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Críticas de GonzaloyGracias
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Críticas 208
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
5
7 de marzo de 2021
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Motín" ("Mutiny"), de Edward Dmytryk es una película que desarrolla un episodio imaginario durante la Guerra anglo-estadounidense de 1812 (1812-1815). Como consecuencia del bloqueo británico al comercio y a la navegación estadounidense, el Gobierno norteamericano encarga a un capitán, encarnado por Mark Stevens, que burle el bloqueo naval y navegue hasta El Havre, en Francia, donde embarcará un importante cargamento de oro. Fundamental para seguir financiando la guerra.
El capitán contará para esta expedición, como primer oficial, con un experimentado marino, caído en desgracia, y que está locamente enamorado de una dama que vive en Francia. Motivo que le estimula a participar en la expedición.
Con estos mimbres, el guion de Philip Yordan y Sidney Hamon, encadena una película de aventuras marineras y bélicas de cierta entidad: el bloqueo burlado, por ejemplo. A partir de aquí lo que importa son los caracteres de los personajes, y las motivaciones que los empujan. Los personajes principales, como son el capitán o el primer oficial, están bien construidos, destacando las ambigüedades del este último. Es de destacar, igualmente, el personaje de Angela Lansbury, ejemplo de mujer "fatal" guiada por sus intereses crematísticos, bien interpretada por la actriz, aunque en un papel un tanto plano y prejuicioso. Pero también son de destacar un puñado de marineros, bien caracterizados, que enterados del cargamento, planean lo que anuncia el título del film.
El final vuelve a ser puro cine de aventuras bélicas, en las que se recata un episodio de esta guerra, como fue la intervención de uno de los primeros submarinos. En este caso con éxito.

La película está lastrada no tanto por sus licencias marineras o de ingeniería, sino por su corta duración. Lo cual no permite desarrollar mejor el argumento, con más amplitud, bien armado en su esencia, y dirigido con el oficio habitual por Dmytryk.

Entretenido en todo caso y con suficiente calidad para que merezca ser visto.
GonzaloyGracias
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4
17 de diciembre de 2020
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
- "Bandidos", de Massimo Dallamano.
Un spaghetti-western de poco interés. No muy bueno. Una coproducción italo-española de consmo para las sesiones continuas. Una producción barata sobre una venganza largamente demorada, que llega a ser reiterativa. Jenkins y Salerno componen personajes que refuerzan los tópicos del género. La música es una componenda de melodías y ritmos asociados a este subgénero.
Lo mejor, para mí, es la parte de acción, centrada en el asalto al tren... llena de agilidad. Muy buena. Y una sorpresa...

La gracia y la sorpresa es que los primeros minutos de la película narran el asalto a un tren por parte de unos bandidos..., y que ese tren es ¡el tren burra!. Ferrocarril que vía estrecha qu estuvo en funcionamiento hasta 1969 entre Valladolid/Medina de Rioseco, y entre Rioseco/Palanquinos, Rioseco/Villada y Rioseco/Palencia. y conocido popular y cariñosamente como "tren burra" por su velocidad, más bien baja.

Tren burra con una composición propia de 1967: locomotora de vapor y coches de madera y balconcillo. A la locomotora se le ha añadido (para dar el "pego") un "apagachispas" en la chimenea y un "apartapavacas" en el enganche, para asemejarlo a las locomotoras típicas de Oeste verdadero.
Las tomas son muy buenas. Quizá las mejores que haya visto del tren burra: exterior e interior de los cohes y de la cabina del maquinista y fogonero.

No tenía ni idea sobre esta película y menos de que se hubieran rodado estas secuencias en Villamartín de Campos, en la línea de los Ferrocarriles Secundarios de Castilla entre Medina de Rioseco/Villalón/ Palencia. Según testimonio de un amigo que presenció el rodaje.
Tierra de Campos convertida en el Oeste de EE.UU! Camposwood, como dice otro amigo.

En 1968 se volvió a rodar o se utilizó parte de las secuencias rodas para otro spaghetti-western: "Winchester, uno entre mil", de Primo Zeglio, con guion de José Mallorquí sobre una historia suya (todo un maestro del bolsilibro).

Yo viajé en trenes como este de Valladolid a Rioseco antes del cierre y desmantelamiento de la línea en 1969.
GonzaloyGracias
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7
1 de diciembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un imprevisto (digamos) hará que Mina (Leila Bekhti), se vea en buen parte "obligada" a acompañar a su hermana Vali (Géraldine Nakache) a una audición a Paris. Ambas hermanas tiene caracteres muy diferentes y llevan más de un año sin verse.

Vali es soñadora, algo fantasiosa y poco dada a asumir responsabilidades; se deja mimar por su padre, Léon (Patrick Timsit) que la consiente y paga sus caprichos. Es entusiasta y bondadosa, por otra parte, y hace agradable la vida a los demás, lo que no evita que cierta gente la huya. En lo profesional pugna por seguir una carrera como cantante a pesar de que no la contratan más que para bodas y verbenas... Tiene puesta su ilusión en esa prueba donde elegirán coristas para la cantante Céline Dion.

Nina, en cambio, está apegada a su vida de terapeuta, donde se siente a gusto con ancianos con enfermedades neurológicas; es poco dada a las relaciones sociales, donde se suele comportar con cierta brusquedad, que ella cree franqueza. Su carácter parece asemejarla a la madre, ya fallecida hace tiempo, en contraste con el padre y Vali, que se parecen.

La película de Géraldine Nakache (actriz y directora del film), tras esta presentación, "embarca" a las dos hermanas en un viaje de Nantes a París, donde se celebrara la audición. Estamos pues ante un film en movimiento y ante una comedia de situaciones (en el argot cinéfilo).

Todo el acierto del guion y de la puesta en escena está ahí: en la exposición inicial de personalidades y en el juego que esas personalidades (diferentes y enfrentadas) vayan dando durante el viaje y la breve estancia en París. Tienes el "corazón cerrado" le espeta Vali a Mina en un momento de discusión. "Y tú no has asumido que nuestra madre murió hace años", le replica airada Mina. Estos diálogos duros, pero también chispeantes, van creando los personajes del film, y dándonos a conocer la parte más escondida de las dos hermanas. En realidad, cada una ha formado su personalidad como si fueran Don Quijote y Sancho, o el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, como dos contrastes, reforzando sus diferencias hasta que ambas (una para la otra y viceversa), parezcan dos caricaturas de sí mismas.

El viaje, las peripecias de la audición, los contratiempos, no solo romperán el muro de cristal entre amabas, sino que las enfrentará a situaciones y problemas en común, que llegarán, en parte, a trastocar los roles que se habían ido creando en la vida y entre ellas. Hay una voluntad por parte de la directora de equilibrar la parte más dramática o melodramática con toques de humor: la figura del padre es ciertamente cómica y las situaciones que viven las dos hermanas con los participantes la audición también lo son: una banda fantástica de artistas náufragos que se “quieren” mucho (están diciéndolo constantemente), tal como ocurre en los concursos de “supervivencia” de la televisión. En una divertida sátira de actualidad, que no oculta comportamientos en verdad generosos y entregados. La directora lo equilibra muy bien.

Decir que las dos actrices están espléndidas es quedarse corto. Componen dos personajes complejos, como la vida, lleno de sutilezas y humanidad, que incluye los defectos y los errores. Ambas ya había compartido elenco en “Todo brilla“(“Tout ce qui brille”) y en “Nous York”. Se nota ese entendimiento entre ambas en la perfección con que se dan réplica, sin estridencias, al detalle…

La directora y actriz Géraldine Nakache, consigue realizar una comedia sobre las relaciones familiares y filiales certera y, a la vez, equilibrada entre el conflicto, la sátira social y cierto humorismo compresivo de las grandezas y miserias humanas.

El final de la película es un punto y seguido, no un punto y final. A buen entededor, pocas palabras.
GonzaloyGracias
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7
26 de noviembre de 2020
37 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando salimos del cine, cuatro espectadores coincidimos en las sensaciones que nos ha sugerido la película: nos ha gustado, nos ha producido cierto encantamiento, nos ha arrullado con sus imágenes, sus diálogos, su monótona música y su actriz… A partir de este momento, nos toca, en todo caso, “entenderla”, es decir, interiorizarla, hacerla nuestra. No somos carne de “cine de festival”, sino espectadores de gustos variados. En mi caso dos tercios del cine que veo es cine clásico, y cuando digo clásico estoy refiriéndome al cine clásico de Hollywood en una abrumadora mayoría.

Esto no es una justificación (aunque suene a eso), sino la comprobación de algo que dice el director: “no somos capaces de soportar la complejidad de la Historia”. Lo dice en una entrevista en "Babelia" (21/11/2020). Donde yo he escrito “Historia” con mayúscula (para referirme a una disciplina humanística), podemos entender también “historia” con minúsculas, o la capacidad, cada vez menor, para soportar historias complejas en el cine o en la literatura.

(Ver Zona Spoiler 1, quien quiera, para leer algún detalle de la película)

Al llegar a la plaza de Zorrilla, en la caminata hacia casa y contra reloj por el toque de queda, empiezo a pensar en Jennie (Portraite of Jennie), 1948, de William Dieterle. Como saben, en esta encantadora y triste película, consiguen que dudemos si Jennie es realidad o imaginación. La historia (el guion), la puesta en escena, la soberbias interpretaciones (Jennifer Jones, Joseph Cotten) nos envuelven en ese mundo entre lo real y la ensoñación. Aquí Petzold nos lleva también a un mundo donde acabamos dudando sobre si Undine es realidad o fruto de la imaginación. En un mundo que es Berlín (el actual) y su historia torturada, pero también la de esos pantanos originarios y su mitología de ondinas y caballeros.

Berlín, como ciudad y su historia, tiene un papel en la película. Undine es historiadora y guía, y cuenta a los visitantes del museo la evolución urbanística de la ciudad a través de sus cicatrices y de las decisiones de sus políticos. De esa intención de reescribir la Historia (que decía el director en la entrevista), y simplificarla para un entendimiento más cómodo de la ciudadanía: para quien haya visitado la ciudad (tan ejemplar en tantas cosas, como el cultivo de la memoria), recordará como se está reconstruyendo el palacio real en el lugar donde estuvo el parlamento de la RDA. Una forma, para el director, de borrar el pasado incómodo.

No conviene ir más allá para no desvelar al lector el argumento de este melodrama formalmente clásico con final de tragedia, que pretende crear en el espectador incertidumbre y, a la vez, estremecimiento. Una película de amor hiperromántico, en sus inicios, que nos llevará a otros caminos de emancipación. Y de la que, confieso, no he encajado todavía todas las pieza, ni creo que sea necesario. Undine cree que solo tiene sentido su vida si es amada. De ahí su amenaza de muerte al inicio de la película, y de ahí también su dolor cuando Christoph lo que aplica a Undine es su teoría y praxis sobre los celos o la exclusividad retrospectiva.

Todo lo contado puede resultar (así, contado), un tanto extravagante, pero el arte no es solo el argumento, mejor o peor narrado. El arte cinematográfico es también poesía. Y estamos ante un poema lírico, una elegía, sobre un amor que discurre entre la tierra y el agua, entre el mito y la historia, entre la magia y la razón, contado en un tono realista, sencillo, casi didáctico en ocasiones. La fuerza proviene de una actriz en estado de gracia, Paula Beer, y de un actor convincente como Franz Rogowski, con un tono de voz tan particular. Y de su puesta de escena, de su fotografía acuática, y de su “música” de profundidades fluviales. Petzold parte de referencias clásicas (el melodrama y el cine negro de Holywood) para subvertirlo. Bajo una narrativa formalmente canónica, se deslizan en profundidad corrientes que quieren ocasionar estados emocionales, belleza, encantamiento…, que van más allá de la realidad visible y enlazan con el pasado mitológico, el pasado más cercano y, quizá, el futuro.

(Ver Zona Spolier 2).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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8
18 de noviembre de 2020
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Impostor? ¿Alma redimida? ¿Sinvergüenza? ¿Víctima de los prejuicios? El director Jan Komasa y su guionista, Mateusz Pacewicz, no han rodado esta película para darnos respuestas simples, sino para dejarnos con más preguntas que antes de la presentación de su personaje al inicio del film. Porque el personaje, Daniel, es violento, jefe de una banda dentro del reformatorio, probablemente un impostor como monaguillo del sacerdote del centro penitenciario, pero también es alguien fascinado por la fuerza simbólica de los ritos de la misa y, sobre todo, por el poder de la institución y su capacidad de manipulación del carisma.

Daniel es una bestia, un cocainómano, un borracho, un follador, alguien atrapado y sin una posibilidad real de salir de ese mundo. Cuando le dice al cura del reformatorio que quiere ser seminarista, este le corta tajante: nunca va a será admitido con su pasado de delincuente. En el autobús que le lleva al pueblo del aserradero, un policía le dice que “huele” a escoria. Es un estigma (su pasado) del que no pude ni podrá desprenderse. Aunque lo quisiera de verdad, y no fuera, quizá, una impostura su deseo de ser sacerdote y redimirse de su vida pasada.

El azar hará que el párroco de ese lugar remoto de Polonia donde le han “desterrado”, necesite hacer una cura de desintoxicación. Es el momento propicio, único a veces en la vida, para dar el salto desde la fatalidad del destino (seguir siendo escoria) a demostrarse y demostrar que puede ser aquello que le ha negado la Iglesia y la sociedad: ser un sacerdote, ser un buen sacerdote. En el momento culmen saca su alzacuello (que lleva en la maleta) y se inicia la impostura.

Una impostura que se revelará más potente (y más sincera) que la “impostura” cotidiana que vive el cura alcohólico, su ama de llaves, y los habitantes de ese pueblo atormentado por una tragedia: la muerte de seis de sus jóvenes en un accidente. Una impostura, la de Daniel, que revolucionará la propia misa (en la línea del capellán del reformatorio, al que imita) y sobre todo la forma de consolar a los padres y madres de los jóvenes muertos. Desde una descarada manipulación de su dolor, Daniel, irá tirando del hilo de la “impostura” oficial que determina que un conductor borracho se estrelló contra el coche de los chavales. Esa versión con un culpable muerto, el presunto borracho, una culpable viva, la viuda, (que es culpable por serlo), va a ser desmontada por Daniel hasta llegar a la verdad y hacérsela ver a los padres y madres.

Podríamos decir que la impostura de Daniel ha desmontado otra impostura de mayor calado, esta oficial, admitida socialmente, bendecida y protegida por las autoridades. La que no está protegida y tiene fecha de caducidad será la impostura de Daniel.

He visto Corpus Christi después de haber visto la siguiente película de Jan Komasa, "Hater" ("Sala samobójców. Hejter"), 2020. Reconozco que la historia de Tomek, un informático arribista y manipulador, que quiere introducirse en la vida de una mujer a la que desea y en su familia bien situada, me resultó desasosegante y admirable como obra. Una caja china, a punto de desarmarse, pero que nunca lo hace.

En Corpus Christi vuelve a contar con el mismo guionista, Mateusz Pacewicz, para articular un argumento que funciona como un mecanismo de relojería, preciso, apoyado por una fotografía grisácea, fría, en la que ciertos colores resaltan de forma obsesiva. Una película que sería difícil de concebir sin un actor, Bartosz Bielenia, capaz de emanar sentimientos contrapuestos en el espectador, desde el aborrecimiento a la comprensión: su cara de loco “rallado” por la coca, con los ojos sobresaltados, es difícil de olvidar. Junto a Pawel Pawlikowski (Ida, Cold War), me parece un director a seguir en la que es una cinematografía, la polaca, de una apabullante capacidad de expresión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
GonzaloyGracias
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