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Los federales

Acción Secuela de "The Fugitive" (1993). Mark Sheridan (Snipes), acusado del asesinato de dos agentes secretos, es arrestado y trasladado en avión a una penitenciaría. Durante el viaje, debido a una revuelta, el avión sufre un accidente que le permite escapar. Comienza entonces una implacable persecución por parte del agente federal Samuel Gerard (Lee Jones), que hace años vivió una experiencia similar persiguiendo al doctor Kimble, el famoso fugitivo. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 30
Críticas ordenadas por utilidad
19 de diciembre de 2011
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Americana al más puro estilo Hollywood, Tommy es el duro Marshall que debe perseguir a un fugitivo. Esta mezcla de tragicomedia y acción Hollywoodiense es solo un film para pasar el rato, si es que te gustan este tipo de pelis. Un argumento demasiado típico, una acción desagradable y unos personajes que no pueden ser menos originales. Si os gusta la acción, os aburrirá, y si no os gusta, bueno, digamos que el mando del televisor no quedara quieto, jajaja.

VEDLA Y ¿DISFRUTAD?
JohnKa
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29 de abril de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aqui tenemos una película que nos recuerda a muchas otras cintas cuyas historias no nos traen nada original excepto un final que nos impide verla una segunda vez, ya que lo único que realmente convierte en buena ésta película, es el final, aunque cierto es que sea un poco previsible nos sorprende un poquito. La magnífica como siempre actuación de Tommy Lee Jones por supuesto es como siempre, quién salva esta cinta ya que su sola presencia entretiene y magnifica cualquier guión mediocre. Podemos disfrutar en esta película de buena acción y de buen entretenimiento.
michaeljean
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6 de junio de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el éxito de la película de Andrew Davis, “El Fugitivo” (1993), adaptación de la famosa serie de televisión en el que Harrison Ford tomaba el papel relevante del doctor Richard Kimble perseguido por el agente de la policía judicial Samuel Gerard interpretado por Tommy Lee Jones, se decidió retomar una secuela en el que éste segundo actor se adueñaba de la función enfrentándose en una trama argumental algo más compleja pero con una estructura calcada al film de Davis. Es decir: policía que persigue a un captivo de la justicia, en éste caso un cabeza de turco llamado Mark J. Sheridan, interpretado por Wesley Snipes, exmarine traspasado a la CIA y que se ve implicado en el complot por el asesinato de dos agentes en los alrededores del edificio de las Naciones Unidas. Cuando, en su ocultación, le es descubierta su arma criminal, Sheridan es apresado y trasladado a prisión. Pero en su viaje aéreo, custodiado por Gerard, se produce un sabotaje y consigue escapar convencido de su inocencia. Una tapadera en que se ven implicados los Servicios Secretos Chinos y un traidor en las altas esferas obligará a Gerard y a su equipo de Marshals, Savannah, Noah, Cosmo y Bobby (actores que también aparecían en “El Fugitivo” entre ellos Joe Pantoliano) a seguir la pista de Sheridan.

Stuart Baird ya se había dado a conocer en el género de acción con “Decisión Crítica” (Executive Decision, 1996) una particular visión de “Delta Force” (1986) de Menahem Golam. Pero en “U.S Marshals” trabaja concienzudamente pulso a pulso con Lee Jones al ofrecerle más protagonismo que Snipes, primero en la fila de secundarios de la talal de Robert Downey Jr. o la actriz francesa Irène Jacob (Rojo).
Natxo Borràs
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19 de noviembre de 2020
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Samuel Gerard fue el personaje que le dio el Oscar como Mejor Actor de Reparto a Tommy Lee Jones por la película 'El fugitivo' (el único que tiene) y un lustro después volvió al rodeo como la estrella principal esta vez. Este mismo año vi 'El fugitivo' y no hay color.

En la crítica del filme de Harrison Ford dije que de 'U.S. Marshals' no se acordaba nadie y seguramente bastaba con una sola aventura. Efectivamente, con una sola bastaba ya que esta secuela no aporta nada nuevo que no se haya visto ya en el filme anterior.

Intenta, eso sí, dar una vuelta de tuerca con una trama secundaria a la de la captura de Mark Sheridan que terminará opacando a la principal, pero que era una cosa que, si eres avispado, se ve venir. Más allá de eso, no hay nada realmente elogiable, si bien tiene un ritmo de narración que hace no aburrir y pasar un rato agradable, además de ver a un joven Robert Downey Jr desperdiciando su talento y a una Irène Jacob también como pez fuera del agua.

No cabe duda de que a Tommy Lee Jones le queda como un guante el personaje de Sam Gerard, un representante de la ley que no se anda con tonterías y con un carisma especial; sin embargo, volver a meter a Gerard en el mismo tema de perseguir a un fugado es ya pisar sobre seguro. Todo lo bueno que había en 'El fugitivo' se quedó ahí.
Michael Myers
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17 de julio de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un peligroso criminal anda suelto por los prados, colinas, ciénagas y demás paisajes del territorio americano, y pronto llegará a la ciudad...
¿Quién puede estar más cualificado para atraparle que el eficaz grupo de los marshals?, ¿y quién mejor para llevar el caso que Samuel Gerard? Posiblemente nadie.

En 1.993, el director Andrew Davis dejó patente una vez más su destreza en el cine de acción e intriga (cosa que ya había hecho, por otra parte, en títulos como "Alerta Máxima" o "A la Caza del Lobo Rojo") con la que fue su obra más exitosa, "El Fugitivo", llevando al universo cinematográfico la hazaña del dr. Richard Kimble, cuya permanente huida de la ley tenía como objetivo desenmascarar al hombre que asesinó a su mujer, y que tantos episodios ocupó en la conocida serie de televisión de mismo nombre creada por Roy Huggins en la década de los '60.
Las expectativas puestas en esta nueva versión fueron recompensadas con un sinfín de premios y el alcanzar el 3.er puesto entre las películas más lucrativas de 1.993, logrando una recaudación que superaba en cinco veces el presupuesto. No es extraño que los ejecutivos de Warner Bros. quisieran capitalizar los beneficios de aquella obra, por lo que, cinco años más tarde, se puso en marcha un curioso proyecto con guión de John Pogue ("The Skulls", "Rollerball") estando esta vez tras la cámara el veterano editor reciclado en realizador Stuart Baird, quien había debutado poco antes con la también exitosa "Decisión Crítica".

La idea fue recuperar no al protagonista de "El Fugitivo", sino a los agentes encargados de su captura, al equipo de marshals compuesto por Biggs, Newman, Renfro y Savannah Cooper (Erin Poole en la anterior) y a su estoico e infatigable jefe Sam Gerard. La trama se centra en Mark Warren, un tipo al que no acompaña la suerte a raíz de que su arma fuera encontrada en su vehículo tras un grave accidente de tráfico, un tipo acusado de asesinato que debe viajar a New York encadenado a la espera de un juicio; mientras tanto, irrumpen los hombres de Gerard en una misión cualquiera que terminará con éste siendo obligado a escoltar a un preso para contentar a su jefa.
Historias paralelas que confluirán en un trágico accidente aéreo con muchas incógnitas sobre la causa aún pendientes. Dicho esto lo siguiente entraña pocas sorpresas; "U.S. Marshals" se acoge a la estructura y la forma de su predecesora desde el mismo instante en que el avión siniestrado sustituye al autobús; el fugitivo cambia de color y de nombre pero los procederes serán prácticamente los mismos, desde la huida por carreteras secundarias y accidentados paisajes hasta la llegada a la ciudad. Con gran alarde en el manejo de la intriga y la acción, y copiando sin vergüenza los patrones que guiaban a Andrew Davis, Baird nos introduce en una cacería del todo frenética.

Sin embargo nada hace sospechar, en principio, que el tal Mark Warren pueda ser atrapado, y en esto radica una de las principales diferencias entre los dos films: mientras que a Kimble, un simple doctor, el asesinato de su esposa le inspira la suficiente fuerza para continuar, casi no hay problema en el que el nuevo fugitivo no pueda desenvolverse gracias a su entrenamiento como agente del Servicio Secreto. Juegos continuos de identidades (Warren cambiará tres veces de nombre), secretos de Estado, relaciones internacionales extraoficiales y agentes dobles; ingredientes más propios de una novela de Tom Clancy.
Todo ello adornado con una feroz algarabía de persecuciones y saltos sin tregua, dosis de humor cuya presencia durante toda la película resulta excesiva y algo incómoda, y un extraño en el equipo de Gerard como novedad y como disparador de la duda, John Royce, quien desea vengarse del hombre que mató a sus amigos. Pero, desgraciadamente, ni la premisa (un agente traicionado por sus corruptos compañeros) ni la cacería poseen la misma fuerza dramática o la tensión que la concerniente a Kimble, y eso que Pogue hace lo posible por decorar el argumento con inesperados giros de guión (el que atañe a Newman me repugna...) e interesantes revelaciones de los organismos militares norteamericanos más ocultos.

Como montador experimentado en el cine de acción, Baird sabe conducir la película de manera calculada y veloz durante las dos horas que dura su metraje, sirviéndose de unas secuencias de acción bastante espectaculares y un nivel de violencia estándar (ni muy edulcorado ni muy brutal) para una producción de evidente tirón comercial como es ésta. Lo más decepcionante sin duda es el uso innecesario de esos "flashbacks" explicativos, esa solución tan precipitada, directa y masticada que nos ofrece Pogue y la presencia de un personaje tan aparentemente significativo pero irrelevante como es el de Marie, encarnado por la guapísima Irène Jacobs.
Por su parte, Tommy Lee Jones vuelve sin reparos al papel que le hiciera conseguir el Oscar destilando dureza y parquedad aunque con una considerable reducción de carisma, enfrentado esta vez a unos correctos Wesley Snipes, cuyo Mark Warren no se aparta mucho de los personajes que interpretó anteriormente (y que no dejaría de interpretar), y Robert Downey Jr., más detestable que de costumbre. Regresan los geniales Dan Roebuck, Joe Pantoliano y Tom Wood junto a Latanya Richardson, reemplazando a L. Scott Caldwell.

"U.S. Marshals" se encontró con un aluvión de críticas negativas en el momento de su estreno, no así consiguiendo unos resultados nada desdeñables de cara a la taquilla (y eso que competía con "Titanic", nada menos).
Estar a la altura de la obra original de la que surge es imposible, pero nadie podrá negar que se trata de un "thriller" de acción efectivo y entretenido de principio a fin rodado por alguien con madera de artesano. Concedámosle ese beneficio al que fue el segundo y penúltimo film en la carrera de Stuart Baird.
Chris Jiménez
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