MesíasSerie

Serie inicialmente con un argumento original. Comienza interesante definiendo el carácter de un supuesto mesías salvador, que arrastra a las masas, y que hace milagros en pleno SXXI, en una región geopolíticamente tan crucial para el mundo como Oriente Medio, pero que acaba convirtiéndose en un ser misterioso y hermético. No se entiende esta evolución del personaje. Además, en mi opinión, una temporada de una serie debe ser igual una trama, con un inicio y un fin. Donde se desentrañe el nudo de esa trama. Otra cosa es que partiendo de esa idea, o enlazando con ella, se planten una o varias temporadas posteriores con tramas diferentes. Desgraciadamente esta serie, como ocurre cada vez en más series, es todo lo contrario Se plantean varias tramas abiertas que despiertan la curiosidad del espectador, que se pregunta: cómo se las van a arreglar los guionistas para deshacer todo este embrollo? La respuesta es que no lo hacen, en mi opinión porque los guionistas no tienen ni idea de cómo hacerlo. Acaba la T1 sin resolver nada, y obligan al espectador a tragarse sí o sí, la siguiente temporada. A mi esto me parece un fraude y es razón suficiente como para clasificar una serie como MALA. Es mi opinión. Además, ya se sabe que Netflix ha cancelado la T2: los guionistas salvados por la campana. No la veas, es un pérdida de tiempo.

Mas de lo mismo últimamente. Buena producción, alguna interpretación meritoria, dominio para finalizar los capítulos arriba, pero... ¡Que aburrimiento mas tramposo!
Empieza bien con el asunto político, pero rápidamente pasa al "espiritual" y ahí es donde no me cuadran las respuestas. Si conoces el mensaje de telepredicadores y demas charlatanes, sabes la contestación que va a dar el protagonista a cualquier pregunta.
Dedica tu tiempo a otra serie.

Para los que aún no la han visto mi consejo es que no tengan en cuenta las críticas, ni las positivas ni las negativas, y la vean con la mente muy abierta, sin prejuicios de ningún tipo. Recomiendo que se visualice hasta el final, porque cada capítulo puede ofrecer detalles muy diferentes.

Es para todos los públicos, creyentes (independientemente de la religión que practiquen) o no creyentes. Nadie tendría porqué sentirse ofendido, porque no se está tratando la figura de un personaje histórico y ni siquiera se posiciona a favor o en contra de una creencia, ni hace una clasificación de "buenos" y "malos", sino que simplemente ofrece al espectador la oportunidad de interpretarla a su gusto.

Pienso que nadie se quedará indiferente.

Creo que está bien dirigida y bien interpretada. Deseando que Netflix se decida por continuarla.

Imaginad que un día, al pasar ante el escaparate de una tienda ropa, os llama tanto la atención los productos expuestos, que decidís entrar.
Dentro, el dueño, que es el típico comerciante que le gusta hacerse el gracioso y el simpático, os abruma ofreciéndoos un sinfín de camisas y pantalones. Empezáis a sentiros cansados e incluso os planteáis seriamente marcharos sin comprar nada. Pero justo en ese instante os llama la atención una camisa. Y al preguntarle el precio al dueño, no solo deja de mostrarse simpático y gracioso sino que llega a mostrarse renuente y de muy mala leche.
Tras unos instantes, el comerciante vuelve a mostrarse extravertido y ocurrente, pero solo para volveros a ofrecer el resto de artículos que no os interesa. Pero ante vuestra insistencia con la camisa, cede y de mala gana os la da para que os la probéis.
Sin embargo, al probárosla, descubrís que es una talla más pequeña que la vuestra. Y es entonces cuando el dueño del establecimiento os dice que no hay más camisas como esa.
Pues bien, Netflix es ese vendedor de ropa. Y El Mesías esa camisa. Una serie que desde el primer capítulo logra atraparte y que, lejos de ser previsible, posee tantas razones para hacerte creer que el protagonista es quien dice ser como para que creas que es un farsante, tal y como afirman sus detractores. Una intriga donde, también a partes iguales, todo apunta a que se trata de una especie de complot de carácter internacional o, simplemente, del final de los tiempos, la parusía de la que hablan las escrituras. Y todo ello de la mano de unos personajes tan sólidos como convincentes, entre los que destaca un Al-Masih dotado de ese cinismo y acritud que es capaz de llevarte a su terreno y una Eva Geller atormentada, sagaz y fría que te atrae desde el primer instante.
Una camisa que, por desgracia, no volveremos a disfrutar porque al Netflix comerciante e histriónico le interesa más ofertarnos otras prendas como Aquiles de color, prostitutas vengativas o zombis de infinitas temporadas que desvelarnos un misterio que ha logrado atraparnos a muchos durante sus escasos diez episodios.

Una especie de profeta libra a Damasco de la entrada del Daesh en la ciudad. O al menos así lo piensan muchos otros musulmanes que consideran les ha salvado y que es El Mesías. Ese es el fuerte arranque de una serie que me ha gustado y que mezcla los hechos fantásticos, la duda, la religión, con la geopolítica de Oriente Próximo (Palestina e Israel) el poderoso Estados Unidos con su larga serie de cuerpos de seguridad y espionaje, el terrorismo particular y de Estado, y hasta alguna mención al contrapoder de Rusia. A partir de ese momento se van entremezclando un montón de historias que aparecerán a lo largo de toda la primera temporada de la serie.
Nadie es bueno, ni totalmente malo, pero algunas veces las tramas geopolíticas se ven condicionadas por un guión donde, a mi entender, pesa más lo fantástico.
El ritmo es lento, pero hace mantener la atención. Los capítulos centrales son peores, pero al final vuelve a levantar el interés. La música a veces demasiado obvia, volviéndose siniestra cuando quiere que pensemos que alguien es malvado.