El reloj asesino

Es una muy buena representación de un drama con un cierto parecido a Sin Salida, la película de los noventa de Kevin Costner.
Un nombre que no me decía nada pero que finalmente me atrapó desde el primer instante. Cómo convivir con un crimen sobre sus espaldas? Sólo preguntemos al jefe en este caso, quien no duda en arrimar el crimen a su empleado fiel.
Absolutamente recomendable.

Que bien sienta ver una película de los 40, que desconocía, con un guion tan fantástico.

Los ingredientes son muy habituales en el cine negro (una femme fatale, un asesinato, culpables, pruebas....), pero en esta ocasión, la originalidad de que todo se desarrolle entre miembros de una empresa, y el desarrollo que tiene, es fantástico.

Por fin he entendido porque Ray Milland trabajó con Hitchckock en Crimen Perfecto. Lo vió en esta película. Hay que reconocer que borda el papel, por encima de todos. Tiene una planta y saber estar, que no he visto a muchos de los grandes.

Una delicia de ver.

Una trama interesante, un encubrimiento, un falso culpable y un par de actores de los verdaderamente poderosos: Ray Milland, un poco confuso en el papel, no parece irle del todo bien; y Charles Laughton, que en el papel de sádico editor lo hace de maravilla, esos papeles de hombre duro pero a la vez culto, fino, educado y muy vivido sí le van como anillo al pelo. Le acompaña una Maureen O'Sullivan para mi irreconocible
Un blanco y negro que pretende ser clásico, una trama compleja pero muy atrayente, un mobiliario que por momento recuerda a los de El Mantatial: cuadrados, con luces indirectas, colores suaves pero firmes, principalmente blanco y negro.

El galán Ray Milland protagoniza esta tensa trama de suspense, sobre la carrera contrarreloj que lleva a cabo un alto ejecutivo de un afamado grupo editorial para demostrar su inocencia en un caso de asesinato.

A lo largo de hora y media asistimos al juego del gato y el ratón entre el protagonista y los investigadores que tratan de localizarlo. Mientras Milland trata de hallar al asesino de la mujer para probar su exculpación, su superior, Charles Laughton, pretende incriminar al que cree amante de su mujer en el asesinato que él ha cometido.

A mediados de los ochenta Kevin Costner y Gene Hackman protagonizaron su convincente remake.

Tras un primer travelling soberbio de inicio (realizando un zoom sobre una maqueta y solapando el plano real con un corte prodigioso), la película empieza a un ritmo frenético que no sabe pausar en ningún momento, se echa de menos un poco de lentitud e introspección argumental psicológica para ver como el jefe está obsesionado con los relojes y el por qué de su autoritarismo y explotación del personal.
Es una de las primeras películas que plantea el encargo de la investigación al principal sospechoso y testigo del crimen cometido por el jefe; pero todo es farragoso, locuaz, inverosímil, absurdo, cómico en exceso, repleto de personajes accesorios que no sabemos muy bien que hacen por allí, etc..., todo ello sin salir de la oficina.
Interesante pero fallida intriga ya que todo se vuelve previsible, ridículo y deja el desenlace final en el error estúpido de siempre.