El debut en la dirección de Pedro Masó, después de producir muchas películas y escribir guiones de calidad desigual. "Las ibéricas F.C." en general resulta ser una comedia bastante desangelada, que sólo se anima muy ocasionalmente resultando así bastante más insípida que posteriores realizaciones de Masó como "Experiencia prematrimonial" o "Un hombre como los demás", que tenían bastante más fuerza. En realidad sólo se pueden destacar la banda sonora con esa encantadora canción de los títulos de crédito, la actuación del habitualmente gracioso Manolo Gómez Bur y la presencia de una serie de actrices que no tuvieron todas la misma suerte durante su paso por el cine. Algunos momentos graciosos existen también, porque por ejemplo el personaje de Manolo Zarzo cuyo hijo en la película lo chantajea para que le compre juguetes a cambio de acompañarlo al campo de juego asi resulta. Hay una escena de baile improvisado de una de las jugadoras alrededor de la cual están sentadas sus compañeras y ese momento también resulta destacable. Película cien por cien comercial, aún con sus altibajos resulta dentro de la discrección preferible a la mayor parte de la comedia hispana que vendría posteriormente.

Los personajes protagonistas no están descritos con la necesaria profundidad y están interpretados con un exceso de frialdad. La insipidez narrativa que afecta negativamente al film se genera a través de un ritmo poco cuidado, pues la película avanza sin fuerza evidenciando que el argumento debería haber sido narrado con una energía que se echa de menos. La película no tiene muchos más defectos, pero los dos defectos ya descritos aunque casi sean los únicos que tiene pesan considerablemente en el resultado final. Rovira Beleta pronto iba a realizar ya films que prácticamente pueden ser calificados de obras maestras como "Los atracadores", "Los Tarantos" o "El amor brujo", obras fílmicas en las cuáles cuidó mucho más que en "Altas variedades" lo que se refiere al ritmo de la narración. El nivel interpretativo es irregular, porque los componentes del reparto unos actúan mejor y otros actúan peor. Aunque dentro de la obra de Rovira Beleta esta película pueda ser considerada una obra menor, merece "Altas variedades" ser vista por el simple hecho de analizarla sobre todo si se está interesado en la época a la que pertenece este discutible film. El hecho de estar filmado en blanco y negro le proporciona una cierta fuerza visual además.

Fernando Fernán Gómez interpreta a un hombre medio dominado por su madre y aficionado a las fotografías relativamente atrevidas de una revista llamada "Lui", y cuyos ideales femeninos están representados por Claudia Cardinale y Ursula Andress mientras que Analía Gadé interpreta a una mujer que parece ser que es monja en principio pero que luego es una actriz de teatro cuya meta es el cine. La obra teatral original de Juan José Alonso Millán resultaba poco cinematográfica en lo que se refiere al texto de base, y por lo tanto difícil de llevar al cine sin que ocasionalmente se cayera en una cierta monotonía. Se apoya esta realización demasiado en los diálogos y sin embargo José María Forqué salió airoso de este empeño, porque su mano directiva y la gran personalidad de los intérpretes elegidos compensan las carencias que el film pueda ofrecer en otros aspectos. Si en los años 50 la pareja protagonista ya destacó en comedias tan decorosas como "Ana dice si" o "Luna de verano" entre otras, en los años 60 ya se corrigió el punto de vista de este tipo de comedias para dotar dentro siempre de la amabilidad de un contenido más realista al tema de las relaciones de pareja. Milagros Leal está brillante también, y en las escenas en las que vemos que el automóvil de la protagonista pierde el control existe una cierta habilidad técnica. El resultado obviamente no deja de ser aceptable.

Una de las películas que durante determinada época interpretó en España la gran actriz argentina Susana Campos. Una suerte para la película supuso que ella fuera la elegida para el proyecto porque con otra actriz la película no tendría el considerable encanto que tiene. Aunque se partía de una de las obras de Alfonso Paso con una menor consistencia, lo que se ve y lo que se escucha a través de la pantalla agrada y también se pasa por alto algún pequeño bache narrativo. Representa un tipo de comedia doméstica con ocasionales escenas de interiores en un castillo perfectamente ambientado que en su conjunto alberga refinamiento y buen gusto. Laly Soldevila al igual que en otras ocasiones hace de criada, y Elena Espejo interpreta a una de las amigas de la protagonista que se reúne con otras amistades en casa para entretenerse con los juegos de mesa. El intérprete del cine azteca César del Campo tuvo aquí su única intervención en el cine español, y hace muy correctamente el papel al igual que un Juanjo Menéndez ya competente y desenvuelto como actor. Sólo queda por mencionar a Lina Morgan que en cine tuvo sus más simpáticas interpretaciones en "Una tal Dulcinea", "Vampiresas 1930" y aparte en varias producciones de Dibildos. Gusta también la música de los títulos de crédito por la inspiración con la que está compuesta. Salvia en su faceta de director tuvo películas bastante más conocidas que esta que sin embargo resulta especialmente destacable por su peculiar aroma.

Un western bastante insípido que en casi todo momento parece carecer de algo que resulta difícil de describir, pero cuya carencia deja la sensación de que a la película le falta algo en un conjunto que no acaba de cuajar. Resulta entonces muy inferior al que supuso el mayor logro del director Ricardo Blasco que fue "Autopsia de un criminal". Sin aportar nada especial al género tal y como se abordaba en Europa durante está época, la obra sigue caminos rutinarios y enteramente convencionales, y además no mantiene del todo atento al espectador. Estos son los defectos. Entre sus virtudes el hecho de que haya algunas escenas filmadas con cierta habilidad. Richard Harrison era entonces un actor cuya apariencia de galán muchas veces disimulaba su calidad de actor que fue evidente aquí y en otros westerns como por ejemplo en "El sabor de la venganza". Es sin duda un actor a considerar dentro de la bonita época de las coproducciones. Mikaela cumple aceptablemente en la composición de su personaje, aunque en lo que a cine se refiere se la recuerda más por dos musicales de Jesús Franco que fueron "La reina del Tabarín" y "Vampiresas 1930". El resto del reparto actúa más discretamente. Este film dadas sus limitaciones podría interesar a los aficionados a este género cinematográfico en su facción europea que no sean demasiado exigentes. En definitiva "Gringo" ofrece un resultado discreto, aunque no del todo malo puesto que al menos algunos de los intérpretes como se ha dicho ya afrontaron con dignidad sus cometidos.