Lo cierto es que, a pesar del considerable aprecio que le tengo a Jim, no había puesto un excesivo interés en su última obra y, de hecho, he pospuesto su visionado durante bastante tiempo. Afortunadamente, me decidí a verla de una maldita vez y, sinceramente, hacía mucho, mucho tiempo que no disfrutaba tanto de una película. A todos los niveles.

Es pura esencia de Jarmusch, incluso llevando algunos de sus rasgos típicos a cotas aún más elevadas. Especialmente, parece haber pulido, al máximo detalle, esa inefable habilidad suya para crear atmósferas superlativamente solitarias, frías y distantes. Es fascinante la simbiosis que surge con el personaje de Isaach De Bankolé, caminando por las mismas calles desérticas y saboreando los dos expresos en tazas separadas. No falta tampoco la habitual galería de personajes excéntricos, ni los travellings horizontales, ni una extraordinaria banda sonora, esta vez a cargo de mis amigos los del "Amplifier Worship". De las conjunciones música-imágenes más perfectas que recuerdo en el cine.

Sin alardes ni superfluidades, silenciosamente, los límites del control se expanden y hacen poderosos, listos para la confrontación.

Pán-panparararán-panparararán-panparararán
panparararán-panparararán-panparararán-panparararán

Querida Mandy Lane
te escribo para explicarte
que soy tu mayor fan

Sólo quería preguntarte
¿podríamos copular en el rancho?
Contesta tan pronto como puedas

Te quiero comer la boca
y tú siempre me haces la cobra

Todos queremos comerte
la boca, Mandy
pero nos haces la cobra

Querida Mandy Lane
escribo para reclamar
Nunca me contestaste

¿Cómo podríamos copular cuando
tratas así a tu mayor fan?

Te quiero comer la boca
y tú siempre me haces la cobra

Todos queremos comerte
la boca, Mandy
pero nos haces la cobra

Querida Mandy Lane
te escribo para obligarte
Esta es mi última carta

Como tu mayor fan debo exigir
que me dejes copular contigo

Te quiero comer la boca
y tú siempre me haces la cobra

Todos queremos comerte
la boca, Mandy
pero nos haces la cobra

P.D.

Mamá, Papá, esta es Mandy
Mandy, estos son mi mamá y mi papá

Ahora, enséñales cómo te ondea el pelazo
Ahora, enséñales cómo te ondea el pelazo

P.D.

Mamá, Papá, esta es Mandy
Mandy, estos son mi mamá y mi papá

Ahora, enséñales cómo te ondea el pelazo
Ahora, enséñales cómo te ondea el pelazo

¿Copularías conmigo si me hago ranchero?

Hacía tiempo que no tenía tantas expectativas puestas en una película; después de su predecesora, de la demostradísima calidad de su director, de toparme una y otra vez con las infames adaptaciones de algunos de mis superhéroes favoritos, de los ríos y ríos de tinta que venían corriendo sin cesar, esperaba a 'The Dark Knight' y al nuevo Joker con los brazos abiertos.

Y he de decir que no sólo ha colmado todas mis esperanzas generales, sino que las ha rebasado en algunos aspectos. Dos horas y media a mí también me parecían excesivas, pero después de encenderse las luces y tras algún tímido aplauso, no podía creer que ya hubiesen pasado. La película no dura dos horas y media, ni dos semanas y media, ni 4 meses, 3 semanas y 2 días. Es de esas películas que no dura. Épica, sombría, enérgica, inusualmente profunda; 'The Dark Knight' es un sentido homenaje al noveno arte y una "cuasiobramaestra" del séptimo.

Las interpretaciones son espléndidas, sin excepción: la de Bale, la de Oldman, la de Eckhart (con esa caracterización tan explícita y realista) y, por supuesto, la de Ledger. Son tan buenas que los actores desaparecen engullidos por su complejidad y hondura, quedando sólo los personajes. Como en el cómic. Pero volvamos al Joker. El de Jack Nicholson es mítico y muy resultón, pero Ledger le ha dado otra dimensión. Ha dado vida a un villano que pasará a la historia como uno de los más grandes de la historia del cine, junto a Norman Bates, Jack Torrance, Hannibal Lecter, Darth Vader y otros. El truco del lápiz, su teoría sobre el caos - lo que dice y, sobre todo, la manera de decirlo -, la jugarreta de las direcciones (que deriva en una secuencia increíblemente vibrante e intensa)... todo, todo, todo. Cada gesto, cada frase y cada movimiento son antológicos.

Y luego está Nolan, marcando la pauta. Filmando las mejores escenas de acción que se han visto en años, narrando con su fluidez habitual, con ese juego de paralelismo en los travellings, trazando con pluma de maestro la dualidad de la relación entre Batman y el Joker. No se me ocurre mejor y más moderna traslación del mito de Batman a la gran pantalla.

Con 'The Dark Knight' se recupera el perfil mítico de los héroes, elevándolos por encima de la simplista visión de hombres enmascarados luchando contra el crimen. Pongamos una sonrisa en nuestras caras para celebrarlo.

Un día cualquiera en casa de los Yamazaki:

Hay directores como David Lynch o Michael Haneke que gustan de interactuar con el público, apoyándose en el principio de acción y reacción. Su cine, basado en estímulos, exige de respuesta por parte del espectador para poder cobrar sentido y dar profundidad a su obra.

Mungiu también hace partícipe al espectador, pero sirviéndose de la cotidianidad y la cercanía. No se vale de la provocación, directamente te invita a formar parte del reparto y adentrarte en su película. Miento, en realidad no te invita. Simplemente dispone situaciones, personajes y tonos tan naturales y familiares que te transportan a Rumanía por pura inercia.

Esto queda especialmente patente en la secuencia de la cena familiar. Tienen que pasar unos minutos para que te des cuenta que estás viendo una película y no departiendo en la mesa junto al resto de comensales en un cumpleaños en la tierra de Drácula.

Es el cine dentro del cine, una de las sensaciones más difíciles de crear en la gran pantalla.