, al que parecen siguen dándole oportunidades en la industria del cine. La sensación que tengo después de contemplar esta astracanada es de que los espectadores se hacen poco respetar. Confieso que si cometí el error de ver esta película fue debido a las críticas positivas que recibió la cinta por parte de la crítica. Me reafirmo, no comprendo como alguien pueda observar en esta película ninguna clase de virtud. El caos que generan las imágenes combinados con un pésimo trabajo del director de escena convierte la contemplación de esta película como un ejercicio de tortura al que no se le ve nunca fin. sin duda, lo mejor de la película, cuando se acaba de una puñetera vez, ¡qué alivio!

Hombre, decir que esta peli pertenece al género de ciencia ficción, en el mejor de los casos me parece osado y sin base científica. No, esta película tiene varios problemas de concepto y el primero y más acusado es su falta de presupuesto. Uno no acude al cine a ver una de ciencia ficcón para que tenga que soportar un escenario cutre con colores apagados y carente de imaginación. La escenografía canta por su falta de medios y en un ambiente futurista no se puede mantener al espectador con la sensación de cutrerío desatendido. La fuerza del guión es inexistente, uno puede llegar a sonrojarse de vergüenza ajena varias veces a lo largo de la cinta con según que diálogos y el guión es pobre de solemnidad. El lenguaje adecuado a ese avance científico podría haber contado con más sentido, sin necesidad de provocar la sonrisa maliciosa en el espectador. La película no engancha un sólo momento y es que no tiene una sola secuencia donde el director nos logre arrancar un sólo sentimiento. Ni que decir tiene que el futuro que nos narra esta historia es de todo menos alentador, pero dentro del cine de ciencia ficción viene a ser -por desgracia- lo más concurrido.
En definitiva, decepcionante película que tuvo mucha repercusión en su época, pero que, evidentemente, está condenada al más oneroso olvido.

Infumable película que explota el tópico hasta la extenuación y que al contrario de lo que pretende no consigue transmitir ningún tipo de mensaje. La parodia y las pésimas interpretaciones de su reparto son la característica general de este espanto. No hay nada salvable.

Es esta película por encima de cualquier otra bienintencionada reflexión una astracanada. Y baso mi aseveración en imágenes tan deplorables como las que en esta cinta exhiben sin rubor desde el propio Johnny Depp -hecho un mamarracho- pasando por un Ray Liotta envejecido que da verdadera pena e incluyendo a un desafortunado Jordi Mollà y a una histérica Penélope Cruz, que corolan un despropósito sin parangón alguno en el cine actual. El desprestigio al que Ted Demme somete a sus actores debería ser motivo de enjuiciamiento por parte de los abogados de éstos.
Uno realmente no sabe como un actor de la talla de Johnny Depp puede embarcarse en un proyecto como este, porque siempre puede salirte el tiro por la culata, -hasta los mejores petardean alguna vez- pero no tiene un pase una película donde la chapuza se repite hasta la saciedad. Para que hablar del desarrollo de la trama, o del montaje del principio. Para que hablar de la escenografía o de determinadas escenas..., nada posee la calidad mínima que se le debe exigir a una peli de Hollywood. ¿Dónde estaban los productores?