Cuanto ayuda un gran guión para una película, ya si aparte de eso tenemos a Ricardo Darín pues tenemos la mezcla perfecta, Darín se transforma en un charlatán, bocazas, parlanchín en su máxima expresión. Se ayuda de su arte para las mentiras en todo momento, nunca sabemos cuando estamos ante una posible persona honesta, o cuando ante un simple actor que cumple su papel, esa dualidad es la que te hace dudar constantemente de esa persona.

Todo el peso lo lleva Darín pero no se menosprecia el papel de Gastón Pauls, el cual lo acompaña sereno durante todo el metraje, se puede decir que es la antítesis del protagonista.