La boda más odiosa, una película que se estrenó en Amazon Prime Video el pasado 18 de noviembre y que está basada en la novela homónima de Grant Ginder. La película nos cuenta la historia de Alice, Paul y Donna, tres miembros de una familia disfuncional que viajan a Londres para asistir a la boda de su hermanastra Eloise, a la que apenas conocen y con la que no tienen buena relación. Lo que prometía ser una comedia ácida y divertida sobre los conflictos familiares y las diferencias culturales se convierte en un aburrido y predecible desfile de clichés, situaciones forzadas y personajes planos.

La película está dirigida por Claire Scanlon, que ha trabajado en series como The Office o Brooklyn Nine-Nine, pero que aquí no demuestra ninguna habilidad para el humor ni para el ritmo narrativo. El guion, escrito por las hermanas Molyneux, es flojo, inconsistente y a veces roza lo vulgar o lo ofensivo, sin lograr provocar la risa del espectador. Los diálogos son artificiales y poco ingeniosos, y la trama es predecible y poco original.

El reparto está formado por actores de renombre como Kristen Bell, Allison Janney o Tony Goldwyn, pero ninguno de ellos consigue salvar una película que no les da material para lucirse. Los personajes son estereotipados y poco desarrollados, y sus motivaciones y acciones no resultan creíbles ni emocionantes. Tampoco se aprovecha el potencial de la ambientación británica, que podría haber dado lugar a contrastes culturales o situaciones cómicas. La boda en sí misma es un mero telón de fondo para los líos amorosos y familiares de los protagonistas, que se resuelven de forma precipitada y poco satisfactoria.

En definitiva, La boda más odiosa es una película que decepciona por su falta de originalidad, humor y empatía. Es una opción poco recomendable para pasar un rato entretenido y ligeramente divertido. Le doy un 3 porque al menos tiene una duración aceptable (99 minutos) y porque me gustó la música de Tom Howe.

Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion es una secuela de la exitosa comedia de intriga Puñales por la espalda (2019), dirigida y escrita por Rian Johnson. En esta ocasión, el detective Benoit Blanc (Daniel Craig) se traslada a una isla griega privada, donde el magnate tecnológico Miles Bron (Edward Norton) ha invitado a sus viejos amigos a pasar un fin de semana lleno de sorpresas. Pero cuando uno de ellos aparece muerto, Blanc tendrá que resolver el caso con la ayuda de una variopinta galería de sospechosos.

Mantiene el tono divertido, agudo y de suspense de la primera entrega, con un guion lleno de giros ingeniosos, referencias culturales y crítica social. El reparto coral está formado por actores y actrices de primer nivel, que se lucen en sus respectivos papeles, destacando especialmente Janelle Monáe, Kathryn Hahn y Dave Bautista. La dirección de Johnson es ágil y dinámica, aprovechando al máximo los escenarios paradisíacos y el diseño de producción. La música de Nathan Johnson y la fotografía de Steve Yedlin contribuyen a crear una atmósfera envolvente y elegante.

Ha recibido buenas críticas y varias nominaciones a premios importantes, como los Oscar, los Globos de Oro o los Critics Choice Awards123. También ha sido un éxito de público, tanto en los cines seleccionados donde se ha estrenado como en la plataforma Netflix24.

Me ha parecido una película muy entretenida, original y bien hecha, que respeta el espíritu de la primera parte pero también aporta novedades y frescura. Me ha gustado mucho el humor, el misterio y el carisma de los personajes.

No respires es un thriller de terror que narra la historia de tres jóvenes ladrones que intentan robar a un ciego solitario que guarda miles de dólares en su casa. Sin embargo, lo que parece un plan fácil se convierte en una pesadilla cuando descubren que el hombre no es tan indefenso como creían y que oculta un terrible secreto en el sótano.

Está dirigida por el uruguayo Fede Álvarez, quien ya había demostrado su talento para el género con el remake de Posesión infernal (2013). Álvarez coescribe el guion con Rodo Sayagues y cuenta con la producción de Sam Raimi, maestro del terror y mentor del director.

El reparto está encabezado por Jane Levy, quien repite con Álvarez tras Posesión infernal, y que interpreta a Rocky, la líder del grupo de ladrones. Junto a ella están Dylan Minnette como Alex, el hijo de un guardia de seguridad que les facilita las alarmas de las casas, y Daniel Zovatto como Money, el novio de Rocky y el más impulsivo del trío. El papel del ciego es para Stephen Lang, un veterano actor que logra transmitir una gran presencia e intimidación con muy pocas palabras.

Se destaca por su excelente manejo del suspense y la tensión, creando una atmósfera opresiva y claustrofóbica en la casa del ciego. Álvarez utiliza con maestría los recursos del sonido, la iluminación, la cámara y el montaje para generar escenas impactantes y sorprendentes, como la del apagón o la del sótano. También tiene momentos de acción y violencia muy bien ejecutados, sin caer en el gore excesivo o gratuito.

También tiene una buena construcción de los personajes, que no son meros estereotipos sino que tienen motivaciones y conflictos que los hacen más humanos y complejos. El ciego no es solo un villano sino también una víctima, y los ladrones no son solo unos criminales sino también unos jóvenes desesperados por escapar de sus vidas miserables. Juega con las simpatías y antipatías del espectador, haciendo que cambie su punto de vista según avanza la trama.

No es perfecta y tiene algunos fallos e incongruencias en el guion, como algunas decisiones ilógicas de los personajes o algunas situaciones poco creíbles o forzadas. Sin embargo, estos defectos no empañan el resultado final, que es un thriller muy entretenido, intenso y original, que consigue mantener al espectador en vilo hasta el final.

En conclusión, No respires es una gran película de terror, que demuestra el talento de Fede Álvarez para crear historias que atrapan y asustan al público. Tiene un ritmo ágil, unas actuaciones convincentes, una dirección impecable y un guion inteligente. Es una película que recomiendo ver a los amantes del género y a los que buscan emociones fuertes.

Spider-Man: Homecoming es una película de superhéroes que nos presenta a un joven Peter Parker (Tom Holland) que intenta equilibrar su vida como estudiante de secundaria en Queens con su alter ego arácnido, mientras se enfrenta a un nuevo villano que amenaza la ciudad: el Buitre (Michael Keaton). Con la ayuda de su mentor Tony Stark (Robert Downey Jr.), Peter tendrá que demostrar que es digno de ser un Vengador y de llevar el traje que le ha diseñado.

Es una divertida y fresca aventura que combina acción, comedia y ciencia ficción, con un tono juvenil y desenfadado que se aleja de las anteriores versiones del personaje. El reparto está muy bien elegido, destacando la química entre Holland y Keaton, que interpretan a dos caras de una misma moneda: dos personas que usan la tecnología para mejorar sus vidas, pero con fines muy distintos. También cuenta con la presencia de otros personajes del Universo Cinematográfico de Marvel, como Iron Man, Happy Hogan (Jon Favreau) o Pepper Potts (Gwyneth Paltrow), que aportan humor y conexión con el resto de la saga.

Tiene un ritmo ágil y dinámico, con escenas de acción espectaculares y originales, como la del ferry o la del avión. El guion está bien estructurado y tiene varios giros sorprendentes, como la revelación de la identidad del padre de Liz (Laura Harrier), el interés amoroso de Peter. También explora temas como la madurez, la responsabilidad, la amistad o el sentido de pertenencia, sin caer en el dramatismo o la moralina.

No es perfecta y tiene algunos defectos, como el exceso de humor en algunos momentos que resta seriedad a la trama, la falta de profundidad en algunos personajes secundarios, como Michelle (Zendaya) o Flash (Tony Revolori), o la escasa presencia del Tío Ben y su influencia en Peter. Sin embargo, estos aspectos no empañan el resultado final, que es una película entretenida, divertida y emocionante, que respeta al personaje y lo adapta a los nuevos tiempos.

Campeones es una comedia dramática dirigida por Javier Fesser que narra la historia de Marco, un entrenador de baloncesto profesional que se ve obligado a entrenar a un equipo formado por personas con discapacidad intelectual como parte de su condena por conducir ebrio. Lo que empieza como un castigo se convierte en una oportunidad de aprender de la diversidad, la amistad y la superación.

Es un canto a la vida y a la diferencia, que muestra con humor y sensibilidad las vivencias de unos personajes entrañables y auténticos, interpretados por actores con discapacidad real. El filme logra transmitir un mensaje positivo y esperanzador, sin caer en el sentimentalismo ni en el paternalismo. Además, cuenta con una banda sonora pegadiza y emotiva, compuesta por Rafael Arnau y Coque Malla.

Campeones es una de las películas españolas más exitosas de los últimos años, tanto en taquilla como en crítica. Ganó tres premios Goya, incluyendo el de mejor película, y fue seleccionada para representar a España en los Óscar. Es una obra que merece la pena ver y disfrutar, que nos hace reír y llorar, y que nos invita a reflexionar sobre el valor de la inclusión y el respeto.