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España España · Santa Margarida i els Monjos
Críticas de Víctor Baylach
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Críticas 59
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
8 de junio de 2023
18 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 99% de la crítica: Sony Animation consiguió revolucionar el cine de animación con “Spider-Man: Into the Spider-Verse”, es imposible que vuelva a conseguirlo.

Sony Pictures Animation: Sujétame el cubata.

Poca es la fe que le tenemos al maquiavélico estudio cinematográfico de Sony cuando de Spider-Man se trata. Desde su ya lejano y conflictivo acuerdo con Marvel Studios, los fans nos olíamos a chamusquina las intenciones de Sony al compartir a medias tintas con el UCM a su personaje estrella y que adquirió al comprar, de la casa de las ideas, sus derechos cinematográficos a finales de los 90 para que ésta no se fuera a pique. Y es que solo hace falta ver para creer: “Venom”, “Venom: Let there be Carnage”, “Morbius”, excusas muy mal argumentadas para conectar sus proyectos, y un sinfín de películas anunciadas que cada una suena más ridícula que la anterior, solo para meter mano a los bolsillos de los que aún sueñan con ver una buena adaptación de sus personajes favoritos. Pero de entre tanta oscuridad, en 2018, brilló un destello de luz. Una luz de la mano de Sony Pictures Animation que rápido fue creciendo, colorida, enérgica, animada, y de la que surgió la soberbia “Spider-Man: Into the Spider-Verse”, una película de animación revolucionaria, única, creativa, colorida, comiquera, audaz y tan frenética como fresca, con unos personajes que rebosan carisma y un guion muy bien escrito; muy separada de los aburridos y simples live action que Sony nos ha ofrecido estos últimos años.

El público quedó maravillado con Miles Morales, aquel chico de Brooklyn que corría la misma suerte que Peter Parker y que por las malvadas hazañas de Wilson Fisk, conocía a las versiones de Spider-Man de otros universos con los que viviría una peligrosa aventura a la vez que hacía un acto de fe y se convertía en un nuevo Spider-Man. Han pasado 5 años desde que se nos cayera la baba, y con unos diseños y técnicas de animación que ha inspirado a varios proyectos de otros estudios de animación, con un Oscar a mejor película de animación bajo la manga, y con el honor de ostentar una de las mejores películas del trepamuros, Sony Pictures Animations nos trae a día de hoy “Spider-Man: Across the Spider-Verse”, secuela que promete ser aún más grande que su anterior, construida como una gran historia dividida en dos, al confirmar que viene atada a una tercera parte (“Spider-Man: Beyond the Spider-Verse”) y que llegará el año que viene. Así que, si, las expectativas están por las nubes.

Tras reencontrarse con Gwen Stacy, el Spider-Man de Brooklyn se verá catapultado a través del Multiverso, donde se encontrará con un equipo de Spidermans encargados de proteger su propia existencia. Pero cuando los héroes se enfrentan sobre como manejar una nueva amenaza, Miles se verá enfrentado a las otras Arañas y deberá redefinir lo que significa ser un héroe para poder salvar a la gente que más quiere.

Si su precuela ya era audaz en sí misma, “Across de Spider-Verse” pretende ser aún más grande. Si bien parece seguir con el mismo patrón, con su espectacular animación y una acción que sigue manteniendo todo aquello que la hacía única, con imágenes frenéticas y enérgicas, repletas de detalles y estilos, onomatopeyas, viñetas, bocadillos de texto y texturas de un mismo cómic; remarca, si cabía aún más, sus diferentes estilos de cómic, su técnica en stop motion, sus colores, sus texturas y sobretodo su narrativa visual. Un estilo visual que satura la pantalla pero que nunca llega a saturar nuestras cabezas, a nos ser que sufras de epilepsia fotosensible. Gracias a una maravillosa dirección, todo su conjunto es aprovechado para profundizar y desarrollar más en sus personajes, en especial a Miles y a Gwen, usando estilos mucho más pintorescos para diseñar sus escenarios más íntimos y, a partir de sus diseños y colores, sientas las emociones de nuestros protagonistas, tanto en sus escenarios cerrados (sigo enamorado de todas las secuencias en la casa de Gwen), como en sus escenarios más abiertos donde encontraremos grandes planos de exteriores preciosamente encuadrados, como aquel donde la pareja protagonista están sentados al revés, enfrente de toda la ciudad de Nueva York, y que a más de uno le gustaría tener como fondo de pantalla.

Si bien Miles es el protagonista de la cinta, con una evolución de personaje considerable al mantener una confrontación entre el deseo de querer mantener sus dos vidas y la responsabilidad de proteger a los suyos, un arco al que brilla junto a sus padres, el guion decide desarrollar también a Gwen Stacy. Era innegable que en “Into the Spider-Verse”, tanto Gwen como Peter B. Parker destacaban como unos personajes secundarios muy prometedores, teniendo el segundo una mayor influencia. Así que en su secuela deciden indagar más en la personalidad de Gwen, sus vivencias, emociones, y su conflicto paternal, para así junto al arco familiar de Miles, se desarrollen ambos personajes y entiendan el verdadero sacrificio de ser un trepamuros. Peter B. Parker, a pesar de tener un peso menor, también goza de sus momentos de gloria, manteniendo su carisma y su figura de mentor. A ellos se les unen otros personajes carismáticos como “Spider-Punk” o “Hindi-Spider” que se comen la pantalla cada vez que aparecen. Miguel O’Hara (AKA. Spider-Man 2099), hace de un buen antagonista, con quien comprendes sus razones a pesar de su conflicto con Miles, pero él no es el villano, no, ese papel se los dejaremos a “La Mancha”. ¿Y ese quién es? Bah, será solo el villano de la semana. Error querido lector, pues de la misma manera que Miles creía que no supondría un problema mayor, el villano crece y crece hasta ser una amenaza imposible de frenar. Así que ¿cómo narices podrás hacerle frente, Spider-Man?



CONTINUO LA CRITICA EN APARTADO DE SPOILERS SIN NINGUN COMENTARIO QUE DESTRIPE LA TRAMA.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Víctor Baylach
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4
1 de mayo de 2023
76 de 96 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corría el año 1981, un desconocido Sam Raimi, con cuatro duros en el bolsillo y con una gran sed de sangre, gestó y engendró “Evil Dead”, la primera película de su terrorífica trilogía repleta de poseídos, libros malditos, gore, comedia, un atrayente protagonista con el rostro de Bruce Campbell, y un especial toque en lo analógico en lo que destaca un horriblemente seductor y terrorífico maquillaje. Con “Evil Dead 2”, (aquí conocida con el fantástico nombre de “Terroríficamente muertos”) y su descabellada “Army of Darkness”, sin quererlo ni saberlo, dio lugar a la que con el tiempo se postuló como una saga de culto dentro del terrorífico 7º arte y que todavía tiene tirada a día de hoy, con una serie secuela, un bien logrado remake y ahora ¿otro remake?, ¿otra secuela?, ¿una recuela?, (gracias Scream).

Llamémosle recuela o un nuevo intento de revivir la franquicia, pues en 2013, de la mano de Fede Álvarez, ya se gastó el cartucho de la remake, alejándose del toque cómico de su original pero adentrándose mucho más en lo grotesco y el terror visceral. ¡Y es que menuda salvajada de película! ¿Queréis sangre? Álvarez os sirve toneladas, ¿Queréis mutilaciones? Álvarez os sirve manos, brazos, piernas y hasta lenguas, ¿Queréis volver a la cabaña? Álvarez os adentra de nuevo en ella pero con un mayor grado de lo siniestro. Y es verdad, su remake se aleja de la ambientación de su original, pero sin dejar de lado las normas propias de la saga, consiguió una terrorífica película que funciona bien con la marca “Evil Dead” y que a día de hoy todavía le guardo un gran cariño. Una lástima que no funcionara en billetes, siempre he querido saber que se traían entre manos y más con Bruce Campbell en sus créditos.

Pero volvamos a lo que hoy nos ocupa, sin realmente esperar nada en concreto, pero ciertamente influenciado por la marca de su saga y su remake, ¿Qué podemos esperar "Evil Dead Rise"?

De la mano del súper desconocido Lee Cronin, este nuevo capítulo de la saga nos cambia de escenario y nos sitúa en un destartalado bloque de pisos de una ciudad sin nombre y nos rodea del amor intrafamiliar de una madre, sus tres hijos y de la hermana de ésta cómo invitada de honor. Por unos estúpidos azares del destino, el Necronomicon se ha vuelto a abrir y se pronuncia el conjuro que permite a las almas de los muertos poseer a un pobre despistado, en esta ocasión la madre. Atrapados, tía y sobrinos, deberán romper todo lazo de afecto, unir fuerzas y luchar por sus vidas si no quieren ser pasto de los gusanos.

Empezamos bien. Un cambio de escenario que revive la saga y que permite explorar escenarios cotidianos con los que poder aterrar al público. Protagonizada por una familia desestructurada, contemporánea, con dos adolescentes y una niña pequeña, y atreverse a mezclarlo con el perturbador y terrorífico mundo de Evil Dead. ¿Qué podría malir sal? Por desgracia, casi todo. Es innegable que Lee Cronin decide beber del gore y el terror de Fede Álvarez, pero por desgracia, éste solo consigue una mala copia.

Vayamos por pasos. Como puntos a favor, como ya he dicho, el cambio de escenario y la idea de encerrar a una familia con menores de edad frente a los Deadites del Necronomicon le da un toque atrevido, contemporáneo y revitalizante a la saga. El diseño de los poseídos sigue estando a la altura. La madre, Alyssa Sutherland, AKA reina Aslaug en “Vikings”, posee una característica fisionomía que, junto a un muy buen maquillaje, consigue un efecto muy mal rollero, y junto los efectos de luzes, la oscuridad de su escenario y bañada en sangre, no quisiera yo encontrarme con ella y que me pida un achuchón a través de la mirilla de la puerta (premio al mejor plano de la película). Según el portal Slash Film, se utilizó unos 6.500 litros de sangre falsa; así que si, la película és violenta, aún que a pesar de sus miles de litros de sangre, no lo és cómo cabía esperar. Pero por mucho que renueves el escenario y las victimas, que tengas un buen diseño y que uses muchos litros de líquido rojo, eso no garantiza que vayamos a ver una buena película, y por desgracia, eso es lo único bueno que puede aportar.

¿Cuál es su mayor defecto? Que se conforma con ser un “puedo pero no quiero”, y no hay mayor pecado que éste. Cronin, en lo general, posee buenas ideas y aún que algunas sean un tanto estúpidas, sabe jugar con el escenario y todo lo que puede ofrecer el interior de un apartamento, el gran problema es que una vez presenta una terrible y prometedora situación decide echarse atrás y solucionarla de la manera más perezosa y simplista posible, sin atreverse a mostrar en pantalla el potencial que presenta, autocensurándose constantemente y conformándose con resoluciones un tanto decepcionantes, y algunas fuera de cámara. Junto a ello, presenta hasta cinco veces, que haya contado yo, un objeto que será utilizado más adelante, para crear un problema o bien solucionarlo. Éste recurso cinematográfico (del que no hay manera que recuerde su nombre) da ritmo a la película conectando secuencias de un inicio con las que sucesivas, y es un muy buen recurso, el problema es que Cronin abusa exageradamente de ello, consiguiendo el efecto contrario, lastrando el ritmo de la película y volviéndose tan predecible que no hay que ser muy avispado para adivinar la escena del climax final antes de verla. Si a ello le añadimos, que los mayores puntos de efecto de la película, ya los has visto en el trailer, su conjunto consigue que se rebaje el nivel de tensión y experimentes un terror descafeinado y prácticamente insípido, y Evil Dead no puede conformarse con eso.



(Continuo en la "zona de "Spoilers" sin destripar nada de la trama. Que me he pasado de caracteres y no puedo seguir en es este apartado. Que le vamos a hacer, cuando me pongo, me pongo...)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Víctor Baylach
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7
3 de febrero de 2023
84 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
En menor o mayor medida, todo aquel hijo de los años 90, al igual que podría pasar con Robin Williams, Jim Carrey o Will Smith, guarda un cierto cariño a la figura de Brendan Fraser, un cariño basado en las tantísimas tardes que, volviendo de nuestro videoclub favorito, nos reuníamos con los VHS de “The Mummy”, “George of the Jungle” o Looney Tunes: Back in Action” y con quien nos dejábamos llevar al son de la más tonta carcajada infantil. Pero al pasar de los años, su recuerdo se disipó y perdimos la pista de nuestro querido aventurero. A pesar de su potencial, (llegando a ser nombrado como el nuevo Harrison Ford), sin dejar la actuación y explorando papeles que lo desvincularon de la aventura y la comedia infantil, Fraser se topó con los sucios e injustos caprichos de la vida y, sin entrar en terreno personal, su nombre quedó casi en el olvido, casi recordado solo por aquellas mentes melancólicas que recordamos con cariño a uno de los héroes de nuestra infancia. Pero después de la caída, puede haber resurrección, y nuestro querido amigo, de forma sutil, ha estado resurgiendo de sus cenizas durante estos últimos años para llegar hasta la cima con “The Whale”.

El muy criticado cineasta Darren Aronofsky, después de su último trabajo, la salvaje, infravalorada e incomprendida “Mother!”, se dispone a regresar para acallar las destructivas bocas que solo sacaban m*erda de él y de su última película, llegando a ser nominada injustamente a los premios Razzie. Aronofsky centrándose en la obra de teatro homónima de Samuel D. Hunter, quien también escribe el guion de la película, viene a traernos la historia de Charlie, un solitario profesor de inglés con una espantosa obesidad mórbida de 265kg, que intenta reconectar con su hija adolescente en una última oportunidad de redención.

Se cuenta que Aronofsky, en su búsqueda, no tardó demasiado en poner el rostro de Fraser al personaje de Charlie, y es que el papel le viene como anillo al dedo. Mucho más allá de la desmejora física de Brendan, su lucha contra la mismísima vida, parece que le haya estado preparando para este papel. Charlie, quien sufre de una fuerte depresión a raíz de una devastadora perdida, sacia su profunda culpa y ansiedad a bocado vivo, lastrando quilos y quilos de pizzas, bocadillos de doble queso, salsas y alitas de pollo. Pero mucho más allá de las muchas y sudadas capas de grosor, en el fondo se encuentra un hombre sensible, bondadoso, arrepentido y que solo busca una última redención.

Como ya nos tiene acostumbrado el cine agónico de Aronofsky, la película es un sinfín de crudas situaciones que atacan al protagonista como al espectador, para que empatices con Charlie y sufras con él. Como ya lo hizo en anteriores proyectos, te adentra en un frágil protagonista a quien ahoga con situaciones de su alrededor traídas por las malas decisiones de su pasado hasta acorralarlo y llegar a niveles de tensión estratosférico, (sin tampoco sucumbir al caos de "Requiem for Dream" o "Mother!"), y donde se regodea con imágenes chocantes, agresiva y desagradables, llenas de tragedia y dramática como cuando vemos a nuestro protagonista desnudo, o a un Charlie con respiración sibilante, pálido, sudado, sucio, con gafas nasales y sin apenas poder moverse de su sillón, o cuando refleja lo peor del impulso humano cuando sucumbe a su ímpetu desenfrenado y como una bestia devora, con la boca grasosa, las pizzas familiares de dos en dos.

Separándose de la fantasia de sus anteriores trabajos y con una puesta en escena muy teatral, el director, para conseguir una mayor sensación de opresión, encuadra la imagen en el formato de cuatro tercios, donde en muchas ocasiones el protagonista ni cabe dentro de el, con el que consigue hacerte sentir tan atrapado como a su protagonista. Junto a ello, teniendo el minúsculo apartamento de Charle cómo único escenario, al que también se le queda pequeño, también ayuda a crear esta opresiva atmosfera.

Pero vamos a lo importante, ¿es Brendan Fraser merecedor de la nominación a mejor actuación del año? Así es. Fraser, al contrario de lo que le gusta tanto a la academia, no teatraliza el drama con grandes gestos ni grandes discursos a grito pelado bajo la lluvia. Su maravilla recae en la sutileza de sus pequeños movimientos, sus facciones faciales y por encima de todo, de su mirada. Sus ojos consiguen transmitir toda la bondad, sufrimiento, y arrepentimiento que definen al protagonista; y dicha hazaña no es moco de pavo. Junto a Fraser, también destaco a la joven Sadie Sink, conocida para sus amigos como a Max de Stranger Things, y ya sea dicho, lo mejor de su 4ª temporada (perdón, quería quedarme a gusto). Sadie, quien interpreta a la hija de Charlie consigue hacer una veraz interpretación de una hija tocapelotas e irritante pero que en el fondo se esconde bajo un grueso caparazón. También destacar a Hong Chau, quien interpreta a la única amiga que tiene Charlie, un personaje gris que cuida y abraza al protagonista en sus momentos de mayor debilidad, pero que a su vez, le trae la comida grasienta que le hace tan feliz, a sabiendas del daño que ésta le hace.

“The Whale” es todo un reconocimiento a la figura de Fraser, con una actuación soberbia y merecedora de la gran ovación de 6 minutos que recibió el actor en su estreno en el pasado Festival de Venecia. Una película que a pesar de su miseria, posee cierta belleza en su tragedia y que en sus crudas imágenes, te hace sentir indefenso y piadoso en frente de ellas. Si te acercas a ella por el morbo de la obesidad y de sus imágenes desagradables, te encontraras con historia que habla sobre la autodestrucción, depresión, la soledad y la dejadez; y en su contradicción, también tratará sobre la aceptación, redención y las segundas oportunidades, y para eso, no había un mejor rostro que el de Brendan.
Víctor Baylach
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9
25 de enero de 2023
32 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todos somos conocedores del cuento popular de Charles Perrault sobre el felino que vestía un par de botas y que gracias a su astucia y sus engaños, conseguía amasar una fortuna y la mano de una princesa para su pobre amo. Pero no nos engañemos, fue gracias a la segunda entrega de la fantástica saga de aventuras del ogro verde y el asno parlanchín cuando nos enamoramos de los ojos redondos y la voz ronca española de nuestro querido gato. Fue con “Shrek 2” y su maravillosa subversión del clásico cuento de hadas cuando conocimos a nuestro Gato Banderas preferido, y viendo la tirada que tenía el personaje se decidió, en 2011, realizar un spin-off bastante fallido sobre el gato con sombrero, botas y espada. Y aquí nos encontramos, más de una década después con su falsa secuela que viene dispuesta llegarnos al corazón una vez más.

En esta nueva aventura, Gato se da cuenta que ha gastado 8 de sus desenfrenadas 9 vidas. Obligado al retiro y a vivir una última y tranquila existencia, pronto se negará a renunciar de su leyenda, y decidirá salir en busca de la estrella de los deseos para pedir tener de vuelta sus 9 vidas y así volver a disfrutar de la grandeza de su fábula. Todo mientras se encuentra al acecho del lobo feroz, un terrorifico, mortífero e indestructible cazarrecompensas que sigue su pista pisándole fuerte los talones de sus botas.

Junto a Joel Crawford y Januel Mercado como co-directores, DreamWorks Animation (dueña de sagas cómo "Madagascar", "Kung-Fu Panda", "How to train your Dragon" o su gallina de los huevos de oro, "Shrek", entre tantas), viene dispuesta a pisar fuerte, y ya en su magnifico primer acto, enfrentando a Gato con un colosal enemigo, despliega su nuevo abanico y casi revolucionario diseño de animación en 3-D mezclada con la animación más tradicional, y que en su acción recuerda tantísimo al anime "Shingeki no Kyojin" y a “Spider-Man: Into the Spider-Verse”, ésta última reconocida en la industria y producida por Sony Pictures Animation. Pero mucho más allá de su maravillosa animación, ésta nueva aventura de nuestro gato espadachín, contiene mucho más que una simple historia con la que entretener un rato a los más pequeñines.

Pudiendo llegar a ser tan creativa como lo permite la jugosa mezcla entre los cuentos de hadas más populares, convierte su historia en un viaje más que festivo, con un humor satírico y diferentes gags y chistes divertidos con los que sacar alguna tímida sonrisilla y hacerte reír a carcajada limpia, sin tampoco llegar a morirte de la risa. Pero si el gato con botas solo se vistiera de una buena animación y unos cuantos chistes bien elaborados, tampoco lograría destacar tanto como lo hace; y es que su historia no viene vacía de sentido ni profundidad. Cargada de valores, Gato se enfrentará a un cambio personal, para hacer frente a varios miedos que todos poseemos y que nos eriza el pelo como a nuestro felino. Junto a esta lucha interna, tendrá que hacer frente a un muy temible antagonista, que como personificación del mismo miedo y toda la oscuridad que esconde tras su escalofriante silbido, consigue destacar como uno de los mejores puntos de la película y como a uno de los mejores villanos del estudio, que no es decir poco. Pero sus personajes secundarios, impossibles de obviar, tampoco se quedan atras. Por ahí andan Kitty Zarpas Suaves, Perrito, Ricitos de Oro con sus tres ositos y un avaricioso Jack Horner, que a parte de su gracia y carisma, cada uno de ellos está escrito de manera que no solo suponga una pequeña molestia para nuestro protagonista, sino que, en menor o mayor medida, aporten sus historias y motivaciones, evolucionando y negándose a quedar cómo unos simples y planos personajes de uso fácil e irrelevante, logrando un mayor desarrollo de nuestro amigo peludo y una trama más sentida y madura, con una innegable y mayor cercanía con el espectador, tenga la edad que tenga.

Engañándonos como a una secuela, consideraría “Puss in Boots: The Last Wish” como una especie de reboot del que solo mantiene lo mejor de su precuela y desecha casi todo lo demás, sin ser necesario ver su primera parte para disfrutar de ésta nueva aventura y dirigiéndose esta vez por el buen camino al destacarse de nuevo por el trato del clásico cuento de hadas tan característico de la saga de "Shrek", negándose a ser lo mil veces ya contado y aportando un granito de originalidad tan singular de las mejores películas de la saga. Pero nada de esto sería lo mismo sin la voz tan áspera como sedosa de nuestro querido Antonio Banderas, que una vez más, sin ninguna decepción, vuelve a asombrar con su felina interpretación que nos resulta ya tan familiar. Sin desmerecer a las demás voces del elenco, quienes encontramos nombres como las queridísimas Salma Hayek y Florence Pugh, entre otras.

Así pues, DreamWorks lo ha vuelto hacer. Siguiendo su tradición de hacer segundas partes tan o más memorables que sus precedentes, hace de "Puss in Boots: The Las Wish” una estupenda y encantadora película de aventuras, repleta de creatividad, atractiva, divertida, con un colorido y enérgico lenguaje visual, una notable evolución de personaje, y mucho más cargada de madurez y profundidad de lo que parece a simple vista, pués se atreve a tocar de cerca temas como la falta de identidad, la ansiedad o incluso la depresión. Consigue posicionarse como una de las mejore películas de animación del año y del estudio, capaz de hacer disfrutar a los más pequeños y, como a un ronroneo, tocar la fibra sensible, en más de una ocasión, a los ya más mayores.

Y yo que pensaba que la reinvención del cuento de Pinocchio de la mano de Guillermo del Toro lo iba a tener fácil para llevarse la estatuilla al mejor largometraje de animación… el duelo está servido. ¡Que gane el mejor!
Víctor Baylach
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7
22 de enero de 2023
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Recuerdo ver el trailer de la opera prima de Parker Finn como antesala de alguna de las muchas películas vistas en cine. Mi primera idea de la película “Smile” fue como la mayoría de las cintas del género de terror: otra de más. Llegó su estreno, y para mi sorpresa la película, respaldada por la crítica, era todo un éxito en taquilla, ambas cosas difíciles tratándose del género del horror. Fueron pasando los meses y el pequeño boom que vivió la película, se disipó rápidamente, pero se seguía manteniendo como una de las inesperadas sorpresas del año pasado dentro de su género. Así que ¡a la m*erda!, tras leerme varias críticas y alguna recomendación personal, encontré una de las poquísimas salas que, a tardes horas de la noche, todavía emitían la película, así que decidí meterme de lleno en la oscura sala de cine para poner a prueba si realmente “Smile” consigue hacerme reír o temblar.

En ella, seguimos a Rose Cotter, doctora en psiquiatría quien, después de presenciar un trágico y extraño incidente con una de sus pacientes, comenzará a experimentar sucesos aterradores que no puede explicar. Rose, deberá hacer frente a su inquietante pasado para intentar sobrevivir a esta nueva realidad que le acecha y le sonríe.

Después de un par de cortometrajes, “The Hidebehind” y “Laura Hasn’t Slept”, sin más pista de su creador, Parker Finn, se pone a prueba en el mundo de los largometrajes sin pretender innovar ni convertir “Smile” en una de las grandes películas de terror de la historia; y precisamente en eso radica su encanto. Siendo consciente de su más que convencional y trillado argumento, consigue destacar al identificarse como una obra moderna pero con el corte clásico de aquellas películas que mejor funcionaron en su pasado. Recordando a “It Follows” de David Robert Mitchell, sin llegar a su nivel, explora de nuevo la desesperación de un ente maligno inexplicable que te persigue sin piedad, dispuesto a acabar con tu vida sin mucho que tú puedas hacer.

Creando un atmosfera con la que solo podrás parar a respirar en determinador momentos, “Smile” promete ser un viaje inquietante al mantener una tensión constante gracias a su música escalofriante, a ciertos encuadres donde dirige el peso visual a un lado, para equilibrar el plano con desenfoques oscuros que sugieren al espectador para que en todo momento te esperes lo peor, y por sus jumpscares bien diseñados y en su mayoría efectivos. Con un buen ritmo trepidante, si durante su inicio y nudo la película funciona, es en su previsible desenlace cuando más se me deshincha, sin llegar a ser un mal final pero si dejándote con la sensación de haber podido ser algo mejor. Más allá de su terror, si algo le agradezco a la película es su lucha por llegar a ser algo más. A pesar de hacerlo con muy poca sutileza, “Smile” viene cargada con un fuerte e importante mensaje de la alegoría de la sonrisa y lo que escondemos tras ella, dándole significado a su historia y que gracias a ello consigue hacerse tridimensional para no quedarse en la típica película de terror al uso.

Acompañada por un correcto elenco de actuación, la película se apoya por completo en la destacada Sosie Bacon, quien consigue darle un toque de mayor credulidad a esta terrorífica historia.

Sin llegar a ser demasiado original, gracias a sus siniestras imágenes, su inquietante atmosfera y su fuerte mensaje, si consigue destacar y trascender al ser un viaje con el que poder llegar a pasarlo realmente mal, traduciendo eso en que cuanto peor lo pasamos más lo disfrutamos. Llegando a irme de la sala con una tímida sonrisilla y con ganas de hacer la sonrisa más macabra posible para asustar a todo el que se me cruce.
Víctor Baylach
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