No es lo que esperaba, pese a los premios y los éxitos, no acabé de conectar con ella, me pareció que abusaba de la provocación y el lenguaje soez. Soy transgresor, acepto la rebeldía como manera de protesta. Con todo "Los Chicos del Barrio" no generó en mi interés.

Premio a dirección. Bien, puede ser que aquel año el mercado cinematográfico no estuviese dotado de la suficiente excelencia. A mi me ha dejado bastante hastiado por la confusión generada. Todos parecían tenerlo muy claro; yo no lo he visto tanto.

Me interesa el cine argentino, por norma, sus historias y yo, tanto comunes como enrevesadas, nos llevamos bien. Pero este "TIEMPO DE VALIENTES" no me ha seducido.

Sumida en la relevancia de los tópicos, de la que, a su vez, parece querer alejarse, sin conseguirlo. Existe en ella mucho de caricatura, populismo de masas; desde donde surge a través de una mezcla de géneros que parece ha gustado; sinceramente, yo no he conseguido conectar ni en su destino, ni en el entretenimiento básico que el cine debe proporcionar.

Su carencia de pretensiones, es lo que la hunde en la intrascendencia.

Es curioso, navegando por Youtube, descubrí que estaba colgada en una página gratuita. ¡¡A donde ha llegado en tan solo un año!!

Es aburrida, con un guión perdido, deslavazado y nada gracioso. La mayor parte del tiempo bostezas y la otra mitad miras el reloj.

Y eso que había oído hablar de ella. Un gran estreno del pasado año, con presupuesto de 4,4 millones de euros y recaudación de 12.544.199€ al parecer ha sido un éxito.

En cada uno de nosotros habitan dos lobos... Personajes demasiado fríos, no transmiten sus sensaciones, eso mismo que les preocupa y ocupa, formando la base de cualquier argumento visual.

Dotada de cierta oscuridad, se ampara en ella para acentuar el misterio, algo que en mi caso me aleja. Buena fotografía en tonos azulados, y mucho plano nocturno, para mostrar introspección.

Roza el cinco, y aún así creo que los espectadores han sido muy generosos con ella.

Una serie bien elaborada donde muy pronto te implicas en la trama y los personajes. Resulta creíble porque sus características están correctamente urdidas, totalmente alejadas del trazo único.

La personalidad de B. Harper su protagonista, enlaza bien con otras historias reales de grandes jugadores reconocidos, como Akiba Rubinstein, Wilhelm Steinitz, primer Campeón del Mundo, Paul Morphy, o el propio y más reciente, “Bobby” Fischer; cuyos comportamientos excéntricos eran bien conocidos, incluso en algún caso se habló de trastornos psicopáticos, manías persecutorias, o pautas de comportamiento extrañas y poco entendibles.

En esta mini serie, el ajedrez y las vivencias van unidas sin que una solape a la otra. A partir del segundo capítulo coge ritmo, con un destino claro que tal vez intuyes aunque no adivinas.

Cocinada a fuego lento, sin precipitación, pero tampoco exagerando los tiempos, algo muy común en la mayoría de series, que aquí no se produce.

Como curiosidad decir que Bobby Fisher murió a la edad de 64 años, el mismo número de casillas que contiene un ajedrez.