Una de las peores cosas que te pueden pasar en la vida es que tus vecinos te hagan la vida imposible, pero que encima todos los vecinos del bloque sean casi como una pandilla de zombis capaz de hacer cualquier cosa por conseguir algo que tienes tú, es para ponerse los pelos de punta.

Carmen Maura está en el zénit de su carrera en ésta película, fabulosa. Es de esas personas que casi consideras parte de tu familia, con un encanto tan natural que no tiene que hacer nada para gustar, simplemente gusta. No hay derecho a que ésta mujer envejezca, uno se la quiere imaginar siempre como en ésta peli, con una madurez asombrosa, y con su inconfundible dulce voz de niña-mujer, que hoy en día sigue intacta.
Es un filme que te engancha desde el principio hasta el final, y del que no te quieres perder ni un segundo, intrigante, frenético, claustrofóbico, y muy ágilmente dirigido.

Original película futurista, que se sale de los típicos cánones de la ciencia ficción, ya que deja imaginar un muy posible futuro, sin grandes sensacionalismos imposibles, pues se sugiere, más que se enseña, todo de forma bastante humilde.

Parece que en el futuro son un poco más perfectos físicamente que los humanos actuales, o al menos para ciertos trabajos, y un poco más inteligentes, ya que por fin la raza humana habla un idioma neutro y utilísimamente artificial como el Esperanto, el cual se oye por los sistemas de megafonía.

Pero a pesar de todo, se demuestra que la habilidad y el ingenio humanos son más prácticos que un cuerpo, o unas capacidades sensoriales casi perfectas.

Dividida en 2 excelentes partes, a cual mejor, ésta modernísima y adelantada película, para sus 2 épocas: en la que se rodó, y en la que se ambienta, nunca pasará de moda.

Y es que no me canso de verla, al menos me gusta hacerlo una vez al año, porque está tan bien hecha que siempre descubres algo nuevo al volverla a ver.

La primera parte es la guerra, el hambre, la desesperación, el miedo, la muerte, y el despertar de Scarlet.
La segunda es el culebrón desgarrador e inolvidable por excelencia, el contigo ni sin ti, el amor-odio eternos.
Detrás, en medio, y por delante, está la deslumbrante personalidad de Scarlet, egoista, mentirosa, ambiciosa, orgullosa, descarada, étc, pero arrolladora, libre, viva, de buen corazón en el fondo, y sobre todo auténtica.

Una joya de película, a Dios pongo por testigo.

Película aburrida sin mucho interés, y casi sin argumento, a veces parece totálmente improvisada, que trata de contarnos una historia de vaqueros, rodeos, y su vida en el campo. Lo poco que podía tener un poco de provecho son los paisajes y el contexto, pero encima está rodada en un inexplicable blanco y negro, teniendo en cuenta ya el año en que se rodó, 1961, y la talla de algunos de sus actores como Gable.

Los personajes están como fuera de lugar, y en ocasiones como idos, y es que la película es casi biográfica y retrata perféctamente el ocaso de 3 dioses venidos cada vez más a menos: poco después morirían los tres "por estrés", y por abuso de pastillas y alcohol, que se sepa.

Marilyn es la que le da un poco de vida a la cinta, no por su interpretación, ya que a pesar de sus frustrados esfuerzos por demostrar lo contrario, sigue siendo la misma rubia bobalicona, que se sorprende exagerada y teatralmentemente con el voleteo de un lindo pajarillo, o por el futuro incierto de un pobre conejito indefenso, o que nos da una bochornosa lección barriosesamera sobre salir-entrar, entrar-salir de una casita de campo con escalón nuevo, sino por poder ver a una mujer tan bonita y deseable por última vez.

No entiendo cómo puede tener una calificación general tan alta...mucho mito y pocas nueces.

A pesar de ser una muy notable película, con un presupuesto también muy notable, y unos decorados excelentes, la lentitud es lo que le sobra.
El guión, además de contar con la figura de Jesucristo como trasfondo excepcional, se apoya en una historia de amor-odio entre dos amigos, y una venganza realizada en su máximo esplendor, por parte de un protagonista que renace de sus cenizas como el ave fénix.

Anfiteatros romanos espectaculares, cuádrigas de lujo, milagros curativos, y el físico bastante envidiable de Charlton Heston, hicieron las delicias de un público mucho más ingenuo e inocente que el actual, pero con unos valores humanos y espirituales mucho más elevados que la adulterada y sin rumbo sociedad de nuestros días.

Las grandes virtudes humanas del honor, la valentía, el respeto y la fe que se promulgaban antes con éstas películas, difícilmente se persiguen por desgracia en el cine actual.

Y es que por algo tiene los 11 óscar, dejando aparte lo costosísima que pudo llegar a ser, pero como he dicho, le sobra lentitud.