La boda de Rosa

Decía muy acertadamente el gran escritor, poeta y dramaturgo irlandés Oscar Wilde que ‘’Amarse a uno mismo es el comienzo de un romance que dura toda la vida’’. Icíar Bollaín lo sabe y con esta pequeña película cálida, simpática y acogedora ha querido regalarnos una motivadora historia de amor propio (que es posiblemente el tipo de amor más importante a tener en cuenta).


‘’La boda de Rosa’’ nos traslada a la vida de Rosa, una mujer generosa y empática en exceso que a sus 45 años comprende que ha llegado el momento de cumplir esas metas anheladas durante largos años y volcarse únicamente en sí misma. No será fácil para Rosa, que siempre ha estado ahí para cubrir las necesidades y las urgencias de todos los miembros de su familia, ni tampoco será fácil para ellos ya que están acostumbrados a que sea Rosa la que lleve siempre sobre su espalda el gran peso de las cargas familiares a las que por falta de tiempo o por desinterés han dejado descuidadas. El viaje inesperado que emprende Rosa cambiando de residencia e instalándose en el antiguo negocio de su madre será el detonante que hará que toda la familia (incluyendo hija, nietos, hermanos, padre y hasta antigua jefa) se sienta alarmada. Pero tras esta repentina noticia, les llegara una invitación de boda. Rosa se casa, solo que no será la ceremonia convencional que esperan.


Tras esta divertida premisa, emerge una película de autorreflexión y un canto al amor propio que nos lleva a preguntarnos si estamos en el lugar que deseamos o si simplemente nos limitamos a cumplir sin rechistar las expectativas de los demás. Icíar Bollaín nos recuerda que el amor propio es el más importante de todos, ya que si somos incapaces de amarnos a nosotros mismos nos será imposible amar a nadie más. Si nos fragmentamos y rompemos por llenar al otro nunca le podremos ofrecer un amor real. Con esta película en apariencia inofensiva (y digo en apariencia inofensiva porque a pesar de que los hermanos se oponen en un primer momento, al final todos los personajes pecan de un sorprendente buenismo que aleja el drama del metraje buscando regalarnos solo momentos divertidos o brillantes) se pone de manifiesto una Icíar que vuelve a sus orígenes cuando daba sus primeros pasos en el mundo del cine de mano de cintas como: ‘’Hola, ¿estás sola?`` o ‘’Flores de otro mundo’’. Películas aparentemente sencillas y cotidianas que escondían grandes revelaciones en su interior. Candela Peña ya había trabajado con la directora en ‘’Hola, ¿estás sola’’ y en ‘’Te doy mis ojos’’, volviendo a brillar de nuevo en esta ocasión al mostrarnos a un personaje encantador y admirable al que es imposible no querer.


Alejada del drama realista por el que se caracterizan casi todas sus cintas (aquí los conflictos son escasos y las ideas son más benevolentes), Icíar elige narrarnos una historia cálida y positiva que nos deja una visión del mundo que todos deberíamos abordar en algún momento de nuestras vidas. Y es que pulsar el botón nuclear que Alicia Luna y ella proponen en su original guión nunca debería ser una opción, sino una necesidad diaria a la que elegir aferrarse todos los días. Sin duda, estamos ante una de las mejores películas del 2020 de una directora que sigue pisando fuerte creando verdaderas maravillas capaces de convertirla en una de las mejores directoras de nuestro país. Todo un referente para las futuras cineastas.

Hace tiempo que Bollaín dejó de interesarme. Desde Te doy mis ojos no he vuelto a ver nada suyo que me atrape. Hoy, en un cine, he sentido que esta película me recordaba, a ratos, al mejor Berlanga. Y sí, me ha gustado.

Agradecer a Santiago Segura, a Bollaín, a Nolan y a los demás que están estrenando sus películas en salas de cine que apuesten por eso, por el CINE, por las pantallas grandes y las salas oscuras. Porque el cine de tableta, de salón y hasta de móvil no es CINE, es solo cine. Que no está mal como sucedáneo, como apoyo e incluso como alternativa a pandemias, desastres y falta de tiempo por parte del personal.

Y en este caso, Bollaín se rodea de tres enormes actores como Peña, López y Poza, todos a un nivel altísimo, aunque Poza y López, en una vis cómica que no prodigan mucho, están excelentes, un peldaño por encima incluso de una Candela Peña que está muy bien, todo sea dicho.

Le falta a la película un toque más de locura, un dejarse llevar, apoyarse más en los secundarios, no solo en el omnipresente y siempre eficaz Barea, torcer la esquina del absurdo y desembocar en la comedia hilarante, lo logra a ratitos.

Le sobra un poco de azúcar, sentimentalismo paterno filial y entre hermanos, podía incluso haber tirado más de Valencia y Benicasim, escenarios de la película, y hacerlos un personaje más.

Pero bueno, con todo, es una comedia española de muy buen nivel, con grandes actuaciones.

Y gracias por estrenar, Icíar, mucha suerte.

Estamos ante una tragicomedia que se mete dentro de las entrañas y del corazón desde el mismo comienzo de comienzo. Perfecta en lo artístico, es igualmente bonita y atractiva, pero también tiene elementos de angustia, surrealismo y terror. Como la propia vida.

Rosa es una mujer que se dispone a cumplir 45 años, y se da cuenta de que siempre ha vivido para los demás. De esta guisa decide irse, dejarlo todo y apretar el botón nuclear de su vida. Desea con enorme anhelo ser quien conduzca su destino y cumplir el sueño de tener un negocio propio.

Con una excelente dirección, Icíar Bollaín regresa el cine de pequeños gestos y grandes verdades, un cine de curiosos personajes y sobre todo, de mujeres.

Entre Icíar Bollaín y Alicia Luna hay una sintonía y una química y entre ambas consiguen contar una decisión extravagante, como la decisión más coherente que una persona pueda tomar. Una persona que es una mujer, que en un arrebato de amor propio, decide tratarse a sí misma como si fuera lo más importante de su vida; un acontecimiento que encaja más entre tantas sufridas mujeres, que entre hombres, lo cual que puede considerarse que por debajo del libreto hay una reivindicación claramente feminista.

En el reparto Candela Peña (Rosa) está espectacular, plena de matices, liderando un reparto portentoso en el que Sergi López y Nathalie Poza (geniales como hermanos), Ramón Barea (padre) y la fabulosa revelación que es Paula Usero (la hija) bordan unos papeles hermosos con sus matices y ángulos oscuros; personajes a la deriva que viven situaciones muy creíbles, con los teléfonos móviles sonando a cada rato, con diálogos tiernos llenos de humor y dolor.

Bollaín lleva a la pantalla una idea hermosa y poderosa, cargada de pequeñas reflexiones sobre los pequeños dramas del individuo y la familia; tiene un desarrollo ágil y un tono cercano a la comedia, que alberga también importantes dosis de drama doméstico, sensibilidad y emoción.

En suma, preciosa película de reconciliación y también de compromiso y una mujer que decide tomar las riendas de su vida, sin tristeza ni autocompasión, adoptando un espíritu jubiloso que en determinados momentos adorna brillantemente con escenas de un humor sorprendente.

Qué difícil es pensar en nosotros, anteponernos a los demás, querernos y mimarnos, y qué fácil es hacer ésto por los nuestros, ¿verdad?. Me siento tan identificada con el personaje de Rosa que es alucinante. No había visto aún ninguna película de la directora Icíar Bollaín pero no va a ser la última que vea porque es un cine tan sencillo, tan cercano, tan natural y con el que te puedes identificar tanto que me parece maravillosa como directora. Me da igual que la fotografía o el sonido directo o la música o todos esos detalles técnicos sean de segunda división porque el guion es muy bueno y la directora se rodea de un conjunto de actores de los que saca oro.

Candela Peña se carga a su espalda el mayor peso de la película y está maravillosa, siendo como es para mí una actriz tan natural que parece que no interpreta sino que es realmente así. Aquí su Rosa ya ha decidido pulsar el botón nuclear porque ya no puede más con la cara tan dura de sus hermanos y decide celebrar su boda pero no una boda cualquiera sino una boda con ella misma, prometiéndose amarse para siempre.

Sus hermanos, los caraduras, los irresponsables, los egoístas, están magníficamente interpretados por el gran actor Sergi López y por un descubrimiento para mí como es la maravillosa Nathalie Poza. Esta actriz, ex pareja del actor Gonzalo de Castro, me ha encantado y desde ya me reconozco fan de ella. La joven Paula Usero, a la que tampoco conocía, defiende correctamente el papel de hija de Rosa.

Muy agradable película, rodada en la bella localidad de Benicàssim, en Castellón, y que me vuelve a reafirmar en la idea de que nuestro cine español no está herido de muerte.
Un saludo,
Tess

Ya estamos en lo de siempre la crítica española protegiendo nuestro cine aunque nos maten de aburrimiento.

Y es que la mayoría de los espectadores sólo, y quizás no sólo, exigimos entretenimiento, diversión, brillo, inteligencia, audacia, en fin todo de lo que carece esta película, que si bien tiene un planteamiento inicial que puede parecer interesante o prometedor al menos, naufraga progresivamente en el tedio y en el costumbrismo más aburrido inimaginable. Y ya estamos también con la historia de que hay que proteger el cine femenino y blablabla, no se trata de géneros, se trata de hacer obras bien hechas y que cautiven al espectador .

En fin que si tienen que hacer algo mejor, como por ejemplo lavar los platos, no pierdan el tiempo.