Mi historia entre tus dedos

Esta película no cambiará la historia del cine.
No busca nuevos caminos cinematográficos.
No es una obra de autor, y no tiene grandes pretensiones.
Es una película menor...
Pero no engatusa al espectador. En todo su metraje da exactamente lo que ofrece con la entrada, en ningún momento quienes la vemos podremos sentirnos defraudados.
Porque tiene vocación de ligera comedia romántica; con ingenua, pero auténtica, gama sentimental. Y más francesa que la sopa de cebolla.

Me gustó por esa honestidad, por su vindicada ingenuidad... pero también por la inteligencia de sus diálogos, su estupenda ambientación (recrea la Francia provinciana de finales de los 50 de manera encantadora...); y la falsa intriga (desde el inicio conocemos el doble éxito que aguarda a la heroína) llega a su final sin atascarse y sin que el espectador quede decepcionado por que "se veía venir...".

Desde luego, apuesta segura para una tarde en la que se busque entretenimiento puro y duro, sin coartadas autorales... y sin que nos remuerdan la conciencia cinéfila por divertirnos tanto con una película ingenua y sin pretensiones...

P.D.: Le doy un punto suplementario (con 7 debería ser suficiente) para compensar su incomprensible nota media, tan baja; y que no se haya estrenado en España como dios manda, algo también poco comprensible...

Populaire, o su ridículo título de estreno en México, Mi historia entre tus dedos, es la ópera prima de Régis Roinsard, quién algún día descubrió que en el pasado se hacían competencias para encontrar a la mecanógrafa más veloz, y decidió hacer con esto una película.

Ambientada a finales de los años 50, narra la historia de Rose Pamphyle (Déborah François, vista antes en L’Enfant de los Dardenne), una chica pueblerina que vive con su padre y trabaja en una pequeña tienda con él. Pero ella no quiere quedarse ahí; un día acude a una entrevista de trabajo a la ciudad y no le va muy bien, pero el que sería su jefe descubre que la chica teclea con endiablada velocidad.

Deudora en su estética de las comedias románticas de Hollywood de la época, apoyada en una fotografía demasiado estilizada de Guillaume Schiffman (The Artist), la película intenta contar la inclusión de la mujer al campo laboral mediante la figura de la secretaria, sin embargo, en realidad el relato se centra en mostrar las competiciones mecanográficas.

Rose será instada por su jefe Louis Echard (Romain Duris) a participar en el concurso de mecanógrafas, y no sólo eso, sino que el mismo fungirá como su coach personal, en secuencias más cercanas a películas de competencias del tipo de Rocky o Karate Kid, proceso mediante el cual, se enamoran irremediablemente, y no conforme con lograr el título regional, la pareja competirá en el torneo nacional, y después hasta en una especie de mundial de tecleadoras veloces que se celebra en EEUU.

Populaire se queda en la superficie de los temas que intenta tocar, aunque no toma una bandera feminista, la inclusión en la fuerza laboral de las mujeres se convierte en mera anécdota y pretexto para mostrar las absurdas competiciones, e incluso la historia romántica se torna débil y forzada, ya que la película se toma demasiado tiempo en los torneos.

Contando con actores de renombre como apoyo, como la argentina Bérénice Bejo , Miou-Miou, y el experimentado Féodor Atkine, Populaire es una película simpática que se queda en una mera representación de las comedias de los 50, y no mucho más.

http://tantocine.com/mi-historia-entre-tus-dedos-de-regis-roinsard/

No hay ni un pelo de originalidad. A veces no es fácil, como en el falso suspense de las eleiminatorias, pero es que es previsible cada escena, cada diálogo, incluso la música, excesiva e invasiva.
La dirección, mal: véanse las interpretaciones caricaturescas de las contrincantes de la chica. Tampoco está bien el prttagonista, Romain Duris. Perfectamente prescindible

El hábito no hace al monje. Una deslumbrante ambientación en los años cincuenta no hace una película, Un argumento estúpido, unos diálogos aun más estúpidos y unos protagonistas inconsistentes no dan ni para un cortometraje. Las situaciones y los escenarios no contentan ni siquiera a los actuales octogenarios que vivieron su juventud en aquella década. Film totalmente prescindible.