Una pareja ya de entrada edad, decide celebrar sus 45 años como casados. Pero algo ocurre, una misteriosa carta llega a casa de ellos. Dicha carta, saca a la luz una antigua pareja de él que conoció de joven y que resulta que desapareció en la nieve en los Alpes en Suiza, y al cabo de 50 años ha aparecido congelada en el hielo. Todo este reencuentro emocional con el pasado mueve los cimientos de la pareja justo cuando están con los preparativos de sus 45 años de casados. Entonces todo se tambalea y empiezan a salir a la luz historias que ella no sabía, ya que nunca se lo habían contado.

Con esta trama, tan personal y minimalista al no contar con terceros que sean parte de la historia, el director Andrew Haigh saca a la palestra los colores no solo de esta pareja, sino de todas las parejas al preguntarse mientras que la están visualizando si su pareja haría algo parecido o si podrían perdonarlo. Ese es desde mi punto de vista el plato fuerte del film, la fortaleza de la pareja cuando mentiras del pasado salen a flote y desestabilizan una relación que se creía fuerte e incluso en su recta final, no por problemas matrimoniales sino por la naturaleza misma.

Las interpretaciones de la pareja protagonista son de lo más certeras. Ella expresa claramente la preocupación y la tristeza de esta inesperada situación y él saca a la luz el nerviosismo de un adolescente enamorado al que el tiempo ha dejado suspendido y con cuentas pendientes. Da lugar ello, a un sinfín de discusiones y malestares que van dejando un rencor que pone en peligro la celebración de la ceremonia.

Podemos decir por tanto, que es una cinta notable y bastante personal al poner el director y guionista a prueba no solo al matrimonio protagonista de la cinta, sino también a las parejas que asistan juntas a su visionado, ya que surgirán preguntas entre ellos de que hubieras hecho tú, o si tu hubieras hecho tal cosa o dudas de ese calibre que son las que verdaderamente hacen de esta película, una historia digna de ver y ser recordada por el público en general.

De nuevo, el ingenio cómico-dramático del tándem Sophia Loren-Marcelo Mastroianni llevados de la mano por Vittorio De Sica, consiguen dar forma a un film histórico en la comedia italiana de los años 60. En esta ocasión, con una película que consta de 3 episodios protagonizados por la famosa pareja. El primero de ellos, el de una mujer napolitana que vende cigarrillos de contrabando y trata de esquivar una multa al estar embarazada. Por otro, Sophia Loren encarna a la esposa de un millonario al que le es infiel, y por último, una mujer provocadora que vive un intenso romance. Estos tres capítulos, cada uno en su forma y estilo, sacará las risas a todos los espectadores que se aventuren a verla.

En cada uno de los capítulos las situaciones hilarantes y provistas del más típico humor italiano de época aparecen en escena para el agrado de todos, y conforman entre las tres historias un todo que tiene bastantes cosas en común a descubrir por el espectador. Pero la mayor de ellas, es el toque sexual y desde luego sensual que derrocha la protagonista, ya sea para buscar un embarazo en la primera historia, para disfrutar de la infidelidad en la segunda, o para la provocación simplemente en la tercera, sacando a la palestra algunas imágenes históricas de la protagonista que quedaron para siempre en la posteridad.

La trama de las 3 historias, más cercana a llegar al público a través de las miradas e insinuaciones de Sophia Loren, no está desprovista de mérito ni en su humor que busca claramente la risa fácil, ni en el drama que rodea cada una de las historias para hacer buscar cosas en común a un público que la disfruta más allá del entretenimiento, ya que desde el principio hasta el final la película busca calar en la mezcla de géneros a toda clase de espectadores, y lo consigue notablemente incluso con el paso del tiempo.

En conclusión, la considero una comedia dramática indispensable dentro de su género y del cine italiano de humor de los años 60-70, al tener todo lo necesario para sobrevivir perfectamente el paso el tiempo. Por tanto, esta cinta del productor y marido de Sophia Loren Carlo Ponti, es una de tantas de su colección necesarias de ver para disfrutar tanto de la calidad fílmica de Vittorio De Sica, como del genial tándem compuesto por dos de las mayores estrellas que ha dado el séptimo arte en Europa, la gran Sophia Loren y el magnífico Marcelo Mastroianni.

La llegada de Adolf Hitler a Roma en mayo de 1938, hace que toda la ciudad vaya a verlo a un desfile, entre ellos, casi todos los vecinos de un bloque de viviendas, a excepción de la portera. Antonietta, que es una ama de casa que se queda sola, y Gabriele, un misterioso hombre solitario que hace amistad con Antonietta cuando el pájaro de esta se escapa y va a parar al piso de Gabriele. Con esta premisa, comienza una hermosa amistad que dura el tiempo del desfile, hasta que todo vuelve a la normalidad y sus vidas a la monotonía habitual

Lo prohibitivo y tentador aparece en escena en este film, mientras un desfile que hace honor a todo lo contrario ocurre en las calles de Roma. Surge entonces esa bonita y poco duradera amistad que podría ser mal vista incluso hoy día, aunque sin embargo, a ojos del espectador lo único que ocurre es un encuentro necesario para ambos, pero quizás algo inesperado para el espectador cuando la verdad sale a flote. Dicha verdad, que surge mientras suena todo el rato la música del desfile en las radios, hace aún más auténtica la historia por ser algo, no mal visto como hace no demasiados años atrás, sino como algo prohibitivo y mucho más serio de lo que te puedas llegar a imaginar. Además, las diferencias políticas de los protagonistas da lugar a roces entre ambos, pero sin embargo, todo ocurre como un baile, acercándose poco a poco la confianza de ellos para dar lugar a un hermoso cruce de secretos que atraparán la total atención del espectador y harán de la película algo inolvidable.

Esa historia de amor, tan efímera en el tiempo como indeleble en el resto de sus vidas, dejará también marcado al público que se decida a descubrir lo que guarda en su interior esta trama, tan poco habitual como sincera y pocas veces narrada. Porque, aunque hoy día dichos secretos, sobre todo los del protagonista ya dejaron de ser algo vergonzoso, era en ese preciso momento algo muy difícil de sacar a la luz, no solo por la vergüenza que sentían en ese preciso momento de serlo, sino porque sus vidas corrían peligro si salía a la luz la tan perniciosa aventura que compartían.

Es por tanto una película sobresaliente. Una historia llena de confesiones y amores distintos que calarán sin remedio en toda clase de espectadores que busquen historias sinceras y hermosas en las que no pasa en absoluto el paso del tiempo, ya que aunque todo tenga su época, sacar a la luz los secretos de uno mismo sea cual sea su índole no es nada fácil independientemente de la época en lo que esto ocurra, y deja tras de si no solo la expresión del desahogo más intimo y personal, sino también la visión de unos personajes más humanos y menos corrompidos por el entorno.

El director Leos Carax, consigue con Holy Motors da forma a un film surrealista como pocos, o cine experimental según se mire, pero sin duda, consigue hilar fino hasta concluir una película de culto que, aunque extraña hasta el extremo desde que empieza hasta que acaba, te atrapa sin dilación y sin saber muy bien porque, ya que como todo buen cine surrealista no vas a encontrar una explicación lógica más allá de lo que vas viendo, que en este caso es, un hombre con múltiples personalidades que van apareciendo a lo largo del film una tras otra, dando pie a unas situaciones insólitas y desde luego poco comprensibles.
La gran mascarada tanto física como psicológica a la que juega el protagonista para entretenerse o para simplemente satisfacer su vicio, es junto con su insólita trama lo más atrayente del film. El personaje principal, interpretado espléndidamente por Denis Lavant, se apodera de la perturbadora historia para satisfacer a los cinéfilos más exigentes y sobre todo buscadores de un cine distinto y difícil de descifrar. El guion, escrito por el mismo director, no está desprovisto de mérito en su inagotable imaginación para recrear unas escenas que aunque extrañas, e incluso en ocasiones grotescas, se apoderan de la total atención del espectador que se pregunta con asombro como es posible que esté siendo seducido por una película tan desconcertante. Todo lo que va ocurriendo en esta historia inaudita, es como un sueño, o más bien una pesadilla de la que parece que no vas a despertar.
Sin llegar a ser un cine tan surrealista como el que expuso en sus primeros años Luis Buñuel con cintas tan reconocidas como Un perro Andaluz (1929) o La edad de oro (1930), Holy Motors es una cinta con auténticos toques surrealistas aunque claramente experimental, que ilusiona al cinéfilo ávido de historias singulares que se alejan del cine más comercial o convencional, como el que le gusta al público más en general, y se sitúa en un cine de autor que pretende dejar huella en el escenario cinematográfico ofreciendo algo distinto, algo auténtico aunque no guste a todos su resultado. Por tanto, la considero una obra digna de ver si tu petición sobre cine es querer visionar rarezas y un cine estrambótico aunque atrayente que se quedará en tu retina para siempre con sensaciones encontradas de... pero porque me gustó esta película tan inusitada??

Humor y drama se dan la mano con mucha eficacia en este conocido film de Vittorio De Sica para deleite de todos los seguidores de la buena comedia italiana. La archiconocida pareja formada por Sophia Loren y Marcelo Mastroianni, hilan un gran tándem que será las risas de todos aquellos que se aventuren a ver tan conseguida trama, ya que cuando estos dos actores de renombre se juntan, el resultado como mínimo va a ser bueno, y no solo en lo que el registro cómico se refiere sino también en la parte dramática del film.
La historia se basa en una prostituta que se casa con un acomodado burgués que solo busca el entretenimiento sexual de unas y otras, y su intención no es más que sacar tajada física de la protagonista, aunque esta, lejos de ser una dama inocente, le da la vuelta a la situación para sacar ella también tajada, aunque más bien económica de las circunstancias. Con esta idea, el magnífico director italiano saca todo el jugo posible a un sinfín de situaciones que vive la pareja para divertir a todos y dejar evidencia tras su visionado de porqué es una de las más conocidas comedias italianas.
Es curioso como hay cintas que resisten el paso del tiempo y son vistas por generaciones y generaciones de espectadores fílmicos, y otras siendo también buenas acaban en el olvido. Quizás, es un punto a su favor que tanto los protagonistas como el director sean reconocidos a nivel mundial, y por tanto seguidos por miles y miles de seguidores del séptimo arte. Pero desde luego, la comedia italiana y más aún la que se realizó en los años 60 y sobre todo 70, dio muchas alegrías al público, y ejemplos cómo esta película refuerzan la teoría.
Podemos decir por tanto de Matrimonio a la italiana que es una película notable que resiste perfectamente el paso del tiempo por su humor, estupendas interpretaciones e historia hilarante con tintes dramáticos que atrapan la atención de cualquiera que quiera disfrutar de algo más que del mero entretenimiento, ya que esta historia cumple ampliamente con lo que se propone y no dejará a nadie con la sensación de haber visto una película más, sino una obra más que cumplidora que será recordada con agrado por todos aquellos que se decidan a verla.