The Tale of Tales

Los cuentos no siempre magníficos son, en ocasiones se desvanecen en su propio ensueño.

Los cuentos están hechos para gustar, para contar con agrado y sabiduría esa parábola de enseñanza que no se debe olvidar, aleccionar sobre los peligros e instruir, con gracia y armonía, el digno camino del bien y el rechazo, por sus horribles represalias, del seductor mal.
Y si se trata del ¡cuento de los cuentos!, tu imaginación conforma una suculenta historia de genial artificio que debe colmar todos tus desvelos, ese ansioso regalo que se espera con devoción pues la promesa vendida de su llegada anticipa manjares y exquisiteces por doquier, para todos los gustos y paladares.
De modo que te lanzas a su visión y consumo y..., resulta que las crónicas descritas, los relatos referidos no tienen gran sabor, ni excesivo atractivo, ni interés distinto a su impresionante y bella estética, el resto es simplemente seguir su trazado por concluir lo empezado.
Adaptación libre de los relatos cortos de Basile del siglo XVII donde, Matteto Garrone no logra recomponer una unión meritoria de atención e indagación válida; magnífica recreación, brillante realización, suculenta fotografía, escenificación loable, tres castillos a la cabeza de tres monarcas, cada uno con sus manías y debilidades, obsesiones y paranoias pero ¡párese de contar el aleccionador encanto que podría haberse previsto!; actores de renombre -Salma Hayek, Vincent Cassel, Toby Jones...- como apertura majestuosa de apetito que luego se queda en vacío desmotivado y con excesiva hambre, dado el menú otorgado.
No quiero ser dura en mi juicio, la entrada de los personajes es apetecible, curiosidad de qué contarán y por dónde saldrán, la vista se colma, es altivo el ojeo de las escenas, pero a medida que avanzan y desarrollan su identidad propia, el deslumbre se oscurece por un desganado y apagado desplante que disminuye las ganas y querencia por los mismos; monstruos de leyenda, eternidad barroca en el aire, ternura y frialdad en transición continúa, hipnotismo de un plantel que pretende mucho en cada uno de sus detalles, pero cuya delicia se escapa por la pérdida de potencia de ese magnetismo que no se sostiene, ni mantiene a lo largo de su alargada entrega.
El sueño de volar a un Disney moribundo donde el país de nunca jamás se presenta realidad palpable, Alicia y sus amigos de correrías deambulando por las desgracias concedidas de un paraíso deforme, maltrecho y lleno de hermosas groserías, todo bello de manera cruelmente romántica, al tiempo que tan fantástica presentación se evade por falta de comunicación en ese transporte que debe llevar al espectador a su lúgubre escondrijo.
Excelso vestuario, de inglés vocabulario, para una concatenación de fábulas que no arden en el espíritu del que observa, cenicienta vieja y arrugada, su majestad salido y obseso, la reina firme e intransigente, el rey vecino demente en sus propias locuras de retención paterna, un hijo afligido, una hija encarcelada, desolación e infelicidad en el edén construido, un sin fin de matices y conclusiones que no desbordan el entusiasmo del receptor ni motivan la fascinación de la audiencia; algo huele a podrido en los reinos suntuosos cuando, buscando dicha olorosa personalidad, su peste y nocividad no transfieren acicate por sumergirse en su identidad propia.
Cambio radical de un director que viene de filmar “Gomorra”, que busca la presencia medieval como punto de partida y desgracia y, aunque tu mirada no se desvía y compra cada fotograma, también es cierto que se hace fatigosa de manera indemne; no hay aliciente en la observación, ni estímulo de adoración en su percepción, pasa sin la gloria debida dado todo el magnífico plantel recreado.
Lo grotesco no molesta, lo absurdo no cabrea, su desorden no altera pues es aleatoria su acogida, en puntos con mayor cuidado y esmero/en otros pasotismo de distracción surgida, su conjunto es un aplauso a la parte técnica/menos fervor en el fanático espíritu de su aceptación, se admite pero su esencia no reseña con riqueza a pesar de la magnificencia del traje.
Su elegante magia, sórdido donaire no causa emoción ni estragos, únicamente tibieza sin agudeza.
Maravillosa rareza cuya tragedia cómica no logra ni risas ni lágrimas, fascinación gótica que no embruja; la pérdida narrativa, de destino alguno, estropea la divina impresión de su decoración artística.

Lo mejor, su impresionante fotografía
Lo peor, la inconexión de lo expresado.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es

Por qué sí:
+Un soplo de originalidad a pesar de estar basada en cuentos de hadas del siglo XVII
+Narración interesante de tres historias levemente entrelazadas.
+Fotografía.
+Aire macabro y siniestro, especialmente en los desenlaces.

Por qué no:
-Puede hacerse larga.
-Cuesta un poco entrar en ella al ser una rareza.

Buen film co-producido entre, libre adaptación de “El cuento de los cuentos”, del napolitano Giambattista Basile, célebre autor de relatos cortos del siglo XVII. .
Es brillante en su puesta en escena, muy imaginativa y con un trabajo de dirección artística, fotografía, vestuario y peluquería soberbios, aunque a mí lo que más me ha gustado es la extraordinaria banda sonora de Alexandre Desplat, sin duda hoy en día uno de los cinco grandes.
Se trata de una cinta al que el mayor reproche que se le puede hacer (quizás con razón) es su larga duración, y que, no cabe duda que es totalmente cierto, resulta muy cruda, áspera, triste y pesimista en su argumento.
Todo está llevado más allá de lo verosímil y de lo creíble, no en vano son cuentos, donde los monstruos, bien sean criaturas terroríficas, bien seres humanos depravados o simplemente con miedos y miserias en el alma, conviven e interrelacionan, teniendo el nexo común de la inexorable potestad del destino.
Una película que se sigue con facilidad no en vano las tres historias que se narran tienen mucha sustancia, resultan muy interesantes y están narradas con la suficiente fluidez y fuerza dramática, salvo algunas caídas de ritmo, como para que el espectador salga del cine con la sensación de haber visto algo diferente, aunque no sea más que por haber contemplado tres cuentos muy apartados de los convencionales que nos asaltan, por ejemplo, cuando llegan las Navidades, y están dirigidos sobre todo a los más peques. Aquí son cuentos para adultos, con sangre, vísceras, violencia, monstruos, princesas, príncipes, reyes, sexo, amor romántico y paterno-filio fraternal...en fin, un completo mosaico de los sentimientos humanos, en esta ocasión no precisamente positivos en la mayoría de los casos.
A mi modo de ver, merece la pena su visión, aunque no sea la alegría de la huerta.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es

Película más reciente del director italiano Matteo Garrone (Gomorra, Reality), presentada en Cannes 2015. Garrone incursiona en el género fantástico luego de dos películas muy realistas, y realiza una libre adaptación de los cuentos de Giambattista Basile, cuentos que datan del siglo XVII, de los cuales Basile recolectaba de sus viajes. Varios de sus cuentos fueron adaptados de modo más fantasioso por cuentistas como los Hermanos Grimm y Charles Perrault. En la película de Garrone, se retratan 3 historias de 3 monarcas, bizarras, fantásticas y raras, a la vez que son hipnóticas y magnéticas. Grotescas, terribles y hermosas al mismo tiempo. Una película que rebasa mis expectativas y me gustó mucho. Homenaje de Garrone a los cuentos medievales y de siglos atrás que lo último que tenían era finales felices, lo que afirma, que aunque esté en el género fantástico sigue apelando al realismo. Muy recomendada. De lo mejor del 2015. Me gusta especialmente porque soy fan de las historias detrás de los cuentos de hadas, las historias del folklore, de forasteros, violentas y terribles que las inspiraron. Visual y técnicamente impecable, sin olvidar el buen desempeño de todo el reparto. Muy recomendada.

http://frasesdecineparaelrecuerdo.blogspot.com.co/2015/11/frases-pelicula-the-tale-of-tales-matteo-garrone.html
http://asbvirtualinfo.blogspot.com.co/

Sin tapujos, mostrados tal y como fueron concebidos y escritos los cuentos.
Los primeros cuentos de hadas, antes de pasar por el colador de los hermanos Grimm, de Andersen, de Perrault e incluso de Disney en el que se quedaban relegadas todas las cosas oscuras tales como la sexualidad y sus recovecos, la avaricia, la envidia y todos esos defectos que nos recuerdan a cada momento que somos humanos, y por tanto débiles y miserables.
La historia del "Cuento de los Cuentos" está basada en el "Pentamerón" De Giambatista Basile. La historia se divide en tres cuentos en la película. Son historias largas, que se nos antojan demasiado lentas en su dirección, pero son muy metafóricas y eso es lo que hace a esta película especial. Aquí no hay las típicas cursilerías de los cuentos de hadas, cosa que he agradecido en parte. Siempre he sentido inclinación a conocer la cruda realidad del ser humano en las obras de ficción, por eso quizá esta película sea familia de aquella peli rara e independiente titulada "Deep in the woods" de Benoit Jacquot. Los cuentos se van sucediendo.
El primero de ellos tiene a Salma Hayek como la gran protagonista, como la reina que haría cualquier cosa para dar a luz un hijo, incluso enviar a su marido el rey a una misión suicida. Muestra el egoísmo.
El segundo es de una mujer que engaña a un rey con una belleza que no tiene en realidad. La lujuria.

El tercero el de un rey entretenido con una pulga a la que cría hasta la extenuación mutándola en un gran monstruo mientras descuida a su propia hija. El descuido.

Realmente el ser humano es un ser maravilloso, capaz de lograr maravillas, pero también guidados por las bajas pasiones nos convertimos en poco más que malas personas y una especie de animales racionales que buscamos nuestro propio placer. No estamos libres de nuestras pasiones, y somos víctimas de ellas. El Cuento de los Cuentos nos cuenta la historia de estos personajes, humanos que aman y sienten, que no son villanos ni héroes, sino gente de verdad. El lado oscuro de los cuentos de hadas poco a poco se va mostrando al público, con películas valientes y seguras como ésta. Catalogada como despropósito para muchos, es en realidad una película larga, narrada en bucle con una más que buena dirección por parte de Matteo Garrone, y en general un buen reparto, una maravillosa fotografía y un halo de misterio en sus localizaciones que nos llevan a una época anacrónica, remota y lejana donde la ilusión con que debemos averiguar en qué país están es lo único que permanece. Es una cosa hermosa en cierta manera. Y un gran logro para el director, provocar tal catársis en su público.