Un thriller interesante. Lo único que flojea un poco es el final, un poco inverosímil a mi entender.

Por lo demás, unas más que correctas actuaciones (con un Bruce Willis magnífico, en su línea habitual de estos últimos años), un guión entretenido que mantiene la tensión hasta el final, y una buena puesta en escena.

A mi particularmente me pareció la mejor de las tres películas, y eso lo dice un seguidor de la saga.

Es trepidante, porque no te permite respirar un segundo con acción a raudales.

Es entretenida, porque no se trata de una acción descabezada, sino verdaderamente interesante, que te mantiene en vilo hasta el final.

Y es honesta, porque te da justo lo que quieres ver y no engaña a nadie (por favor, los amantes del cine francés más plasta que ni se acerquen a verla).

Como se ha apuntado no pocas veces, la primera parte de la película es excitante, original, dinámica y sorprendente. El uso de la música y de los efectos sonoros para recalcar y reforzar la sinopsis argumental está totalmente logrado. Es decir, es formalmente excelente, como casi todo en esta película.

En cuanto a los actores, Keira Knightley está muy guapa, como casi siempre, especialmente cuando interpreta papeles de época. Y es que esta mujer parece que se equivocó de siglo, no hay duda. Además, es cierto que Saoirse Ronan es todo un descubrimiento. No obstante, James McAvoy, si sigue queriendo hacer en el futuro papeles de galán, debería dejar con urgencia de comerse las uñas y de meterse compulsivamente las manos en los bolsillos. Por favor, que alguien se lo diga ya.

No obstante, y dejando un lado aspectos anecdóticos, lo que le falta a esta película es precisamente aquello de lo que presume en su subtítulo: pasión. La relación entre los personajes de Keira Knightley y James McAvoy es bastante fría y no está muy bien explicada. La resumen en dos frases bastante ambiguas y por ello es muy difícil creerte ese supuesto amor loco que se profesan. Ya sé que las comparaciones son casi siempre odiosas, pero los incrédulos deberían revisar “Doctor Zhivago”, película de la que intenta beber muchas cosas, y entenderán lo que quiero decir.

En definitiva: una película bastante decente para los tiempos que corren (lo que no es decir mucho, de todas formas) por lo que no extraño que acabe llevándose una retahíla de oscars. No obstante, considero que se ha quedado a medias dentro de sus enormes pretensiones, que no eran sino las de convertirse en un clásico del género épico-romántico, a la altura de la citada "Doctor Zhivago" o de "El paciente inglés".

Para un seguidor de la obra de Carpenter, esta película no deja de ser una enorme decepción.

Ante las críticas recibidas, uno esperaba con gran ilusión poder ver finalmente un filme del que mucha gente hablaba maravillas, y el resultado no puede ser más desolador.

El guión es enrevesado y carece totalmente de sentido (a pesar de partir de una idea interesante y original); las actuaciones son, siendo generoso, bastante discretitas (la verdad, uno no sabe que diantre le pasó a Sam Neil a lo largo del rodaje para que le saliera una actuación así); los efectos especiales son propios de una película de serie doble Z; y lo peor, es que es bastante aburrida y uno está loco por que acabe.

Después de ver como muchos críticos de cine de todo orden y condición recomendaban fervorosamente esta película, me dispuse gustoso a verla, sin haber leído previamente apenas nada, como me gusta hacer.

El inicio del filme es interesante. Al principio crees que va a ser una película de miedo, que es lo que parece deducirse del visionado del tráiler de la misma. Pero muy pronto empiezas a darte cuenta de que nada tiene sentido. Y cuando digo nada, es nada.

Lo único positivo que puede decirse de la ópera prima de Diallo es que tiene una estupenda puesta en escena y unas actuaciones correctas. Pero cuando el guión es un sinsentido, poco hay que hacer.

Aunque por supuesto todo ello no ha sido óbice para que la película reciba unas críticas estupendas, aunque tratando el tema del racismo a los negros (que no es ni mucho menos el único que existe o ha existido, aunque no lo parezca), no debería extrañarnos.