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This is Spinal Tap

Comedia. Musical Documental, más bien rockumental, sobre la banda de rock más ruidosa de la historia, el grupo de heavy metal "Spinal Tap". (FILMAFFINITY)
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
16 de noviembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Spinal Tap es una película tremendamente adelantada a su tiempo. Si la película hubiera salido hoy en día la cosa sería diferente, pero ver una película así en 1984 era cuanto menos inusual.

Para empezar, la mera idea del falso documental ya la convierte en inusual. Hoy en día el género está más de moda, y podemos ver grandes comedias con esta estructura como la gran "Lo que hacemos en las sombras", pero Spinal Tap acaba siendo pionera en un género que es capaz de dar grandes momentos cómicos gracias a su composición de sketches en lugar de un hilo argumental definido y marcado.

Spinal Tap es graciosa por sí misma, aunque bien es verdad que eché en falta más golpes durante su parte final. Las ocurrencias de Rob Reiner harán gracia a todo tipo de público pero despertará la carcajada en aquellos que compartan su contexto y que además estén dispuestos a reírse de ello. Un contexto con el heavy/hard rock ochentero como protagonista que recuerda a bandas como los inicios de Judas Priest o Kiss y del que Spinal Tap acaba riéndose otorgando ese punto de sátira dolorosamente verdadera.

Y es que Spinal Tap acaba siendo una cinta casi premonitoria. Como digo, haber hecho una película así en la actualidad, "a toro pasado", hubiera sido más fácil, pero por aquél entonces realizar semejante parodia del mundillo y añadirle esa crítica que parece superficial pero que acaba siendo profunda. En Spinal Tap ocurren situaciones que reconoces de bandas diversas que, en 1984, todavía estaban en formación.

Imprescindible para todo tipo de público.
NeoJ
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15 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rob Reiner antes de regalarnos una obra maestra llamada Misery, en los años ochenta decide hacer un curioso documental sobre una banda ficticia llamada Spinal Tap, en donde se burla de la moda rockera de esa época: las letras estúpidas que fueron sinfonía para los oídos juveniles de esa generación, los escandalosos vestuarios, cortes de cabello y maquillaje de los músicos y sobretodo el efímero éxito que atraviesa bandas de ese estilo, haciéndonos ser parte de su declive y problemas entre los mismos músicos y hasta con su representante.

Si bien es cierto la película no es una genialidad, se deja ver, siempre resulta entretenida. El acentillo británico fue una delicia y la banda sonora muy variada, destacándose particularmente en dos canciones que no sonaron para nada mal. La duración de su visionado es precisa, ni muy larga, ni muy corta. Tiene todo lo que puedes ver en un documental real de ese estilo: entrevistas a cada miembro, respuestas tontas una más que la anterior, grabaciones de conciertos y la repetición incansable de la grasienta y famosa frase: “Sex, drugs, and rock and roll”.
La Mente Maestra
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11 de octubre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otro de esos considerados clásicos que no vi en su momento y que ahora me parece algo desfasado, y como venido de otro milenio. Aunque hay que reconocerle aciertos en el retrato de los desajustes entre miembros de una banda de rock, algunos diálogos ingeniosos y un retrato del mundillo bastante potable. No pocas veces hemos leído acerca de las excentricidades que rodean a las grandes estrellas, en especial durante sus giras. Quizá esperaba algo más cercano al heavy ochentero, pero la banda parodiada se asemeja más a un rescoldo de los años 70 que se resiste a morir. No es un mockumentary como para troncharse de risa, pero es simpático e interesante si te va el tema.
KlingonCome
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12 de diciembre de 2010
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
-El miembro del grupo muerto en extrañas circunstancias. En este caso, el bajista siempre palma: ¡por vómitos de otra persona! ¡Explotando en el escenario!
-El temazo: “Trasero grande” o “Lame mi bomba del amor”. Con letras tan curradas como “tengo mi pistola de amor cargada” o “me gusta hundirla con mi torpedo rosa”. O discos tan potentes como “Sandwich de tiburón” o “Huele el guante”. ¡Oooh, yeah!
-Los conciertos. Los pelos cardados de los ochenta, las licras, las mallas, el maquillaje, el icono de la banda… Y una norma no escrita: ningún miembro del grupo puede llevar un peinado más molón que el cantante.
-La gira divina de la muerte: conciertos cancelados, peleas con el mánager, movidas con los miembros de la discográfica, problemas en los hoteles o con la comida, con la portada del disco, el grupo que se pierde en el backstage en un concierto y no pueden salir a tocar, la disputa entre dos miembros de la banda a lo Lennon y McCartney, la firma de discos a la que ¡no va nadie! ¡Oooh, baby!
-La evolución del grupo: folk, psicodelia, rock conceptual, heavy metal…
-La mítica guitarra de dos mástiles como la de Led Zeppelin.
-Eso sí, se echan de menos dos cosas de la trilogía “sexo, drogas y rock and roll”. Prácticamente no sale nada de sexo ni de drogas. Y mira que darían juego cualquiera de los dos temas. Aún así, es brillante, esperpéntica, delirante y muy divertida.
baskin 26
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22 de febrero de 2020
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Quien sea aficionado a un grupo o a un/una cantante de música le será familiar el formato de documental para conocer más de los artistas de lo que se ve a simple vista.

Esperad todo eso aquí pero con el efecto de un castillo de naipes a punto de caerse.

Los Spinal Tap (gran nombre, mi reconocimiento a quien se le ocurrió) son un grupo paródico del rock que no quieren admitir que no les quieren ni en su casa y el funcionamiento como grupo es cada vez peor, pero ahí está el quid de la cuestión. Esto no es más que una parodia y como tal cumple su función a la perfección; al final sientes hasta lástima por ellos y acabo deseando que tengan más éxito, aunque sepa que son una parodia.

Rob Reiner y los integrantes de la banda desmitifican el concepto del roquero machote y les bajan los humos de una manera bastante divertida con momentos como el concierto basado en el monumento de Stonehenge. Al final de la película no solo se ha pasado un buen rato, sino que hasta sus canciones tienen su aquel.

Por supuesto que siguen habiendo bandas de heavy y rock con su imagen de macho, mas este es un reverso de ese estilo hilarante que incluso a un fan acérrimo de rock o heavy metal le puede gustar.
Michael Myers
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