Leslie Crosbie (Bette Davis) lo tenía todo controlado después de matar a su amante, menos una carta, la única prueba que podía incriminarla. William Wyler aunque poco reconocido sabía hacer grandes películas y rodearse de grandes actores, como Herbert Marshall, James Stephenson (nominado al Oscar por esta película) y sobre todo Bette Davis, su relación no era buena pero sabía sacar de ella lo mejor. Una película con asesinato, adulterio, juicio, redención y mucha culpa que demuestra que en esto del cine cualquier tiempo pasado siempre fue mejor. William Wyler ganó tres Oscars en su carrera ( “La señora Miniver”, “Los mejores años de nuestra vida” y “Benhur”) pero es en esta película donde quizás lo mereció más, sin duda uno de los grandes de la historia del cine.

Espectacular drama sureño de William Wyler que retrata todos los defectos humanos, envidia, avaricia, codicia, crueldad, cinismo y alguno más que me olvido. La historia se centra en la disputa entre tres hermanos por emprender un fructífero negocio, el problema es que necesitan el dinero del moribundo esposo de la hermana pequeña para llevarlo a cabo. William Wyler como ya hizo con “La carta” y “Jezabel” volvió a contar con Bette Davis en el papel protagonista y está claro que acertó una vez más, acompañada por un buen grupo de secundarios ella es el alma de esta película, es la loba, la manipuladora, la envidiosa, la codiciosa y cualquier cosa que se proponga, la mejor malvada de Hollywood sin discusión. Gran actriz, grandísimo director, no suficientemente valorado y gran película de las que ya no se hacen actualmente por desgracia.

Johnny Farrell (Glenn Ford) se convierte en el hombre de confianza del dueño de un casino en Buenos Aires, todo va bién hasta que aparece Gilda (Rita Hayworth), examante de uno y esposa del otro. Aparte de ser una excelente película siempre quedará para el recuerdo a Gilda cantando “Put the blame on mame” mientras se quita un guante sensualmente, y como acaba abofeteada en la misma escena por intentar un strip-tease, memorable, sexy y espectacular. Rita Hayworth quedó marcada de por vida por esa escena como Sharon Stone lo quedó por su cruce de piernas, pero creo que la mayoría nos quedaríamos con Rita.
Gilda es un gran melodrama con tintes de cine negro, unos diálogos cínicos y ásperos inigualables y unas buenas actuaciones de Glenn Ford y George McReady, pero por encima de todo Gilda es Rita Hayworth, cuando aparece en pantalla eclipsa todo lo demás.
La primera vez que vi imágenes de esta película fue en 1994 viendo “Cadena perpetua”, al dia siguiente vi Gilda en un viejo VHS quedando igual de fascinado que los presos de Shawshank, pero esa es otra genial película de la que ya hablaremos otro dia.

Película cumbre del cine negro, más por Humphrey Bogart y su personaje de Phillip Marlowe que por la trama en sí. El guión no hay por donde cogerlo, es prácticamente imposible entender nada, parece que el único que se entera de algo es Marlowe, el más listo de todos. La película tiene su interés para algunos por ser el principio del romance entre Bogart y Lauren Bacall, es verdad que hay mucha química entre ellos pero eso no arregla nada. Como la trama cuesta seguirla es mejor centrarse en Phillip Marlowe, su repertorio de frases machistas, irónicas y sarcásticas es memorable y lo más destacado de la película, aunque pocas mujeres aguantarían hoy en dia a un individuo como este.
En resumen Marlowe y poco más.

La magia del cine nos permite trasladarnos a cualquier parte del mundo sin necesidad de movernos de casa, en esta película como su propio nombre indica la acción transcurre en las cataratas del Niágara, es una buena propaganda ya que las vemos desde todos los ángulos posibles. La historia se centra en una mujer infiel (Marilyn Monroe), que intenta matar a su marido (Joseph Cotten) con la ayuda de su amante, en medio de la trama se verá involucrada una pareja que están de luna de miel. Es una buena película de intriga, donde Marilyn Monroe con su sola presencia logra captar toda la atención cada vez que aparece en pantalla y Joseph Cotten nos provoca verdadera lástima durante toda la historia.
Merece ser vista, ha envejecido bién, y de paso te ahorras un viaje a las cataratas porqué aquí las ves la mar de bién y sin mojarte.