Media votos
6.3
Votos
4,191
Críticas
167
Listas
1
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Guillermo Herrera:
7
6.1
362
Serie de TV. Documental
Miniserie de TV (2021). 3 episodios. Las hazañas de alto riesgo se vuelven mortales, y sacuden a una iglesia global hasta su esencia, en esta extraordinaria historia de crímenes reales.
7 de marzo de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres bombas estallan en dos días en 1985 en Salt Lake City, capital del Estado de Utah y sede mundial de los mormones.
Una historia que desconocía por completo, la de Mark Hoffman (1954), no voy a contar los entretelones, para eso está este excelente trabajo, solo se puede decir que estamos frente al mejor falsificador de documentos históricos de todos los tiempos.
¿Qué llevó a los homicidios?
¿Cómo se hicieron las falsificaciones?
De eso se trata este documental, si te gustan las historias reales, a veces pueden ser mejor que la ficción.
Creo que el relato está bien balanceado, los narradores también, en ningún momento decae, son esos trabajos que los ves de un tirón hasta el final o no te gustan de entrada, creo que no tienen término medio.
Una historia que desconocía por completo, la de Mark Hoffman (1954), no voy a contar los entretelones, para eso está este excelente trabajo, solo se puede decir que estamos frente al mejor falsificador de documentos históricos de todos los tiempos.
¿Qué llevó a los homicidios?
¿Cómo se hicieron las falsificaciones?
De eso se trata este documental, si te gustan las historias reales, a veces pueden ser mejor que la ficción.
Creo que el relato está bien balanceado, los narradores también, en ningún momento decae, son esos trabajos que los ves de un tirón hasta el final o no te gustan de entrada, creo que no tienen término medio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Algún crítico ha mencionado que tres capítulos son mucho, yo creo que está bien, que es correcto en su extensión.
Esto me lleva a pensar que en todo falsificador, el ego a veces lo puede, porque en una falsificación perfecta desconocemos a su autor, que puede lucrar obviamente con su "trabajo", que hay una satisfacción económica por supuesto, pero no hay una satisfacción artística, porque que es en definitiva un falsificador sino un artista.
En este caso en particular además esta la pretensión del falsificador de modificar los cimientos de una religión, a modo de ejemplo, como si el día de mañana apareciera un "evangelio" perdido que trastocara los cimientos del cristianismo y ese documento tuviera visos de autenticidad histórica.
Esto me lleva a pensar que en todo falsificador, el ego a veces lo puede, porque en una falsificación perfecta desconocemos a su autor, que puede lucrar obviamente con su "trabajo", que hay una satisfacción económica por supuesto, pero no hay una satisfacción artística, porque que es en definitiva un falsificador sino un artista.
En este caso en particular además esta la pretensión del falsificador de modificar los cimientos de una religión, a modo de ejemplo, como si el día de mañana apareciera un "evangelio" perdido que trastocara los cimientos del cristianismo y ese documento tuviera visos de autenticidad histórica.