Poco voy y hay a comentar. Estamos ante una película de juicios al uso, sin muchas complicaciones argumentales, al estilo "Tiempo de matar". Ahí va la fórmula: abogado novel o con poca experiencia + caso complicadísimo que parece que no va a ganar. Saca tu mismo el resultado de la ecuación.

Pero aunque quizás sea un handicap, la película se vé bien y resulta más que entretenida. Y eso es por un buen reparto y un guión notable. Y aunque parezca que sigue un esquema ya predefinido y trillado, me ha soprendido ligeramente en su desenlace.

Puntuación 6.5

Este film se aborda desde una óptica que se asemejaría más bien la de un documental, pues en ningún momento encontraremos aquí un thriller tipo “Seven”, sino una investigación en toda regla, plasmando hecho por hecho toda la complejidad que fue el caso de Zodiac. Sin entrar en detalles sobre el argumento propiamente dicho, el director consigue de forma excelente plasmar esa sensación de realismo en cada toma. Esto se vé reflejado en cada pista falsa, en cada traba que impidió dar con el asesino, en cada prueba que no encajó, en cada problema burocrático que entorpeció la investigación, en cada aportación de terceros que solo hizo que confundir la de por si enmarañada búsqueda de Zodiac.

Por lo que respecta a los implicados, destacar unas grandes interpretaciones del trío protagonista. A Jake Gyllenhaal, una interpretación más que correcta, como nos tiene acostumbrados siempre (me impresionó su interpretación en los momentos más tensos); un Mark Ruffalo totalmente excelente desde mi punto de vista, un actor que me convence en toda película que he visto; y un Robert Downey Jr. increíble, pese a su menor protagonismo global (pero recordemos, la película se ciñe a lo que ocurrió en la realidad). También podemos destacar la interpretación del compañero de Mark Ruffalo, Anthony Edwards; un muy secundario Dermot Mulroney (me sorpendió ver en este rol al protagonista de La Boda de mi mejor amigo, no porque no estuviese a la altura, sino porque solo lo conocía de este film); y otro secundario de lujo como es Elias Koteas.

La ambientación sesentera y setentera se consigue de forma acertada y la BSO, aunque ausente en la gran parte del film, también es correcta. Cabe destacar la canción de los créditos finales, la “Hurdy Gurdy Man” de Donovan.

Su larga extensión no se traduce en momentos vacíos intercalados con otros más intensos, sino que en cada momento hay un gran bombardeo de datos y más datos que provoca que uno no pueda relajarse ni un momento y quizás aquí reside uno de sus puntos negativos. En muchos momentos la gran cantidad de información que se muestra puede crear momentos de confusión, cuando hablan de algún personaje o hacen referencia a lugares que pueden costar de visualizar y relacionar entre sí. Pero, si uno está entregado a la historia, no resulta ningún handicap destacable.

En conclusión, una gran película en toda regla que puede echar para atrás aquél que busque un thriller con la típica estructura de principio, nudo y desenlace, pues en este film encontrará un continuo que se basa en el transcurso de lo que vivieron los implicados en el caso y las implicaciones que tuvo eso en sus vidas.

Se trata de una película que no empieza nada mal, una nave que fue enviada a las estrellas y que al cabo de mucho tiempo vuelve de ese lugar y con una transmisión de auxilio. A medida que va avanzando la película el misterio se va manteniendo más o menos, pero cuando ya ha pasado la mitad esta empieza a ir de mal en peor. La película de misterio y ciencia ficción con la que habíamos empezado se convierte en una sucesión de desagradables imágenes (que no dan miedo, solamente asco) aderezadas con hechos totalmente estúpidos e ilógicos (en el spoiler).
En conclusión se trata de un film interesante durante su primera mitad, horrible en su segunda. Esto hace que la película caiga en picado en su puntación. No la recomiendo.