Disney se salió en 2012 con esta joyita que demostraba que podía ser tan imaginativa e innovadora como Pixar en cuanto a sus premisas y mecanismos, y que paradójicamente ese mismo año Pixar estrenó una cinta más "Disneyana" y tradicional como lo fue Brave, y el caso es que para una le tocó un film notable y aquí una sobresaliente, casi Obra Maestra. Una genialidad que a partir de una premisa jugosa, hizo estupendamente a la hora de desarrollar un universo propio a partir de la nada siguiendo sus propias reglas narrativas (con alguna sorpresa de por medio) y consiguiendo que fuera realmente disfrutable, que iba más allá del homenaje videojueguil (aparte de demostrar un gran amor hacía este arte) y no perdía el encanto, la frescura y el desparpajo de los mejores Disney y Pixar, con innolvidables personajes y una animación deliciosa. Una absoluta gozada de principio a fin, que facilmente puede ser mi peli favorita de la "Tercera Edad de Oro" de Disney y una de las mejores del medio animado de estos últimos años.

Estamos ante un divertido corto de animación, chorra pero simpático, realizado por el estudio que actualmente se encarga de la animación de las cintas Sony Pictures Animation (y también de cintas de animación ajenas a Sony como Storks o la película de los Angry Birds), que trata sobre un portero bastante "looser" que debe de avisar a todos los alienígenas de un bar sobre la llegada de los seres peligrosos que dan título al corto, aunque con fallidos resultados. Destaca en su sentido del humor, con toques de slapstick y cameos de alienígenas célebres del mundo del celuloide*, una correcta animación y un final bastante inesperado y sorprendente. Me lo he pasado bien.

Es interesante el cambio de estilo de los directores Stéphane Aubier y Vincent Patar al optar pasar de una producción alocada en la línea del mejor Aardman como lo era Pánico en la Granja a una obra cándida realizada en animación 2D como lo es esta Ernest & Célestine, y el resultado les ha salido igual de redondo.

Me encanta la química entre los dos protagonistas y la simpatía y ternura que estos producen, así como su animación casi pictórica y de acuarela, y la solidez de su argumento, al cual no le falta un toque satírico y mordaz sobre lo que pueden hacer los prejuicios sobre aquellos que resultan distintos a nosotros (en este caso entre ratones y osos), y su dulzura es algo extraño de ver en el cine de animación reciente. Es imprescindible.

Esta cinta que mezcla live action con animación supuso el canto del cisne de la compañía Warner Bros. Feature Animation tras los fracasos financieros de Quest for Camelot, The Iron Giant y Osmosis Jones, y de paso vino a confirmar que la animación 2D no estaba pasando por su mejor momento con la presencia del CGI: de los 80 millones de dolares que costó, apenas recuperó 68 millones de estos, y llegó a poner en duda la continuidad de los Looney Tunes en el medio audiovisual. Curiosamente con el tiempo, pese a no ponerla como una gran película, muchos fans de los Looney opinan que es mucho mejor que Space Jam, y en cierto modo, supuso un digno intento de volver a la esencia de los cortos originales por parte de Joe Dante.

Lo malo es que eso no fue suficiente para que esté a la altura de las expectativas. No es mala, pero me resulta difícil pillarle el punto a su absurdo argumento, y tanto los actores reales como sus gracietas no me han gustado.

Así que en resulta algo decepcionante, sobre todo teniendo en cuenta que ese mismo año salió la maravillosa serie animada de Duck Dodgers, que sabía respetar de forma concisa y eficaz la esencia de los Looney originales mucho mejor que esta. Pero el ritmo sin descanso, la animación de los personajes y el humor de estos la hacen entretenida.