Quizás la peor de la saga, no tiene tantas escenas simplemente mal hechas como las primeras tres (aunque también se abren sub-tramas que no se continúan), pero al mismo tiempo tiene muchas más en las que nada importante pasa. Un aburrimiento infernal con una falta de trama que apesta a relleno típico de estas sagas que dividen el "capítulo final" en dos.

Lo poquito que ocurre tiene desarrollo de novela de televisión, melodramático y escrito sin ninguna profundidad, que sólo los más fanáticos disfrutarán. El resto sólo veremos un estancamiento de la trama de escándalo. Los personajes se quejan, se preocupan, se ponen tristes o se exasperan, pero no hacen nada. Cuando la película genera tensión, es absolutamente forzada por conveniencias de guion, por repentinas "necesidades" de los personajes (*), desperdiciando a cada paso posibilidades de generar drama de manera lógica (**).

Los efectos especiales son un desastre increíble, los peores de la saga, aunque la banda sonora por su parte es buena, la mejor de la franquicia hasta el momento. Es muy difícil para mí destacar a los actores, que hacen lo que pueden para dar vida a una trama estéril en un bodrio de novela. Posiblemente la peor de la saga.

Es demasiada la cantidad de cosas terribles que le pasan a nuestro protagonista. Demasiadas como para ser creíble. Pero al mismo tiempo está todo técnicamente tan bien hecho, que no fastidia la experiencia, y quizás hasta es parte de su encanto. El ritmo (y la edición) es ridículamente bueno. La tensión lograda y el ansia por querer ver qué pasará es excepcional.

Pero no es la película más refinada, con muchísimas extremas casualidades que hacen avanzar la trama, mostrando una India en la que sólo se ven cosas malas y en la que es imposible vivir (porque si todo eso le pasa a nuestro protagonista, un nadie, tenemos que pensar que también le pasa a otros "nadies"), y con un final y desenlace muy cuestionable.

Y por eso digo que la película es buena, y la exagerada historia está bien contada. Bien. Buena. Pero no más.

La película es simple, exagerada, divertida, con un ritmo perfecto y una genial edición, un claro y predecible pero también muy buen guion, lleno de mujeres jóvenes pero adultas (Lohan y Seyfried tenían 19 y hacían de 16, el resto 20 o más) haciendo de adolescentes "sobreviviendo" a la secundaria.

Lo que hace de esta película una incluso mejor que el promedio de este estilo, es que si bien juega con todos los clichés (marginados del secundario, los problemas con los estándares de belleza en la psiquis adolescente, amigos reales vs. amigos falsos, el estatus social en la escuela, noviazgos, celos), no fallan en la ejecución de ninguno. Todos los temas son tocados con humor y gracia, sin cruzar la línea en el uso de insultos, sexo o drogas (como otras películas) por "el shock mismo", y respetando el realismo del mundo creado por la película, y la creación del icónico personaje interpretado por la genial Rachel McAdams, su perfecta "chica mala" Regina.

En definitiva, es súper pasatista, pero súper entretenida y muy bien hecha.

Eso no quiere decir que sea una historia transformada en un cuento de Disney, pero incluso cuando Morgan es muy bueno en su papel de nuevo director encargado de disciplinar una escuela secundaria en estado de anarquía, lo cierto es que se toman ciertas rutas clichés para "resolver todo" de una manera típica en estas producciones de Hollywood.

La película, por supuesto, trata de cómo los dos lados (director y jóvenes) tienen que comprometerse "a medio camino" entre la rígida y ultra estricta disciplina del recién llegado, y la anárquica irrespetuosidad y poca dedicación de los chicos. Esa simplificación de una historia real, aunque esperable, le pone un techo al nivel que puede alcanzar el film, que no encuentra caminos menos clichés para resolver los conflictos, con una tercer acto melodramático, lleno de viscerales "cambios en los corazones" de los involucrados.

Aun así, es más realista que muchas de estas historias llevadas a la gran pantalla, y Morgan es muy entretenido de ver durante cada segundo de pantalla.

Las performances de Carrey y Daniels son imposiblemente buenas, elevando lo que igualmente era un muy buen guion lleno de constantes chistes, a nivel de obra maestra. Ni siquiera soy un fan de las comedias "del momento” de Jim Carrey, como “Ace Ventura” y “La Máscara”, pero aquí estuvo contenido por los directores y “desatado” en las dosis suficientes para hacer la película mejor y no transformarla en una plataforma para su lucimiento personal.

Y eso es porque el guion lo permite, con incesantes chistes y gags que naturalmente desarrollan la historia al mismo tiempo, además de escenas con corazón que balancean las que contienen chistes más oscuros. Y porque el humor viene de cómo estos dos idiotas ven al mundo y qué tan pobremente interpretan las situaciones en las que se ven involucrados, incluso las partes creadas más que nada para avanzar la trama son hechas de manera graciosa. Sí, hay una trama, aunque sea finita.

Cómo "Little Miss Sunshine" es considerada "muy graciosa" y esta tiene un cinco de promedio, no lo entenderé jamás.