La redada

Ni Holliwood ni nada de nada....
Esta película de la q seguro en muy poco tiempo tendremos un remake yankee es espectacular en todos los aspectos, te deja sin aliento. Las coreografías son lo mejor visto en una película de estas características a día de hoy y las escenas de acción brutales.
Señor@s es la primera critica que escribo pero esta película se lo merece, esto y mas.Tan solo espero y deseo que se le de la oportunidad de poder disfrutar de ella en salas ¨comerciales¨ y no tan solo en festivales. Lo dicho a disfrutar de ella y mucho.
P.d: No voy a poner ningún spoiler ni a dar detalles de ninguna escena, bueno quizá mencionar a un hombrecillo al que no le gustan las armas de fuego y prefiere usar su cuerpo GENIAL.

Cójase cualquier peli yanky, de acción, la primera que pille a mano. Elimínese cualquier tipo de referencia pseudointelectual. Elíjase un artesano con oficio, buen pulso, ritmo endemoniado y sin escrúpulos. Esta es la base que vamos a utilizar en nuestro cóctel.

Cójase un joven buen actor. Si no se dispone del mismo, nos vale cualquiera porque no va a tener que articular palabra, ni falta que hace. Reserve el malo para el final, puede conservarlo en el frigorífico si quiere para que no se enrancie. Presente los ingredientes principales, con un minuto será suficiente. Si se toma demasiado tiempo en esta fase de presentación el coctel puede producir ardores, por lo tanto sea muy breve.

Cójase todo arsenal que tenga usted a mano; estos fusiles que son molones por aquí, unos machetes de los de abrirse paso en la selva por allá, algún revólver que otro (no demasiados que si no pierde gracia el cóctel), y cualquier cosa que encuentre usted a mano, tales como sillas, mesas, armarios, fluorescentes... Si, si, fluorescentes también nos valen, lo que a usted se le ocurra, vale todo.

Introdúzcase todo ello en un recipiente lo más hermético posible. Agítense todos los ingredientes con sumo cuidado. En ningún caso deje que se mezclen, puede echar a perder el cóctel. Adórnese con unas buenas coreografías.

Y ya tiene usted el cóctel más refrescante, frenético y jodidamente divertido del verano. Obligatorio tomarlo acompañado de café, copa y puro.

Está claro que una película gusta o no dependiendo de las expectativas que uno tenga. Yo he visto "The Raid" pensando que iba a tener un argumento vacío, lineal y predecible, pero unas buenas escenas de acción. Y las ha superado con creces: resulta que hay un poquito de drama, giros argumentales y las mejores escenas de acción que recuerdo haber visto en mi vida.

De acuerdo, no es "Heat", pero creo que dentro de su género (acción/artes marciales) es una película extraordinaria.

Para los que la comparan con el cine porno: también hay películas porno buenas y películas porno malas. ¡Ved más porno, reprimidos!

Para los que hablan de "chinitos" haciendo "kungfu": los personajes de la peli son indonesios, y practican artes marciales del sudeste asiático (penkat silat, muay thai boran). Es como confundir a un español bailando flamenco con un checo bailando polka. Si no os gustan las artes marciales, ¿para qué la veis?

Hacía tiempo que no veía una película donde pegasen tantas hostias y tan bien pegadas. Es un espectáculo brutal desde el minuto uno hasta el final. Visualmente tremenda las luchas, acaba una pelea buena y empieza otra mejor. Por supuesto que no es para todos los estómagos. Mi chica que se puso a verla conmigo a los cinco minutos, de repente desapareció, se fué al baño, y no sé que hizó alli pero no regresó hasta que supuestamente dejó de oir los gritos de los chinos muriendose por todos los lados.Tremendamente recomendable.

En el momento de ir a escribir esta crítica, y conforme he ido pensando en por qué dar una puntuación determinada, he ido bajando puntos progresivamente al darme cuenta que no tengo prácticamente nada que valorar. Los pocos puntos que doy básicamente son los relativos a unas coreografías de lucha muy buenas, y en lo que se queda esta película con un nulo argumento y diálogo. El protagonista se ve envuelto en una pelea sangrienta desde el principio sin ni siquiera dar importancia ni casi explicaciones de por qué está ahí inmerso. Doy tortas porque sé darlas y punto. No es suficiente para mí.