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España España · Shangri-la. Andalucía
Críticas de Maggie Smee
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Críticas 381
Críticas ordenadas por utilidad
7
11 de mayo de 2019
36 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
El “western” es un género que con los años ha ido transformándose y, dependiendo de las distintas nacionalidades que con él se han atrevido, estas variantes han dado películas válidas. Daba para mucho, y gracias a estas progresiones han ido sumando adeptos entre las nuevas generaciones, sobre todo con el paso del tiempo, como es el caso de la debilidad de Tarantino por los “espagueti westerns” o el acercamiento a un público que podía rechazarlo con “Brokeback Mountain (En terreno vedado)”, de Ang Lee.


“Los hermanos Sisters” en principio, podría dar la errónea impresión de ser un experimento fallido, al tratarse de una inusual coproducción entre Francia, Estados Unidos, España, Bélgica y Rumanía. Además está rodada en Rumanía, Francia y parajes de Almería, Navarra y Aragón y ya, para colmo, dirigida por un francés, Jacques Audiard.


Pues ha salido un buen ejemplo de que las cosas, cuando se hacen concienzudamente, compensan. De hecho, de las nueve nominaciones a las que optaba en los Césars, se alzó con cuatro premios, entre ellos el de mejor director. Como dato curioso, en su equipo de producción están entre otros, Jean- Pierre y Luc Dardanne, Alison Dickey, Cristian Mungiu, “nuestro” Enrique López Lavigne o el protagonista, John C. Reilly. A pesar de ser amplio y variopinto han conseguido llevarlo a cabo. No siempre las coproducciones dan mal resultado.


Para narrar esta historia de buscadores de oro, de ambición y de utopías, se ha contado con un gran trabajo a la fotografía de Benoît Debie, un estupendo trabajo de maquillaje, un espléndido sonido o una banda sonora del eficiente Alexandre Desplat muy acertada, diferente a lo esperado o a lo "archimanido", sobre todo por esa utilización de platillos y ciertos aires “jazzísticos”. Mencionar también a la eminente Milena Canonero como cabeza del equipo de vestuario.


El reparto es también muy acertado: John C. Reilly, al que le han zampado el “Razzie” este año por “Holmes y Watson”, a la que han puesto a caer de un burro, demuestra que en buenas manos y con un papel bombón, sigue siendo el gran actor de siempre, acompañado de Joaquin Phoenix, Jake Gyllenhaal y Riz Ahmed en los roles principales. Entre los secundarios, o mejor dicho, las secundarias Allison Tolman como Mayfield hace un buen trabajo, y mejor aún Carol Kane. También aparece Rutger Hauer aunque es visto y no visto.


Algunos espectadores pueden que esperen presenciar una sesión de tiros sin parar, pocos diálogos y personajes arquetípicos para no tener que pensar, pero es todo lo contrario. Es un film reflexivo. Con buena construcción de diálogos, que aprovecha sus paisajes y su ambientación al máximo, sin reflejar en ningún momento que su presupuesto no era desorbitado. Un film que refleja que ha sido tratado desde el cariño. De hecho el film tiene una dedicatoria: “A mi hermano”. Lo decimos porque en futuros pases televisivos supongo que cortarán los créditos antes de que aparezca el rótulo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maggie Smee
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10
6 de abril de 2012
33 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé por qué razón ocurre pero cuando un renombrado director tiene varias obras maestras reconocidas, siempre hay otras excelentes obras que no son valoradas de la misma manera, casi menospreciadas. Y eso es lo que ocurre con “Sonata de otoño”. Imitada y venerada por muchos cineastas se trata de un excelente ejercicio de estilo, con un guión impecable y que como pocos describe a sus protagonistas hasta lo más profundo de su ser. Además se trata, al menos en mi parecer, de una película de visión obligada para todo/as los que no solo quieran dirigir o escribir sino dedicarse al mundo de la interpretación. Según narra Ingmar Bergman en sus memorias (“Imágenes”, editada por Tusquets) durante el rodaje se ocupó de controlar en todo momento la interpretación de Ingrid Bergman, obsesionada por hacer una obra maestra y esperando ser dirigida por un director de actores. Su director inconscientemente dejó en un segundo plano a Liv Ullmann, actriz con la que mantuvo una larga relación además de haber trabajado con ella en bastantes ocasiones. Solo con el paso del tiempo Ingmar Bergman empezó a darse cuenta de la magnitud del resultado de “Sonata de otoño” y a apreciarla objetivamente, como él mismo reconoce. Sería imposible pormenorizar el amplio arco interpretativo que contiene, eso sí, impresionantemente bien fotografiado por su habitual colaborador y genial Sven Nykvist. Como señala Manuel Alcalá en su magnífico estudio (más que crítica) editada por Reseña en “Cine para leer, año 1979”: La luz atemperada por un virado prodigioso a la gama de ocres y rojizos recuerda el ambiente de un Vermeer de Delft o los contrastes de un George La Tour”. El plantel de actores secundarios es muy sólido, destacando Lena Nyman en el papel de Helena, base fundamental para que las dos protagonistas puedan abrirse en canal y mostrar sus almas, convirtiendo su labor en un perfecto trabajo “de cámara” (por cierto las piezas musicales están muy bien elegidas) y logrando unas interpretaciones que ya son básicas dentro de la historia del cine. Apabullante y denso el recital interpretativo que en ella se ofrece. Liv Ullmann logra una de sus mejores y más difíciles actuaciones con el personaje de Eva, hija atormentada de Charlotte, una renombrada pianista, encarnada por Ingrid Bergman en una de sus más complejas y sobrecogedoras interpretaciones. Creo que se deberían incluir en una hipotética lista de las diez mejores actuaciones para la gran pantalla. Una obra maestra por muchas razones más pero que por falta de espacio es imposible desgranar. Como le ocurre a toda gran obra.
Maggie Smee
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7
11 de abril de 2015
37 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
La sensación que me deja tras ver “El capital humano” es de cierta intranquilidad, independientemente de sus buenos valores cinematográficos y de la película en sí. No es que sea de terror o suspense (aunque haya cierta intriga), pero lo que en mí provoca es un pesimismo inquietante. Creo que todos los que estábamos en la sala reconocíamos a cada uno de los personajes que en ella aparecen y que por ejemplo, el tema de las altas finanzas, el que varios desalmados amorales, manejen el mercado para enriquecerse aún más, sumiéndonos al resto en una profunda crisis, también. No solamente esto nos resultaba familiar, si no que nos hemos convertido en conformistas, asumimos que la pérdida de valores y la ambición desmedida nos ha conducido a todo esto. Y que así está el mundo y nada se puede hacer. Al menos esto último no lo pienso, aunque parece ser que muchos piensan que siempre será así, lo cual anula cualquier posibilidad de cambio.
Adaptada de una novela americana, “El capital humano” traslada su acción a Italia (creo que se podría ambientar en cualquier país) y sintetiza todas sus posibilidades en dos horas. Paolo Virzi confesaba que tenía un material tan bueno “que podía haber dado incluso para una serie de HBO”. Es cierto, pero afortunadamente, en vez de prolongarse la acción ha sido dividida por capítulos que dan varios puntos de vista (formato muy de moda) y que aquí, ese formato, ha encajado. Además de estar bien dirigida, ambientada y por supuesto, mejor interpretada. El reparto hace una notable labor, porque son personajes comunes y nada característicos en su apariencia para el gran público. Incluso tampoco hay escenas en las que puedan recrearse en su interpretación. El logro es que inyectan todos sus sentimientos y objetivos en sus apariciones, hay un mundo interior que son capaces de traslucir con la mayor naturalidad, en especial el trío ganador en los David de Donatello, Gifuni, Golino y por supuesto una espléndida Valeria Bruni Tedeschi. No es que tenga debilidad por ella, que la tengo, pero objetivamente creo que es una mujer todo terreno capaz de muchos logros desde la discreción. En este caso su composición del personaje es impecable.
Se sabe de lo que se habla en la película y también se conoce el entorno bastante bien. Su ambientación y su propuesta de interiores es ampulosa y apropiada, no hay “chichinado”, su refinamiento es “real”. Todo en ella está bien, quizás un poco en su contra, lo que cuenta no nos resulta, como hemos dicho anteriormente, ni demasiado novedoso y tampoco aporte nada especial. Y me llama la atención que la academia italiana prefiriera darle el premio a la mejor película a “El capital humano” por encima de “La gran belleza”, que eso es cuestión de gustos, pero aclarar que no es que haya sido descabellado pero sí desproporcionado, al menos para mí. Pero que quede claro que defiendo “El capital humano”, pertenece a esa clase de películas, como “El capital” de Costa- Gavras, que tarde o temprano servirán para ilustrar esta época oscura y vergonzante que estamos padeciendo.
Maggie Smee
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5
27 de febrero de 2016
86 de 142 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sinceramente pienso que 2015 es la peor cosecha que se ha visto en lo que llevamos de siglo en las ediciones de los “Oscars”. Bueno, esto puede ser también extensivo a premios de otros países, la calidad media ha bajado. Y eso que, desde no hace mucho, la academia de Hollywood, en el apartado de mejor película del año, pasó de nominar cinco a diez largometrajes, un lote en el que ya entra de todo. Este año, entre sus “sorpresas” figura “La habitación”, que aunque de producción oficialmente irlandesa, es una coproducción con Canadá, donde se ha rodado, y con cierto aire independiente en su fachada. Realmente se trata de un film con buena promoción detrás, respaldada por una “major” potente y que sabiamente han sabido hacer circular. De hecho han contado con Joan Allen y William H. Macy en personajes secundarios.
Hasta hoy, mi único comentario con “spoiler” era el de la película “Perdida”. Con “La habitación” será mi segundo comentario con “spoiler”, pero antes de adentrarme en esa zona peligrosa, sobre todo para quien no haya visto el film, me gustaría quejarme de las críticas profesionales actuales, tanto del mundo escrito como del audiovisual, por no saber hablar de un film sin reventarlo. En el recuerdo quedan los excelentes críticos que prescindían de descuartizar su argumento y eran capaces de hacer un análisis serio. El reventar argumentos se está convirtiendo en algo casi habitual, pero es más indignante en casos, como este, donde se supone que su baza principal es desconocer su argumento y sus giros.
Si no la has visto te sugiero que dejes de leer aquí.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Maggie Smee
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7
15 de diciembre de 2012
32 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Admiro a Costa-Gavras. Nunca he visto de él una mala película. Nos ha dado obras maestras, un montón de excelentes películas y otras quizás no tanto, pero Costa- Gavras es un ejemplo de “juventud”, constancia y coherencia, como otros coetáneos de la cinematografía francesa, como lo fue Rohmer o como sigue siendo el vanguardista Alain Resnais, por ejemplo. Y además, para los tiempos corruptos que corren es un cine necesario. Tal y como ocurre con “El capital”, película que nunca será objeto de culto por el gran público por varios motivos que ahora mencionaremos, pero que se agradece que alguien, con sesera, valor y conocimiento cinematográfico, entre otras virtudes, le haya hincado el diente a un tema tan intrincado, repugnante y oscuro como es el tejemaneje de bancos e inversores, que como alimañas, provocan crisis económicas y se enriquecen a costa de los más pobres con procedimientos nada legítimos. Su protagonista (excelente Gad Elmaleh, como el resto) es un ser sin escrúpulos que ambiciona escalar a lo más alto de la cúspide bursátil, rodeado de otros que tienen sus mismas intenciones pero que lo pretenden utilizar como hombre de paja… Todo en ella es absolutamente creíble así como sus personajes. Costa- Gavras en esta ocasión no pretende emocionarnos, el espectador no encontrará empatía alguna (vamos, el espectador que no tenga ninguna causa abierta por mangar, claro) y todo sigue su curso sin que Costa- Gavras pierda ni su rumbo ni le tiemble el pulso. Sus ambientes son perfectos así como los escenarios elegidos y además ha sabido acertar con un “casting” aprovechándolo con destreza y sabiendo dar un final digno de un film de Polanski, pero con la mayor de las cotidianidades. La película en ningún momento engaña al espectador o da un giro con el mero afán de sorprender. Todo en ella es coherente y hasta transparente, realzando el resultado final. Buenos diálogos y buena utilización del sentido del humor (poco humor, el tema no lo tiene, pero lo hay), todo revestido de una frialdad y también de una objetividad muy intencionada. Y señalar por último el buen trabajo tanto de fotografía como de su banda sonora.
Puede que “El capital” no entre en el grupo de las mejores de su autor, pero sin duda se trata de una buena película infinitamente más lograda e interesante que muchas más promocionadas y engañosas, y por el mero hecho de contarnos cómo nos están quitando la vida las empresas o grupos poderosamente ricos debería ser un enorme éxito… se ve que a ese gran público le importa poco conocer a estos vampiros viscosos. Pues mientras no les importe conocer al enemigo poco remedio se podría aplicar...
Maggie Smee
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