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El Havre: el puerto de la esperanza

Comedia. Drama Marcel Marx, famoso escritor bohemio, se ha exiliado voluntariamente y se ha establecido en la ciudad portuaria de Le Havre (Francia), donde vive satisfecho trabajando como limpiabotas, porque así se siente más cerca de la gente. Tras renunciar a sus ambiciones literarias, su vida se desarrolla sin sobresaltos entre el bar de la esquina, su trabajo y su mujer Arletty; pero, cuando se cruza en su camino un niño negro inmigrante, tendrá ... [+]
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Críticas 77
Críticas ordenadas por utilidad
28 de diciembre de 2011
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
La 64ª edición del Festival de Cine de Cannes se saldó con algún que otro escándalo insignificante, y el ensalzamiento de la película faraónica (en el buen y en el mal sentido) 'El árbol de la vida', de Terrence Malick. A posteriori todo resultado es fácil de pronosticar, pero horas antes de que el Jurado diera a conocer el palmarés, nadie tenía claro quién se iba a llevar la Palma de Oro a casa. Ante la duda, no fueron pocos los ojos que fueron a fijarse en la película que más corazones conquistó en aquellas casi dos maratonianas semanas de cine. Se trataba de un filme servido por un finés que ha trabajado en no pocos países distintos; un hombre amante del insano vicio de fumar y cuyo tono de piel delata también una más que probable devoción por el alcohol; un hombre que al menos en público le cuesta horrores esbozar algo remotamente similar a una sonrisa... aunque estemos hablando de uno de los grandes maestros de la comedia de los últimos tiempos. Con ustedes, Aki Kaurismäki... pero antes, una breve visita a nuestra familia de Springfield preferida, que nunca está de más.

Puede que a la hora de la verdad, el ídolo televisivo del joven Bart Simpson, Herschel Krustofsky fuera un payaso más bien lamentable, pero la teoría la tenía bien cogida. "¡La tarta tiene que estar dirigida a alguien que tenga dignidad!" exigía, el humorista. Y lo hacía con conocimiento de causa, consciente de que en el mundo del espectáculo, se adquieren muchos números para triunfar si se maltrata a alguien... más aún si el infeliz en cuestión tiene algo que perder. La escena de la serie citada culminaba con el lanzamiento de objetos cada vez más contundentes hacia un hombre que se había presentado al plató ataviado como si de un Lord británico se tratara, y claro, el público correspondió con una sonora carcajada. A mayor pundonor, mayor altura para el desplome... y por consiguiente, mayor comicidad.

Kaurismäki tiene muy bien aprendida la lección, y precisamente por esto sus películas consiguen siempre ese efecto casi milagroso de conjugar a la perfección el drama con la comedia. En esta ocasión nos presenta de nuevo a Marcel Marx, un bonachón artista que ha pasado de ganarse la vida como artista a hacer lo propio como lustrador de zapatos, y que malvive recorriendo las calles de la localidad francesa normanda de El Havre, buscando a la clientela, o simplemente un lugar donde no le echen a patadas a las primeras de cambio. En el hogar, a su atenta y siempre amorosa esposa no le van mucho mejor las cosas, ya que le acaban de diagnosticar una enfermedad que le deja pocos días de vida. Por si fuera poco, en un día de trabajo, Marcel va a cruzarse con un joven inmigrante ilegal africano, perseguido por la policía y que no tiene dónde ir.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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22 de septiembre de 2011
21 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
El finlandés Aki Kaurismaki sigue aportando elementos a su particular universo con "Le Havre", una simpática y ligera comedia dramática en la que se nos habla de la inmigración desde un punto de vista nada maniqueo y sin buscar dar sermones. Protagonizada por un fantástico André Wilms, su personaje es un escritor de éxito que decide exiliarse en la ciudad portuaria de Havre para trabajar como limpiabotas y así sentirse más cerca de la gente. La llegada a un joven africano al lugar y el hecho de que su esposa caiga enferma harán que su vida cambie radicalmente y pueda demostrar de una vez por todas de qué pasta está formado.

Ligera pero con suficiente hondura como para no quedarse en la superficie y pueda funcionar como una crítica social, aún leve, "Le Havre" encuentra en esta virtud quizá su principal problema y es que a veces no vendría mal un poco de mala leche a la hora de reflejar según qué cosas, algo de lo que otras producciones del director (recuerdo "La chica de la fábrica de cerillas" o "Contraté a un asesino a sueldo") si que han presentado para que el resultado final sea más divertido sin renunciar al drama, o aprovechándose de éste. Así, una cinta amable, que se ve y se disfruta, que arranca sonrisas y deja una buena sensación, de no haber perdido el tiempo. No es la mejor obra de su carrera pero desde luego tampoco la ensucia; es más, rara vez se ha tratado el tema con este enfoque y sin la búsqueda de un discurso, al menos que yo haya visto. Merece la pena, sin apasionar, como una de esas estimables películas menores que de vez en cuando realizaban los grandes maestros (Woody Allen, Billy Wilder) ants del siguiente pelotazo. A ver si Kaurismaki sigue la regla y su siguiente película nos devuelve su mejor cara.
Caith_Sith
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28 de diciembre de 2011
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aki Kaurismäki es uno de esos directores europeos que hacen de los festivales de cine su hábitat natural. El finlandés no es el único que sobrevive gracias a esa especie de reserva natural en que se han convertido estos certámenes. En la misma categoría podríamos incluir a cineastas como los hermanos Dardenne, Fatih Akin, Michael Haneke, Ken Loach, Thomas Vintenberg, Robert Guédiguian, Goran Paskaljevic o Lukas Moodysson. Incomprensiblemente, ninguno de estos directores consigue conectar con un público mayoritario.

Los prejuicios hacia el cine en función de su bandera, del extraño nombre de los intérpretes o de su escasa publicidad son, como todos los prejuicios, propios de gente ignorante. Es una pena que por estos motivos una película como Le Havre pase sin pena ni gloria por la cartelera española, mientras producciones norteamericanas de usar y tirar se llenan los bolsillos. Una virtud del cine europeo es su humanidad, con argumentos que te enseñan a ser mejor persona sin necesidad de adoctrinamientos.

'Le Havre' sumerge al espectador en el drama de la inmigración ilegal. Idrissa, un adolescente procedente de Gabón, llega al puerto de la ciudad francesa que da título al film con el único objetivo de alcanzar Londres, donde le espera su familia. En plena huida de la policía se topa se con Marcel, un veterano escritor que abrirá las puertas de su casa al recién llegado mientras su mujer se recupera de una enfermedad en el hospital. “Otro dramón”, pensarán algunos… Pues ni de eso podemos acusar a 'Le Havre', ya que Aki Kaurismäki convierte esta terrible historia en un cuento de hadas, en el que hasta los milagros son posibles.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
yesterday
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30 de diciembre de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué tienen en común (por ejemplo) El Havre y Misión Imposible? Afortunadamente: nada. La sencillez, la importancia del guión o la ausencia de idolatrías son posibles en El Havre donde Kaurismäki relata con mucha originalidad y con grandes toques de sentido del humor el drama de la inmigración en la actualidad, pero sin dramatismos ni sermones ni falsos etiquetados políticamente correctos: simple y llanamente con la bondad y el altruismo que viven aún en la condición humana y que nos hacen reconciliarnos con este mundo "posible".
A destacar: 1º. Está ambientada en un barrio que vive anclado en la actualidad a los años 70. 2º. Tiene una singular dirección de actores tratados como meros portadores de la palabra y, por tanto, desprovistos de expresividad y sometidos en sus movimientos a un ritmo lento, cadencioso, teatralizado. Pero a pesar de ello o quizá por ello, nos acercan a la realidad y a la cotidianidad de ciudadanos anónimos (no héroes invencibles) que nos hacen reír y logran conmovernos al salir de la sala con la optimista visión de que otro mundo (y otro cine) es "posible".
Chuck_Norris
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27 de septiembre de 2011
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con su habitual sencillez e ingenio inimitables, Kaurismäki compone el que posiblemente sea el más hermoso (y antimaniqueo) filme sobre la inmigración en Europa visto hasta la fecha. Con apenas 3 pinceladas y buscando en el corazón humano la clave para solucionar todos los problemas, el realizador finlandés logra que los personajes del relato se nos hagan extrañamente familiares, cobren vida antes nuestros ojos, nos emocionen y contagien su ternura y solidaridad. En la zona portuaria de Le Havre, en una época que sabemos actual pero cuyo colorido (y espíritu) nos remiten a los años 60 o 70 del pasado siglo, se sucede esta historia tan simple como auténtica, que irradia optimismo y nos contagia las ganas de ser mejores personas.
coke91
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