Huele a talento desde el principio esta obra. Imperfecta, pero es un buen catálogo de todo lo que los Coen (sin hache, que me tenéis 'arto') entregarían después. Un gran debut, sobre todo en la dirección más que en el guión. Planos buenísimos, dobles sentidos que solo pillan ellos y un buen puñado de detalles, como las balas del revólver (en todo momento tenemos presente cuántas hay en el cargador) o los pescaítos.

La historia no es muy compleja: una pava cornea a su pavo con otro pavo. Hay otro pavo con sombrero tejano y de repugnante transpiración que contratan para espíar a la parejita y hala, a enredar la maraña entre los cuatro hasta donde sea posible.

Es una historia resultona y entretenida, con varias situaciones cumbre, pero en algunos momentos desesperante, sobretodo por la bajada de azúcar permanente que sufre el tal Ray y sobre la cual divulgaremos en el spoiler.

La BSO es molona, el ritmo es pausado pero seguro y la ambientación está bien lograda. Se respira Texas en cada plano. A mí, Texas me gusta mucho. Pero desde mi casa. Las interpretaciones son un poco de cartón-piedra, pero bueno, son los Coen y es Texas. Muy potable.

Dignísimo final a la saga de Disney que más marcó mi infancia. En mi opinión es la menos divertida de las tres, pero es la que más me ha tocado la patata con unas escenas realmente conmovedoras y un uso estupendo de la música.

Aunque mi nota sea menor a la que le puse a las otras dos, no las desmerece en absoluto, pero me esperaba gags más graciosos con ese humor que últimamente gasta Pixar y sobre todo, esperaba algo que se saliera de lo convencional, pero entiendo que no se le puede pedir a Pixar que se salga de los moldes de lo comercial porque no debemos olvidar que al fin y al cabo, es un producto para niños.

Además, me habrá pasado como a Andy, he crecido, me han salido pelos por todos sitios y el encanto que tenían Woody y Buzz ha bajado en beneficio de los móviles, la Play, el PC... Es la ley de vida del juguete, qué le vamos a hacer.

Hay que verla y despedirse de estos cacharros como se merecen, que aunque para muchos no lleguen más allá del infinito, no pueden quedar olvidados en un ático.

Todas las cosas malas tienen un final. Pero esos finales nos la repampinfla. El final que queremos ver es el de las cosas buenas y Breaking Bad tiene una puereza del 99% y un color azul que te deja flotando, yo.

Para que una serie sea grande, primero ha de respetarse a sí misma. Y si algo tiene Breaking Bad es que ha sido fiel a su estilo y consecuente con su filosofía a lo largo de 5 temporadas. Nada de artificios, nada de recursos fáciles, nada de deus ex machina o como se escriba. Breaking Bad es justo lo que pasaría si en Albuquerque existiera un profesor de química llamado Walter White, aplastado por la vida, con cáncer de pulmón y de alma. Bueno, a lo mejor lo del tren no, pero calla y escucha, yo.

Si un químico quisiera crear una droga con drama, poesía tétrica (spoiler, yo) y comedia negra y que encima tenga un color que guste al cliente más mundano (ese que a priori solo busca tiros y sexo) acabaría produciendo la caja plateada deluxe con las 5 temporadas de Breaking Bad, yo.

Un producto que cuenta con un surtido de personajes a los que amas, odias, entiendes, no entiendes, apoyas, les deseas una muerte lenta, les deseas un final Disney. Y no me refiero a que cada cosa se experimente con un personaje, ¡sino con cada personaje! (villanos incluidos, aunque, ¿quién no es villano en esta serie, yo?)

Mención especial para la realización, una auténtica sucesión de obras maestras de dirección, mezclando estilos tan bien como Walter y Jesse mezclan la no sé qué con el no sé cuánto en su RV en medio del desierto. Y bueno, la música hace que nada más acabar el capítulo tengas que buscar cómo se llama la canción que suena en el minuto tal, yo.

Y si te gusta ser un yonqui sin complejos, está serie tiene finales de temporada para coger el mono a base de bien. Pero no te preocupes, a partir del 08x5, se produce una sobredosis de escenas tal que haría falta un top 132, para meter las mejores. Y luego, otro Top 325 para el resto de temporadas, yo.

Y ahora una pregunta así al voleo... ¿Es Bryan Cranston el mejor actor de la actualidad? Cierra la boca, fanboy de Sean Penn o cualquiera de esos, y no contestes antes de consumir esta serie en versión original. Y sus compis de reparto no se quedan atrás, no por nada el elenco se reparte 6 emmys actorales y varias nominaciones, yo.

Así que sin más, quiero avisar a los sicarios de Billy Wilder, Kubrick, Hitchcock, Lubistch, Kazan, etc. de que el cine al que desean ver tan muerto como sus ídolos, sigue vivo y coleando, solo se fue a la tele a cocinar un producto estrella, yo.

PD: Me ha quedado una crítica demasiado facilona. Vamos a polemizar un poco...

BREAKING BAD ES MEJOR QUE THE WIRE, YO

Y que no me vengan con el hype de los eggs, siempre con la misma excusa barata. Quien quiera discutírmelo, ahí tiene el buzón.

Yo.

Pues yo sigo con mi harakiri en esta web criticando lo incriticable y lo que más me fastidia es que no lo hago por gusto ni por llamar la atención, ojalá. Esta página que yo creía fiable a la hora de elegir películas está perdiendo mucho ese don, principalmente en cuanto al cine clásico.

Porque si yo veo una peli que tiene más de un 8 de media espero un peliculón incontestable. O por lo menos una buena película, dejando un margen a los gustos individuales. No una cinta en la que los puñetazos se dan al aire, en la que con tres tiros haces la matanza de Texas, en la que la mitad de los actores dan pena, en la que la música no encaja con la escena, en la que los diálogos son mediocres, en la que se tiene que recurrir a una voz en off cuando hay otros recursos artísticos más aprovechables...

Pero claro, la dirige Kubrick. Y conste que admiro a este tío. Le admiro cuando hace La Naranja Mecánica o La Chaqueta Metálica o cuando me los pone por corbata en El Resplandor. No el que realiza planos mal encuadrados (sí, hay encuadres horrendos en esta cinta. Que me detengan por hablar claro). Si no fuera de hace 60 años y su director se llamase Yo No Soy Kubrick habría que ver dónde estaría esta peli ahora.

Con este director hay un problema muy gordo: mucha gente (no toda, no me gusta generalizar) se cree que la tiene más larga por el hecho de que le guste Kubrick. Y ya puede Stanley rodar un mojón en llamas que ahí habrán unos cuantos flagelándose en su honor.

No quiero despellejarla gratuitamente, pero es que me ha parecido muy mediocre. Diré alguna cosilla buena: la estupenda estructura temporal tuvo que ser un pelotazo en la época y el último plano sí que es de genio. ¿Algo más? No, la verdad.

Iba uno al cine con ganas de ponerle una buena nota a esta película y salió con ganas de ponerle una buena nota a esta película. Sin embargo, no se la puso. ¿Por qué? Pues porque en mi opinión todo es estupendo en esta peli excepto el qué nos cuenta. Y el qué nos cuenta es al final lo que cuenta ¿no?

Tras este estúpido juego de palabras digno del aplauso de alguien haciéndose pasar por mongolito analicemos la situación.

George Clooney sabe que ya se ha ganado el derecho a ponerse feo a base de buena filmografía y de vender unas cuantas capsulitas cafeteras. Por lo tanto, aquí echa barriguita y estira su cara todo lo que puede hasta el nivel de pimiento morrón. Ofrece una buena interpretación, pero vuelvo a decir lo mismo, casi siempre da la impresión de que interpreta al mismo tío, solo que aquí ese tío está en época de bajón. ¿Merece los premios? Pues sí, es un buen actor. ¿Por este papel? Psé.

Luego hay una chavalita (Woodley) que tiene pinta de partir el bacalao en el futuro y se agradece su presencia en esta cinta para corregir el personaje de Sid, su noviete, que está metido con calzador para que esta peli se pueda catalogar también como comedia.

Hay una buenísima dirección, hay un guión decente con sus buenos intentos de hacer sonreir y llorar y hay Hawai. La fotografía también mola, aunque en verdad lo comento únicamente para que me sirva de excusa para mencionar a su encargado, un tal Papamichael. Gran nombre. Dejadme, yo soy feliz con estas pamplinas.

El caso es que hasta aquí todo genial. Posiblemente habrá mucha sensibillidad, mucha alma y mucha esencia que no he sabido captar. Quizás es que estoy de exámenes y no quiero alma, quiero carne. Así que ¿qué se cuenta aquí? Al spoiler.