Film estremecedor sobre una traumática relación materno-filial, representada a través de una intensa puesta en escena que consigue agobiar al espectador con la complicidad de los primeros planos, de un nervioso montaje o de unas estresantes interpretaciones;pero que falla a la hora de externalizar la personificación de algo tan horrible como la negación de un hijo por parte de una madre en un “demonio" que sobra y que no aporta nada más que una serie de manidos clichés dentro del género de terror. Conque esa figura desapareciese de la pantalla y el proceso de terror del niño se centrase en lo que transmite su madre, el terror sería más auténtico, ¿actual?...y la película daría mucho más de que hablar.

No obstante, su atmósfera está bastante conseguida. Para ver sin miedo.

Quizás por no saber centrar el espíritu de la película...la narración carece de un objetivo claro y, al final, el metraje se reduce a una sistemática sucesión de acciones de acción y humano-traumáticas que no acaban de desarrollar un tema claro para el espectador.
Sin embargo, tiene escenas de impacto y de sucinta narrativa (como la escena de combate entre tranques) que convierten a la película en un buen entretenimiento.

En definitiva, irregular, mírese por donde se mire, por un aparente vacío productivo a la hora de dejarlo entre las trincheras
del producto o de llevarlo al campo de la obra.

Una nueva ocasión para descifrar la historia a través de una película que cuida de todo, excepto de la narración, que resulta un tanto irregular. Nota destacable, en mi opinión, la banda sonora, excepcional y efectiva en todo momento. Alabo también la motivación del filme para traslucir el hecho de que a la humanidad siempre le ha resultado fácil destacar la figura y encubrir el genio. Qué bueno es ser raro y qué malo es ser rey.

La vida se plasma en el celuloide con la “arte-maña” de este director que ingenia una sencilla forma de cinematografía (pero, a todas luces, genial) a través de un guión aquilatado, de una cámara “invisible” y de unos actores que interpretan con la naturalidad que les empuja esta historia imaginada y creada durante 12 años.

Al final, la experiencia es reconfortante, fresca...como si se tratase de una ópera prima, donde las habilidades creativas y las inspiraciones artísticas se revelan con tanta claridad que parecen cosas de niños y, sin embargo, este “niño-director" que nos ocupa ya anda, creativamente, a niveles de universidad.

Hurra por Linklater.

Aunque la película contiene una elaborada narración por medio de episodios, flashbacks, etc. y algunas de las interpretaciones son verdaderamente destacables (sobre todo, las féminas), es un film sucinto de brillantez y de efectividad a la hora de generar auténticas emociones de desasosiego que se quedan ahogadas por un insulso Affleck y por un metraje demasiado extenso. Cierto es que la factura me parece interesante pero nada más.
Un saludo.