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España España · West Coast
Críticas de Dabi
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Críticas 113
Críticas ordenadas por utilidad
7
4 de enero de 2017
50 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Fences" es la adaptación cinematográfica de la obra teatral del mismo nombre, escrita por el dramaturgo August Wilson en 1983, ganadora de un Pulitzer y probablemente el trabajo más célebre del autor dentro de su ciclo de Pittsburgh, un trabajo eléctrico, lleno de energía y veneno y con un fuerte componente racial. La dirección de la película corre a cargo de Denzel Washington, y tras verla he de decir que puede estar más que satisfecho, ya que "Fences" es una adaptación muy digna que consigue mantener la esencia de la obra original.

El guion de la película está acreditado a August Wilson, y con razón, ya que prácticamente es un calco escena por escena de la obra de teatro, con la mayoría de los diálogos siendo exactamente los mismos. Y es que, ¿para qué modificar lo que ya funciona? La película no necesita más, ya que el trabajo original es lo suficientemente complejo y está lleno de matices. La muerte y la forma que tiene Troy de lidiar con ella, construyendo esa valla para mantenerla alejada de su casa; la responsabilidad de la familia; el puesto de conductor de camiones como catalizador del racismo imperante en la América de los años 50; el hastío ante una vida monótona, de semanas que pasan volando y de constantes viernes de alcohol; la envidia de Troy a sus hijos, ambos jóvenes e intentando cumplir sus sueños; los horrores de la guerra encarnados en Gabe, el hermano de Troy... Todos ellos temas relevantes, relacionados entre sí y dispuestos para dotar de capas y capas a Troy Maxson, un hombre que tal vez no sea un buen padre ni un buen esposo, pero que en el fondo está lejos de ser una mala persona, un personaje que puede ser tremendamente ocurrente y divertido y volverse un cabrón al minuto siguiente.

Y aquí está el punto más fuerte de la película. Troy es tremendamente complicado de interpretar, y no son muchos los actores que podrían hacerle justicia. Por suerte, es ahí cuando entra en escena Denzel Washington, ofreciendo una interpretación prodigiosa y demostrando, por enésima vez, que es un auténtico maestro y uno de los mejores actores de su generación. Y a su lado está una bestia interpretativa como Viola Davis, que le sigue el ritmo sin problemas. Su Rose es comedida durante buena parte del metraje, una actriz secundaria en su propia vida ("tu padre llena todo el espacio y mi error fue no obligarle a dejar algo para mí", dice ella en cierto momento), pero cuando estalla, estalla, y es en esas escenas donde Davis está inconmensurable. Muchos pueden tachar ambas interpretaciones de cazaoscars (ya ganaron sendos Tonys en su día por interpretar a estos mismos personajes en el revival de la obra de teatro), pero yo no estoy de acuerdo. Creo que sus personajes se desatan porque las situaciones que viven así lo requieren, y no veo atisbo ninguno de sobreactuación. El resto del reparto está también excelente, destacando a Mykelti Williamson como Gabe.

Visualmente es donde Fences se queda más corta, está claro. La dirección de Denzel es bastante simplona, sospecho que para mantener la atención fija en el texto, que es al fin y al cabo donde está toda la esencia. Y por ponerle un pero al guion, creo que la escena final está llevaba de forma demasiado almibarada y es en ella cuando el drama cruza la barrera y se convierte en dramón, pero es algo perdonable. En líneas generales, creo que "Fences" es una muy buena adaptación y una película más que solvente por méritos propios, muy humana, hecha con mucho mimo y con escenas realmente brillantes. Sí que es cierto que a veces se nota demasiado que no es una historia pensada para la gran pantalla, y tal vez podrían haberse tomado algunas libertades a la hora de adaptarla, porque de haberse cuidado un poco más el apartado visual de la cinta, podríamos estar hablando de un trabajo sobresaliente. Si la ves y te gusta, recomiendo echarle un vistazo a la obra de teatro. No te decepcionará.

Calificación: Recomendable/Notable
Dabi
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7
1 de noviembre de 2019
43 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Basada en una mentira real". Con esta declaración arranca The farewell, dirigida por Lulu Wang (en su segundo largometraje) y protagonizada por Awkwafina, quien ya dio el salto a la fama el año pasado con el doble combo de Ocean's eight y Crazy rich Asians. The farewell dio el pelotazo allá por enero cuando fue proyectada en el festival de Sundance y se llevó el aplauso unánime de la crítica. Ahora, casi un año después, la tenemos aquí, y puedo decir con toda satisfacción que aunque la espera se haya hecho larga, desde luego ha merecido la pena.

The farewell es un trabajo diminuto, intimísimo, hermosamente triste y tremendamente personal. Lulu Wang no solo dirige la película, también la escribe, y se nota. Ella y Billi Wang, la protagonista, comparten mucho más que el apellido. Ambas emigraron muy pequeñas a Estados Unidos, ambas pianistas desde niñas, ambas tal vez más americanas que chinas, pero con un linaje que las mantiene a caballo entre dos identidades.

The farewell hace dos cosas al mismo tiempo, y ambas las hace bien: por un lado, explora el abismo cultural existente entre el Este y el Oeste, dos mastodontes de ideas firmes que colisionan, en este caso, en la figura de Billi y en su conflicto interno. La individualidad occidental, tan arraigada en la conciencia de nuestra protagonista, choca con el terco pensamiento colectivista de su familia. Esto, de por sí, no es algo nuevo. Ang Lee, sin ir más lejos, ya trató este tema en sus primeras producciones. Y que nadie me malinterprete, considero que siempre lo hizo con éxito, pero mientras la mirada de Lee luchaba en ocasiones por conectar con la tradición oriental (por muy nacido en Taiwán que sea, sus tendencias siempre han sido occidentales), la mirada de Wang es, a mi parecer, más compasiva y más equilibrada, y diría que The farewell matiza y argumenta ambos puntos de vista con algo más de claridad. En El banquete de boda, en ningún momento llego a ponerme de parte de los padres de Wai-Tung, mientras que aquí, por mucho que mi mentalidad me impulse a coincidir con Billi, consigo entender y empatizar con la decisión tomada por la familia Wang.

Por otro lado, The farewell es capaz de desarrollar una relación preciosa entre Billi y su abuela. Verlas juntas es enternecedor y, al mismo tiempo y sabiendo lo que sabemos, una puñalada en el pecho. Esto hay que agradecérselo no solo a la calidez del guion y al talento de su directora, que es capaz de componer escenas de indudable delicadeza, sino al notable trabajo de Awkwafina y de Zhao Shuzhen. La tristeza contenida de la primera y la ternura de la segunda son palpables, y ambas actrices tienen una química estupenda. El resto del elenco también funciona bastante bien, y los personajes secundarios, aunque no sean demasiado memorables, están dibujados con la suficiente precisión.

No me voy a extender mucho más. The farewell me ha parecido un trabajo notable. Muy sentido, emotivo pero nunca sentimentaloide, melancólico sin ser deprimente, de narrativa limpia y elegante y muy, pero que muy bien interpretado. Su técnica visual y su banda sonora no son nada espectacular, pero para las características de este proyecto, funcionan bastante bien. Y tal vez su ritmo pausado y su naturalismo mantenga a distancia a parte del público. No ha sido mi caso.

Calificación: Notable
Dabi
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6
1 de octubre de 2022
48 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Koreeda. Un referente absoluto en cuanto al cine japonés contemporáneo se refiere y uno de los trabajadores más incansables de la industria, un hombre que ha dirigido siete películas en los últimos diez años, películas que, dicho sea de paso, también ha escrito y editado. Yo admito que siento cierta debilidad por la filmografía de este señor. Casi todas sus películas, con alguna que otra excepción, parecen transcurrir en el mismo universo cinematográfico. Tanto es así que no sorprendería ver en una esquina de un fotograma de Shoplifters al matrimonio Nonomiya cruzando la calle con el pequeño Keita colgando del brazo. Hay una uniformidad artística que permea toda la obra del realizador nipón. Broker, su último trabajo y el primero rodado en Corea del Sur, es, para bien y para mal, otra película de Koreeda.

¿Qué es la familia? Es la pregunta que Koreeda lleva haciéndose (y haciéndonos) cerca de tres décadas. Las relaciones entre hermanos, padres e hijos, abuelos y nietos. Koreeda lleva años postulando que no es necesariamente la sangre la que determina tus raíces, sino los vínculos emocionales, los recuerdos y las experiencias vividas. Broker continúa este patrón temático, utilizando en este caso la premisa de dos hombres que se encargan de traficar con bebés cuyas madres biológicas, por la razón que sea, deciden abandonar a su suerte. A pesar de que la historia no tiene nada de ligera a priori, Broker es, curiosamente, uno de los trabajos más cómicos de la filmografía del director, y aunque el drama aflora cuando es necesario, está llena de momentos divertidísimos que sirven para equilibrar el tratamiento de temas más densos como la maternidad y la orfandad. Koreeda, una vez más y aunque de vez en cuando tropiece y se deje por el camino algún pasaje excesivamente edulcorado, construye un guion bonito y lleno de sensibilidad, pero peca de sobrecarga y añade personajes y subtramas innecesarias que embarran el resultado final más de lo necesario, algo extraño en un guionista que suele destacar por su sencillez.

Se ha hablado en más de una ocasión de Koreeda como el heredero espiritual de Ozu, y en parte lo puedo entender. Ambos son compatriotas y ambos centraron buena parte de sus filmografías en examinar el funcionamiento de la familia japonesa en sus respectivas épocas, eso es cierto, pero es igualmente cierto que a nivel de fotografía y de puesta en escena, los trabajos de Koreeda están tan lejos de los de Ozu que se me hace hasta raro compararlos. Esto creo que ilustra bastante bien el que en mi humilde opinión mí es el mayor defecto del cine de Koreeda: sus imágenes no perduran. Cuando acaban sus películas, recuerdo a sus personajes y recuerdo sus historias, pero no hay ningún fotograma que se me quede en la retina, y esto es así con prácticamente todos sus proyectos (Maborosi, su debut, es una distinguida excepción), siendo Broker un ejemplo claro. Koreeda no parece tener demasiado interés en crear una propuesta estética que acompañe al transcurrir de la historia y rara vez trabaja la narrativa visual, lo cual es una pena, porque creo que es una decisión que aplana lo que podrían ser productos mucho más completos. Que no es que sus películas sean feas de ver. Son, simplemente, de presentación impersonal.

Eso sí, Koreeda puede no destacar por su puesta de escena, pero sobresale en otro apartado, y es el de la dirección de actores. Los elencos de sus películas son, casi siempre, sensacionales. Pocos directores en el mundo trabajan tan bien los repartos corales como él. Alejándose del histrionismo que muchas veces caracteriza a los actores orientales, los intérpretes de Koreeda articulan con suma delicadeza y naturalidad, se escuchan entre ellos, interactúan y se complementan a las mil maravillas. Todos en Broker están espléndidos, destacando la melancólica interpretación de Lee Ji-eun y, cómo no, la labor del grandísimo Song Kang-ho, y quiero aprovechar esta reseña para arrojar algo de luz sobre este hombre, porque es uno de los mejores actores de su generación y su extenso currículum no tiene nada que envidiarle al de otros actores occidentales que sí, serán mucho más famosos y la mayoría de la gente los habrá visto en muchas más películas, pero a poco que indagas en la filmografía de Song Kang-ho te das cuenta de lo tremendamente bueno que es.

En resumen, diré que Broker me ha gustado. Es una road movie tierna y agradable, y un éxito gracias al fantástico reparto y a la mano hábil de Koreeda, que vuelve a profesar un amor tan sincero y conmovedor por los personajes que escribe que es inevitable que esa energía traspase la pantalla, pero es igualmente cierto que no encierra grandes sorpresas para los que ya estamos familiarizados con su filmografía, que no es una de sus historias mejor delineadas y que su puesta en escena sigue estando muy por debajo de su guion. De todos modos, a mí siempre me gusta adentrarme en su universo y siempre consigo conectar con la cercanía de sus personajes, así que, aunque no me parezca una grandísima película, sigue siendo tiempo bien invertido. Al fin y al cabo, es Koreeda.

Calificación: Recomendable
Dabi
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4
19 de julio de 2019
68 de 98 usuarios han encontrado esta crítica útil
De verdad, qué maravilla de película. De hecho, esta probablemente sea mi película favorita de animación. La he visto decenas de veces, y a día de hoy me sigue pareciendo uno de los trabajos más ambiciosos, épicos y maduros que han salido de la factoría Disney. Su imponente banda sonora es atemporal, y su riqueza temática es inaudita en una cinta de estas característ

A ver, ellos han calcado la película de 1994. ¿No puedo yo calcar mi crítica de la película de 1994?

¿No?

Vaya por Dios. Empiezo de nuevo.

Os voy a decir una cosa, voy a dedicarle a esta crítica más o menos el mismo tiempo que ha tardado Disney en adaptar el guion de la película original. Es decir, unos 15 o 20 minutos. Mirad que el remake de La bella y la bestia era casi idéntico al original, pero es que aquí han alcanzado nuevas cotas de poca vergüenza. Es la primera vez en mi vida que veo una película el día del estreno y puedo recitar en voz baja más de la mitad de los diálogos porque me los sé de memoria. El 80% de las escenas están calcadas, usando a menudo hasta los mismos planos. Es fascinante el descaro con el que te dicen: "Vale, lo confesamos, no nos lo hemos currado una mierda, ¿nos das tu dinero, por favor?".

La idea es esta: El rey león es un clásico por derecho propio, probablemente el trabajo más aclamado del estudio. Saben que no van a ser capaces de mejorarlo, así que se dedican a copiarlo paso por paso y esperar que la nostalgia haga el resto. Aladdin al menos hacía algo diferente con el genio, añadía una canción nueva, le daba un poco más de sustancia a Jasmine... En El rey león todo es exactamente igual, pero muchísimo menos emocionante. Es cierto que el apartado visual es imponente, y que la animación fotorrealista merece ser apreciada, pero ese realismo es, al mismo tiempo, un arma de doble filo, porque hace que los personajes pierdan mucha, pero mucha expresividad. Además, si verdaderamente querían hacer una versión más realista deberían haber quitado las canciones, pero claro, son canciones icónicas y si no las ponen la gente se va a molestar y los señores de Disney van a perder dinero, y al fin y al cabo sacar pasta es el único propósito de esta película. Así que nada, metamos las canciones. Eso sí, despojémoslas de toda la majestuosidad visual que las acompañaba, porque eh, FOTORREALISMO.

La película dura media hora más que la original. Pero vaya, que si esperabais que hicieran algo interesante, estad tranquilos, porque esa media hora extra no aporta nada de valor, ya que consisten en alguna que otra línea de diálogo extra y algún que otro silencio mal puesto, cualquier excusa para alargar un poco las escenas sin tener que currárselo demasiado. De hecho, la mayor aportación creativa de esta película es una bola de mierda con pelo de león. Y no, no es una broma. Si la habéis visto sabréis a lo que me refiero.

Pocas veces me arrepiento de haber pagado por una película. Este es uno de esos casos. Qué proyecto más cínico, en serio. Inerte, carente de alma y de identidad, El rey león de 2019 no mejora en ningún aspecto a la película original, pero aún más imperdonable es que tampoco intenta diferenciarse de ella en absolutamente nada. ¿Es un mal guión? Pues no, a ver, no es que sea malo. Es que ya estaba hecho. Por mala que pueda resultar la Alicia en el país de las maravillas de Tim Burton, yo prefiero un remake fallido que al menos ponga un nuevo enfoque sobre la mesa a algo como esto, algo cuyos méritos se basan exclusivamente en tener mucho presupuesto y en calcar un guión fantástico de hace más de veinte años. Lo siento, pero a mí esto no me vale. Si queréis ver exactamente la misma película que ya conocéis pero barnizada con unos innegablemente espectaculares efectos especiales, echadle un ojo, pero ya os aviso, no esperéis encontrar el más mínimo atisbo de originalidad.

Y encima acreditan al señor que ha "adaptado" el guion original en vez de a los tres guionistas originales. Me descojono. Un aplauso, Jeff Nathanson, que te habrás llevado un pastón a costa del trabajo de otros. ÍDOLO.

Calificación: Mala/Insuficiente
Dabi
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3
18 de febrero de 2023
79 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
Florian Zeller es un dramaturgo y novelista francés que, en 2020, dio el salto al medio cinematográfico adaptando El padre, una de sus propias obras, con la ayuda del veterano y multipremiado Christopher Hampton. El padre es un debut prácticamente redondo, puede que uno de los mejores de los últimos cinco años, por eso me sorprende tanto que estemos en esta situación. Que después de un estreno potente llegue un segundo trabajo decepcionante no es raro. Pero es que El hijo no es decepcionante, sino un descenso de calidad tremendo. El hijo es mala. Considerablemente mala.

La premisa de la película no es demasiado rompedora, pero bueno, es la típica que te da lo necesario para hacer como mínimo una cosa resultona, de estas que rascan dos o tres nominaciones al Oscar y poca gente recuerda un año después. El hijo nos cuenta la historia de Nicholas, un adolescente con depresión que decide irse a vivir con su padre, que acaba de tener un bebé con su nueva esposa. Como El padre, es también una adaptación de una obra previa de Zeller, pero ahí es donde acaban las similitudes, porque cada virtud de El padre se convierte en defecto aquí. Si El padre se beneficiaba de tener foco argumental, El hijo es dispersa como ella sola, intentando establecer múltiples relaciones entre varios personajes y estirando la narrativa hasta que se diluye. Si los diálogos en el padre eran sutiles y verosímiles, aquí son tan zafios, tan risiblemente melodramáticos y están tan programados para subrayar el conflicto que son muy difíciles de comprar. Y si El padre utilizaba la enfermedad de su protagonista como recurso narrativo para crear un relato fresco y original, El hijo recurre a todos los tópicos posibles del drama de sobremesa.

Lo más decepcionante de todo es la imperdonable superficialidad del guion. Cuando acaba la película, la mayor impresión que me llevo es que Zeller no entiende la depresión, y desde luego no tiene absolutamente nada significativo que decir sobre ella. O sea, vale, tal vez la entienda, pero como yo entiendo el fútbol. Yo sé lo que es un fuera de juego, y un centrocampista, y una tarjeta roja, pero jamás podría ejercer de árbitro. De la misma forma, Zeller tiene una vaga idea de cómo suena una persona deprimida, pero no consigue rascar el exterior y encontrar la verdad de su propio personaje, y es igualmente incapaz de establecer un mapa emocional definido de Nicholas en relación a su entorno y a los personajes que le rodean. La relación entre él y Peter, columna vertebral emocional de todo el proyecto, queda desangelada y flácida, y ni las patéticas escenas a cámara lenta ni los edulcorados flashbacks logran compensar esta falta de sangre.

Y luego están los actores. Normalmente en una película así y después de poner a parir al guion me tocaría decir “pero por suerte el reparto está estupendo”. Este no es el caso, y la verdad, no sé por quién empezar. Vanessa Kirby no tiene mucho con lo que trabajar porque la construcción de su personaje es básicamente una servilleta en la que pone “madre primeriza muy cansada todo el rato”, pero Kirby la interpreta como si se hubiera fumado tres canutos. Más que cansada, a mí me parece que está a gustísimo. Laura Dern resulta más convincente (o al menos parece tener más ganas de trabajar), pero abusa de ese recurso tan suyo del rictus entreabierto y me da un pelín de pereza. Hugh Jackman salva la papeleta en algunas ocasiones, pero por lo general está bastante desafortunado (el baile ridículo no le beneficia, y el momento WHY ARE YOU SAYING THIS? WHYYYY? TELL ME WHYYYY me hizo descojonarme de la risa, de verdad, es que me meo con la intensidad barata). Anthony Hopkins aparece en una escena y se come a todo el reparto con patatas, y de hecho meter a este Jackman en un duelo interpretativo con este Hopkins me parece un ejercicio de sadismo importante, más o menos como meterme a mí en un ring de boxeo con Mike Tyson.

Por desgracia, el clavo final en el ataúd lo pone Zen McGrath, el actor que interpreta a Nicholas. Os juro que me sabe mal darle cera al trabajo de un chaval tan joven, pero bueno, como tampoco me va a leer, supongo que me puedo explayar sin problema. La de McGrath es posiblemente una de las peores interpretaciones que he visto en todo el año, y cuando estamos hablando del personaje principal, del que tiene que ser el ancla emocional de toda la película, esto es bastante problemático. McGrath no tiene presencia escénica. No tiene carisma ninguno, y le cuesta Dios y ayuda vender sus diálogos de manera convincente. No es capaz de despertarme ni un gramo de empatía, más bien todo lo contrario. Escucharlo recitar sus líneas de forma tan llorona y tan artificial, tan pretendidamente dramático e insípido todo él, me pone de los nervios. Lo siento mucho, pero me parece una actuación horrorosa y termina de hundir algo que ya de por sí era difícil de salvar.

En resumen: El hijo me ha parecido muy, pero que muy mejorable. No sé qué me esperaba de Zeller, pero desde luego no me esperaba esto. Por sacar algo positivo, diré que me gusta la elección cromática de la puesta en escena, con esa sobredosis de azules y esos marrones usados como contraste, que sirven para crear atmósfera y para reflejar el ánimo general de la historia, pero vamos, que tampoco es algo tan increíblemente bueno como para construir toda tu propuesta estética alrededor de eso, que es lo que parece hacer Zeller. Ni su historia, ni sus personajes, ni la exploración de sus ideas, ni mucho menos sus actores consiguen convencerme, así que por mi parte me resulta imposible recomendarla. No pasa nada, Zeller. La próxima te saldrá mejor.

Calificación: Mala
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Dabi
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