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España España · Madrid
Críticas de keizz
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Críticas 241
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
21 de abril de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eilis (Saoirse Ronan) es una joven irlandesa que, en los años 50, decide emigrar a Nueva York en busca de una vida mejork. Después de un viaje horrible y de unos primeros días en Brooklyn en los que se siente mal, desubicada y desorientada, pensando que ha hecho mal en abandonar Irlanda, conoce a Tony (Emory Cohen), un joven de origen italiano al tiempo que su vida laboral empieza a mejorar. Pero de repente un asunto urgente la obliga a regresar a Irlanda, y allí tendrá que tomar una gran decisión sobre la vida que quiere llevar y con quién.

Melodrama de los de antes, de los que ya no se hacen. Dirigido por John Crowley, a primera vista es una película sobre el drama de la emigración, pero en realidad es una película de emociones. De despedidas, de reencuentros, de nostalgias, de ilusiones. Una película impregnada de melancolía, de tonos pastel, suave, delicada, satisfactoria y agradable. Lo que se ha llamado toda la vida “una película bonita”.

John Crowley dota a su cinta de una innegable belleza cromática y una calidad formal espectacular. Maneja con habilidad el ritmo narrativo y cuenta con un primoroso trabajo de ambientación y vestuario, que, junto con la exquisita fotografía, hacen que la película no tenga ni una fisura estética. En lo formal, todo funciona a la perfección.

Es en el contenido donde creo que es mejorable. La historia es tierna y entrañable, y sin embargo no emociona tanto como debería. Y no es porque el desenlace sea previsible, eso no me importa tanto. Es que creo que le falta pasión, vigor. Todo es agradable pero no entusiasma. Quizá en el intento de Crowley por evitar situaciones excesivamente sensibleras, se le olvida tocar el corazón del público con un film tan impecable como inofensivo.

Lo que es difícil de mejorar es el trabajo de la principal protagonista. Saoirse Ronan hace una interpretación fantástica, llevando la película por donde quiere, a través de su mirada, al principio triste y poco a poco más ilusionada. Los ojos grises de Ronan iluminan la pantalla y su magnífico trabajo interpretativo eleva mucho el resultado del film. Junto a ella, los demás actores no desentonan, pero nadie se le aproxima en rendimiento. Lo más destacable de los secundarios seguramente sea la aparición de Domhnall Gleeson.

Que una película melodramática con una trama llena de lugares comunes sea capaz de tenerme enganchado desde el primer fotograma hasta el último es, indiscutiblemente, porque está muy bien hecha. El excelente guión de Nick Hornby y el magnífico montaje hacen que uno no se desconecte en ningún momento de la historia. El problema (al menos conmigo) es que la película guarda siempre las distancias con el espectador. En contra de lo que me gusta en este tipo de películas, disfrutaron más mis ojos y mis oídos que mi corazón.

Es una película cumplidora, cortés, humilde y bella. Pero también un tanto pusilánime y fría. Me gustó pero no me conmovió, me interesó pero no me encandiló. Eilis me inspiró ternura, pero no amor. Es una película muy bonita, para disfrutar mientras la ves, pero de las que no se te queda dentro.

“Brooklyn” no es nada original, no nos sorprende y apenas nos emociona, pero está tan bien hecha que uno se queda absorto en la pantalla, deseando que Eilis sea feliz, que esa carita de pena de paso a una sonrisa, que todo salga bien. Y lo mismo para su novio italiano, tan bueno, tan decente, tan romántico, que uno se pregunta qué coño piensa ella, cómo puede tener dudas, si prácticamente no existen hombres tan perfectos. Bueno, en realidad sí tiene un defecto: es fontanero y no tiene un duro. Ahí le duele.

En definitiva, me quedo con la pulcritud y el exquisito gusto narrativo de John Crowley, su preciosismo estético, y la maravillosa interpretación de Saoirse Ronan, cuya mirada inunda la pantalla y a quien no me cansaré de ponderar. Si este es su nivel habitual, estamos ante una actriz que puede marcar época. Película recomendable para pasar un rato tranquilo y disfrutar sin sobresaltos.

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keizz
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7
14 de abril de 2016
23 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Benoit (Rephael Ghrenassia) lleva una semana en su nuevo instituto y no ha podido hacer amigos aún. La historia cuenta cómo Benoit poco a poco se va apoyando en otros chicos de la clase que también son marginados por diversos motivos, mientras se enamora perdidamente de Johanna (Johanna Lindstedt), una chica sueca con quien se lleva muy bien al principio pero es captada por la pandilla de Charles (Eytan Chiche), el líder de la clase.

Los padres de Benoit están preocupados porque es tímido y le cuesta hacer amigos. El intenta caer bien a los de la pandilla de Charles, que son los gamberros que parecen divertirse más que nadie, pero éstos no le aceptan y comienzan a marginarle y a meterse con él. Para convertirse en popular, dedice organizar una fiesta en su casa, pero las cosas no salen como tenía previsto.

La película sorprende porque partiendo de una historia mil veces vista (chico que llega a un colegio nuevo y la pandilla de los malos que se meten con él, mientras él se enamora de la chica más guapa de la clase) cosigue que nos parezca distinta, a base de honestidad narrativa. El film supone el debut como director de Rudi Rosenberg, y llama la atención el modo en que es capaz de seducir al espectador por el modo tan especial con que enfoca la historia, más que por la historia en sí misma.

Rosenberg se apoya en un elenco de actores compuesto casi exclusivamente por niños, muchos de ellos debutantes en el cine, para dotar a la película de una frescura especial, que hace que todo transcurra con una naturalidad que cala en el espectador. Uno espera encontrarse con los típicos clichés de este tipo de películas: el tormento del niño ante quienes le rechazan, la desorientación de la pubertad, la incomprensión, pero aquí no hay trucos y todo parece fluir de un modo sano y creíble. Nada que ver con las tonterías que suelen hacer en el cine americano con este tipo de películas.

Como digo, casi todos los intérpretes son niños. También aparecen adultos, pero su aportación es muy poco significativa. Los padres de Benoit tienen muy poca presencia, y los profesores tampoco pintan demasiado. Esto ya distingue esta película de otras de su género. Aquí los niños forman su propio universo. El único adulto que tiene cierto peso específico en la historia es el tío de Benoit (Max Boublil), ideólogo de la fiesta que se monta en la casa de Benoit, y que es capaz de conectar con los chavales porque aún tiene alma de niño.

“El novato” es simpática y agradable. No se puede pasar mal viendo esta película. Tiene una mezcla agridulce de amargura sentimental y cómica ternura, porque uno sabe que todas esas sensaciones que parecen tan extremas en esa época de la vida luego no lo son tanto, que todo se pasa y uno va construyéndose a sí mismo a base de vivencias, y que las experiencias malas son las que más enseñanza dejan.

En este sentido, la película es igual que la edad que retrata: intrascendente pero interesante, fuerte pero vulnerable, con pretensiones de parecerse a todos y de ser distinta a la vez, rebosante de vitalidad pero también de dudas. El novato aquí es el niño, pero también el director, y la virtud de los novatos es las ganas que tiene de gustar, cosa que Rosenberg consigue sin ninguna duda.

La película no intenta dar lecciones ni hay moralejas. No esconde la maldad inocente que hay en los niños, pero tampoco se recrea en ella -lo cual es un recurso habitual en este tipo de cintas-, tampoco cae en la tentación de buscar un final feliz, ni busca la ternura forzada, simplemente intenta encontrar la empatía del espectador al proponer una situación por la que todos hemos pasado. Todos hemos sido niños, todos hemos llegado a la adolescencia, todos hemos sentido el dulce puñal del amor, todos hemos sido novatos alguna vez.

Tampoco se muestra la exaltación de la amistad típica de este tipo de películas. La credibilidad es absoluta y le da valor al film. “El novato” nos invita a mirar hacia atrás para tomarnos los problemas con filosofía, a ver el futuro con optimismo y a afrontar la vida con una sonrisa. No es mal plan.

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keizz
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6
7 de abril de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Michelle (Mary Elizabeth Winstead) es una joven que, tras abandonar precipitadamente a su novio, sufre un accidente de coche. Cuando despierta, se encuentra encerrada en una celda bajo tierra, secuestrada por un hombre extraño (John Goodman). Este hombre asegura que ha habido un terrible ataque químico por parte de extraterrestres, que el exterior es inhabitable, y que por tanto la ha salvado la vida, tanto a ella como a Emmett (John Gallagher Jr.), que también está en el refugio. Michelle no sabe si creer lo que le cuentan y teme no sobrevivir.

Se trata de una película austera, de bajo presupuesto, con muy pocos actores (apenas los tres que viven en el búnker), muy pocas localizaciones (casi toda la cinta transcurre dentro del refugio), y realizada por un director debutante, Dan Trachtenberg. A caballo entre el thriller y la ciencia-ficción, el film resulta ser un más que digno producto, dadas las limitaciones que había.

Es muy importante verla sin saber nada de la trama (o sabiendo lo menos posible), por lo que esta crítica será corta. Esta película, para que tenga interés, es esencial verla sabiendo lo mismo que sabe la protagonista cuando se despierta del accidente, tener sus mismas dudas y su mismo interés en desvelar todas las incógnitas que se plantean.

Como película de intriga, tiene un arranque espectacular. Se te viene a la cabeza “Saw” cuando la chica despierta en esa celda, atada a la cama. A medida que uno va conociendo a los personajes y se va poniendo en evidencia la situación, va creciendo la intriga, y el espectador se mantiene siempre interesado en lo que ve en la pantalla, porque la intensidad y la tensión no decrecen hasta que llega el desenlace.

El hecho de que se trate casi de una película teatral debido a los pocos actores que intervienen y a la escasez de escenarios que aparecen, hace que la parte interpretativa se convierta en fundamental para el buen desarrollo del film. Y, en este caso, no hay ningún reproche que hacerles. Los tres intérpretes rayan a muy alto nivel. Especialmente el veterano John Goodman, que no sabemos si es un secuestrador o alguien que ha salvado a la chica de la muerte, pero nos le creemos en ambos casos debido a su trabajo, repleto de sabiduría interpretativa, creando un personaje altamente perturbador que te acojona de verdad.

Por su parte, los jóvenes John Gallagher Jr. y Mary Elizabeth Winstead, están magníficos. Especialmente la chica, personaje principal y responsable de transmitir al espectador las sensaciones de miedo y desconcierto que aparecen cuando vives lo que a ella le está ocurriendo. Tremendamente convincente en el papel de víctima que quiere convertirse en heroína.

Con momentos innegablemente hitchcockianos, “Calle Cloverfield 10” amenaza con una trama parecida a la de “La habitación” pero poco a poco vemos que es algo totalmente distinto, ya que en este caso la protagonista no sabe si el peligro está dentro o fuera de la casa.

Y es que la película juega con las mentes de los espectadores. Entendemos a la chica. El miedo a lo desconocido, a lo inesperado. Nuestra imaginación propulsada por el miedo siempre hace más grande los peligros, cuando no los inventa directamente. Así, con el planteamiento inicial que se hace, y las trampas de guión que se van incorporando, los espectadores difrutamos o padecemos de una tensión continua hasta que llega un desenlace que hace que todo se venga abajo.

No voy a contar nada, pero sería engañar si digo que la película tiene muchas cosas buenas y no digo lo malo. Pues lo malo es el final. Toda la tensión, las incógnitas, el interés por el desenlace, todo se va al traste cuando precisamente se produce el desenlace. Y no lo llego a entender, la verdad. Se me ocurren, sin pensar mucho, cinco o seis posibles buenos desenlaces. También estaba la posibilidad de terminar la película sin cerrarlo, tampoco pasaría nada. Pero este final es uno de los peores que he visto en mi vida en una pantalla de cine, y no exagero.

Normalmente no le doy demasiada importancia a los finales, pero en una película en la que la incertidumbre que crea es su principal punto fuerte, el resolver dicha incertidumbre no es cualquier cosa. Por tanto, en mi opinión, se terminan cargando la película. La valoración es clara: una gran película, angustiosa, muy bien ambientada e interpretada, rematada con un final esperpéntico, grosero e indignante.

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keizz
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6
31 de marzo de 2016
17 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kheiron, director, guionista y actor principal de esta película, nos cuenta la historia de sus padres Hibat (Kheiron) y Fereshteh (Leila Bekhti), dos jóvenes iraníes que tras luchar por la libertad en su país, terminaron huyendo en los primeros años del gobierno del Ayatollah Jomeini y emigraron a Francia, donde siguieron luchando por mejorar la sociedad y por llevar una vida con significado.

Planteado como una comedia, la película narra los hechos reales por los que pasó Hibat, primero luchando contra la dictadura del Sha y después contra la brutal represión del Ayatollah. El tono cómico edulcora unos acontecimientos ciertamente terribles, y uno no puede llegar a reirse del todo porque la historia es dura, por muchos toques de humor que se le quiera dar. A veces parece que estuviéramos ante un comic más que ante una película, dada la facilidad para encajar los golpes por parte de Hibat.

Cuando la ví, ignoraba que el actor que interpretaba a Hibat era su hijo en realidad, y que la historia era tan real. No sabía nada de la película (me gusta ir al cine sabiendo lo menos posible), y por eso me la tomé más a coña, hasta me divertí a ratos con ella. Pero sabiendo que todo fue real supongo que no debe hacer demasiada gracia, aunque comprendo que Kheiron lo plantee de este modo para hacerlo más digerible.

Se nota que Kheiron hace su debut como director. Es loable su actitud, su intención y su dedicación. Se aplica en la tarea de escribir un guión, dirigirlo e interpretarlo, y se nota a la legua que le ha echado ganas y cariño al proyecto, pero no estoy seguro de que el resultado sea el mejor posible. Ya se que la película ha tenido un éxito arrollador en Francia, pero hablo de mi opinión personal, y en base a ella, creo que se ha complicado mucho la vida queriendo abarcar demasiadas cosas.

Para empezar, ha querido contar prácticamente toda la vida de su padre, desde que era niño hasta prácticamente la actualidad. No era necesario. Hay que contar lo que tiene verdadero interés. Personalmente, yo creo que habría sido mejor que la historia tratara de lo que sucedía en Irán, contar eso exhaustivamente y terminar la película cuando llegan a Francia.

Tampoco me parece buena idea querer hacer una comedia dramática con esta trama. Tendría que haberse lanzado a por un drama biográfico, con todas sus consecuencias. Como comedia, no funciona mucho, al menos conmigo. En cambio, como drama, ahí había material para una película impactante.

En fin, demasiadas cosas a contar, y casi todo lo que pasa en la segunda parte de la película (lo que se desarrolla en Francia) tiene bastante poco interés, por muy reales que sean los acontecimientos. Muchos personajes que entran y salen del film sin que lleguemos a conocerlos del todo, un ritmo irregular, un montaje poco efectivo con escenas que pasan muy deprisa sin que queden bien explicadas y otras que se alargan innecesariamente, y un guión tan bienintencionado como poco coherente, dan como resultado un film simpático pero poco consistente.

Donde no pongo pegas es en el aspecto interpretativo. Los actores están correctos, con un rendimiento bastante equilibrado en el que todos dan un nivel adecuado, especialmente (como todo en esta película) en la primera parte del film. Obviamente, Kheiron y Leila Bekhti destacan por encima del resto, especialmente el primero, que es el alma de la película por dentro y por fuera.

Era difícil el reto de Kheiron, por eso me alegro de que haya triunfado aunque a mi no me convenza demasiado su obra. Creo que tiene que mejorar, que tiene que aprender a contar bien las cosas. La primera parte de la película está bastante bien, sabe contextualizar las situaciones, pero en la segunda parte se pierde la perspectiva y no nos enteramos muy bien de cómo sus padres pasan de ser unos inmigrantes exiliados a convertirse en unos rehabilitadores sociales. Tampoco se indaga en los protagonistas a nivel humano ni en sus relaciones personales. No se, me pareció todo muy deslavazado.

Tampoco me gustó que en la película se hable en francés desde el principio, cuando vivían en Irán. Me imagino que a los franceses les parecerá bien, pero creo que la película baja bastante con eso.

A pesar de todo, me cayó bien y es una película entretenida. Me quedo con lo bueno: la primera parte del film, los excelentes personajes que aparecen en esa parte de la película (especialmente el padre de ella y el hermano cleptómano textil de él), la parodia que se hace del Sha, y sobre todo las escenas costumbristas de Irán.

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keizz
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5
31 de marzo de 2016
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hollywood, años 50. Durante el rodaje de una película de gran presupuesto, desaparece el actor principal, Baird Whitlock (George Clooney) que es secuestrado. Inmediatamente, Eddie Mannix (Josh Brolin), solucionador de problemas del estudio, se pone manos a la obra para resolver su desaparición y conseguir que se reincorpore al rodaje sano y salvo.

Joel y Ethan Coen dirigen esta película que trata sobre el Hollywood de los años cincuenta, en el apogeo de los grandes estudios cinematográficos, cuando las estrellas eran empleados de los estudios, la incipiente televisión amenazaba con acabar con el negocio de las películas y la ominosa sombra del comunismo flotaba sobre la mayoría de los guionistas.

Este homenaje que los Coen hacen al cine clásico en forma de comedia les ha quedado deslavazado e irregular. La película nunca termina de arrancar y parece más una sucesión de escenas que una narración definida de algo. Es cierto que hay un par de escenas rescatables (personalmente, me gusta mucho una entre Ralph Fiennes y Alden Ehrenreich) que tienen gracia, pero en general el resultado es muy poco satisfactorio.

La trama tiene muy poca cosa. Aparte del secuestro de George Clooney vestido de romano por unos comunistas, el relato se adereza con un actor que siempre hace de cowboy (Alden Ehrenreich) y de repente tiene que interpretar a un joven de la alta sociedad y apenas sabe decir las frases, los problemas del personaje de Brolin para dirigir el estudio, contentar a todos los representantes de las diferentes religiones en una película sobre Jesucristo, lidiar con dos periodistas gemelas que quieren escribir cosas que podrían perjudicar al estudio, y pensarse una oferta que tiene para cambiar de trabajo. Además, pequeñas apariciones de Channing Tatum, Jonah Hill, Frances McDormand… Ni siquiera la aparición de Scarlett Johansson vestida de sirena hace que el espectador se venga arriba.

No se si será culpa mía, igual tuve una mala tarde, pero tengo que contar lo que a mí me pareció. Y a mi parecer, la película es francamente mala. La peor que he visto de los Coen. Alguien me había dicho que esta película le recordaba a los Monty Python. Menudo sacrilegio. A mí más bien me recordó a las peores comedias de Almodóvar. A pesar de todo, resistía en mi asiento esperando que el film terminara remontando el vuelo, pero al contrario, iba empeorando cada vez más.

La escena de las nadadoras es muy bonita, perfecta coreografía y muy buena estética. La de Fieness tratando de que Ehrenreich actúe bien, muy graciosa. No está mal el número del baile de los marineros, con Channing Tatum en plan Gene Kelly. Brolin pega excelentes bofetadas. Ya está. Todo lo demás es prescindible y carece por completo de interés.

Una comedia puede tener mayor o menor calidad, puede estar mejor o peor interpretada, ser más o menos creíble, más o menos original, pero lo que jamás de los jamases puede ser una comedia es aburrida. Pues bien, esta película, además de todo, es aburrida. Si vas a ver una comedia y no te ríes (salvo la escena de Fiennes), pues te dan ganas de que te devuelvan el dinero. Hermanos Coen, quo vadis?

Tampoco funciona como sátira a la industria cinematográfica. Le falta profundizar (de hecho, no profundiza en nada), es una película plana en todos los aspectos. No tiene filo, ni en lo cómico ni en lo crítico. Ese famoso humor negro que siempre ha caracterizado a los Coen ha muerto o está de vacaciones.

En cuanto a los actores, no les culpo, hacen lo que les piden. Josh Brolin está magnífico, muy por encima de la película. Ralph Fiennes, inmenso, sus minutos son los mejores del film. Clooney se ajusta a su papel, que tampoco da para más, está bien. Alden Ehrenreich también está bien. El resto, grandes nombres desaprovechados en cameos prescindibles que apenas aportan algo a la cinta.

Muy decepcionante esta película. Adolece de falta de cohesión y terminas con la sensación de que los Coen se lo han debido pasar muy bien haciéndola pero a ti te suena a tomadura de pelo. Es una lástima que con tanto presupuesto, con tan buenos actores y con el talento que tienen los Coen, se haga una película tan poco sustanciosa, con una trama tan tediosa, unos personajes tan vacuos, y una falta absoluta de esencia creativa.

Una película de los Coen donde no muere ningún personaje, ¿donde iremos a parar?
keizz
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