Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Críticas de keizz
<< 1 2 3 4 10 49 >>
Críticas 241
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
5 de diciembre de 2019
43 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Celine Sciamma, que ya me pareció una directora de mucho talento cuando la descubrí en “Tomboy”, dirige esta película en la que elabora un alegato feminista sutil y elegante, mostrando las dificultades para ser mujer en el siglo XVIII, y para desarrollar la sexualidad libremente, que se termina convirtiendo más que en todo eso, en una bella y poderosa obra de emociones contenidas que nos embriaga y conmueve.

La espléndida fotografía y la casi absoluta ausencia de música nos obliga a adentrarnos en la película. Los sonidos de los pasos en el suelo de madera, el crepitar de la leña en la chimenea, el viento en los acantilados, todo lo que escuchamos nos hace vivir la historia, pero también lo que no escuchamos, la elocuencia de los silencios y esas miradas que dicen mucho más que cualquier palabra. La película rebosa sensualidad y sensibilidad, es sumamente poética y una maravilla estética.

No aparecen apenas hombres en el film. Y cuando sale alguno, desentona. Marianne da clases de pintura a chicas, y las cuatro protagonistas y habitantes de la casa con cuatro mujeres. Es su situación y su sentir lo que importa. En una época en que a las hijas de las familias de clase alta se les hacía un retrato para enviar a sus presuntos pretendientes, y así poder casarlas, sin que su opinión contase para nada. Una época en que las pintoras apenas podían dedicarse a otra cosa que no fuera hacer retratos de encargo, y la mayoría de obras tenían que firmarlas con pseudónimos masculinos. Todo esto se refleja perfectamente en la película, y muchas otras cosas, como el problema de los embarazos no deseados.

Todas las mujeres de la película se enfrentan a problemas tremendos, y lo peor de todo es que no pueden hacerlos visibles. La chica embarazada tiene que abortar y además conseguir que nadie se entere. La hija recién salida del convento no quiere casarse pero tiene que hacerlo por el bien de su familia. La madre que sabe que su hija no será feliz pero debe sacrificar eso para poder mantener su posición económica. La pintora que sabe que nunca será reconocida como los hombres. La atracción sexual que sienten las dos protagonistas y que deben ocultar, primero entre ellas mismas y luego ante los demás. Todo es un quiero y no puedo. Pura represión social plasmada en la pantalla con un encanto y una sutileza maravillosa.

La película está repleta de escenas llenas de lirismo y simbología. Cuando Marianne toca unas pequeñas notas en el piano para Heloise, la noche en que ellas dos junto con la criada hablan sobre el mito de Orfeo y Eurícice, que luego se recrea en la despedida final de las dos enamoradas, la preciosa escena en que Heloise le pide a Marianne que la dibuje un retrato de ella misma y se lo dibuja en una página del libro, el posterior descubrimiento por parte de Marianne de un retrato de Heloise en el que está con ese mismo libro entreabierto por la página 28, que es en la que ella le pintó su autorretrato… en fin, son muchas las escenas emocionantes y poéticas.

No es la típica película de lesbianas en la que no paran de salir escenas de cama, esta es una película de sentimientos, de dos enamoradas, de un amor imposible entre dos personas que no pueden desarrollarlo por ser del mismo sexo en una época en que esto era imposible de realizar. Pero eso no es lo relevante. Podría ser la historia de un amor entre dos hombres, o entre un hombre y una mujer, en esa época o en cualquier otra, y la película sería igual de deslumbrante.

Celine Sciamma nos sitúa en el lugar de las dos protagonistas mostrándono lo que ellas ven. Planos cortos de rostros, miradas, nos hace fijarnos en lo que ellas se fijan. La belleza de sus rostros, la fuerza de sus miradas, el brillo de su piel, todo lo demás es accesorio, todo lo demás sobra. Nos hace ser ellas de tal manera que al acabar la película se nos quedan grabadas las mismas imágenes que siempre recordarían las dos protagonistas de ese amor.

No obstante, la película no es para cualquiera. El ritmo pausado y el exceso de detalles preciosistas hará que al público medio le cueste integrarse e interpretar el film debidamente. No es una película para pasar el rato, y si necesitas que te lo pongan fácil es mejor que no vayas a verla.

Pero igual que digo que no es la típica película de lesbianas, tampoco es la típica película de época, pues lo que muestra es un sentimiento universal de amores imposibles y personas que luchan por ser lo que no les permiten ser. En definitiva, película preciosa, muy bien interpretada y magníficamente dirigida. Un film de pasiones desbordantes pero al mismo tiempo delicado y delicioso, una narración tan sencilla como exquisita. Una caricia hecha cine.

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
17 de octubre de 2019
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Drama histórico en el que Alejandro Amenábar nos traslada a la ciudad de Salamanca durante los primeros días de la Guerra Civil. En la película, Amenábar nos muestra por un lado las intrigas entre Millán-Astray (Eduard Fernández) y Franco (Santi Prego) por hacerse con el poder del bando nacional, y por otro la figura de Miguel de Unamuno y el modo en que su relación con sus amigos, sus hijas, y hasta su nieto, en el marco del incipiente poder fascista en España va haciendo que paulatinamente cambie de opinión sobre el Movimiento.

Siempre que se hace una película de este tipo, se sabe que la mayoría de espectadores van a enjuiciarla más desde un punto de vista político que cinematográfico. Supongo que es inevitable, pero yo me aparto, o lo intento, y solo me interesa lo estrictamente cinematográfico. No me interesa si cuenta lo que pasó, como pasó, o lo hace de un modo tendencioso, o arrima el ascua a su sardina. Para mí es una película, nada más. Que habla de la guerra civil española como podría hablar de la batalla del Peloponeso. Me parece mucho más interesante el tema de Unamuno, sus contradicciones, su posición ante las cosas, su lado humano, el modo en que conjuga sabiduría y bonhomía. Y tampoco sé si su retrato se ajusta a la realidad, pero el personaje me interesa.

No es una película bélica. Aunque está ambientada en la época de la Guerra Civil, no se ven batallas, apenas se escuchan algunos tiros por ahí, pero no se ve a nadie dispararle a nadie. El conflicto apenas ha empezado, aún no hay una idea clara de las cosas, en el bando nacional no tienen claro si nombrar un sustituto del General Sanjurjo, que era el líder inicial del Movimiento pero ha muerto en accidente aéreo, o nombrar una junta de generales y que ellos tomen el mando de un modo consensuado.

Y mientras se cuece todo eso, en Salamanca Unamuno discute diariamente sobre el conflicto con sus amigos Atilano (Luis Zahira), un cura masón, y Salvador (Carlos Serrano-Clark), un antiguo alumno de Unamuno, abiertamente republicano. Asimismo, don Miguel tiene desencuentros con sus hijas (especialmente con una de ellas) por su posición ante la guerra. Los terribles hechos hacen que Unamuno vaya cambiando de opinión, y junto a este cambio de opinión vamos viendo a un Unamuno cada vez más humano, más comprensivo y menos radical.

Amenábar nos muestra un Unamuno muy deteriorado, apenas unos meses antes de su muerte. Un señor entrañable, enormemente culto, educado, pero también tozudo, vanidoso, rozando la misantropía, minusvalorando a casi todos (incluso al propio Franco, la primera vez que lo se lo presentan, le parece un don nadie), pero también un melancólico, que sueña con su mujer continuamente, y es feliz haciendo figuritas de papel para su nieto mientras se le escapa la vida.

Definitivamente, la trama política es mucho más floja que la que retrata a Unamuno. Más allá de que haya más o menos rigor histórico en lo que cuenta, la parte política del film no cala ni para bien ni para mal. Falta profundidad en la historia, y llaman mucho más la atención los personajes que la conforman que la historia en sí.

Lo mejor, de largo, son las interpretaciones y las caracterizaciones. En este último apartado, la labor ha sido extraordinaria. Y en cuanto a los actores, los tres principales protagonistas están perfectos. Destaca notablemente Karra Elejalde, es muy evidente su magnífico trabajo, en un papel que a priori no parecía muy adecuado para sus características y que sin embargo resuelve con mucha dignidad. Junto a él, Eduard Fernández recrea con solvencia el personaje inquietante de Millán-Astray regalándonos un par de escenas para el recuerdo, y Santi Prego es la revelación de la película con su interpretación cuidada y sutil de Franco.

Obviamente, la parte mollar de la película no podía ser otra que el célebre discurso de Unamuno en la Universidad de Salamanca delante de los grandes jerifaltes del bando nacional. Es la parte que todos esperábamos, y me dejó un tanto frío. Me esperaba algo más de épica, no habría estado de más que Amenábar se hubiera tomado alguna licencia de guión (como sí hace en otras fases del film) para añadirle pimienta a la escena.

Mi resumen es que es una buena película, que aporta una mirada original a la guerra, pues se ve desde el punto de vista de Unamuno que era un hombre contradictorio (un republicano católico y de derechas), narrada con un ritmo adecuado, pero a la que, para mí, le falta fuerza. No es una película que emocione, no es una obra que te llegue dentro. Te cuestra encontrarle defectos porque está muy bien hecha, pero no es una obra que te deje marca, ni mucho menos.

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
10 de octubre de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todd Philips, cuya carrera cinematográfica no me ha interesado nunca (Resacón en Las Vegas y películas de es tipo, que yo sepa), me ha sorprendido agradablemente con esta película muchísimo más potente y reflexiva de lo que cabía esperar del tema y de quien la dirige. Este “Joker” de Philips es una obra abrumadora e impactante, magnífica en lo formal pero repleta también de contenido. Ya adelanto que me ha encantado, por si aún no se me nota.

La película lo tiene todo. Una dirección impecable, unas interpretaciones insuperables, un ritmo perfecto, una música adecuada, la duración exacta a lo que la historia propone (dos horas justas), la dosis justa de espectáculo y la dosis justa de introspección, todo ello aderezado con un desarrollo de personajes perfecto y un excelente guión. Con todo esto, no hay espectador que no se sienta incorporado a la película, que atrapa tanto al cinéfilo más exigente como al que va al cine una vez al año.

Philips usa al personaje de Arthur Fleck para arremeter contra la sociedad actual que margina y humilla a los perdedores, una sociedad en la que los políticos carecen de escrúpulos y los medios de comunicación no tienen inconveniente en destrozar a cualquier persona con tal de generar audiencia. Arthur Fleck solo quiere hacer reir y cuidar a su madre, pero solo recibe golpes de todo tipo, por lo que el uso de la violencia como respuesta obtiene la empatía del espectador, del mismo modo que la logra dentro del propio film, en el que se producen manifestaciones populares a favor del payaso asesino.

En el Gotham gris y decadente (Nueva York años 70, diría yo) que crea Philips, todo se va volviendo paulatinamente más sórdido y estremecedor. No es un thriller típico de ritmo alto en el que la tensión te tenga en vilo, la película te va atrapando despacio pero cada vez con más intensidad. Sentimos vívamente la angustia de Arthur, entendemos su dolor, compartimos su ira, le acompañamos en su transformación desde el hombre frustrado que no puede reprimir su carcajada fruto de una enfermedad mental hasta el hombre seguro de sí mismo que finalmente ríe con razón cuando las consecuencias de sus actos dejan de importarle.

Joaquin Phoenix y su personaje lo son todo en la película. No se si hay alguna escena en la que no aparezca. La cámara está con él continuamente, desde la primera escena en la que se le ve maquillándose para trabajar hasta el final. Phoenix está descomunal en un papel que le viene perfecto para su personalidad como intérprete. No creo que actualmente haya un actor más cualificado para este papel, un rol en el que Phoenix se sumerge y parece disfrutar pues le permite explayar todo su talento para este tipo de personajes sin que nada de lo que haga parezca excesivamente histriónico. El Joker que compone es tremendamente parecido al Travis Bickle que compuso Robert de Niro hace más de cuarenta años, un personaje herido por dentro, un hombre roto que conecta con la sensibilidad del espectador y que termina por explotar de un modo creíble y realista. Nunca un personaje de comic consiguió parecer más real.

Otro logro del film es que la violencia sea la que tiene que ser. Me refiero a que se podría esperar una orgía de sangre o una sucesión de muertes espantosas, y no es así en absoluto. La violencia existe, y además es que tiene que existir, pero siempre tienen sentido, son momentos puntuales pero impactantes.

Quien espere una película de superhéroes se va a decepcionar. Esta película no es eso. No tiene nada que ver con Batman, salvo el nombre del personaje. Por supuesto, que a nadie se le ocurra llevar a sus niños a verla al cine. Es una película mucho más dolorosa que divertida, así que cuidado con pensar que es la típica cinta de Marvel para evadirse un rato en el cine. Yo temía que me encontraría con eso, pero para mi deleite no tiene nada que ver.

“Joker” puede ser fácilmente la mejor película del año, aunque tal vez me precipito al escribir esto recién salido de verla. Es una película sólida, tremendamente estimulante, atemporal, reflexiva y disfrutable. Un film que crea un personaje para la posteridad, aunque no sea un personaje totalmente nuevo. Un personaje que en realidad ya existía en los comics, pero que ahora ya no pertenece a Batman sino a la historia del cine.

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
26 de septiembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paco Plaza deja a un lado su habitual cine de terror para dirigir este thriller intenso y desasosegante en el que aborda el tema de la venganza y cómo la violencia, lejos de resolver los problemas, no consigue otra cosa que no sea generar más violencia. Además, nos deja claro que nadie es tan bueno como parece y que quien más y quien menos, todos tenemos una cierta ambigüedad moral que depende más de las circunstancias que de nuestros principios.

Plaza le va dando a la película el ritmo que requiere, comenzando de un modo pausado mientras se va desentrañando la trama, para irlo acelerando a medida que la historia transcurre y la tensión va aumentando paulatinamente hasta golpear al espectador. Se nota que es un especialista en cine de terror y sabe manejar magistralmente las escenas angustiosas, utilizando a veces la cámara de un modo nervioso y hasta confuso para añadir tensión al espectador.

Ya desde la primera escena la película nos anuncia lo que nos espera en la poco más de hora y media de su duración. Un mejillón es aplastado brutalmente por un manotazo, en un plano detalle impactante. A partir de ahí, te pasas toda la película en tensión. Estás sentado en la butaca pero tienes la sensación de que tu culo no toca el asiento. Hay algunos primeros planos que cortan el aliento, y todos los personajes de la película te parecen potencialmente peligrosos.

La vida y su fragilidad están presentes durante todo el metraje. La residencia de ancianos, ese lugar donde la vida termina para muchos, un lugar esencialmente triste en el que los trabajadores tienen la obligación de hacer mejor la poca vida que les queda a quienes allí terminan sus dias. Entre ellos, el capo del narcotráfico que se está muriendo de un modo lento y humillante después de haberse pasado la vida destruyendo las de los demás. Los hijos del narco y Mario el enfermero, sin saber vivir con felicidad enfrascados los unos en la ambición económica y el otro en la venganza. Y por último un niño que nace, que comienza a vivir en medio de todo este caos en el que la vida parece no ser algo que valga mucho la pena.

Evidentemente, el punto más fuerte de la película son las interpretaciones. Destacar a Luis Tosar parece una obviedad pero no hay más remedio que hacerlo. Uno no se cansa de verle interpretaciones brillantes, y parece que se le encumbra por costumbre, pero es que el tío no para de hacer demostraciones impresionantes de talento interpretativo. Le da lo mismo hacer de malo que de bueno, de víctima que de verdugo, lo mismo nos puede dar miedo que pena. Es un crack, y en esta película una vez más está fuera de catálogo.

Tosar nos brinda una interpretación contenida, llena de matices interpretativos, nos lleva de la mano en su descenso a los infiernos a través de miradas, gestos y pocas palabras. Y no es el único que raya a gran altura, pues Xan Cejudo le mantiene el pulso. Cejudo, que murió poco después de acabar el rodaje, está espléndido en su papel teniendo que lidiar con un montón de primeros planos que solventa con eficacia, logrando que su despreciable personaje termine consiguiendo la empatía del público.

El resto del elenco está lejos de esos dos. Enric Auquer está a buen nivel a pesar de que su personaje es casi caricaturesco, en cambio Ismael Martínez no da la talla, histriónico e incapaz de transmitir nada. Por su parte, María Vázquez también está bastante flojita, aunque en su descargo hay que decir que el personaje que interpreta tampoco tiene mucho que ofrecer.

Pero a pesar de tantas cosas buenas, la película no llega al nivel que debería. Me gusta la interpretación y me gustan mucho el modo en que están rodadas algunas escenas, pero el guión me parece un tanto fallido. Para mi gusto hay exceso de flashbacks, demasiados para subrayar algo que todos habíamos entendido a la primera y que no había que sobreexplicar tanto. Además, le falta credibilidad en algunas cosas mal resueltas, alguna muerte cutre sin sentido, y unos chinos que aparecen por ahí de un modo forzado para poder llegar a una situación a la que no sabían como llegar.

En resumen, la película me parece que está bien, pero no creo que pase a la historia del cine. Se vive con tensión y con ganas, se sigue con interés, alucinas con algunas escenas realmente impactantes, el principio y el final me parecen muy potentes, pero no llega al nivel de otros thrillers del cine español. Queda lejos de “Tarde para la ira”, por ejemplo. Pero si váis a verla no será una pérdida de tiempo.

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
23 de mayo de 2019
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En plena fiebre del oro, los hermanos Charlie (Joaquin Phoenix) y Eli Sisters (John C. Reilly) son dos sicarios que matan a cualquiera por quienes les paguen por hacerlo. En este caso, los contrata el Comodoro (Rutger Hauer) para matar a Hermann kermit Warm (Riz Ahmed), un buscador de oro que se alía con John Morris (Jake Gyllenhaal) para encontrar oro con un producto que ha inventado para localizarlo. Así arranca una persecución en la que los hermanos pondrán a prueba su vínculo.

El director francés Jacques Audiard hace su primera incursión en el cine americano con esta película, y lo hace por todo lo alto, con un western atípico, lleno de lirismo narrativo, en el que se plantea la ambición del ser humano, el amor entre hermanos y la dificultad de las almas desorientadas para encontrar el camino correcto hacia la felicidad cuando la educación y el entorno se empeñan en llevarte por la dirección opuesta.

Con una brillantísima fotografía que sabe jugar con destreza con la luz y la oscuridad (por cierto, los exteriores están rodados en Almería, Aragón y Navarra), la película nos cautiva y nos golpea por su violencia. Una violencia que aparece a menudo para hacer contrapunto a un ritmo narrativo inusualmente pausado para tratarse de un western. Una violencia que le sirve al director para criticar la violencia, su inutilidad y su efecto boomerang.

En lugar de emplear los habituales resortes del western, Audiard se sirve de los diálogos, el ácido sentido del humor, la belleza de las imágenes, y la música del siempre brillante Alexandre Desplat para embarcarnos en esta especie de fábula cargada de moralejas y de personajes muy bien desarrollados que conforman una obra diferente, creíble y atemporal.

Las relaciones entre las dos parejas de hombres son el punto crucial del film. El director profundiza con maestría en cada uno de los personajes y en las relaciones entre ellos hasta el punto de que el espectador es capaz de empatizar con todos, pese a las abismales diferencias de personalidad que existen entre ellos. Retratos del alma humana, en los que se ponen de manifiesto los conflictos internos que todos tenemos y que terminan saliendo afuera de una u otra forma.

Para el éxito de la película, es imprescindible la labor de los cuatro protagonistas. Aunque hay diferencias. Mientras que Riz Ahmed y Jake Gyllenhaal están bien, los dos principales actores están inmensos. Tanto Joaquin Phoenix como John C. Reilly (¿Cuándo tendrá el reconocimiento que merece este magnífico actor que lleva décadas interpretando como los ángeles y nunca aparece en los rankings?) realizan un trabajo absolutamente admirable en sus interpretaciones individuales y además (lo más importante) multiplicando su brillantez en las escenas conjuntas. La compenetración entre ambos es asombrosa y resalta el talento de ambos.

Me imagino que los amantes del western se sentirán un tanto decepcionados. Quienes esperen personajes arquetípicos, disparos continuos y los diálogos-cliché que todos conocemos cuando hablamos de este tipo de cine, es mejor que no se acerquen a verla. Este western es otra cosa, ya que, además de todo eso, el relato tiene una densidad inusual en este tipo de películas.

Resulta curioso, no obstante, que la película rezume tanta nostalgia del género a pesar de alejarse tanto de los estereotipos del mismo. La película cala más de lo que cabía esperar de “una del oeste”. Incluso se permite escenas de ternura como las de Eli Sisters con su caballo enfermo.

“Los hermanos Sisters” (nada que ver con La Trinca) es una película que sorprende, para bien o para mal. En mi caso fue una sorpresa positiva. Un film que duele por momentos, que sin duda requiere complicidad del espectador especialmente en la última media hora un tanto premiosa, pero que te recompensa por su lirismo, la belleza de sus imágenes, la ternura que desprende tras tanta violencia, el humor negro, la música…. vaya, que me ha gustado.

https://keizzine.wordpress.com/
keizz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 49 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow